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La muchacha en el tren:
Asesinato a bordo

Confíe en el tren, señorita, que el maquinista es el buen Dios.

El misterio del Tren Azul, capítulo 23

SOLUCIONES QUE SE REVELAN

Muerte en las nubes • «Muerte en el Nilo» (relato corto) • El tren de las 4:50 • «Problema en el mar»

Los medios de locomoción siempre fueron un escenario atractivo para Christie a lo largo de su carrera literaria. En una etapa aún temprana, como es la redacción de El misterioso señor Brown, el hundimiento del Lusitania es el punto de partida para una compleja trama; dos años más tarde, en 1924, gran parte de El hombre del traje marrón transcurre en un barco. Algunos de sus títulos más famosos se desarrollan a bordo de medios de locomoción: trenes (Asesinato en el Orient Express), barcos (Muerte en el Nilo) y aviones (Muerte en las nubes). Las ventajas que reportan esta clase de ambientaciones son obvias: aportan un medio creíble para identificar a los sospechosos, además de eliminar la necesaria pericia técnica que conlleva la aparición de Scotland Yard, detalles que en algunos casos llegan a cortocircuitar la trama. En el caso de Agatha Christie también le permiten dar buena salida a sus experiencias personales. Proporcionan una gran variedad de escenarios y antecedentes, que en aquella época tendían a gravitar sólo en torno a las casas de campo, las oficinas y los pueblos.

Muerte en el Nilo (relato corto)
Julio de 1933

A bordo del Fayoum, lady Grayle se aproxima a Parker Pyne y le cuenta que su marido la está envenenando. Ahora bien, ¿es sólo un cuento?

Las notas tomadas con vistas a «Muerte en el Nilo» se encuentran en el Cuaderno 63:

Esposa confiesa a P (… o a un sacerdote)

Que piensa que su marido está envenenándola. Ella tiene dinero… Aparentemente hay un duelo entre el marido y P… En realidad el marido es la víctima… La esposa es engañada… El joven que presta atención a la sobrina está maquinándolo todo… Flirtea con la tía

En la escena de la muerte resuenan en este relato ecos potentes de El misterioso caso de Styles. El argumento en conjunto presenta marcadas similitudes con «El misterio de Cornualles». Es más: las semejanzas son tales que este extracto podría señalar directamente esa procedencia. La esposa de «Muerte en el Nilo» tiene dinero; en cambio, la señora Pengelly, de la anterior, no lo tiene. Por lo tanto, creo que éste es un esbozo previo a la versión exótica de la trama.

Una notable revelación que aporta el extracto recién reproducido es que Christie ideó el relato pensando en Hércules Poirot (P. P. era la abreviatura que utilizaba para designar a Parker Pyne). De hecho se publicó como un relato de Parker Pyne; la idea de Poirot la abandonó probablemente porque ya había aparecido en «El misterio de Cornualles» casi diez años antes.

Asimismo, las notas del Cuaderno 63, dos páginas más adelante, revelan que Christie llegó a sopesar una versión dramática del relato:

Versión teatral PP Muerte en el Nilo

Lady Grayle… Ambigua… 45

Sir George… 50, buen tipo… Deportista

La señorita McNaughton… Enfermera de hospital

Pam… encantadora, sobrina

Michael… Secretario de sir G

El doctor Crowthorne

Acto II

Ella es envenenada… La señorita M piensa que es sir G… Se encarga el médico… Se encuentra estricnina que tiene sir G… La señorita M pierde la cabeza

Acto III

Los jóvenes… Pam dice que lo hizo señorita M… Se lo cuenta al doctor… Él comienza a trabajársela… Michael y el médico

Estas notas siguen fielmente el relato, pero no incluyen indicación alguna sobre el proceso de elaboración que es necesario para urdir la trama de un relato de diez páginas. La razón de esto podría deducirse a partir de otras páginas del cuaderno, en las que Christie experimentó con otros posibles guiones dramáticos. Antes y después de este esbozo existen bosquejos breves y muy similares para sendas adaptaciones teatrales (ninguna de las cuales se llevó a cabo): de Tragedia en tres actos, de «Triángulo en Rodas» y de «La casa de Chiraz», al igual que un guión original, Command Performance [Actuación por encargo]. Además, en el mismo cuaderno, poco antes y poco después existen notas detalladas para la dramatización de Muerte en el Nilo. Curiosamente, con la excepción de Tragedia en tres actos, todos los títulos comparten una ambientación en el extranjero.

