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Un cadáver en la biblioteca:
Asesinato previa cita
Se oyó un suspiro prolongado, estremecido, y las dos voces hablaron por turnos. Por extraño que fuese, las dos hicieron sendas citas. David Lee dijo así: «Despacio muelen los molinos de Dios…».
La voz de Lydia fue como un susurro aflautado: «¿Quién hubiera pensado que el viejo tenía tanta sangre en las venas?».
Asesinato en la calle Hickory, libro III
SOLUCIONES QUE SE REVELAN
Muerte en el Nilo • Noche eterna • Sangre en la piscina • El hombre del traje marrón • El espejo se rajó de parte a parte • El asesinato de Roger Ackroyd • El misterioso caso de Styles • El misterio de Pale Horse • Un triste ciprés • Pleamares de la vida
A lo largo de toda su vida, Agatha Christie fue una lectora voraz. Su infancia estuvo plagada de libros, y en La puerta del destino los comenta por extenso: El reloj de cuco, La granja de los cuatro vientos, Winnie the Pooh, La gallinita gris, La escarapela escarlata, El prisionero de Zenda. Sus cuadernos están repletos de listas de libros, que además de muchos títulos de misterio y detectives incluyen novelas de Graham Greene, Alan Sillitoe, Muriel Spark, Rumer Godden, John Steinbeck y Nevil Shute. Por eso no es de extrañar que algunos de sus títulos, incluidos los que publicó con el seudónimo de Mary Westmacott, estén derivados de citas tomadas de diversas fuentes: Shakespeare, Flecker, Tennyson, Blake, Eliot. Además de los títulos en sí, hay extractos a lo largo de sus libros, y hay algunas novelas (El espejo se rajó de parte a parte y Cita con la muerte) que terminan conmovedoramente con una cita apropiada.
Un
triste ciprés
4 de marzo de 1940
Ven a mí, ven a mí, muerte,
y en un triste ciprés entiérrame.
¡Escapa, vida! ¡Huye, aliento!
Me mata una bella, cruel mujer.
Shakespeare, Noche de reyes
Elinor Carlisle es juzgada por el asesinato de Mary Gerard. La acusación que pesa sobre ella parece irrebatible, puesto que sólo ella tenía el medio, el móvil y la oportunidad de introducir el veneno en el almuerzo fatal. El doctor Lord opina que no es oro todo lo que reluce y aborda a Hércules Poirot.
Aunque se imprimió en marzo de 1940, Un triste ciprés se había publicado por entregas en Estados Unidos a finales del año anterior. Es otro buen ejemplo de novela con personajes trazados con más esmero que muchas otras, y aunque existe un inteligente ardid en la trama, en el fondo se hace menos hincapié en las pistas y la cronología de los sucesos, en los detalles de la investigación. Sin embargo, tal como han señalado otros comentaristas, existe otro defecto en la trama, lo cual plantea un problema de segundo orden.
En el Cuaderno 20 aparece una versión de la estratagema motora de la trama de Un triste ciprés que se retoma sin equívocos en el Cuaderno 66, donde está fechada. Ya en 1935 vale la pena reseñar que el asesino debía ser una mujer:
Rosa sin espinas… Una rosa blanca y sin espinas que se comenta a la puerta de entrada… después la asesina se inyecta apomorfina
Enero de 1935
A. Rosa sin espinas que se comenta en la puerta de entrada… después, la asesina se inyecta apomorfina… llama la atención sobre el pinchazo, como si se lo hubiera hecho con una espina
Cuatro páginas más adelante, en el mismo cuaderno, encontramos una segunda referencia a este hecho, lo cual demuestra que más de dos años después seguía en fase de planificación:
Feb. de 1937
A (igual que antes)
A. Hija ilegítima… Comienza sus estudios de enfermería anciana mujer adinerada… (se entera de que hay una hija que supuestamente es la h[ija] del jardinero) luego mata a la paciente por medio de unos dulces que le envía una sobrina… luego la sobrina y Mary desarrollan un enfrentamiento por un joven… la enfermera envenena a Mary… Se cree que Evelyn (la sobrina) es quien lo ha hecho.
En el Cuaderno 21 se añaden ciertos detalles, al tiempo que el elemento G del listado alfabético que aparece en el Cuaderno 66 incluye un ardid similar de la trama, aunque con un planteamiento muy distinto:
Enfermera jubilada… la maniobra de la apomorfina…
Evelyn Dane hereda de la tía… Mary es la verdadera hija… en realidad es su señorita de compañía… Jeremy es un primo que estuvo enamorado de Evelyn y ahora lo está de Mary… La enfermera finge una gran sorpresa al ver a la señora.
La foto de D… es quien la atendió al dar a luz a una hija, etc.
Veneno… un hombre inyecta apomorfina tras compartir un plato… pequeño tubo de morfina que se encuentra después… en realidad es apomorfina. Reunión familiar… el padre es asesinado… ¿quién ha sido? Tomó whisky con soda a la hora de merendar… Los demás han tomado té, un té recién hecho
La reunión familiar que se menciona en este extracto fue transformada, pero la idea consiste en camuflar el veneno en un té recién hecho, y ésta se conservó.
Al igual que en el caso de otras obras, los cuadernos contienen pocas diferencias con la novela terminada, lo cual nos lleva a sospechar que tuvieron que existir notas previas, y descartadas, que ya no se conservan. Aparte de los cambios de algunos nombres —Roger pasa a ser roddy, la señora Dacres es la señora Welman, y la primera enfermera se convierte en O’Brien—, las notas siguen el desarrollo y los detalles de la novela casi al pie de la letra:
Comienzo
Elinor en Londres… carta anónima… se acusa de una influencia indebida… Elinor está a punto de destruirla…
Llama entonces a Roger
La anciana señora Dacres está muy enferma… Las enfermeras la cuidan… habladurías. La señora La enfermera Chaplin… una enfermera del pueblo… La enfermera Hopkins… hablan unas con otras… Una fotografía de la señora D… Se la pide… La ha firmado Lewis… su marido se llamaba Roger Henry
La muerte de la anciana señora es un tanto repentina… ¿Es sospechosa la ausencia de morfina? Las enfermeras no están seguras… Muere sin haber hecho testamento
Los personajes también estaban decididos desde una etapa muy temprana; al margen de los nombres, no cambió ninguno de ellos. También desde el comienzo estaba definido el triángulo eterno:
Los parientes… en la casa
Mary Dane [Gerrard], hija del jardinero, actuaba como señorita de compañía
Llega Evelyn, su sobrina… y Roger Dacres, sobrino de su marido
Ella es todo un personaje… Endurecida, con mucho mundo… Antagonismo entre Mary y ella
Roger se enamora de Mary… Eve le da una cantidad de dinero…
Mary vuelve a la vida… La enfermera Chaplin le aconseja que haga testamento
El doctor Lord… Un hombre joven y apuesto… ¿Se enamora de Elinor?
Las enfermeras… Moira O’Brien reside en la casa… la enfermera Hopkins viene del pueblo, llega todas las mañanas a echar una mano.
Cuando se marcha la enfermera C… Mary la acompaña…
Dice que su tía de Australia es enfermera en un hospital
¿La muerte de Mary? Está en la casa de campo… Elinor le pide que se acerque a la casa a almorzar, la invita a un almuerzo frío… Bocadillos… La enfermera se ofrece a prepararles una agradable taza de té (apomorfina en la cocina)… Los bocadillos… Mary tomará los de salmón, porque es católica… Se excita primero y luego se amodorra… A la enfermera Hopkins no le gusta el aspecto que tiene… Manda recado al médico… Es difícil de localizar… Envenenamiento por morfina
Uno de los defectos que presenta la trama de Un triste ciprés es que en ese almuerzo mortal el asesino no puede saber que Elinor Carlisle no tomará el té envenenado que tome Mary. La breve nota del Cuaderno 21, la que indica que «Mary tomará los de salmón, porque es católica», podría haber sido una solución inicial al problema que presentaba el tener garantías de que la víctima ingiriese el veneno, en un intento por limitar las posibilidades de elección de Mary entre los distintos bocadillos (suponiendo erróneamente que fuera éste el método de envenenamiento). Sin embargo, como el asesinato se produce en jueves (según el capítulo 7), Mary no tiene ninguna limitación a la hora de elegir lo que coma; la prohibición de comer carne sólo era efectiva los viernes. Llegado el momento, el asesino tampoco preparó los bocadillos presuntamente envenenados, de modo que no pudo orquestar ese aspecto de la escena. Parece que se trata de un problema muy preciso.
Pero existe otro más, que también es de carácter práctico. ¿Cómo iba a saber la enfermera Hopkins que Elinor y Mary iban a llegar de la casa de campo a la casa principal a tiempo de ese fatal almuerzo? ¿Cómo es que llevaba encima una jeringuilla hipodérmica con apomorfina? El plan original de envenenar a Mary en su propia casa de campo (la de Hopkins), según deduce Poirot en el último capítulo, tampoco da respuesta a esta cuestión, ya que ese planteamiento, en caso de incluir también a Elinor, sería tan improbable que resultaría sospechoso. Por desgracia, los cuadernos no dan ninguna indicación sobre si Christie consideró o no esta dificultad.
Los momentos que siguen al asesinato también se reflejan con exactitud en el Cuaderno 21, con muy pocas diferencias respecto de la novela concluida:
La muerte de la anciana señora… sin dejar testamento… su fortuna pasa al pariente más cercano, que es Elinor
E y Roger… Cierto envaramiento… Ella dice que da igual cuál de los dos la tenga… Él vuelve a sentir frialdad entre ambos.
R. y Mary… una incipiente historia de amor… Ella está contenta…
El joven pretendiente de Mary, Edmund, está enfadado… Discuten
Elinor los ve juntos… R. la está llamando por teléfono
Elinor da a Mary mil libras esterlinas… Ella las acepta
Y por último…
El doctor Lord acude a Poirot… insiste en que no fue ella…
No puede ser
Hopkins no tuvo nada que ver con los bocadillos… Se limitó a preparar el té que tomaron las dos… Un papel con restos de morfina en la cocina… Estaba abierta… Alguien pudo haber entrado mientras los demás estaban en la casa de campo
El caso de los anónimos
14 de junio de 1943
Escribe el dedo que se mueve, y una vez ha escrito sigue moviéndose.
