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Jugando a la gallina ciega:
Un asesinato en forma de juego
El restallar de dos balas hizo trizas la complacencia reinante en la sala. De pronto, el juego había dejado de ser un juego. Se oyó un grito…
Se anuncia un asesinato, capítulo 3
SOLUCIONES QUE SE REVELAN
El misterio de la guía de ferrocarriles • El templete de Nasse House • «Oro en la isla de Man» • El espejo se rajó de parte a parte • Se anuncia un asesinato • La muerte visita al dentista • Peligro inminente • «Una extraña broma» • La trayectoria del bumerán
«Hacer trizas la complacencia»: he ahí el impacto dramático que tiene el hecho de que un simple juego se tuerza y se vaya al garete en tres títulos de Christie; los otros dos son juegos reales, uno intelectual y el otro físico. El más mortífero de los tres títulos es El misterio de la guía de ferrocarriles, mientras en los otros dos, El templete de Nasse House y Se anuncia un asesinato, aparecen sendos juegos que se han ido al traste debido a la intervención de un asesinato real. «Una extraña broma» y «Oro en la isla de Man» son competiciones de carácter intelectual en las que participan los personajes con vistas a ganar un premio sustancial. Esta última fue un juego que en efecto se disputó en la isla de Man en 1930, mientras que el primer título guarda relación con la interpretación de un testamento. Y el juego en el que participa Clarissa en La telaraña demuestra ser mucho más peligroso de lo que llega a sospechar. En la totalidad de la producción de Christie, el concepto del juego que se va al traste no es un recurso de gran peso, pero el impacto que tiene la escena desarrollada en el salón de Little Paddocks, en Se anuncia un asesinato, resulta innegable.
Oro en la isla de Man
Mayo de 1930
Juan y Fenella, primos carnales, compiten en una búsqueda de un tesoro a la vez que miden su ingenio con el de su difunto tío y con el de un asesino.
Es posible encontrar la historia detallada de este relato en una colección de 1997, Mientras dure la luz, gracias al finísimo trabajo de detective que ha llevado a cabo el director de dicha publicación, Tony Medawar. En pocas palabras, el presidente de una comisión para el fomento del turismo en la isla de Man propuso a Christie, a finales de 1929, que tomara parte en la organización de una búsqueda del tesoro, artimaña con la cual tenía la esperanza de fomentar el incremento de los turistas que visitaban entonces el lugar. Tras hacer una visita a Man en abril de 1930, escribió «Oro en la isla de Man» por 65 libras (aproximadamente 1.300 libras o 1.500 euros de hoy), y el relato se publicó en cinco entregas, junto con las pistas pertinentes, en el Manchester Daily Dispatch, a lo largo de la tercera semana de mayo del mismo año, además de aparecer en un folleto que se distribuyó por la isla. El «tesoro» constaba de cuatro cajitas de rapé escondidas en diversos puntos de la isla. (Es precisamente en una exposición de cajitas de rapé donde conoce Hércules Poirot al señor Shaitana en Cartas sobre la mesa.)
En el Cuaderno 59 constan veinte páginas de notas de cara a este encargo tan poco corriente. Por desgracia, dichas páginas contienen algunas de las notas más indescifrables que hay en cualquiera de los cuadernos, además de muchas tachaduras, dibujos sin sentido aparente y esquemas de aproximación. El relato es un texto menor dentro de toda su producción literaria, destacable sólo por los detalles únicos que rodean su creación y por la cantidad de ideas que iban a volver a salir a la superficie en otro libro cuatro años después: una fotografía instantánea y las últimas palabras de un moribundo, así como un malvado médico, son rasgos también presentes en La trayectoria del bumerán. Y, efectivamente, Juan y Fenella, la pareja que une sus fuerzas para dilucidar un misterio, podrían ser antecesores de Bobby Jones y lady Frances Derwent, personajes de esa misma novela. (Es un tanto extraño, pero Juan y Fenella son al mismo tiempo novios y primos carnales.) La idea de la tinta invisible aparece por vez primera en «Móvil versus oportunidad», dos años antes, y como elemento secundario de la trama en el capítulo 20 de El misterioso señor Brown.