Muerte en las nubes
1 de julio de 1935

La misteriosa y silenciosa muerte de Madame Giselle mientras sobrevolaba el Canal de la Mancha en un avión procedente de París supone todo un desafío para Hércules Poirot, especialmente por ser uno de los sospechosos. La investigación entraña una visita a París, una cerbatana, una novelista de género detectivesco y una avispa.

Todas las notas tomadas de cara a este título están incluidas en el Cuaderno 66 y abarcan treinta páginas acompañadas de algunos diagramas fascinantes. Las notas siguen con bastante fidelidad el plan de la novela, aunque existen algunos cambios menores que se mencionan más adelante. A pesar de que sea extraño, la lista de las pertenencias de los pasajeros, elemento crucial que contiene la clave de la novela, y que es lo primero que llama la atención de Poirot y lo encamina hacia el asesino, no está incluida en las notas.

La primera página expone brevemente la trama:

Asesinato en el avión… Un cuchillo especial con hoja de punta fina. El hombre se levanta… Va al lavabo (suéter azul), vuelve con una bata blanca… Actúa como auxiliar de vuelo… Se inclina y habla del menú y apuñala a un hombre… Estornudo leve al mismo tiempo… Vuelve… Regresa con el suéter azul y se sienta otra vez

Desde el principio de las notas, el asesino es un hombre; acaso sorprenda que incluso se mantenga el detalle del suéter azul. La idea de un leve estornudo (un eco de Muerte en la vicaría) fue sin embargo desechada, y la víctima pasó a ser una mujer. En páginas posteriores la trama se elabora más:

Capítulo II

El auxiliar de vuelo… descubre el cuerpo… Pide un médico. B[ryant] viene

HP está muy cerca… Las maneras… Lo sugieren los Dupont… El señor Ryder está de acuerdo… Marca en el cuello… P recoge una espina… El señor Clancy… Cerbatana… Flecha envenenada.

Llegada a Croydon… Todos en el primer coche… Inspector… En ropa de calle… Otro inspector… Japp… Vaya, vaya, si es el señor Hércules Poirot… O bien pregunta al auxiliar de vuelo quién es él… Dicen que lo conocen de vista, etc.

Pocas páginas antes consideró la idea de la cerbatana o de una flecha como el arma asesina, pero debido al inconfundible ingenio de Christie ambas se utilizaron como arma para apuñalar:

Apuñalado por una flecha

Apuñalado por dardo (veneno) de cerbatana

Ésta es la idea C en un listado de posibles argumentos. La idea H, en la misma lista, es «Asesinato en el avión». Cuando se dispuso a construir la trama de Muerte en las nubes, Christie incorporó la idea del dardo de cerbatana, mientras que la idea de la flecha se utilizó muchos años después en «La locura de Greenshaw». En La señora McGinty ha muerto, la señora Oliver se queja con amargura de los pedantes lectores que le escriben para señalarle los errores que contienen sus libros. Menciona por ejemplo la cerbatana que utilizó en la novela El que murió fue el gato, «en donde dije que una cerbatana medía unos cuarenta centímetros cuando en realidad casi alcanza los dos metros» (capítulo 12). Desde luego, suena a una Agatha Christie un tanto atribulada…

La mayoría de los personajes estaban construidos desde mucho antes, aunque, como ocurre con la mayoría de los títulos, los nombres habían de cambiar. Algunos se descartaron por completo. Indico más abajo los cambios probables:

Personajes en el avión

El señor Salvey y el señor Rider… Conocidos de negocios [James Ryder y, posiblemente, Daniel Clancy]

El señor Ryder Long… Dentista [Norman Gale]