Las rubáiyatas de Omar Jayam
Poco después de que Jerry Burton y su hermana se instalen en el idílico pueblo de Lymstock, una serie de cartas anónimas comienza a aterrorizar al vecindario, y más cuando culmina con la muerte de la esposa del abogado de la localidad. La esposa del vicario resuelve mandar a buscar a un experto en maldades…, que no es sino la señorita Marple.
Éste es un ejemplo más de una novela con narrador masculino. Aparte de las novelas que narra Hastings, otros siete títulos (El asesinato de Roger Ackroyd, Muerte en la vicaría, El caso de los anónimos, La casa torcida, Noche eterna, al igual que El misterio de Pale Horse y Los relojes están narrados en parte por personajes masculinos) tienen narradores de género masculino, mientras que sólo dos (Asesinato en Mesopotamia y, en su mayor parte, El hombre del traje marrón) son narrados por mujeres. Si bien no es ni mucho menos extraordinario que una escritora escriba desde el punto de vista del varón, es posible que en el caso de Christie esto viniera dado desde el primer momento, desde que creó la figura de Hastings, el cronista de Poirot, y se acostumbró a la idea de contar el relato desde ese punto de vista. Habría sido inconcebible que Poirot tuviese una amiga íntima con la que viviera y compartiera sus casos. No menos inconcebible, aunque por otros motivos, hubiera sido que los relatara su esposa, claro está. En El caso de los anónimos también es un tanto extraño que sea Jerry Burton quien narre la totalidad del relato sin decirnos nunca nada acerca de su persona o la de su hermana. Dejando a un lado el hecho de que fuera piloto y de que Joanna tenga una ajetreada vida social, no llegamos a saber nada de ellos.
La señorita Marple fue designada detective del caso desde el principio, por lo que su ausencia hasta el capítulo 10 (de la edición británica) es todavía más peculiar. Es casi una aparición estelar: menos de una docena de páginas. El ambiente, sin embargo, es propio del territorio de la señorita Marple, y Lymstock es el típico pueblo de Inglaterra que se relaciona en el acto con Agatha Christie. Aparte de St. Mary Mead, el número de pueblos semejantes en las novelas de Christie es de hecho sorprendentemente bajo, a pesar de la sensación habitual de que todas se desarrollan en esa clase de entorno.
El caso de los anónimos también tiene el desenlace más insólito de todas las novelas de Christie. Nos enteramos de quién es el asesino antes de que la señorita Marple nos dé la explicación. La estratagema que se emplea para cazar al asesino la conoce el lector cuando lo ve en un nuevo intento de asesinato. Eso no coincide con otros ardides por el estilo, por ejemplo en Un cadáver en la biblioteca, Cartas sobre la mesa y Hacia cero, en donde el lector no conoce la identidad de la víctima a la que se tiende una trampa.
Sólo hay quince páginas de los cuadernos dedicadas a El caso de los anónimos y, al margen de unas cuantas referencias de pasada en otras partes, la mayoría se encuentran en el Cuaderno 62. No parece que le supusiera grandes problemas técnicos, además de que la trama progresa con toda normalidad. Y se pliega a su sistema entonces habitual de asignar letras a las escenas. La primera vez que aparece la idea está fechada, aunque no con demasiada precisión, en 1940:
Ideas (1940)
Pluma envenenada… cartas en un pueblo… apuntan a una «soltera reprimida»… en realidad, todo es una argucia que ha ideado otro para desacreditarla (¿una madre con recursos?) La señorita Marple
Aunque la «soltera reprimida» como posible fuente de las cartas anónimas es algo que se comenta mucho en Lymstock, tal como sin duda esperaba el asesino, la idea de la «desacreditación» fue abandonada, pues tal vez también tenía demasiadas resonancias de Matar es fácil, entonces reciente, en la que el asesino tiene la esperanza de que los asesinatos desacrediten a su verdadero objetivo, una persona que tiene grandes motivos para liquidar a todas las víctimas.
Christie comenzó a trabajar en la novela al año siguiente, como se demuestra por una nota posterior; el planteamiento general de la novela sigue muy de cerca las notas del Cuaderno 62. En un característico despiste de Christie, recurre al delito menor de las cartas anónimas para camuflar el delito grave del asesinato. Es el mismo principio del camuflaje que adopta el asesino en El misterio de la guía de ferrocarriles, aunque en esa novela hay toda una serie de asesinatos que se emplea para camuflar uno en particular. El pueblo, los personajes y sus nombres, los sucesos y el primer asesinato aparecen en el libro igual que en el cuaderno:
Cartas anónimas… intencionadas… al final la mujer se suicida a resultas de la carta… ¿o es en realidad asesinada? (¿por su marido?)
Libros 1941 ¿La señorita M? ¿O relatado en primera persona?
La pluma envenenada… En todo el pueblo… Desgracia, etc. La mujer de un abogado (?) recibe una… se quita la vida… en realidad la ha matado su marido… y guarda una carta en su bolsillo, que habla de algo que no es cierto
Sospechosa de escribir las cartas… ¿La hermana del vicario? ¿La mujer? Directora de colegio… ¿La mujer la hermana del médico? Una solterona corajuda… una criada…
La criada es la siguiente en ser asesinada porque vio algo o sabía algo
Descripción del pueblo… Un pueblo con mercado que ha conocido tiempos mejores… Alquilan un bungaló… Llegan las cartas… No es la hermana… Se pregunta si es algo que abunde… ¿Y si con un disparo a ciegas acertase en la diana?
Resumen de la gente que conocen
El doctor Thomas… su hermana… una mujer feroz y «de aspecto varonil»… el pequeño señor Pye… El vicario… su esposa… va a casa y encuentra a la señora Symmington de visita
En las notas para esta novela volvemos a ver el método por el cual Christie asigna letras a las escenas, aunque en este caso no se especifica ninguna reordenación precisa:
Progreso El caso de los anónimos Puntos
- J[erry] descubre el libro de sermones con páginas recortadas [capítulo 9 v]
- Megan va a casa [capítulo 7 ii]
- La criada se entera de algo… escena entre Elise y ella
H[olland]… Joanna escucha vuelve y ¿se
lo cuenta a J? ¿Volvió esa misma tarde? ¿Vuelve a pedir consejo a
Partridge?
Es asesinada… intencionalmente [capítulo 7, aunque no exactamente como se describe aquí] - Té con la señorita Emily… un dragón grande y tosco la vigila [capítulo 7 iv]
- ¿El vicario? Su esposa… vaga… ¿Desdén? Da en el clavo… La pobre Aimeé es muy desdichada [capítulo 5 i]
- ¿El instituto? Alguien mecanografía… Entra J… descubre a Aimeé, que ha «oído» marcharse a alguien [capítulo 10 ii]
- J se va a dormir «No hay h[umo] s[in] f[uego]»… Humo… Cortina de humo… La guerra… Un «trozo de papel» La enfermera se lo cuenta como a un niño… etc. [capítulo 8 i]
- Rencoroso rumor sobre… Elsie ha de ser la n° 2 [capítulo 9 ii]
- Las cartas enviadas por correo… la de Aimeé está escrita en el instituto… una de ellas es LA CARTA… cambiada… (¿los detuvo y los encontró en la calle?… S[ymmington] estaba allí) (E[mily] B[arton] en el instituto también) [capítulo 13 ii]
Como bien se ve, el orden cambió sustancialmente; el libro mutilado de los sermones (escena A) no se descubre hasta el capítulo 9…, y las escenas se reparten a lo largo de todo el libro. La escena C es un giro ingenioso sobre el tema de la persona que «sabe algo» y que por ese motivo pasa a ser la siguiente víctima. Aquí, en vez de saber o ver algo peligroso para el asesino, la criada «sabe algo» porque no ha visto nada. El hecho de no ver nada cuando tendría que haber visto algo es lo que sella su destino.
El caso de los anónimos es otro título que Christie pensó en adaptar al teatro. El Cuaderno 45 consta de notas preliminares, en las que se incluye una lista de los personajes de la novela y algunos escenarios provisionales. En el fondo la novela es demasiado «móvil», tiene demasiadas escenas en la calle y en las casas de Lymstock. El potencial múltiple de las ambientaciones, como se apunta más abajo, generó problemas inmediatos a la hora de idear una dramatización aceptable de este título:
¿La escena?
¿Una casa pareada, una casa dividida?
El jardín lo usan ambos inquilinos
Sala en comisaría
Casa de Symmington
E l caso de los anónimos no sólo se publicó casi un año antes en Estados Unidos, sino que además las ediciones norteamericana y británica son significativamente distintas, aunque esto no salió a la luz hasta mediados de los años cincuenta. Cuando Penguin publicó el título en 1953, una serie de cartas de diversas personas llamaron la atención de Edmund Cork sobre estas discrepancias. Había proporcionado a Penguin un ejemplar de la edición estadounidense para que se reimprimiese, pues el archivo del agente en el Reino Unido había sufrido graves deterioros durante la guerra. Cuando contactó con el agente de Christie en Estados Unidos, en julio de 1953, en busca de una explicación de ciertas incongruencias, resultó difícil averiguar cómo se pudo producir el error. La explicación más probable, según ambos, es que los editores norteamericanos trabajasen a partir de un original utilizado por la revista que lo publicó por entregas, Colliers Magazine, que había hecho cortes y supresiones en el manuscrito. Es un fallo que desde entonces se ha perpetuado. Si bien el relato básico sigue siendo el mismo, muchos de los personajes menores han desaparecido de la edición estadounidense, y algunos pasajes, incluida la escena inicial, son sustancialmente distintos. Además de algunas referencias desconcertantes a personajes que (aparentemente) no existen, el efecto global es que la estadounidense es mucho más breve. Esa situación, y seguramente también la misma explicación, se puede aplicar a Matar es fácil.
Sangre en la piscina
25 de noviembre de 1946
Detesto la hondonada que hay tras el bosquecillo,
las lindes del campo manchadas están de rojos brezos,
los rojizos bordes supuran con el horror callado
de la sangre, y el eco, si preguntas, responde: «Muerte».[25]
Tennyson, Maud
A Poirot no le hace ninguna gracia la escena que presencia en la piscina, el hombre tendido de mala manera y la mujer que empuña el revólver ante él. Deduce que se ha dispuesto así sólo para que él la vea, hasta que cae en la cuenta de que no es un montaje, sino que está viendo a un hombre que se muere…
Poirot cita el poema de Tennyson en el capítulo 18 y, aunque es bastante más sangriento que la novela, Henrietta entiende el simbolismo relevante. Es interesante que el último verso del poema también aparezca en el Cuaderno 3, en una entrada fechada en octubre de 1972, cuando Christie planeaba la que había de ser su última novela.