Las notas reflejan con toda exactitud el relato tal como se publicó. Hubo sin embargo algunos cambios de nombre: Ronald y Celia pasaron a ser Juan y Fenella, y Robert pasa a ser Ewan, al tiempo que la caída desde el acantilado y la pista del gemelo de una camisa se descartaron al final:
Relato
Ronald y Celia… Primos carnales… Una carta de un difunto tío. Ella está molesta con el tío… Llegan… El ama de llaves… Se echan en falta 4 cajas de rapé. Se les deja una carta con unos versos a base de ripios… Llaman a los abogados. Emprenden entonces la búsqueda… Lo encuentran al regresar… Conocen a los demás personajes… El doctor Crook [¡Crookall se apellidaba el presidente del Comité de Turismo!], MacRae… Alan… Robert Bagshawe… no le agrada su sonrisa. Deciden unir fuerzas con los demás. Al día siguiente… las pistas… El ama de llaves va a buscarlas… Alguien las ha robado… Ella reconoce que le preguntaron por las pistas y que se negó a responder… un gemelo de una camisa… era Robert. Salen a toda velocidad… encuentran a R en la finca… moribundo… asesinato… Un golpe en la cabeza, o en el hospital… Ha caído por el acantilado. Se acercan… Puede que al final haya recuperado la conciencia… Abre los ojos y dice «¿Lo sabéis?»…[18] y muere
Los «ripios» a que hemos hecho referencia aparecen en el Cuaderno 59 de dos formas distintas, la que en efecto se utilizó y la segunda, anterior, empleada sólo en el borrador:
Sean los 4 puntos cardinales, sur y oeste, este y norte.
Una doble S… Para mí no hay este. Adelante, seguid, ya veréis qué listos sois.
También aparecen otras dos de las pistas:
Disculpen que me extienda… Estoy hecho un lío, y salen de mis labios las palabras por la fuerza del fuego
Otro punto de interés en este cuaderno consiste en un tosco dibujo de la única pista que se halla fuera de los límites de la isla: una cruz y un círculo con una flecha que señala un detalle, unas pequeñas líneas en un lado del círculo, como apunta Fenella (véase ilustración más adelante).
El misterio de la guía de
ferrocarriles
6 de enero de 1936
Una serie de cartas que ha recibido Hércules Poirot le desafía a tomar parte en un juego mortífero. A pesar de estas advertencias, el autor de las cartas logra asesinar a Alice Ascher en Andover, a Betty Barnard en Bexhill y a sir Carmichael Clarke en Churston. El país entero está pendiente de lo que pueda ocurrir a partir de ese momento. ¿Podrá Poirot impedir que se produzca el asesinato correspondiente a la D?
Gracias al Cuaderno 13 disponemos de la fecha exacta en que se escribió esta novela. En un relato de quince páginas de extensión sobre un viaje se lee lo siguiente, aunque por desgracia no haya posteriores referencias en dichas notas de viaje acerca del progreso de la novela:
Martes, 6 de noviembre [de 1934] Comencé El misterio de la guía de ferrocarriles.
A partir de una idea sumamente imaginativa —una serie alfabética en la que coinciden las víctimas de los asesinatos y los lugares en que se producen—, llevada a cabo con destreza consumada y con altas dosis de osadía, El misterio de la guía de ferrocarriles estaba llamado a ser uno de los tres títulos más conocidos y mejores de Christie. Y hoy en cambio se suele olvidar que fue una de las primeras versiones de lo que se ha dado en llamar «el asesino en serie», una idea que en la actualidad es fundamental en numerosas ocasiones, tanto en novelas como en películas. Cuando se escribió el libro, la expresión ni siquiera existía, lo cual es un nuevo ejemplo del modo en que Christie anticipa, aun cuando no sea del todo consciente, determinados temas que habían de ser dominantes en la novela negra de los años venideros. (Otra de sus grandes anticipaciones fue La venganza de Nofret, ambientada en el Egipto de la Antigüedad, en la que se presagia otra de las tendencias de la novela negra en distintas épocas recientes.)
Por lo tanto, es una decepción que sólo sobrevivan quince páginas de notas para El misterio de la guía de ferrocarriles, esparcidas a lo largo de tres cuadernos. Sospecho que tuvo que haber algunas notas anteriores, más elementales, que no han sobrevivido, y lo pienso porque las intrincadas premisas de que parte el libro precisaban de una detallada planificación y las notas que conservamos son relativamente claras, organizadas, escuetas.