Lady Carnforth… Jugadora profesional… Su marido no pagará sus deudas [condesa de Horbury]

Jane Holt… Una muchacha con un monótono historial que acaba de ganar un premio en la lotería de Irlanda [Jane Grey]

M. Duval… Padre e hijo… Arqueólogos [los Dupont]

Venetia Carr (que quiere casarse con Carnforth) [Venetia Kerr]

James Leslie… hermano menor de Carnforth [posiblemente sustituido por el doctor Bryant]

Madeleine Arneau… Criada de lady Carnforth [«Madeleine»]

Y durante la investigación posterior se observan los desarrollos del argumento, aunque no la secuencia final:

Entonces lady Carnforth… Japp y P– P se queda atrás y consigue que ella sugiera que él se quede atrás… Le cuenta la verdad y la atemoriza [capítulo 19]

Venetia Carr… ¿P y J?… P se centra en su aversión por lady C [aparte de una breve aparición en el capítulo 12, Venetia Kerr no vuelve a aparecer]

El señor Ryder… Bastante franco… Dificultades en los negocios etc. [capítulo 18]

Los Dupont… M. Dupont debe dar una conferencia ante la Sociedad de Anticuarios, pero quizá los ven en París [capítulo 22]

Bryant… Japp lo entrevista… P va como paciente… Puede ser traficante de drogas… O alguien que ha hecho algo ilegal… culpable de una conducta poco profesional [capítulos 20/23]

Clancy… Recibió al hombrecillo de manera muy hospitalaria… Muy parlanchín [capítulo 15]

Un punto extraño en el interrogatorio de los testigos es que Venetia Kerr no sea interrogada ni por Poirot ni por ninguno de sus colegas en la investigación. Nótese también su dirección, Little Paddocks, que quince años más tarde será el escenario de un dramático asesinato en Se anuncia un asesinato. Y el subterfugio adoptado por la condesa de Horbury para ocultar la cocaína —etiquetándola como «polvos bóricos»— es la misma que adoptaría veinte años más tarde el criminal en Asesinato en la calle Hickory.

Con su acostumbrada fertilidad para la creación de argumentos, Christie sopesó algunas posibilidades para el cómplice de Gale:

Móvil

Herencia de dinero por la hija Anne

  1. Anne es Jane Holt… Jane Holt y Angell [Norman Gale] plan de asesinato
  2. Anne es Jane Holt… Ella no lo sabe… Pero Angell está resuelto a casarse con ella
  3. Angele Morisot es Anne… Está conchabada con Angell… Crea problemas al venir y hablar con la amante en el momento del asesinato… También hay pruebas perjudiciales contra ella
  4. Angele Morisot es Anne… Pero no es culpable… Comprometida con Angell, pero nunca lo ve cuando viaja. Él se compromete con un nombre falso… James Clare… Novelista… Tiene piso en Londres
  5. La auténtica La falsa Angele Morisot se presenta con pruebas de identidad para recuperar la fortuna (La verdadera es Jane)

La idea más impactante es la de que Jane Grey sea cómplice, puesto que aportaría un importante y atractivo elemento de sorpresa, aunque fue sin embargo desestimada en favor de la criada, y se utilizó la idea C.

Las notas no van más allá del capítulo 16, aunque los capítulos de las notas no se corresponden punto por punto con los de la novela. Además, y es extraño, a Norman Gale nunca se le designa en las notas como el asesino.

Las notas de Muerte en las nubes muestran unos diagramas que ilustran la disposición de los pasajeros en los asientos del avión. Considerando las notas y la novela, se percibe que el interior de una cabina de avión en los años treinta era diferente al de un avión moderno. Sólo hay dieciocho asientos y son sólo once los pasajeros, y de los posibles nueve asientos de pasillo sólo se ocupan dos. Un aspecto común de los tres esbozos es la disposición de Jane y Angell (nombre con el que se conocía a Norman en esta fase de la elaboración). Siempre aparecen sentados uno frente al otro, en asientos de ventanilla, lejos del pasillo, como dicta la trama. Las posibilidades de que Gale fuese identificado cuando se levanta con osadía antes y después de cometer el crimen son más bien remotas; como predijo con criterio, lo hace mientras Jane con toda probabilidad se está mirando en el espejo. Un peligro aún mayor, y del que no se ha comentado nada, era el de los otros auxiliares. Es muy probable que hubieran detectado la presencia de un auxiliar de vuelo «extra».