El primer atisbo que tenemos de la trama de Sangre en la piscina se puede ver en un apunte de pasada en el Cuaderno 13 —«Poirot pide que lo lleven al campo… encuentra una casa con varios detalles fantásticos»—, oculto en medio de una lista de ideas de la A a la Z. El hecho en sí de que Poirot vaya «al campo» es la primera pista, aunque los detalles fantásticos son los elementos de la escena con que se encuentra cuando llega a la finca llamada The Hollow, el hombre moribundo y tendido en la piscina, la sangre que gotea en la piscina misma, la mujer ante él con un revólver en la mano y el resto de las personas que presencian el drama, una de las cuales sostiene un cesto de huevos y otra una cesta con dalias.
Descrito en la contracubierta de la edición original de un modo un tanto anodino, «un relato humano sobre seres humanos», Sangre en la piscina es casi un título de Mary Westmacott. Recuerda a una novela «normal» y no tiene demasiadas semejanzas con la detectivesca, además de que contiene menos pistas y labores de investigación que casi cualquier otro título de Poirot. En un artículo para el Ministerio de Información, en 1945, Christie escribió lo siguiente: «Naturalmente, los métodos que una pueda tener van cambiando. Con el paso de los años me han ido interesando más los preliminares del crimen. Las interrelaciones de los personajes, los resentimientos profundos que aún arden en ascuas, las insatisfacciones que no siempre afloran a la superficie pero que de pronto pueden dar lugar a un estallido de violencia». Éste es el modelo de Sangre en la piscina, un fin de semana de emociones dormidas y complejas que da pie a un asesinato. El dibujo de los personajes que intenta en esta novela es el más perspicaz que ha realizado hasta la fecha. Cinco cerditos y Un triste ciprés le allanaron el camino, pero en Sangre en la piscina sus poderes de caracterización del personaje alcanzan su máxima expresión, cierto que en detrimento, por desgracia, de la trama detectivesca. Cinco cerditos es un ejemplo perfecto del maridaje de ambos ingredientes, mientras Un triste ciprés conserva una trama detectivesca clara, con sus pistas y sus coartadas; en cambio, en Sangre en la piscina la tarea de investigación es mínima y Poirot es casi un añadido.
Años más tarde, cuando Christie quiso adaptar Sangre en la piscina para el teatro, prescindió de Hércules Poirot. Y es difícil no estar de acuerdo con esta decisión. De todos los casos de Poirot, éste es en el que menos encaja. Es inconcebible que haya comprado una casa en el campo, cosa que no se menciona en ninguna otra ocasión. Además, éste es un caso en el que apenas hay pruebas físicas, y la trama depende casi por completo de los personajes. Cuando Christie señala en su Autobiografía que Poirot no encaja en la novela acierta de pleno. Fue seguramente la presión de sus editores lo que la llevó a insertarlo en un medio que le es ajeno; no había aparecido en una novela desde Cinco cerditos, tres años antes. No aparece hasta pasadas casi cien páginas, y es llamativo que sus giros en francés hayan desaparecido casi del todo. De la adaptación escénica también se cae el personaje de David Angkatell, que es completamente superfluo, y cuya ausencia de la novela tampoco habría tenido efectos adversos.
Las notas del Cuaderno 13 van precedidas por La venganza de Nofret y Pleamares de la vida, una secuencia que se refleja en el orden de publicación. El primer punto de interés en el Cuaderno 13 es el hecho de que se considerasen dos títulos alternos para Sangre en la piscina. Ambos reflejan ciertos elementos de la novela terminada. Los acontecimientos tienen lugar, en efecto, a lo largo de un trágico fin de semana, y los conmovedores recuerdos de otros tiempos más felices —motivo que recorre la novela— dominan la vida de muchos de los personajes:
Fin de semana trágico
Viaje de regreso
Elizabeth Savarnake [Henrietta]
Lucy Angkatell
Gwenda… su sobrina [Midge]
John Christow/Ridgeway
Gerda Ridgeway
Veronica Cray
Edward
Henry Angkatell
Lady Angkatell a primera hora de la mañana… Gwenda…
La pobre Gerda, etc. [capítulo i]
H. P. en la puerta de al lado
En Sangre en la piscina se detecta el eco de Greenway en las descripciones de Ainswick, la mansión familiar de los Angkatell que domina tanto el libro como las vidas de muchos de los personajes. Se describe así en el capítulo 18: «La casa blanca y elegante, el gran magnolio a la entrada, enmarcado todo ello en un anfiteatro de colinas arboladas»; en el capítulo 6, «la última curva antes de atravesar la cancela y ascender por el bosque hasta que se veía el campo abierto en donde estaba la casa, grande, blanca y acogedora».
Nótese que prescindió del nombre de la sobrina, Gwenda, (tal vez por su semejanza con Gerda) en favor de Midge. Pero también es posible que exista una conexión con la Gwenda que aparece en Un crimen dormido, sobre todo a la vista de la nueva cronología de la redacción de esa novela (véase el capítulo 7). Y la alternativa que se consideró para el nombre del doctor John Christow, Ridgeway, había de ser el nombre de la enfermedad sobre la cual investiga.
Los elementos más sobresalientes de la trama se describen sucintamente en media docena de páginas del Cuaderno 13:
John en la mesa de su consulta… Cambio de marchas…
Molesto con G.
E. y su magnífica habilidad con los coches
E. en su estudio
Edward… nerviosismo, astucia; un ser inteligente
Puntos
Gerda con total claridad porque descubre la relación de John
Lady A… mera vaguedad
Edward… enamorado de Eliz.
Eliz. [Henrietta]… con gran inteligencia procura escudar a G
El trozo de arcilla que apunta a ella
Termina cuando Gerda pretende asesinar a Eliz.
Se comentan por encima más detalles prácticos en el Cuaderno 31:
Estricta cuestión de mecánica
G. toma los revólveres… dispara contra John… Pone el revólver entre la labor de punto… bolsa… o pone el revólver en la estola de zorro y el bolso junto al sofá. Lo encuentra Henrietta… lo vuelve a colocar en su sitio, en la colección
El inspector acude a ver a sir Henry… le pide el revólver. ¿Falta otro tal vez?
Sir H. se queda sin palabras… al final dice que sí
¿Estaba en una cartuchera?
Sí
Aparece la cartuchera en una carretera cerca de la casa de V… ¿en un arbusto?
Gerda saca dos revólveres… le dispara con uno pone la cartuchera en el zorro de V y le dispara… deja la bolsa de las labores y otra junto al cuerpo de John o bien sigue a John hasta la granja… deja la cartuchera… vuelve tras él a la piscina… le dispara… ¿vuelve a la casa y esconde el revólver?
¿Lo recupera durante la investigación? Gudgeon coge el revólver de entre los huevos… Lo coloca en su estudio
Henrietta en efecto procura proteger a Gerda, aunque no recurre a la maniobra del trozo de arcilla. Tampoco se da un intento de incriminar a Veronica Cray colocando la pistola en su estola de piel, aunque en la adaptación teatral la pistola aparece en el bolso de Veronica. Con su acostumbrada fertilidad de invención, Christie esboza unas cuantas posibilidades para desechar el arma del crimen junto con la cartuchera, elementos de las cuales —los dos revólveres, el revólver que le falta a sir Henry, Gudgeon y los huevos— se subsumen en la novela.
Christie introduce, en el Cuaderno 32, una secuencia alfabética ya reordenada (aunque no aparezcan los puntos F, G o I, por la razón que sea), si bien no es exactamente la que se sigue en la novela. Nótese que aquí hace referencia al relato llamándolo «Echo», reflejo del verso final de la cita de Tennyson:
Final de Eco
H. P. en un asiento junto a la piscina… Los hombres del inspector llegan estrepitosamente
Grant acude a él… le toma el pelo
A. Hay que encontrar la pistola con que se ha disparado antes… la señora C no tiene tiempo de esconderla… Tiene que estar escondida cerca [capítulo 26]
B. Todos ellos tienen un motivo… Lady A y David… Edmund y Henrietta. P. dice la solución… lejos, no hacia, desde, no hacia. G[rant] dice a veces pienso que todos lo saben… P dice todos lo saben. [capítulo 26]
C. Lady A… sobre la verdad… se daría por satisfecha [capítulo 27]
H. Midge rompe el compromiso [capítulo 27]
D. P. en casa… El inspector… encuentran la pistola [capítulo 26]
E. Midge y Edward y gas [capítulo 28]
J. P y Henrietta encuentran la cartuchera de cuero [capítulo 29]
Pleamares de la vida
12 de noviembre de 1948
En los asuntos de los hombres hay un flujo
que lleva a la fortuna si aprovechas la pleamar…
Shakespeare, Julio César
Gordon Cloade es asesinado en una incursión aérea, y su joven y reciente esposa, Rosaleen, hereda una fortuna. Cuando una misteriosa muerte lleva a Hércules Poirot a Warmsley Vale, se da cuenta de que la familia Cloade, muy necesitada de dinero, tiene buenos motivos para matarla. Así pues, ¿por qué no fue Rosaleen la que murió?
Pleamares de la vida fue otra novela (como El tren de las 4:50 e Inocencia trágica) cuyo título causó algunos problemas. La sugerencia original era Marea creciente o Sube la marea, hasta que se descubrió que la nueva novela de Taylor Caldwell se iba a titular There is a Time [Hay una hora][26]. Así probablemente se explique por qué en el transcurso de las treinta páginas de notas, esparcidas a lo largo de trece cuadernos, no aparece mencionado el título Pleamares de la vida (o su equivalente en Estados Unidos, There is a Tide [Marea alta]). En el cuerpo de la novela, la cita aparece en el libro II, capítulo 16. De hecho, la génesis del título y del libro mismo resulta mucho más compleja. En una carta fechada en septiembre de 1947, el agente de Christie hace referencia a la versión revisada de Pleamares y al «magnífico trabajo de alteración». Esta hipnótica alusión seguirá por fuerza siendo un misterio, ya que no existe en los cuadernos o en la correspondencia que se conserva nada que nos la aclare.
La trama de Pleamares de la vida es una de las más complejas de Christie. Para empezar, ninguna de las muertes es lo que parece en un principio. La primera, presuntamente un asesinato, es un accidente; la segunda, presuntamente un suicidio, es de hecho un suicidio (aunque los lectores de Christie más curtidos recelan de que sea un asesinato); la tercera, presuntamente un suicidio, es un asesinato. Esta combinación de explicaciones es única en toda la dilatada producción de Christie.