Debido a la complejidad de la trama y al amplio elenco de personajes, la caracterización es más superficial que de costumbre. Al tratar en efecto de tres investigaciones por sendos asesinatos, todas ellas distintas entre sí, la atención que se presta al dibujo de los personajes ha de ser un tanto somera. Los únicos que se hallan trazados con cierto detalle son los que forman parte del grupo de investigadores que encabeza Poirot.
La anotación más temprana parece ser la del Cuaderno 66. En él aparece listado como punto E de una enumeración en la que se trata de las tramas respectivas de «Problema en el mar», «El sueño», Muerte en las nubes, El testigo mudo y Un triste ciprés, y que también incluye un germen todavía rudimentario de lo que había de ser, casi veinte años más tarde, Un puñado de centeno:
Serie de asesinatos… P recibe una carta enviada por un demente.
Primero… una anciana del condado de York… Segundo… un hombre de negocios… Tercero… una muchacha (¿de viaje?)… Cuarto… sir McClintock Marsh (que no llega a ser asesinado, y sale con vida del intento)… Quinto… Muriel Lavery
Análisis de una fiesta en un domicilio particular… Una persona conoce a la muchacha, pero tiene una coartada absolutamente a prueba de toda pesquisa.
La idea del libro… Demostrar que la coartada es falsa, aunque en realidad sir MM… asesinó a la segunda v tercera víctima por razones propias… Primero y segundo, camuflaje… La idea es atribuir la culpabilidad a quien tenía una coartada a prueba de bomba
Es interesante reseñar algunos elementos de semejanza, incluso en esta temprana anotación, con respecto a la novela concluida. Entre ellos se encuentra la idea de que la anciana será la primera de las víctimas. La segunda víctima de la novela es una muchacha joven —«¿de viaje?»— en un lugar costero, en el que se refleja la posible tercera víctima. El mecanismo de los dos asesinatos previos como mero camuflaje de un tercero —cometido «por razones propias»— también se ha conservado. Y quien tiene una «coartada a prueba de bomba» parece ser el predecesor de Alexander Bonaparte Cust, aunque una coartada irrebatible no sea uno de los elementos de que consta su defensa.
En contraste con las semejanzas, la divergencia más sorprendente que hay con respecto a la novela acabada es el desenmascaramiento de la cuarta y presunta «víctima» del demente, que resulta ser el asesino. Esta idea, según la cual «la víctima es el asesino», no es un concepto original; ya se había empleado con gran efectismo en otra de las obras de Christie, Peligro inminente, y aún había de emplearla más adelante, con el mismo efecto de sorpresa, en La muerte visita al dentista, Se anuncia un asesinato y El espejo se rajó de parte a parte. Nunca llegaremos a saber por qué la descartó, ya que no se trataba de un elemento especialmente trabajado dentro de su producción.
La referencia a la «fiesta en un domicilio particular» no es menos desconcertante. No aparece un ambiente festivo en El misterio de la guía de ferrocarriles, aunque la idea sí tiene ciertos ecos de los análisis de sir Bartholomew Strange y de la fatal fiesta que celebra en su casa en Tragedia en tres actos. Y, por descontado, no aparece una sola mención de la secuencia alfabética, que constituye toda la razón de ser que sostiene la novela. Si la quinta víctima es Muriel Lavery, la secuencia no es desde luego alfabética.
En el Cuaderno 20 también existe un breve resumen de la trama; a estas alturas sí se ha establecido del todo la secuencia alfabética. Los detalles del muy significativo asesinato C se han acercado más a los de la novela. Pero sigue habiendo diferencias de peso, sobre todo al final de la nota:
Aberystwyth… la anciana señora Ames… su marido es sospechoso
Bexhill… Janet Taylor Blythe
Cottersmarch… Sir Morton Carmichael Clarke… También muy adinerado… Su hermano Rudolph… ansioso por ayudar… Como también el amigo o la hermana de Janet Taylor
Doncaster… James Don… asesinado en un cine
P. recibe un telegrama… E. se lo envía en persona… se pone al hombre en libertad… R[udolph] afirma que ése debe de ser otro asesinato
Se conservan en gran medida los detalles de los cuatro primeros asesinatos. El asesinato A es el de una anciana cuyo marido es el principal sospechoso; la ubicación sin embargo es distinta (¡tal vez porque Andover sea más fácil de escribir y de pronunciar que Aberystwyth!). El asesinato B tiene lugar en la misma ubicación, aunque cambia el nombre de la víctima. Nótese el paso a una B como inicial, aunque sea Barnard el apellido finalmente escogido. El asesinato C tiene ese mismo entorno: sir Morton Clarke, un hombre adinerado (nótese que el nombre, tal como aparece en el libro, es Carmichael, y que aquí se halla tachado, lo cual no deja de ser interesante). El hermano y la hermana de dos de las víctimas están muy deseosos de ayudar en las investigaciones, una idea ya contemplada por el grupo de los ayudantes de Poirot. El asesinato D tiene lugar en Doncaster, en efecto, y en un cine, aunque en la novela sea en realidad una víctima cuyo apellido empieza por E.