La efectividad de Muerte en las nubes depende, como método de asesinato y como novela detectivesca, de una táctica que se expone a críticas adversas. Christie fue acusada de esnobismo porque el asesino (y, por extensión, el autor) da por hecho que «nadie mira a un criado». Este ardid, en mayor o menor grado, es un rasgo propio, y en ocasiones va asociado a un giro similar en Tragedia en tres actos, Después del funeral, Cita con la muerte, El misterio del Tren Azul, Cianuro espumoso y La muerte visita al dentista. Christie logra desmontar esta acusación con el siguiente diálogo en el capítulo 24, II, de Después del funeral:

—Tuve que verlo antes… Sentí vagamente que lo había visto antes… Pero, claro, uno nunca mira con demasiada atención… —Calló—. No, es cierto que no se preocupa uno de mirar al servicio…, mera bestia de carga, ¡una bestia de carga doméstica! Poco más que un sirviente.

Problema en el mar
Febrero de 1936

La señora Clapperton aparece muerta en el camarote durante unas vacaciones en crucero y la solución que alcance Poirot dependerá del testigo más extraño de todos sus casos.

La primera nota para este relato aparece en el Cuaderno 66 y está fechada en enero de 1935, un año antes de su publicación. La elaboración posterior, en el mismo cuaderno, incluye muchos de los detalles del relato ya completo:

Ventrílocuo… En barco… El coronel C… muy bueno con las cartas… Dice que ha trabajado en musicales, etc. La esposa muere en un camarote, aunque escucharon una voz dentro después de que ella hubiese muerto

El hombre dice a un camarero que cierre con llave el camarote… El cuerpo ya está dentro… Luego vuelve y Camarote con llave Llamadas a la esposa… Ella contesta al parecer (el ventrílocuo). Una jeringuilla hipodérmica al lado… Pinchada en el brazo desnudo

Una diferencia que se da entre las notas y el relato final es que la hipodérmica es sustituida como arma homicida por el apuñalamiento. Si bien la idea del ventrílocuo, aunque sea inteligente, no hubiera sostenido una novela, Christie estuvo acertada al utilizarla sólo en un relato corto.

Muerte en el Nilo (novela)
1 de diciembre de 1937

Cuando Simon Doyle se casa con la adinerada Linnet Ridgeway, y no con Jacqueline de Bellefort, la consiguiente sucesión de eventos culmina en un triple asesinato a bordo de un barco de vapor que navega por el Nilo. Hércules Poirot, que también viaja en el Karnak, ha observado cómo se ha ido fraguando la tragedia e investiga uno de sus casos más famosos.

Aunque publicado a finales de 1937, este clásico título de Poirot está escrito dos años antes. En una carta fechada el 29 de abril de 1936, Edmundo Cork expresa su satisfacción por la buena nueva de Christie: Muerte en el Nilo estaba terminada. Desafortunadamente, no existe el cuaderno con las notas tomadas para la trama de este famoso título. No obstante, en el Cuaderno 30 sí disponemos de una lista de potenciales personajes —incluido uno muy significativo— y una breve nota sobre un posible desarrollo de la trama. La mayoría de las ideas que en principio se iban a incluir las abordó en otros títulos.

Planes

Muerte en el Nilo

¿La señorita Marple?