Por si fuera poco, tanto Frances como Rowley Cloade, independientemente el uno del otro, complican el «plan» del verdadero asesino por medio de varias tramas secundarias que son propias de ambos, cada una de las cuales termina con la muerte violenta de sus cómplices. Se da entonces una gran confusión sobre la identidad del primer cadáver. ¿Es Enoch Arden? ¿Sigue vivo Robert Underhay? ¿Es el muerto el hombre que encontraron en el Jabalí Azul? Si no lo es, ¿de quién es ese cadáver? Este ardid de la trama lo comparte con brillantez La muerte visita al dentista, y con menos éxito se reitera en El tren de las 4:50.
Parte de esta complejidad se refleja en las notas, debido sobre todo al hecho de que se entrelazan durante gran parte del tiempo con las tomadas para El truco de los espejos y Un crimen dormido. En las notas, el título provisional de Pleamares de la vida oscila entre «Cubridle la cara», que también fue en su día el título de Un asesinato dormido, y «Espejos», abreviatura de El truco de los espejos. Cada uno de ellos se emplea en tres ocasiones, pero en todos los casos con los nombres de los personajes y la trama de Pleamares de la vida. Vale la pena recordar que ninguno de los tres es muy específico; los tres podrían, con una mínima torsión, servir de título a cualquier escrito de Christie, mientras que otros como Asesinato en el Orient Express o La muerte de lord Edgware son precisos y no resultarían intercambiables.
En las páginas iniciales de los Cuadernos 19 y 30 hallamos la génesis de la situación familiar de los Cloade:
Cubridle la cara
Personajes
Los Cloade
Nathaniel… abogado… malversa fondos [Jeremy]
Frances… Su esposa, hija de… lord Edward Hatherly y lady Angarethick… dice que toda su familia son unos malvados
Jeremy… ex piloto, un fuera de la ley… osado [probablemente, el origen de David Hunter]
Jane Brown… muchacha de carácter, ¿prometida de Jeremy? [Lynn]
Susan Cloade… (¿o una viuda?) Fría, discriminadora, perspicaz [Adela o Katherine]
Rosaleen Hunter
Nathaniel Clode
Frances Clode… (esposa aristócrata)
Susan Ridgeway
Una Cloade… viuda de guerra… se dedica a criar perros de raza
Sin embargo, y como de costumbre, los nombres habían de cambiar. El ejemplo anterior, tomado del Cuaderno 30, es la única vez en que se usa el nombre de Rosaleen en las notas, y se usa con el apellido Hunter, no Cloade. A lo largo de los cuadernos se hace referencia a ella por medio del nombre de Lena, diminutivo de Rosaleen. La «viuda de guerra» de los Cloade que se dedica a criar perros podría haberse inspirado en la hija de la propia Christie, Rosalind, amante de los perros y criadora, cuyo primer marido, Hubert Prichard, murió en la guerra.
En el Cuaderno 13 se ilustra la frecuencia con que Christie adoptó la ordenación alfabética:
- La señora Marchmont pide dinero a Lena… (¿lo obtiene?) [libro I, capítulo 5]
- Frances pregunta… David la interrumpe… Su reacción… Por el
momento, él no tiene miedo
David y Lena miran por la ventana… ve a Lynn.
¿Lena también la ve?
Se marcha… entrevista con Lynn… luego con él y de nuevo con Lena [libro I, capítulo 6] - Hércules Poirot… Tía Kathie… guía espiritual [prólogo]
- La granja… Lena y Rowley… Él la mira igual que la mira a ella… (¿planeando su muerte?) Ella se marcha… Llega un desconocido, pregunta el camino de… (?) Furrowtown… Pasa de largo… Su cara le resulta conocida a Rowley [libro I, capítulo 8]
- Rowley va a White Hart… Beatrice, la camarera… Foto de L. y Edmund… Frances y Jeremy… foto… para conseguir la dirección de H. P [libro I, capítulos 11 y 12]
- David lee la carta… prepara el equipaje… vamos a Londres… quédate allí, de esto me ocupo yo [libro I, capítulo 10]
- David y E. A…. ¿chantaje velado? D. dice vámonos de aquí [libro I, capítulo 9]
- ¿Dónde ha de entregarse el dinero? ¿En Londres? ¿En el metro? Poirot… ¿asiento?, etc. Bessie oye la conversación (David viaja a Londres… a ver a Lena en el metro… Rowley entre la muchedumbre) [no utilizado]
- Rowley visita a Poirot… Le apremia a que vaya a Warmsley Heath [libro II, capítulo 1]
- Muerte de E. A…. David es sospechoso… ¿detenido? El botón en la mano del muerto [libro II, capítulo 5]
- Lena y la Iglesia [libro II, capítulo 6]
- Poirot y Lynn… la gente siempre es igual, no suele cambiar [libro II, capítulo 12]
Aunque de todo esto la mayor parte aparece con ligeros cambios en la novela tal como se publicó, hay una serie de diferencias menores: la escena H no aparece en absoluto; Furrowtown, en la escena D, pasa a ser Furrowbank en el libro; no es un botón (escena J) lo que aparece en la sala, sino un encendedor con las iniciales DH; la escena C de la novela precede a la mayor parte de la acción. La religión de Rosaleen, aparte de ser un factor de peso en su personalidad, es también un importante mecanismo de la trama. Su pertenencia al catolicismo y su culpabilidad concomitante es un elemento que impregna toda su conversación con David. Si se vuelve a sus escenas a la luz de la solución, gran parte del diálogo adquiere un sentido distinto. Y es la escena de la iglesia la que proporciona a Poirot una de las pistas:
Lena… deprimida… dice… he estado muy preocupada… desea ver al sacerdote… le pregunta… no va a confesar
El sacerdote… Lena… (o bien un presbítero) Ve a confesar… estoy en pecado mortal
Lena cobra conciencia… su carta… planea la muerte… perversidad… Quiero hacer las reparaciones que pueda hacer
La muchacha y la iglesia c[atólica]… P la ve
Pleamares de la vida es otra novela de la que se rechazaron unas cuantas ideas intrigantes:
Lena en Londres… D. la llama por teléfono… va a la estación… ve al jefe de estación… Sale corriendo del expreso cuando se pone en marcha… regresa a White Hart y entra por la ventana… Asesina a E. A. pero deja una pista, algo que a él se le ha pasado por alto (¿un encendedor?)… va a la cabina de teléfonos
L. llama por teléfono a Anne 9.18
D. “ “ “ (te esperan en Londres)
Aquí vemos el planteamiento de la llamada telefónica falseada que sirve de coartada a Hunter. Pero no acuchilla a «E. A.» (Enoch Arden), ya que cuando llega lo encuentra muerto debido a una herida en la cabeza. En gran parte de las notas, entretanto, el malvado es Rowley:
Rowley dispone el suicidio de L (en Londres) Ha ido a ver un toro, etc.
¿Desempeña Rowley el papel de Underhay en Londres… con Lena?
Aunque no sea posible acusarle al final de la novela, Rowley sí tiene sobre su conciencia dos muertes. Sin embargo, desempeñar el papel de Underhay en Londres podría considerarse una complicación excesiva. Otra de las sugerencias fue que Rowley y Frances trabajasen de común acuerdo:
Rowley… celoso de David… tiene planes… él y Frances acuerdan el chantaje… pero la idea de Rowley consiste en heredar… así que Lena ha de morir
De hecho, en la novela se da el caso de que Rowley y Frances trabajan con independencia, aunque sin la intención de matar a Rosaleen.
Es posible que el botón del vestido de Lena se encuentre junto al cadáver de E. A. O bien se lo lleva Rowley. Se oye un disparo cuando Anne y R y D se acercan a la casa. Se sugiere que R podría haber puesto una bomba de relojería en un cartucho
Una bomba de relojería que falsee un disparo de arma de fuego, con lo cual se siembra la confusión sobre la hora de la muerte, es uno de los mecanismos de la trama en Muerte en la vicaría, pero Christie, aparte de esto, se sirvió en muy contadas ocasiones de la mecánica para lograr los efectos que perseguía (El asesinato de Roger Ackroyd es otra excepción notable), y es de agradecer que no empezase a hacerlo a estas alturas.
Aunque esté precedida por una serie de ideas descartadas —así, Nathaniel/Jeremy no recurre al chantaje y al asesinato—, la última línea de la nota siguiente sí refleja la realidad de la novela. El comandante Porter, en un retrato conmovedor, se muestra de acuerdo, a pesar de la pobreza, con incriminarse, aunque al final, en un fútil intento por recuperar el respeto que merece, se suicida:
Cubridle la cara
Nathaniel ha malversado montones de dinero de los ahorradores… la esposa es Rose… taimada, como lo son en el campo… le tiene cariño, pero conoce su debilidad… Con gallardía, sigue en el barco que se va a pique. Dice al final: «Pues claro que siempre he sabido que era un malvado…» Toda la familia es bastante malvada… pero Rose es una buena persona… (¡amable!). Enoch tiene un carácter de firmeza, el único que ella ha encontrado… La conversación en el club le inspira a contratar a Enoch para sondear a Lena y ejercer el chantaje. Enoch le aprieta las clavijas… mata a Enoch… (a) trata de encasquetarle el crimen a Lena… o bien (b) suicidio… luego va a ver a Porter… le identifica al muerto, Underhay… Porter, desesperado por la pobreza, está de acuerdo.
Lo que sigue, aun siendo un interesante giro de la trama, habría sido difícil de llevar a cabo:
U. está vivo… lee la noticia de la investigación… llega a Doon… ve a Lena… ¿se enamora de ella?
Eso supondría que Underhay se enamorase de la mujer que se hace pasar por su difunta esposa, y, efectivamente, le roba su fortuna. Pero la más intrigante de las ideas que descartó Christie es la relativa al posible título del libro:
Cubridle los ojos… Mis ojos deslumbran… ella murió tan joven… estalla David. ¿Por qué?
Exacto: ¿por qué? ¿Por qué iba a exclamar David Hunter una cosa así? La cita «Cubridle los ojos… Mis ojos deslumbran… ella murió tan joven» está tomada de La duquesa de Malfi, y hace referencia al asesinato de una mujer cometido por su hermano. Presumiblemente, David podría haberla empleado en caso de morir Rosaleen, su «hermana»… Así se entiende por qué pudo considerarse como posible título Cubridle la cara. Pero tal vez fuese al revés, y Christie lo consideró un buen título, que sin duda lo es, con el cual estuvo deseosa de trabajar. Sea como fuere, haciéndose eco de la escena crítica del capítulo 3 de Un crimen dormido (véase el capítulo 7), se puede considerar una confirmación más de que Un crimen dormido se escribió más tarde de lo que se suponía hasta ahora.