En cambio, una de las grandes sorpresas, y por desgracia ha de quedar sin la explicación pertinente, es la referencia al asesinato E. Yo aventuraría una suposición: al enviarse una carta con un ABC a sí mismo, Poirot orquesta la puesta en libertad de un sospechoso encarcelado (posiblemente Alexander Bonaparte Cust), de cuya inocencia está convencido. También podría haber forzado la mano del asesino, precipitando de esa manera un desenmascaramiento más impactante aún en el último capítulo.
El Cuaderno 66, unas cincuenta páginas después de la primera referencia, reanuda las notas sobre la novela, que comienzan por la posible ubicación de los asesinatos. De ahí se pasa a considerar dos de las teorías, las cuales contienen algunos elementos —la existencia de una víctima «real», con un avaricioso heredero, en la secuencia de las víctimas «de camuflaje»— que Christie a la sazón adoptó en la novela. Por último, se enumeran las preguntas que formula Poirot a sus cinco ayudantes en el capítulo 32 de la novela:
El misterio de la guía de ferrocarriles
Poirot recibe una carta
Viaje a Aberystwyth
Brixham o Bexhill
Cheadle o Croydon
Dartmouth Daneshill
Teoría A
Presunta víctima, sir Lucas Oscar Dane…
Causa conmoción… Su fortuna va a parar a manos de su hermano, Lewis Dane
Teoría B
Presunta víctima, Janet King
La 3ª víctima es sir Oscar Dane… pero sobrevive al apuñalamiento… No sufre heridas mortales… Ella en su testamento se lo deja todo a su prima Vera, que es la enfermera que atiende a Oscar… Vera y Oscar sienten mutua atracción
P les formula una pregunta a todos ellos
Megan… la pasión por la verdad… ¿Quiere saber la verdad? NO… ¡Tal vez no quiera saber la verdad, pero sabe dar una respuesta que se ajuste a la verdad!
Thora… ¿se habría casado con sir C si hubiera muerto su esposa?
F[ranklin] ¿Recuerda usted qué noticias trajo el periódico el día en que aterrizó, o bien [una pregunta sobre] los sombreros de Ascot
J. ¿Dispone usted de un joven que le eche una mano?
D[onald] ¿Cuándo se tomó las vacaciones?
Sólo una de las ubicaciones posibles, Bexhill, se llegó a utilizar en efecto en el libro. Christie rechazó la cercana localidad de Dartmouth y las dos aproximaciones de C, decantándose al final por otro sitio que conocía muy bien, Churston, escenario del asesinato C. Sigue siendo posible tomar el tren, como hacen Poirot y Hastings, hasta Churston y regresar de allí a pie a Greenway House, aunque en ese momento, en 1934, Christie aún no era propietaria de la mansión.
La teoría A fue la elegida al final como trama principal, aun cuando la teoría B encierra algunas posibilidades interesantes. Sir Oscar Dane finge haber sido víctima de una agresión con el fin de asesinar a otra víctima y heredar a través de su matrimonio una gran fortuna, todo lo cual es un concepto muy propio de Christie, que sin duda hubiese producido además una considerable sorpresa al final. En todo ello se aprecian varios ecos de Peligro inminente (en donde Nick Buckley finge haber sufrido un ataque con el fin de matar a su prima y heredar una fortuna), lo cual es probable causa de que se rechazase en última instancia.