La señora P (antigua funcionaria de prisiones en Estados Unidos)

Mathew P, hijo… Bueno

La esposa de Mathew P… Buena

La señorita P… nerviosa e histérica muchacha

Master P… Chico de 20… Excitable

El doctor Pfeiffer… Médico y toxicólogo

La señora Pfeiffer… Recientemente casado con él… 35… Atractiva… Con un pasado

Marc Tierney… Arqueólogo… Un poco apartado del resto

La señora Van Schuyler… Aburrida mujer de cierta edad, estadounidense y esnob

La señora Pooper, novelista de tres al cuarto

La señorita Harmsworth… Sirvienta de la señorita Van Schuyler

La señorita Marple

Rosalie Curtis… una muchacha enfermiza

La señora Gibson… Habladora compulsiva

La primera y más grande sorpresa que reporta esta lista es la (doble) inclusión de la señorita Marple —primero con y luego sin signo de interrogación— en vez de Hércules Poirot. Antes de ésta, la única novela en que apareció la señorita Marple fue Muerte en la vicaría, de 1930, y no aparecería de nuevo hasta cinco años después, en 1942, con Un cadáver en la biblioteca. Por otra parte, en la colección de relatos de 1932 titulada Miss Marple y trece problemas, ambientada en las habitaciones de St. Mary Mead, apenas se anticipó que alguna vez pudiera ser la antesala de una exótica aventura en Egipto. En 1937, el Nilo representaba algo tan exótico para la mayoría de los lectores de Christie como puede ser Marte para su público de hoy en día. Muy pocos viajaban al extranjero durante las vacaciones, si es que tenían vacaciones, y la época de los paquetes turísticos era todavía un lejano espejismo. Por consiguiente, transportar a la señorita Marple desde la seguridad (cierto que relativa) de St. Mary Mead hasta las orillas del Nilo y al templo de Karnak, Abu Simbel y Wadi Haifa podría resultar un viaje demasiado lejano; por lo tanto, la sustituyó Poirot. A su debido tiempo, la señorita Marple consigue resolver un caso en el extranjero, aunque será casi treinta años después, cuando su sobrino Raymond la lleva de vacaciones a la imaginaria isla de St. Honore. Allí resuelve Misterio en el Caribe, su único caso extranjero.

Por el contrario, en ese momento Poirot era un viajero ya curtido, sin olvidar, por supuesto, que a fin de cuentas también era extranjero. Desde su llegada a Gran Bretaña resolvió casos en diversos lugares más bien lejanos: Francia (Asesinato en el campo de golf, El misterio del Tren Azul, Muerte en las nubes), Yugoslavia (Asesinato en el Orient Express), Italia (Los cuatro grandes) y Grecia («Triángulo en Rodas»). Su caso más reciente lo llevó a resolver nada menos que un Asesinato en Mesopotamia. En efecto, ya había visitado Egipto y el Valle de los Reyes en 1923, mientras resolvía «La aventura de la tumba egipcia». Si se tiene en cuenta todo esto, Poirot era un detective mucho más adecuado para subir a bordo del Karnak y realizar un particular crucero por el Nilo, encharcado en sangre.

Algunos de los nombres que se conservaron también aportan material para la especulación:

La señora P (antigua funcionaria de prisiones en Estados Unidos)

Mathew P, hijo… Bueno

La señora de Mathew P… Buena

La señorita P… nerviosa e histérica muchacha

Master P… Chico de 20… Excitable

En estos cinco personajes se aprecian las semillas de la familia Boynton, que aparecerá en Cita con la muerte, de 1938 (véase el capítulo 8). De la señora P se dice que fue funcionaria de prisiones en Estados Unidos, exactamente igual que dos años después lo será la monstruosa señora Boynton; el «buen» hijo, Mathew, y su esposa, la señora Mathew, son los precursores de Lennox y Nadene Boynton, mientras que la «nerviosa e histérica» señorita P se corresponde con Ginevra. Raymond es el último varón de la familia Boynton, aunque apenas podría describirse como un «chico excitable». Es interesante que, si bien Christie decidió no utilizar a esta familia en Muerte en el Nilo, cuando sí la utilizó lo hizo en otro escenario extranjero, esta vez Petra.