El misterio de Pale Horse
6 de noviembre de 1961
Y miré, y he aquí que vi un pálido caballo,
y quien lo montaba tenía por nombre Muerte.
Revelación 6:8
Aparece una lista de nombres en el cadáver de un sacerdote asesinado, pero ¿qué tienen en común todos ellos? ¿Puede producirse un asesinato por sugestión? ¿Practican realmente las ancianas de Much Deeping la magia negra?
Aunque escrita en 1960 y publicada al año siguiente, El misterio de Pale Horse tiene su inspiración muchos años antes. El señor P era un farmacéutico que casi cincuenta años antes instruyó a Agatha Christie en la preparación y dispensa de fármacos. Un día le mostró una sustancia de color oscuro que se sacó del bolsillo y le explicó que era curare y que la llevaba encima porque le producía una fuerte sensación de poder. Según escribe en su Autobiografía: «Me sorprendió que, a pesar de su apariencia de querubín, pudiera ser un hombre peligroso. Su recuerdo lo conservé durante tanto tiempo que me puse a escribir sobre aquello cuando concebí la idea inicial de El misterio de Pale Horse».
Se trata de uno de los títulos más potentes de sus últimos quince años de carrera; El misterio de Pale Horse tiene una trama espantosamente verosímil, en la que se emplea un veneno muy poco corriente y se transmite una auténtica sensación de amenaza, muy superior al elemento habitual del misterio en el que lo que importa es averiguar quién fue el autor de los hechos. Al principio da la impresión de que Agatha Christie hubiera cambiado por completo de camino en la literatura y de que estuviera escribiendo sobre magia negra, aunque, como sucede en muchos de sus títulos, lo que uno cree ver no es exactamente lo que hay.
En el Cuaderno 58 aparecen dos páginas de notas sobre el «vudú» justo antes de las notas para El misterio de Pale Horse. Expresiones como «pacto de sangre… el sacrificio de un cerdo… vértebras de serpiente mezcladas… el asson, o cascabeleo sacrificial… Legba, el dios que destruye la barrera… Abobo, una exclamación ritual» llaman poderosamente la atención. La aplicación de todas estas indagaciones se percibe en el capítulo 6 de la novela.
Aunque las notas están repartidas a lo largo de cinco cuadernos, la trama básica quedó establecida relativamente pronto, al igual que algunos de los personajes. El Cuaderno 38 contiene un esbozo de las páginas con que se abre la novela, aunque la mujer no está muerta, sino que muere poco después de que el padre Gorman le administre los sacramentos. Parece desde el primer momento que el talio había de ser el método del asesinato. Y la escena de la cafetería, con el importante incidente en el que se tiran de los pelos, aparece en la novela exactamente igual que aquí:
El misterio del talio
Empezar por ejemplo con una lista de nombres
Sarah Montfort
Anthony West
La señora Evershed
Lilian Beckett…
Jaspar Handingly… Todos ellos muertos
Aparece muerta una mujer… una enfermera… el lugar, saqueado… dice que la lista… todos muertos
Todos están muertos
Comienza… en una cafetería… las chicas se pelean… una de ellas tira del pelo a la otra, le arranca un puñado de pelo…
¿Policía? La muchacha es una buena chica… se porta bien, dice que no le ha dolido mucho
La fórmula… agentes pagados… mujeres que hacen la ronda… reparto de frascos de medicamentos… etc. Pasan por varias casas del barrio… Informe sobre el servicio de la Seguridad Social
Aunque el talio —el método del asesinato en Pale Horse — lo empleó muchos años antes Ngaio Marsh, una de las grandes contemporáneas de Christie, en su novela titulada Telón de cierre, fue el libro de Christie el que adquirió notoriedad en el Reino Unido en junio de 1972, cuando Graham Young fue condenado por el asesinato de dos compañeros de trabajo y el intento de asesinato de otros dos, para lo cual se sirvió de ese mismo veneno. Tanto la novela como Agatha Christie salieron a relucir durante el juicio. Aunque Young negó haber leído El misterio de Pale Horse, un periodista emprendedor contactó con Christie para conocer su reacción ante los hechos. Ella le explicó que lo había utilizado en la novela por ser algo insólito e interesante para un novelista de tramas detectivescas, pues es una sustancia insípida e inodora, además de difícil de detectar.
Luego trabajó la mecánica del «agente de la muerte», una buena descripción, así como algunos de los «clientes» potenciales. No siguió con la idea de recurrir a Poirot, sino que se contentó con la segunda posibilidad…, la «sencilla», por así decir, sin formar parte de una serie:
Libro
¿Talio? ¿Serie de envenenamientos a lo largo de unos cuantos años? La caída del cabello, único síntoma en común
¿Poirot?
¿Sencillo?
Un «agente de la muerte»… Uno paga… la persona en cuestión muere… por causas naturales y variadas
La idea es como la de matar a un jurado (¿o Diez negritos?)
No hay relación aparente… pero sí que hay algo en común. ¿El qué?
La idea del Sindicato del Crimen organizado por (?) Osborne… Una personalidad extraña, dual… Una familia respetable… No es mala gente… Se marcha de casa, enfurecido, vuelve como el hijo pródigo… pero la respetabilidad de la clase media no es suficiente para él… Cuando muere el padre, adinerado… abre sucursales en 3 distritos con cargo a sus ayudantes… ya va a por otros… ¿Tiene en realidad una doble vida en el extranjero?
No está del todo claro si el doctor Corrigan, que aparece citado en el siguiente extracto, era un posible socio en el crimen, e iba a ser pariente de Ginger, mientras que Osborne fue el malvado de la trama desde el primer momento. Y el resumen que sigue refleja con bastante exactitud la novela tal como se publicó, aunque no en todos sus elementos…, el doctor C no está «en el lío» (es el médico de la policía) y el nombre de Venables no figura en la lista original: ambos se incorporaron después y los nombres de las tres «brujas» iban a cambiar:
Ideas
(1) Ginger es Ginger Corrigan… ¿heredera de un dineral?
(a) Su hipotético asesino se halla en una fiesta de tono social… la
esposa del hombre
(b) El doc. C.[orrigan] está en el
lío… ¿Osborne y él? Objeto… poner en marcha una gran unidad de
investigación en el extranjero
(2) Osborne… un personaje con doble vida… El padre fue un
próspero farmacéutico, chapado a la antigua…
O bien se da el caso de que O. se escapó de pequeño… se dedicó al
teatro… impostor
Idea aproximada de cómo se organiza la trama… ¿La organización?
Doble vida… un farmacéutico (la tienda)
Un rico… lisiado… colecciona plata… su nombre aparece «en la lista» (falsa)… su sobrina o sobrino será acusado falsamente.
Otros… 1° hombre de negocios… oficial… o se
encuentran en el parque
2° extrañas hermanas… ritual
3° persona empleada para realizar investigaciones sobre las
medicinas, etc. consumidas por las víctimas… Es un consumidor quien
investiga… cambia un medicamento por talio
El jefe de la operación, ¿el doctor C? Osbourn
La nuez de adán del falso jefe… El señor Vuillaumy [Venables] Un rico excéntrico
Siguiente:
Samuel, abogado al que se le prohíbe la práctica de la abogacía
3 E[xtrañas] Her[manas]
Thelma French… Sybil White (o un nombre griego)… Alison Wilde… cocinera… la bruja del pueblo
¿Acude Osborne a la fiesta de tono social desde Bournemouth? Aborda… se encuentra con Mark… llama por teléfono al doctor Corrigan… ¿o a la policía? Vio al hombre… Lo describe… escena en la farmacia de Bournemouth
Una de las posibilidades intrigantes de esta novela fue la introducción de la señorita Marple en la trama. No es algo tan descabellado como podría parecer en principio. En la novela aparecen unas cuantas señoras de cierta edad en un pueblo pequeño, así como su vieja amiga de El caso de los anónimos, la señora Dane Calthrop, de modo que la señorita Marple se habría sentido seguramente a sus anchas. Christie acarició dos ideas relacionadas con ella, las dos muy viables, una como vecina de una de las víctimas, otra como tía abuela de Mark Easterbrook:
El misterio de Pale Horse, notas adicionales
Cerca de la señorita Marple vive uno de los «nombres»
¿Es «Mark» sobrino nieto de la señorita M? (hijo de Raymond)
Tres hermanas «extrañas»… viven en «Pale Horse», que antes ha sido una posada… dentro hay una foto enmarcada… antes era la Posada señal en el fin Mark (?) la limpia… aparece el esqueleto montado a caballo… la señorita M aporta la cita de las Revelaciones
Thelma Grey es la propietaria de Pale Horse… su familia vino de Irlanda… brujería… su tatara-tatara-tía fue quemada por bruja (¡seguramente todo son mentiras dice alguien!). Habla de la brujería y de lo que representa
Por último, en el Cuaderno 6 aparece una anotación inesperada:
El misterio de Pale Horse ¿Obra teatral?
Expreso 2 chicas… Sobresalto de Andrew
Y eso es todo: no existe nada más. Es difícil ver de qué modo pudo la novela pasar a ser una buena obra de teatro. Tal vez la conversación sobre Macbeth y sus tres brujas animase a Christie a considerar una posible adaptación, pero, dejando a un lado las dificultades puramente prácticas, no era un caso apto para una dramatización.
El espejo se rajó de parte a
parte
12 de noviembre de 1962
Salió volando el hilo por los aires,
de lado a lado se quebró el espejo.
«Es ésta ya la maldición», gritó
la dama de Shalott.
Tennyson, La dama de Shalott
¿Qué fue lo que vio en su casa Marina Gregg, actriz de cine, residente en Gossington Hall, en el pueblo de St. Mary Mead, que la dejó «helada» antes de que allí se cometiera un asesinato? Siguen otros intentos de asesinato de Marina y se producen otras tres muertes antes de que la señorita Marple pueda explicarlo todo.