En este punto, la mayor de las sorpresas consiste en que las víctimas no han sido elegidas alfabéticamente a pesar de que pocas páginas antes Christie enumera Brixham / Cheadle / Dartmouth. La tercera «víctima» es Dane y la cuarta es King. Si bien hubiera sido necesaria cierta relación entre las víctimas, la secuencia alfabética resulta inspirada. Y, como sucede con tantas otras inspiraciones, es de una brillante sencillez. Por desgracia, nunca llegaremos a saber ni qué ni quién la inspiraron. Es posible que Christie se acordase de La trayectoria del bumerán, publicada en septiembre de 1934, dos meses antes de comenzar la escritura de El misterio de la guía de ferrocarriles, en la que se menciona una guía alfabética de ferrocarriles en el capítulo 24, que se utiliza como pista para dar con el paradero de un personaje.
Por último, las cinco preguntas del capítulo 32 aparecen en el cuaderno igual que en el libro, dejando a un lado una inicial ( J) que designa la pregunta dirigida a Mary Drower y el cambio del breve y sutil «sombreros de Ascot» en el caso de Franklin Clark.
Uno de los temas principales de los capítulos 32 y 35, el del asesino que es cazado como un zorro, queda recogido en la última nota, algo críptica sin ese cotejo:
El trozo sobre el zorro
Una
extraña broma
Julio de 1944
Cuando muere el adinerado tío Mathew y deja muy poca cosa en su testamento, sus presuntos herederos acuden a la señorita Marple en un intento por descubrir el paradero de la fortuna que se echa en falta.
Este relato de la señorita Marple, «Una extraña broma», se publicó por vez primera en Estados Unidos en noviembre de 1941, pero no apareció en el Reino Unido hasta pasados casi tres años. Se trata de un relato de tono ligero, en el que no hay un asesinato, construido sobre un único mecanismo, la interpretación de las pistas que conducen a una fortuna extraviada. Su brevedad, pues consta de tan sólo diez páginas, confirma su similitud con un jeroglífico o un acróstico literario.
La interpretación de un testamento aparece en algunos otros relatos de Christie. Poirot se enfrenta a uno en «El caso del testamento desaparecido», mientras Tommy y Tuppence lo abordan en «La hija del clérigo» / «El misterio de la Casa Roja». «Una extraña broma» es una de las versiones que le da la señorita Marple, siendo la otra «Móvil versus oportunidad», recogido en Miss Marple y trece problemas.
Una página del Cuaderno 62, con un encabezamiento que dice «Relatos breves de la señorita Marple», consta de un listado de ideas que a la sazón aparecen en «El caso de la criada perfecta», «El caso de la mujer del portero», «El asesinato de la cinta métrica», «El caso de los anónimos» y, de un modo un tanto extraño, en Noche eterna. También hay algunas ideas no utilizadas, entre ellas dos que aparecerán una y otra vez: los gemelos y la criada (véase «La casa de los sueños», capítulo 9). Un poco más adelante hay tres páginas de notas para «Una extraña broma», incluido un resumen completo de la trama:
Se encuentra en unas cartas de amor llegadas del extranjero… ¿Un criptograma en una de las cartas? No… Los sellos de los sobres.
El viejo tío Henry muere… tenía dinero, pero ¿dónde lo ha escondido? ¿Ha invertido en oro, en diamantes? ¿En acciones? Sus últimas palabras… Da unos golpecitos en el ojo de cristal (tiene un ojo de cristal como Arsène Lupin). Revisan a fondo el escritorio… Cajón secreto que encuentra un experto en mobiliario… Cartas de amor de Sierra Leona, firmadas por Betty Martin
La idea de los sellos valiosísimos que nadie ha sabido reconocer y que están en un sobre aparece de nuevo en La telaraña casi quince años después. La principal pista del relato, la expresión «todo mi ojo y Betty Martin», es exactamente la misma que la pista principal en «Los cuatro sospechosos», recogido en Miss Marple y trece problemas. La referencia a Arsène Lupin alude a un relato negro, «El bloque de cristal», en el que aparece el detective francés. Es obra de Maurice Leblanc.
También es digna de mención la idea misma del ojo de cristal. Christie decidió no utilizarla en este relato, adoptando en cambio la idea de que el tío Henry (Mathew en la versión publicada) se diera unos golpecitos en el ojo. Pero es perfectamente posible que el ojo de cristal, ardid esencial en la trama de Misterio en el Caribe, casi veinticinco años después, tenga aquí sus orígenes.