La señora Van Schuyler… Aburrida mujer de cierta edad, estadounidense y esnob

Y en una nota posterior:

La señora Van Schuyler… Una reconocida estafadora

La señorita Harmsworth… La sirvienta de la señorita Van Schuyler

El único personaje que siguió tal como se le había descrito de entrada —con la única modificación de que pasó de señora a señorita— es la señorita Van Schuyler, aunque su idiosincrasia cambia de estafadora a cleptómana. La señorita Harmsworth se convirtió en Cornelia Robson, la desafortunada sobrina de esa esnob tan desagradable.

La señorita Pooper, novelista de tres al cuarto

La señorita Pooper, de nombre tan desdichado, al final se convirtió en Salome Otterbourne, especialista en novelas sin tapujos sobre amor y sexo. Uno de sus títulos, «Nieve en el rostro del desierto», por muy poco no es el mismo que el de una de las primeras novelas de Christie, que no pertenecía al género detectivesco, Nieve sobre el desierto. Probablemente se trata de un guiño de Christie, una broma para diversión de su familia.

Rosalie Curtis, una muchacha enfermiza

Rosalie Curtis posiblemente pasó a ser Rosalie Otterbourne, hija de la infortunada Salome.

Algunos de los desarrollos posibles de la trama están esbozados en las siguientes páginas, siguiendo este reparto. Nótese que «P» es Poirot («pero P prueba que…»), que ha sustituido con todas las de la ley a la señorita Marple:

Se identifica a la esposa del doctor Pfeiffer… Decide marcharse con la señorita Oger

La propia esposa del (doctor Pfeiffer) es la ladrona o asesina, etc. Se inventa que alguien ha robado el anillo o el veneno, etc., y el broche… Ha visto a A. M. reflejado en el cristal. Sabe que A. M. está en el salón con los demás, pero P demuestra que lo correcto es M. A.

o

Idea M. A. y vestido amarillo M. A. no tiene un vestido amarillo… La mujer del vestido amarillo no tiene las iniciales A. M.

El doctor Elbes… Hombre muy enfermo… La conoció en la prisión de St. John… Pfeiffer menciona sus pesquisas en la planta aceite de ricino…

Luego

A. ¿Quién la mató?

B. ¿Por qué?

Aunque los Pfeiffer nunca llegaron a figurar en un libro de Christie, algunas de estas ideas resurgirían en otros: el anillo robado en Asesinato en la calle Hickory y la funcionaria de prisiones en Cita con la muerte.

Sin embargo, la principal idea es la de las letras simétricas y el modo en que pueden confundirse dependiendo de que se vean directamente o bien reflejadas en un espejo. En media página del Cuaderno 30 aparecen enumeradas todas estas letras: «H M A W I O T U V Y», y hay una lista más amplia con nombres femeninos que comienzan con cada una de ellas. (Omite la X seguramente por ser infrecuentes los nombres que comienzan con esta letra.) Christie al final se decidió por Isabel Oger, de ahí la referencia anterior a la señora Oger. Esta idea al final se incorporó a El testigo mudo, publicada también en 1937, aunque con nombres completamente diferentes. Es discutible que se tratara de un mecanismo hecho que fuese a formar parte de la trama de Muerte en el Nilo, a pesar de que el ambiente que esbozó Christie situaba a los Pfeiffer en la lista de personajes para la novela. A esta duda se añade el hecho de que no existen en la lista personajes que respondan a ninguna de las dos iniciales, AM o MA.

La penúltima nota de este título, en el Cuaderno 30, dice así:

El Plan

A Nellie se le escucha decir «desearía verla muerta… Nunca seré libre hasta que ella muera».

Nellie es uno de los nombres que aparecen en la lista de iniciales revocables («Helen, Wilhelmena»), pero las palabras que pronuncia son muy similares a la línea de arranque que escucha de refilón Hércules Poirot en Cita con la muerte: «¿Sabe usted? Estoy segura de que sí, que la van a matar». Y esto, unido a la antigua profesión de la señorita P y a la composición de su familia, se puede considerar el fundamento de la futura novela.