El espejo se rajó de parte a parte es la última novela de misterio ambientada en un pequeño pueblo. Christie comenzó a trabajar en este título a finales de 1961, y en enero del año siguiente ya la tenía avanzada. Sin embargo, cuando remitió el manuscrito en abril de 1962 se cruzaron unas cuantas cartas de manifiesta preocupación entre su agente y sus editores, y en un momento determinado pareció incluso dudoso que el libro estuviera listo a tiempo para la campaña de Navidad. La mención muy al comienzo de la rubéola alemana en el primer borrador fue sometida a consideración por parecer que delataba la trama, aunque su omisión por completo también parecía injusta, de modo que se impuso una reescritura de la novela. La primera persona que leyó el manuscrito cuando se recibió en Collins no sólo acertó al predecir la identidad del asesino, sino que también adivinó el móvil mucho antes de que se cometiera el primer asesinato. Y después de su publicación el problema siguió en el aire al recibirse una carta de un enojado lector norteamericano que se quejó del móvil y de su falta de sensibilidad ante una tragedia acaecida en la vida de una famosa actriz, Gene Tierney. A pesar de una réplica de Edmund Cork para indicar que Agatha Christie no supo nada de esto hasta mucho después, esta acusación vuelve a surgir de vez en cuando.
Las primeras seis páginas del Cuaderno 39 contienen una considerable exuberancia de ideas para la trama. La primera página se titula «Libro de la señorita M», en un exceso de confianza, y en el transcurso de las páginas siguientes se esbozan los mecanismos de la trama de Los relojes, Misterio en el Caribe y El espejo se rajó de parte a parte, además de algunas notas que se hacen eco de «El caso de la mujer del portero» (relato en el que el doctor Haydock la anima a desentrañar un «bonito» asesinato) y una idea breve —la muchacha y la mala caída— que es una escena descartada en el capítulo 2 de El espejo se rajó de parte a parte:
El doctor Haydock… se hace viejo… la señorita M dice que ya no puede tejer ropa con las agujas de punto… el doctor H le sugiere que se dedique a otra cosa… Siempre le han interesado los asesinatos, por no decir que ya lleva desentrañados unos cuantos… Y procede a contarle un relato.
En las viviendas protegidas… una muchacha que mira una casa sufre una mala caída… ¿la ha empujado el hombre que estaba con ella?
El relato del doctor H… ¿Es el relato de Relojes?
Mecanógrafa… ciega… el muerto
La señorita M con Jenny en las Antillas… el comandante con cara de sapo… su cháchara… el ojo de cristal… parece que mira a otro sitio y no a donde está mirando
Por fin se centra en el «Asesinato en las viviendas protegidas» (así es como lo denomina en todo momento) con la idea de que sea su próxima novela, cuya trama va trabajando en serio. Ésta es Agatha Christie, a sus setenta y un años, trabajando con plena creatividad a una edad en la que la mayoría de la gente se ha jubilado:
Jessica Knight… M le pide que vaya a la farmacia (?) Se levanta, se pone la chaqueta y se va a dar un paseo. Las viviendas protegidas… Entra en un país desconocido, oye retazos de conversaciones, casi sufre un accidente (?) El hombre y la muchacha… miran una casa… Ella tiene una caída… Heather Badcock
En el Cuaderno 4 se encuentra el germen de la idea que forma el principal mecanismo de la trama:
La idea de la rubéola… la razón del asesinato… ha nacido un niño con graves defectos debido a una infección durante el embarazo… cuando el «admirador» tenía la firme resolución de no perderse un encuentro con su ídolo
Y en el Cuaderno 8 se desarrolla aún más, por medio de un esbozo aproximado de los primeros capítulos:
Asesinato en las viviendas protegidas
Capítulo I La señorita Marple y las viviendas protegidas… el paseo que da… cuando aquel lugar era todavía Protheroes… La casa de la señora Bantry… las mujeres jóvenes que le recuerdan a varios conocidos… Y a Hilda Glazebrook… una de aquellas mujeres fatigosas, que no paraban de hablar. Patience Considine… Actriz, estrella del cine, la heroína que venera Hilda… un poco sobre la rubéola alemana… no tiene efectos graves… el aspecto de P… como si se hubiese quedado helada
La media docena de palabras que resultan motivo de litigio («un poco sobre la rubéola alemana») aparecen muy al principio de las notas, lo cual indica la intención que tenía Christie de entrar en un juego peligrosamente limpio con el lector. A la sazón, reescribió esta referencia y otras similares, y evitó toda mención de la rubéola alemana hasta muy al final de la novela.
El grueso de la trama que urdió para este título se halla en el Cuaderno 52, aunque a juzgar por la facilidad con que escribe la secuencia diríase que ya sabía adónde iba encaminada. En cuanto resolvió la ambientación de Gossington Hall y su nueva habitante, y una vez establecida la idea de la rubéola, el libro quedó esbozado a pedir de boca:
La señorita M desentraña… Marina Gregg compra una casa antigua… La señora B está alojada cerca
Su marido, Arthur Rossiter (?) un hombre inteligente y tranquilo… ¿el enigma?
Heather Beasly (?) en una vivienda «protegida»… La señorita M… sale a pasear… tiene una caída… Heather la ayuda… taza de té… hablan, etc. ¿sobre Marina Gregg? Relato de H. cuando tuvo la rubéola, etc. El señor Beasley, ¿empleado de un banco? ¿Agente de seguros? ¿Agente inmobiliario? ¿Profesor de escuela?
Encuentro entre M[arina] y H[eather]… el marido está allí (¿Relata la señora B todo esto más adelante a la señorita M?)
Alguna bobada que ha dicho H (¿primera mención de la rubéola de G?)… Bien, M le responde, bien, pero hubo un momento o dos… Y ella dijo distraída y como si estuviera pensando en otra cosa, mecánicamente… lo ha dicho tantas veces… pero con la mirada clavada sobre la cabeza de Heather… como si viese algo… algo terrible… ¿dónde?
Caja de la… escalera
Quién subía
La idea de mirar por encima del hombro como si tal cosa y descubrir algo asombroso / aterrador / desconcertante aparece en unas cuantas de las novelas de Christie, y en cada caso aporta una situación verosímil y completamente distinta. El primer ejemplo está en El misterioso caso de Styles, seguido pocos años después por otro ejemplo en El hombre del traje marrón. Hay otros casos significativos en Cita con la muerte y en La venganza de Nofret. Dos años después de El espejo se rajó de parte a parte, nos plantea, a nosotros y a la señorita Marple, un rompecabezas similar cuando el comandante Palgrave ve algo inquietante por encima del hombro de la señorita Marple en Misterio en el Caribe. La respuesta a ese enigma es la solución más osada y más original al tema de la mirada por encima del hombro, a la vez que posiblemente se haya inspirado en la referencia a Nelson que se hace en el extracto siguiente.
Una de las cuestiones secundarias que se dan en El espejo se rajó de parte a parte es el hecho de que la señora Bantry relata todos los acontecimientos dramáticos de la recepción a la señorita Marple. ¿Por qué no halló Christie un pretexto para que la señorita Marple estuviera presente en la fiesta de carácter social? Es algo que se podría haber resuelto con facilidad y que habría ahorrado la necesidad de narrar los actos de Marina mediante el filtro de una tercera y a veces una cuarta persona. Pero es posible que ésta sea precisamente la razón de que no lo hiciera. La señorita Marple habría visto demasiadas cosas y con demasiada facilidad. Tal como son las cosas, el tirón en el brazo y la administración del jarabe para dormir en el vaso en cuestión se glosa de pasada, aunque en realidad habría sido difícil de orquestar. Éste es también uno de los contados ejemplos que se dan del uso de un veneno ficticio en una aplicación rigurosa de la medicina.
En su mayor parte, los personajes que Christie enumeró originalmente (en algún caso variantes suyas) aparecieron en el libro publicado:
Ahora, los personajes
Kathleen Leila Carlyn [Margot Bence]… hija adoptiva de una familia de los bajos fondos… la madre escribió una carta… luego nace el hijo de su propia hija [de Marina]… acuerda lo pertinente a los hijos adoptivos… una niña y 2 chicos…
¿Se aloja Lara con Cherry? (una amiga íntima que ha encontrado o que trabaja donde sea, de peluquera o fotógrafa, mejor)
Ella Schwarz [zeilinsky]… secretaria enamorada de Jason
El marido de Heather, Arthur
Mary Bates, una viuda… Su marido ha muerto de manera un tanto peculiar (¿un accidente de tráfico?)
Carlton Burrowes… invitado sorpresa… conoce a Marina desde tiempo atrás
¿Quién estaba en las escaleras o a punto de subir?
La señora Sage… por encima de su cabeza… una mirada heladora… ¿ante qué o ante quién?
- Un cuadro colgado en la pared… ¿tema? ¡¡La muerte de Nelson!!
- Carlton Burrowes… Alfred Klein… un amigo
- El otro, el que le ha acompañado
- Una fotógrafa de Casa y jardín
- Ella Schwarz
- Arthur Badcock
- Mary Baine
- Un hombre muy anciano
Se recupera… el encanto de siempre con Heather… Dormil… se lo administra… H. lo deja (para hablar) M. deja el suyo… para estirar las manos al darse la vuelta… derriba el vaso de H… Tómese el mío… zumo de tomate por el contrario
Se presenta en esta novela otra coincidencia desafortunada, y absolutamente inverosímil. Ni siquiera el más afecto de los admiradores de Christie es capaz de aceptar que Arthur Badcock, a quien se retrata y se percibe como un hombre tedioso e insignificante, fuera en otro tiempo el marido de la famosa y glamurosa actriz, de Marina. En el capítulo 8, III, se le describe como «un cordel masticado. Agradable, pero húmedo». Ciertamente, el primer matrimonio de Marina, «un matrimonio temprano, que no contaba», se comenta en el capítulo 3, pero aceptar que el ex marido reside en el mismo pequeño pueblo en el que ella compra por casualidad una casa, que ninguno de los dos diga nada y que nadie más esté al tanto de ello es esperar demasiado de la indulgencia del lector. Es difícil explicar por qué se introdujo esta complicación. Christie conocía bien a sus lectores, y sabía que era mucho pedir que aceptasen esta revelación tan poco verosímil, que además forma parte de la solución; así, dado que Arthur tiene breves apariciones, y no del todo convincentes, considerarle un posible asesino es una complicación excesiva. Por lo que hace a la inverosimilitud, esta coincidencia está a la altura de la revelación de la paternidad de Miranda en Las manzanas, la identidad del primer marido de Louise Leidner en Asesinato en Mesopotamia y la de la madre de Stodart-West en El tren de las 4:50.