Se anuncia un asesinato
5 de julio de 1950
Un anuncio publicado en el periódico local que anuncia un asesinato lleva a muchos de los habitantes de Chipping Cleghorn a Little Paddocks, residencia de la señorita Blacklock, en donde el juego del asesino que se entabla da por resultado varias muertes. La señorita Marple, que visita al vicario de la localidad, investiga un triple asesinato.
Se anuncia un asesinato fue el título número 50 de Agatha Christie (aunque fue preciso recurrir a una colección publicada en Estados Unidos en 1939, The Regatta Mystery [Problema en Pollensa], para alcanzar este número redondo), y fue motivo de un gran lanzamiento y de una fiesta de celebración en el hotel Savoy de Londres, en junio de 1950. Christie posó encantada para las fotografías con sir William Collins junto a una tarta en la que se había reproducido el diseño de la cubierta del libro. Entre los invitados se encontraban la escritora de novela negra Ngaio Marsh y la actriz Barbara Mullen, que entonces encarnaba en un teatro del West End a la señorita Marple en Muerte en la vicaría.
Se anuncia un asesinato sigue siendo una de las mejores novelas de detectives que escribió Christie. Entra sin ninguna duda entre las diez mejores, y es casi con toda seguridad el mejor de los títulos de la señorita Marple. Siendo la última de estas novelas de detectives construidas con ingenio, con osadía en la colocación de las pistas y con un ritmo perfecto, además de ser un maravilloso título de mediados de siglo, comparte un ardid importante de la trama con «La señorita de compañía», recogido en Miss Marple y trece problemas, y «La casa de Chiraz» (véase el capítulo 8), en Parker Pyne investiga. Aunque no contamos con notas extensas sobre este título —son sólo diez páginas en total—, sí tenemos ideas interesantes que anduvo sopesando antes de decidirse por la trama final. La siguiente referencia, en el Cuaderno 35, es la idea J en una lista alfabética que data de 1947:
J. Se ha producido un asesinato (combinar con H)
La gente que se va a reunir en una casa de campo O en una cena de gala en Londres – Como en [Diez] Negritos… cada una piensa de antemano… unas 6 personas en total… todas tienen motivos para matar a un hombre determinado… por eso se les invita… la víctima es la última en aparecer… los anfitriones (una tal señora North)… se suele alquilar… para festejos particulares o una casa en Londres… se han vuelto a pintar los números en toda la calle
Se ha dispuesto la comisión de un asesinato que tendrá lugar el lunes 6 de febrero en el 20 de Ennerly Park Gardens… Se ruega a las amistades que tomen buena nota, ya que será el único aviso… Se solicita expresamente que no se lleven flores
Como hemos de ver, el lugar del crimen cambió varias veces antes de que se decidiera por Chipping Cleghorn, al igual que el texto de la invitación. Y en la novela tal como se publicó encontramos en efecto a un grupo de personas que acuden a una casa de campo, aunque no todas ellas tienen un móvil para cometer el crimen y la razón de que se les extienda una invitación es muy distinta. «La señora North» es posiblemente una amiga de Christie, Dorothy North (a quien dedica La muerte visita al dentista). La referencia de que «se combine con H» remite a una anotación anterior acerca de una trama, en la que nunca llegó a trabajar, que implicaba a una divorciada, madre de dos hijas, cuyo primer marido hereda una fortuna. Las hijas se llaman Prímula y Lavanda, y los asesinatos subsiguientes parecen hacer referencia a las flores que se dejan junto a los cadáveres; de ahí que en la invitación se especifique que «no se lleven flores».
En el Cuaderno 31 se ve cómo va tomando forma la trama tal como la conocemos. Estas notas se insertan en cuatro páginas, en medio de las extensas notas que tomó para Intriga en Bagdad, fechadas pocas páginas antes el «24 de mayo». Se trata seguramente de 1948; el 8 de octubre de 1948 Edmund Cork, agente literario de Christie en el Reino Unido, le escribió para asegurar a su agente en Estados Unidos que si bien Christie no había escrito una sola palabra en todo el año estaba próxima a comenzar un relato sobre la señorita Marple. De hecho estuvo trabajando en él a lo largo de 1949.
El argumento I, más abajo, es la trama con la que estamos familiarizados, aunque en ese momento aún estaba falta de ajustes finos; por ejemplo, Harry (Patrick Simmons en la novela) no es la víctima, ni tampoco está en posesión de una información peligrosa para la señorita Blacklock. Aparte de otros cambios de nombre, como se indican, ésta es la trama tal como se publicó finalmente.