El tren de las 4:50
4 de noviembre de 1957

Mientras viaja para ir a visitar a su amiga, la señorita Marple, Elisabeth McGillicuddy es testigo de un asesinato cometido en un tren que viaja en paralelo al suyo. Durante la búsqueda del cadáver la atención se centra en Rutherford Hall, residencia de la familia Crackenthorpe. La señorita Marple y su ayudante, Lucy Eylesbarrow, investigarán lo ocurrido.

Todas las notas para este título se encuentran en cuatro cuadernos —los números 3, 22, 45 y 47— y suman cuarenta páginas. Collins recibió El tren de las 4:50 a finales de febrero de 1957. Por tanto, son coetáneas la escritura y la fecha en que transcurre. La narración comienza el 20 de diciembre (1956) —«Estaba bastante oscuro, era un día oscuro, gris y neblinoso, un día de diciembre. Faltaban sólo cinco días para la Navidad» (capítulo 1)—, pero aparte de la señorita Marple, que asiste a la cena de Navidad en la vicaría, en donde charla con Leonard Clement, el hijo del vicario, sobre los mapas de la región, no existe ningún otro apunte relacionado con el ambiente o las vacaciones.

Este libro experimentó más cambios de título que ningún otro. En varios momentos fue 4:15, 4:30 y 4:54, antes de convertirse por fin en El tren de las 4:50. El manuscrito está encabezado por «4:54, salida de Paddington», en esencia porque, como ya explicó Christie a Edmund Cork en una carta del 8 de abril (1957), en realidad no había un tren que saliera a esa hora. Estuvo de acuerdo en que «El tren de las 4:50» o incluso «Desde Paddington a las 5 en punto» eran títulos mejores.

El extracto siguiente, procedente del Cuaderno 47, parecería el precedente de otras notas similares, ya que éste no contiene nombres (aparte de la señorita Marple), pero la idea básica es la que siguió al final en la novela. El final en cuestión, con tintes de humor negro, es una de las clásicas cavilaciones de Christie, la gran maestra de las tramas. Algunas páginas después prosigue con otras notas relativas a «La locura de Greenshaw» y Una visita inesperada, y la idea del tren queda al margen. Como «La locura de Greenshaw» se publicó por primera vez en diciembre de 1956, así se sostiene la opinión de que las notas para El tren de las 4:50 no precedieron en demasiado tiempo a su composición.

Tren… ¿Vista desde tren? A través de la ventana de una casa. ¿O viceversa?

Idea del tren

Una chica que llega a St. Mary Mead en tren presencia un asesinato en otro tren paralelo… Una mujer estrangulada. Llega a casa… Habla con la señorita Marple… ¿Policía? No hay nadie estrangulado… no aparece el cadáver.

¿Por qué? 2 posibles trenes, uno de Manchester… El otro un cercanías lento. ¿Dónde se puede tirar un cuerpo desde el tren?

En el Cuaderno 3 se esboza la idea fundamental (con la señorita Bantry en lugar de la señora McGillicuddy), pero el Cuaderno 45 contiene una sucinta y precisa versión del capítulo de apertura de la novela:

El tren

La señora McGillicuddy… Amiga de la señorita Marple… Iba a alojarse con ella… En el tren de Paddington… Otro tren en otra línea… Pero en la misma dirección… Lo adelanta… En paralelo un momento, a través de la ventana ve el compartimiento del otro… Un hombre que estrangula a una muchacha rubia… Entonces… El tren prosigue su marcha.

La señora MG, muy afectada… Se lo dice al revisor… ¿Jefe de estación? ¡Oh! ¡Jane, he visto un asesinato!

De manera excepcional entre todos los libros de Christie, en El tren de las 4:50 se nos informa de que el asesino es un hombre. Cuando han transcurrido sólo cuatro páginas del capítulo 1, el lector ya sabe que… «de espaldas a la ventanilla, vio a un hombre atenazando con ambas manos el cuello de una mujer que se hallaba de cara a él; de forma lenta y despiadada la estaba estrangulando». Con una afirmación tan inequívoca, la posibilidad de que la figura vista fuese una mujer disfrazada nunca se consideró con seriedad, puesto que Christie conocía de sobra a sus lectores y sabía que se sentirían completamente defraudados si ésa fuera la solución. Por otra parte, quitando a Emma Crackenthorpe (el móvil) y a Lucy Eylesbarrow (la investigadora), todos los personajes principales son varones. El problema consistía en crearlos de modo que fueran físicamente similares, y que al mismo tiempo se les distinguiera como personajes. Ella lo tiene en cuenta en el Cuaderno 22:

Aclarar el tema de los hombres

Tres hombres morenos… Todos entre 1,80 y 1,90 de estatura, flexibles, delgados

Personajes

Cedric, ¿el mayor?