La fotógrafa de Casa y Jardín, Margot Bence, es un personaje que tiene el eco de los hijos adoptivos en Inocencia trágica, cuatro años anterior. Y la viuda Mary Bates (posteriormente denominada Baine) no figura en el relato; Carlton Burrowes podría ser una versión preliminar de Ardwyck Fenn.
La mayor de las sorpresas es la inclusión en dicha lista de «la muerte de Nelson» (con dos señales de exclamación), por ser el motivo pintado en el crucial cuadro que hay en la escalera. En la novela es un cuadro de la Virgen con el Niño lo que hace que Marina se quede «helada» y lo que justifica que la teoría de la señorita Marple tenga validez. ¿Es posible que en esa fase de la planificación Christie aún no hubiera decidido la razón de su mirada desoladora, de lo que ve y propicia el desastre? Al contrario de lo que podría parecer, éste podría ser el caso, puesto que se consideran otras opciones de la «mirada heladora» y a la sazón se incluyen en la novela.
Por último, la señorita Marple explica:
La señorita M dice… he sido muy estúpida… el manual de medicina… lo cierra
El Encuentro… La señorita M quiere quedarse en las escaleras… La luz… «Ahora lo entiendo mejor»
¿Fue una sobredosis? Es muy fácil que suceda… o tal vez alguien se lo administró
Para Dermot… Es muy sencillo… Ha sobrevenido el desastre exclama… Fue Heather El desastre ha sobrevenido sobre ella como resultado directo de lo que hizo una vez… hace muchos años… sin mala intención, pero falta de consideración… pensando tan sólo en lo que el acto representaba para ella. Lo hizo porque fue a una función sólo por ver a Marina Gregg y conocerla, en un momento en que padecía la rubéola alemana
Noche
eterna
30 de octubre de 1967
Cada noche y cada día
alguno a la tristeza nacía;
cada día y cada
noche nace alguno al derroche,
nace al dulce derroche,
nace a la eterna noche.
Blake, «Augurios de inocencia»
Michael Rogers, que está sin blanca, seduce a Ellie y se casa con ella, que es una heredera norteamericana que tiene una enorme fortuna. Construyen una casa de ensueño en el campo, pero su existencia de bienestar y de dicha se arruina con unos cuantos incidentes desagradables. Se produce un fatal accidente y poco a poco se revela una trama monstruosa.
En un informe fechado el 23 de mayo de 1967, el lector de Collins consideró Noche eterna «una novela de lectura prodigiosamente emocionante. El ambiente es ominoso desde el primer momento, y todos lo trucos secundarios, todos los ornamentos se organizan de manera que se resalta más ese efecto». Aparecen a lo largo del informe expresiones como «pasmoso truco de manos», «manipulado con gran convicción» o «la señora Christie, como siempre, ha sido sumamente inteligente».
En una entrevista que concedió al Times al mes siguiente de la publicación, Christie reconoció que «es bastante distinto de todo lo que he hecho hasta ahora… Es más serio, es realmente una tragedia. En algunas familias hay un niño que parece descarriarse… Por lo general dedico tres o cuatro meses a escribir un libro, pero Noche eterna lo escribí en seis semanas. Cuando una escribe así de rápido el resultado es más espontáneo. No me fue difícil ser Mike». Comenzó el borrador en Estados Unidos a finales de 1966, mientras acompañaba a sir Max, que estaba de gira dando conferencias.
Noche eterna es el último de los triunfos de Agatha Christie. Fue la gran novela que iba a escribir y es el mayor logro conseguido en sus últimos veinte años. Es asimismo un libro asombroso si se piensa que lo publicó una autora con 75 años de edad y al final de una dilatada, prolífica e ilustre carrera. Es asombroso por diversas razones: está escrito por una mujer de edad avanzada, perteneciente a la clase media alta, pero narrado con la voz de un joven de clase obrera; recicla su truco más famoso cuarenta años después de haberlo ideado; es completamente distinto a todo lo que escribió; por último, es un retorno al guión ideado a partir de varias muertes, como en Diez negritos y La venganza de Nofret. Al término de la novela los protagonistas han muerto: Ellie, Greta, la señora Lee, Santonix y Claudia Hardcastle, y Michael está entre rejas, en el mejor de los casos condenado a cadena perpetua.
La trama es una amalgama de al menos cuatro ideas anteriores. En primer lugar, puesto que el narrador, Michael Rogers, es el malvado de la narración, la comparación con El asesinato de Roger Ackroyd es inevitable. Conviene recordar que ya antes Agatha Christie había experimentado con la idea de que el narrador fuera el asesino: en 1924, en El hombre del traje marrón. En esta novela, sir Eustace Pedler narra parte de la trama mediante extractos de sus diarios antes de ser desenmascarado. El ardid dio plenos frutos en 1926 con El asesinato de Roger Ackroyd, un misterio situado en un pueblo y narrado por el médico de la localidad, al cual desenmascara Poirot y revela que es un chantajista y un asesino. Cuarenta años después aún le dio otra vuelta de tuerca en Noche eterna.
Mientras que El asesinato de Roger Ackroyd es una novela de misterio, Noche eterna no lo es en absoluto. Durante buena parte de sus páginas parece ser tan sólo una novela en la que abundan los detalles amenazantes, y únicamente en la conclusión se percibe que se trata de una novela de misterio cuya trama se ha urdido con sumo esmero. Es por tanto completamente distinta a todo lo que Agatha Christie había escrito antes, hasta tal extremo que nadie consideró que se tratara de una mera repetición del truco de El asesinato de Roger Ackroyd. Por todo esto, el impacto de esta novela resulta aún más impresionante. Nadie esperaba que repitiese el truco con que sorprendió cuarenta años atrás. Pero conviene recordar que Agatha Christie forjó su trayectoria haciendo lo que nadie esperaba.
En segundo lugar, la trama de Noche eterna es idéntica a la de Muerte en el Nilo. Dos amantes se conchaban para hacer un hueco a un malvado encantador en la vida de una adinerada heredera; el plan consiste en casarse con ella y posteriormente asesinarla. Los amantes fingen una violenta discusión y de ese modo aparecen ante los ojos de los demás como absolutamente enfrentados. Aunque la mecánica del asesinato en cada uno de los casos es totalmente distinta, las similitudes son demasiado obvias y no se pueden pasar por alto. Es improbable que sean mera coincidencia. En Noche eterna además se da un desarrollo inesperado de la trama cuando Michael comienza a tener sentimientos inesperados por la malhadada Ellie.
En tercer lugar, la mayor y más evidente de las similitudes es la que tiene con un relato de la señorita Marple, «El caso de la mujer del portero», que se publicó en enero de 1942. Ahí tenemos a una adinerada heredera, Louise Laxton, que se casa con el tarambana del pueblo y es asesinada exactamente de la misma forma que Ellie Rogers. (Existen dos versiones del relato; la segunda, una versión inédita, está algo más elaborada.) En múltiples sentidos, Noche eterna es una ampliación de «El caso de la mujer del portero», aunque se relate de tal manera que resulta completamente novedosa.
En cuarto lugar, en El misterioso caso de Styles también figura una pareja de cómplices que escenifican una discusión en público, convenciendo de ese modo a los oyentes, y a los lectores, de que se detestan. Al igual que las figuras equivalentes en Noche eterna, han manipulado la medicación que toma la víctima, lo cual les permite a los dos estar ausentes en el momento en que se comete el crimen.
La nota más temprana que se conserva, la que sigue, es de 1961 y aparece en una lista de ideas en la que se incluyen Misterio en el Caribe, El espejo se rajó de parte a parte y Los relojes:
Un hombre… se quiere casar con una mujer rica… quitársela de encima… contrata a alguien para que la amenace… sus quejas… intercepta dulces, etc. le salva la vida varias veces… al final se muere de miedo, cuando escapa de un «fantasma» que la persigue tiene una caída
Es extraño que el informe del lector de Collins, cuando Christie les remitió Noche eterna, fuera entusiasta —«el truco más difícil se despliega con justicia ante el lector» y «el asesinato es bastante ingenioso»— y al mismo tiempo temiese que los críticos la despedazasen. Esta acogida adversa se habría debido a lo inesperado de todo el desarrollo. Finalmente sus temores resultaron infundados, puesto que la novela cosechó algunas de las mejores críticas que nunca había recibido Christie: «Una de las mejores cosas que ha escrito nunca la señora Christie» (Sunday Times); «Christie en la cúspide de su ingenio» (Evening Standard); «un ingenio malvado en el género de misterio» (Scotsman); «la [sorpresa] más devastadora que esta poderosa autora nos ha dado jamás» (Guardian).
Aunque en este apunte hay varias insinuaciones que señalan claramente con fuerza a Misterio en el Caribe («le salva la vida varias veces»), la idea de casarse con una mujer rica y contratar a alguien para que la amenace está en la base de Noche eterna.
Al año siguiente se enumera junto con los títulos propuestos para 1963 y 1964, después de que entregase a Collins El espejo se rajó de parte a parte. Aún no se menciona el título que llegaría a tener, y las referencias que se hacen a lo largo de las notas remiten siempre al «Terreno de los Gitanos», el escenario de la leyenda que, a juzgar por la dedicatoria, parece haber aportado el germen del libro. Tampoco hay ninguna indicación en esta etapa inicial de cuál será el método narrativo, uno de los rasgos principales de la novela. Nótese asimismo que «Terreno de los Gitanos» se enumera como elemento X —tal vez indicio de que se proponía trabajar primero en esta trama, antes que en las otras dos— de un listado que sigue por Y y Z.
1962
Notas para 3 libros
Y. Los relojes (?)
Z. Misterio en el Caribe
X. Terreno de los Gitanos
X Terreno de los Gitanos
Un terreno y una carretera, un té en el pub… Relato sobre los accidentes allí acaecidos… el marido planea matar a su mujer… ¿un falso accidente de tráfico?
Dos años antes de la publicación encontramos una nueva fase de elaboración. De hecho, buena parte de este apunte inicial encontrará sitio en la novela. El gitano, el relato, el caballo, el «accidente» y la muerte, todos se emplean en Noche eterna:
1 de octubre de 1965
A. Terreno de los Gitanos
Un lugar donde se producen accidentes, etc. Una mujer que ve (¿una gitana?) su marido… pregunta por ahí… En realidad ya le han contado la historia… Finge que es la primera vez… Un tanto alterado… Un joven escéptico… Más fácilmente alterable por lo tanto.