El pasaje que realmente tiene interés, de todos modos, es el argumento II. Aquí se nos presenta una trama por completo distinta, con otro asesino, en la que Letitia es la víctima, no quien perpetra el asesinato:
Se anuncia un A[sesinato]
Letitia Bailey a la hora del desayuno lee en voz alta [Letitia Blacklock]
Amy Batter… alguien la llama Lottie [Dora Bunner]
Joven llamado Harry Clegg… hijo o sobrino ¿de un viejo amigo del colegio? [Patrick Simmons]
La inquilina, Phillipa Hedges [Phillipa Haymes]
El coronel y la señora Standish [el coronel y la señora Easterbrook]
«Hinch» y «Potts» [Hinchcliffe y Murgatroyd]
Edmund Darley y su madre [Edmund y la señora Swettenham]
Mitzi… ¿criada?
Los acontecimientos
Argumento I
L[etitia] es el deus ex máchina… La hermana «Charlotte» es en realidad ella… La hermana «tuberculosa» en realidad actúa e[n] s[u] l[ugar]
Pista
1 Belle delata todo esto
2 Amy la llama Lotty en vez de Letty
[por lo tanto] L. tiene que liquidar ¿a Harry? Él lo sabe gracias a una instantánea…
(¿la ha visto en un álbum?)…
(¿encajar con la desaparición del álbum?)…
(o por un espacio en blanco en el álbum) después hay fotos bien visibles de P y E… o de su madre… Phillipa es «Pip»
Reconocida por L., que sin embargo se muestra benévolo con ella y propone la teoría de que H. es Pip. L. le pega un tiro a Pip H… Posterior envenenamiento… Amy muere en vez de ella… Se estrecha el círculo en busca de Emma o el marido de Emma… O del marido de Phillipa (desaparecido)… Importa la carta anónima de «Pip» (escrita por L) enviada a Belle.
3ª emoción… el peligro que corre quien ha descubierto algo (¿Phillipa?) su novio (¿interés amoroso?) Edmund o más bien el misterioso amigo de Edmund
Argumento II
Mitzi es el principal de los móviles… Es quien se hace pasar por «Emma»… El joven que sufre el disparo es su marido… Esto se descubre más adelante… Ella sigue fiel a su plan… Harry y Phillipa acuerdan una emboscada juntos…
El segundo asesino es
Letitia – (¿Mitzi muy enferma?) Envenenamiento… Mitzi es sospechosa… Una muchacha polaca que ha sufrido persecución… triste y malhumorada… complejo o manía persecutoria… Por poco muere… ¿Hace Leticia un nuevo testamento?
No hay una elaboración detallada del modo en que Harry y Phillipa iban a llevar a cabo la emboscada, a menos que esta secuencia estuviera destinada a ser parte del juego. Es un detalle que nunca llegaremos a conocer.
En una nota dirigida a Collins, sin fecha, Christie llama la atención sobre las galeradas y la ortografía correcta de «Lotty» y de enquiries, recordando a su editorial que tiene gran importancia asegurarse de que algunas veces ambos términos aparezcan de manera incorrecta: «La trama depende de este detalle». En los cuadernos hay una sola referencia a este detalle; en el Cuaderno 30 aparece lo siguiente como mera
Idea
inquire enquire…[19] ambos términos en la misma carta (parte de ella falsificada)
Cuando lo incorporó a Se anuncia un asesinato se ve de qué modo lo utilizó, por ser mucho más inteligente que una mera falsificación. Al incluir las distintas grafías del término en páginas casi consecutivas del capítulo 18, en documentos presuntamente escritos por un mismo personaje, desafía al lector a que descubra esa anomalía y, por consiguiente, le presta un indicio importante sobre la identidad del asesino. Sigue siendo una de las pistas más audaces de cuantas incluyó en sus novelas. El empleo de ambas formas del vocablo en la misma carta hubiera sido excesivamente osado, y el enfoque que adopta es mucho más sutil.