Harold, casado sin hijos

Alfred

Bryan Eastley, antiguo piloto… Marido de Edith (muerta)

¿Padre o padrastro de Alistair?

2 hijos del viejo… El bueno (trabaja en un banco)

El artista… Escenógrafo o productor

Cedric… Un Robert Graves… Un veleta, desinhibido…

(al final se casa con Lucy Eylesbarrow)

Sir Harold Crackenthorpe… Hombre ocupado… Director de Crackenthorpe S. A. Acomodado… ¿No es verdad? ¿Sin un duro?

¿Bryan? ¿Del mando del Ala D de la RAF? Indeciso

Alph[red] Moreno, delgado… El corrupto… Mercado negro en la guerra… Ministerio de Aprovisionamiento

La referencia a «Robert Graves» remite a su amigo en la vida real, además de vecino, autor de Yo, Claudio, entre otras obras. Graves fue siempre un admirador crítico y Christie le dedicó Hacia cero. Esta referencia también aclara la cuestión que se queda sin respuesta al final de la novela: ¿con cuál de los hombres se casará Lucy al final?

Eran puntos en apariencia secundarios, pero que influyeron en la trama: cómo asegurar la oscuridad necesaria para la comisión del crimen y cómo justificar la presencia en la casa de los dos chicos. La cuestión relacionada con las posibles fechas se considera en los dos cuadernos:

Puntos por aclarar

Fecha de viaje, posiblemente el 9 de enero más o menos Puntos por introducir… Vacaciones (chicos) Año Nuevo (Cedric)

Está anocheciendo (tren)

Fechas

¿Vacaciones? Abril… Stobart-west y Malcolm están ahí Así, ¿el asesinato es a finales de febrero? Digamos… el 24 26

Todos los problemas se aclaran al tomar la decisión final y situar el asesinato justo antes y la investigación justo después de Navidad: la oscuridad temprana, al igual que la presencia de los dos jóvenes y Cedric.

Sin embargo, el gran problema de El tren de las 4:50 es la identidad del cadáver. Es un problema para la señorita Marple, para la policía, para el lector y, mucho me temo, también lo fue para la propia Agatha Christie. Hasta las páginas finales de la novela no averiguamos con certeza qué asesinato se está investigando realmente. Hay que admitir que esto da a lo que de otro modo hubiera sido una novela espléndida de Christie un aire un tanto decepcionante. También se plantea la cuestión del cómo, dejando a un lado la divina intervención, conoce la señorita Marple la historia que existe tras el asesinato. El primer lector profesional de Collins, el que redactó el informe sobre el manuscrito, admitió que «a menos que yo sea muy estúpido, no consigo ver que nadie pudiera conocer el móvil del asesino». No estaba pecando de cortedad, puesto que no es posible deducir la identidad del asesino, ni tampoco el móvil, aunque en retrospectiva ambos sean perfectamente aceptables. La siguiente nota indica que Christie tenía dos ideas en relación con la posible identidad del cadáver —Anne, la bailarina, o Martine— y que, reacia a renunciar a ninguna de las dos, al final utilizó aspectos de ambas:

¿Es la mujer muerta Anne la bailarina o no?

¿Es Anne = la señora Q… O es Anne una pista falsa que idea Q?

¿Es la mujer asesinada por ser Martine y por tener un hijo o porque es la esposa de Q y él planea casarse?

Sin embargo, la devoción incluso del más ardiente admirador de Christie queda sujeta a una dura prueba cuando finalmente se identifica a Martine.