La esposa está interesada… no nerviosa… un buen día la esposa ve la figura de un gitano… y sucesivamente va ideando cosas. La figura del gitano tal vez lleva un caballo por la brida (introducir el alfiler). El marido tiene un accidente… alguien lo ve por la ventana… Ella sufre heridas graves… shock… muere… En realidad por morfina
La dedicatoria de Noche eterna dice así: «A Nora Prichard, a través de quien tuve conocimiento de la leyenda del Terreno de los Gitanos». Nora Prichard era la otra abuela de Mathew Prichard, su abuela paterna. Vivía efectivamente en el Terreno de los Gitanos, cerca de Pentre-Meyrich, en el valle de Glamorgan, en Gales, en donde muchos años antes hubo un campamento que fue desmantelado, razón por la cual el jefe de los gitanos maldijo aquellas tierras. Tras los numerosos accidentes de tráfico que se produjeron en los alrededores, ese relato posiblemente apócrifo fue adquiriendo partidarios.
Una omisión clara en la novela es la referencia al marido en calidad de «joven escéptico»; no es ésta una descripción válida de Michael Rogers. Y, por descontado, no llega a estar presente en el «accidente» de Ellie. Nótese asimismo que en esta fase del trabajo en la trama sigue sin aparecer ninguna mención a que el marido orqueste la muerte de su mujer, y menos a que lo haga el narrador.
El Cuaderno 28 añade un importante mecanismo de la trama o, dicho con más rigor, lo toma prestado de «El caso de la mujer del portero»:
El asesinato del cianuro… cápsulas… el tranquilizante. Muere alguien (W)… cae por las escaleras… ¿trombosis? ¿Fallo cardiaco? Una ventana abierta. Se encuentra el cuerpo dos o tres horas después de la muerte. Y… da a su amigo una de las cápsulas; Z… muere… hay un vínculo aparente entre Z y W… esto es lo que confunde a todos
Originalmente, esta idea hubiera sido un tipo de libro distinto, pero, como bien se ve por lo que se reproduce a continuación, la cápsula de cianuro sí formó parte de Noche eterna. El apunte también contempla la importancia médica de que el cadáver esté al aire libre, o bien era preciso que no lo viera un médico hasta pasado un tiempo después de la muerte, para que los vapores del cianuro potásico se disiparan.
En octubre de 1966 la novela ya iba tomando la forma con que hoy la conocemos. Antes de decidirse por Greta, Christie sin embargo experimentó con otros personajes femeninos, aunque es difícil ver a cualquiera de ellos en el papel de Ellie Rogers, heredera de una fortuna de varios millones de libras:
1966 Oct. (en Estados Unidos) Proyectos
Terreno de los Gitanos
Aventurero… Jason… apuesto… ¿Australiano? ¿Americano? Su encuentro con la anciana señora Lee… el relato… El tramo de los accidentes, o Claire Holloway… da clases en un internado femenino o en un colegio universitario… su vieja amiga Anne… Marie… Claire… prima… Jason… o una chica au pair, Sidonie… su hermano o Hildegarde… punto clave… ¿están en el lío Hildegarde y J? ¿Han amañado el accidente? H es una chica tipo valquiria. Usar la idea del cianuro de potasio… cápsula
La idea del apuesto extranjero, Jason, se abandona en favor de Michael Rogers, un chico descarriado, originario de la clase obrera. Sólo podría hacer una conjetura en este punto: la ya anciana Christie se sintió a sus 75 años más cómoda al narrar la historia desde el punto de vista de un compatriota que desde el de un «aventurero extranjero». Y en cuanto adopta el cambio de nombre y pasa de Hildegarde a Greta hemos llegado al letal emparejamiento que se produce en el meollo de la novela. De hecho, a Greta se la compara con una valquiria varias veces en el transcurso de Noche eterna.
Pero algunas de estas ideas se descartaron, sin ir nunca más allá de las páginas de los cuadernos:
Terreno de los Gitanos… a la venta… se habla en el pub en que tendrá lugar la subasta. El subastador es desconocido para los lugareños… corren los rumores… se vende por muy poco… el subastador se queda atónito. Un viejo le dice Usted no es de aquí, aquí hay accidentes… es un sitio que da mala suerte… la anciana señora Lee
«No sé en nombre de quién actúa, pero le ha jugado usted una mala pasada… No le aporta nada con esto… habrá muerto dentro de un año» (Han pagado por persona interpuesta, deseosos de comprar el terreno a bajo coste)
¿Sufre el subastador un accidente cuando regresa? Un joven con unos quevedos como Ed(ward) Bolan… inteligente… ¿Construcción de un hotel, o de un bloque de pisos… con servicio de habitaciones, o un asilo de ancianos… O bien emplear para eso una casa antigua… Fleet House… una muchacha en la casa (tipo Mothercare)… una enfermera de hospital… encuentra a la anciana muerta… lejos de la casa
Hay unos cuantos problemas con los detalles de la trama de Noche eterna, sobre todo los relativos a los personajes de Claudia Hardcastle y la gitana, la señora Lee. Primero se nos lleva a creer que Claudia ha visitado El Capricho que hay en la finca del llamado Terreno de los Gitanos por razones que no se especifican y que ha tomado una cápsula envenenada que se les cayó en un descuido a Michael y Greta cuando estaban manipulando las que toma Ellie (¿cuántas llegaron a fabricar?); ingiere la cápsula y posteriormente muere. Al mismo tiempo, Claudia se las ingenia para dejar caer un encendedor que es muy fácil de identificar. Esto resulta completamente inverosímil, incluso para los admiradores más indulgentes de Christie. Si hubiera conservado la idea inicial, en la que Ellie da la cápsula a una amiga (véase más arriba), la situación habría sido creíble.
Luego, el día en que muere Ellie, Greta ha planeado encontrarse con Claudia y pasar el día de compras (capítulo 17). Más adelante nos enteramos casi por puro accidente de que esto nunca llegó a suceder, porque los parientes de Claudia llegaron de improviso. En la biografía que publicó en 1984, Janet Morgan comenta que Collins pidió a Christie que aumentase el misterio sobre el autor del crimen realzando para ello el papel que desempeña una de las personas de confianza de Ellie. Esto podría explicar la improbable coincidencia que se da con la llegada de Cora el día de la muerte de Ellie. Pero también significa que el paradero de Greta no tiene explicación a la hora de la muerte, si bien esto no se menciona en ningún momento.
Asimismo, ¿cuándo es en efecto asesinada la señora Lee? ¿Y por qué llama la atención Michael sobre su desaparición? Sabemos que la ha matado (al final del capítulo 23), de modo que seguramente lo hace por el interés que tiene en que no se sepa nada de la muerte. A decir verdad, ¿cuándo la mata exactamente? A los cuatro días de llegar a Nueva York recibe una carta del comandante Phillpot en la que le informa de que el cuerpo de la señora Lee ha aparecido en la cantera, y le dice que «llevaba varios días muerta». Si la carta de Phillpot llega cuatro días después que él, esto da a entender que se echó al correo el mismo día en que Michael llegó a Estados Unidos, lo cual a su vez sugiere que asesinó a la señora Lee justo antes de marcharse a Estados Unidos. Así pues, ¿dónde ha estado ella entre ese momento y el de su desaparición (en el capítulo 21)?
¿Qué explicación tiene la piedra con la nota que la envuelve y que dice: «Fue una mujer quien mató a su esposa» (en el capítulo 20)? La suposición es que se trata de otra parte de la trama (de lo contrario, ¿por qué había de mencionarse?), si bien parece que no tenga mayor sentido, ya que no vuelve a aparecer. Y si en realidad es una información apropiada, ¿significa que Greta es al fin y al cabo la mujer del capote rojo de la que habla la mujer de cara sonrosada en el capítulo 18 y en la investigación, en el capítulo 19? Ya se nos ha contado (en el capítulo 16) que posee un capote rojo.
La respuesta a la mayoría de estos problemas tal vez haya que buscarla en la insistencia que Collins puso en que se incrementase el elemento de misterio. Un mecanoscrito anterior, significativamente distinto, demuestra que todos estos desarrollos se añadieron con posterioridad, de puño y letra de la propia Christie. En ese borrador previo, la señora Lee no muere, sino que regresa a Market Chadwell tras pasar un tiempo con otro grupo de gitanos en otra parte del país; Ellie, por descuido, da a Claudia, que también padece la fiebre del heno, una de las cápsulas (ésa era la idea original de Christie) tomada de entre las demás antes de que Greta y Michael hayan introducido las cápsulas envenenadas; todas las referencias al capote rojo son adiciones manuscritas. Parece que se hayan insertado cuatro párrafos entre «Cuatro días después de mi llegada a Nueva York» y «Pareció que fuese una coincidencia imposible», en una página manuscrita, en el capítulo 22. Asimismo, aparece en forma de inserción manuscrita la línea que dice: «Quiero más que empujar a una anciana para que caiga en una cantera», ya al final del capítulo 23. No tengo ninguna duda de que todas estas enmiendas se hicieron para cumplir con la desatinada idea del editor, empeñado en que la novela fuera de misterio. Lejos de su propósito, introducen cabos sueltos en una trama que ya tenía una tensión hermética. La Reina de la Novela Detectivesca tendría que haberse fiado de su criterio y recurrir a sus propios mecanismos.
A la sazón llegamos a la idea definitiva y crucial que había de diferenciar Noche eterna de prácticamente todo lo demás que escribió Agatha Christie. Nótese que originalmente se propuso que el narrador fuera un arquitecto resuelto a construir un edificio, aunque en la novela el papel del arquitecto de Ellie es atribuido al enigmático Santonix:
¿Idea? Narrada en primera persona… por un arquitecto…
«Tuve conocimiento del Terreno de los Gitanos gracias al bueno de Simon Barlow…» etc. Lo va a estudiar. La casa perfecta… conoce a una chica
¿Qué es lo que quieres?
Quiero treinta mil libras
¿Para qué?
Para construir una casa
Sin ese narrador que no merece la confianza del lector habríamos tenido una novela diferente, probablemente una novela indiferente. A fin de cuentas, la idea del triángulo eterno, en la que dos de los ángulos conspiran para matar al tercero, no es nueva ni en la literatura en general ni en la novela de detectives en particular, y mucho menos lo es en Agatha Christie. La originalidad radica en los trucos posteriores que pueda tejer la autora en torno a la idea. Y justo al final de su trayectoria Agatha Christie quiso desplegar todos los trucos de que fue capaz, sorprendiendo a todo el mundo… todavía una vez más. Si Noche eterna estuviera relatada en tercera persona, gran parte de su devastador impacto se habría diluido mucho.