Aunque en los cuadernos escasean los detalles sobre Se anuncia un asesinato, tenemos la suerte de contar con el mecanoscrito auténtico —es uno de los pocos de cuya existencia se tiene constancia—, plagado de copiosas notas manuscritas. Una página manuscrita e insertada en el mecanoscrito acaricia la posibilidad de cambiar el nombre del pueblo —«¿Chipping Burton? ¿Chipping Wentworth?»—, en vez de dejar el original, Chipping Barnet, e igual sucede con el nombre del inspector —«¿Cary? ¿Craddock?»— en vez del original, Hudson, y con el nombre de la víctima —«¿Wiener?»— en vez del original, Rene Duchamps. La formulación original del anuncio en el periódico también se modificó: «Se anuncia un asesinato, que tendrá lugar el viernes, 13 de octubre, en Little Paddocks. Se ruega a las amistades tomen buena nota, ya que éste será el único aviso». Y el título de este mecanoscrito es un tanto más recargado: en vez de «se anuncia», reza «se ha anunciado». Es desconcertante que el nombre de «Laetitia» aparezca a lo largo del texto, y que todos los ejemplos se hayan corregido a mano, para simplificar y dar más precisión, poniendo «la señorita (Blacklock)», lo cual conduce al lector a la suposición de que este cambio fue fruto de una inspiración de última hora, a pesar de que aparece ya en las notas —«La hermana “Charlotte” es en realidad ella»—, como se ha señalado antes. Christie habría considerado injusto llamarla «Laetitia» caso de que, en efecto, el personaje sea realmente Charlotte; de ahí que haya enmendado la manera de llamar al personaje, pasando al preciso «señorita» Blacklock, aunque sea más impersonal.
La única nota discordante en esta novela detectivesca, que por lo demás raya en la perfección, es el improbable desenlace que tiene lugar en la cocina de Little Paddocks cuando la señorita Marple pone en práctica sus dotes de ventrílocua, hasta ese momento desconocidas. Uno de los rasgos comunes en casi todos los títulos de la señorita Marple es el dramatismo del capítulo final. Al igual que Se anuncia un asesinato, Un cadáver en la biblioteca, El caso de los anónimos, El truco de los espejos, El tren de las 4:50, Misterio en el Caribe, En el hotel Bertram, Némesis y Un crimen dormido culminan todas ellas en una secuencia de acción marcadamente teatral en la que el asesino se incrimina, por lo general a raíz de un intento mal calculado de perpetrar otro asesinato. La mayoría de las veces se debe a que el caso que ha delimitado la señorita Marple anda un tanto escaso de verificación y depende en exceso de su intuición, que por infalible que sea nunca equivale a una prueba con valor legal. Por extraño que sea, en Se anuncia un asesinato, por encima de todas las demás, hay pruebas en abundancia y hay numerosas pistas que complementan la extraordinaria perspicacia de la señorita Marple. Como ha señalado Robert Barnard en su magistral estudio sobre Dame Agatha, A Talent to Deceive [Un talento para el engaño], la reputación que tiene la señorita Marple de ser una gran detective no mejora cuando sale del armario de las escobas en el momento culminante de la novela. Esa breve escena de dos páginas se podría haber enmendado con facilidad para omitir esa vergüenza.
A demás de su sublime trama detectivesca, Se anuncia un asesinato es también un convincente retrato de una Inglaterra que aguantaba a duras penas saliendo paso a paso de la austeridad de posguerra. Ya no estamos en el mundo de los mayordomos y las recepciones, los cócteles y los trajes de etiqueta; no existe de hecho una etiqueta con arreglo a la cual vestirse para cenar, no se interroga a la doncella de la señora; no hay invitados los fines de semana, no existe la coartada de la noche en la ópera. La sombra del racionamiento, del trueque, de los desertores y de la «ayuda» extranjera, de las cartillas y las tarjetas de identificación se proyecta sobre todo el libro. En realidad algunas de las pistas provienen justamente de ese medio: el uso en apariencia extravagante de la calefacción central, la nota con la ortografía incriminatoria, la facilidad del acceso a las casas precisamente por motivo del trueque. En el capítulo 10, sección III, se incluye también una reveladora conversación entre la señorita Marple y el inspector Craddock en torno al cambio que se vive con respecto al viejo orden: «Hace quince años sabía uno quién era quién… Pero ya no es así… Ahora ya nadie sabe quién es nadie». Y, con el acostumbrado ingenio de Christie, este detalle también se subsume en la trama.
Otro aspecto de la novela que merece nuestra atención es la presencia apenas insinuada de la pareja lesbiana, la señorita Hinchcliffe y la señorita Murgatroyd. Hasta este momento eran muy pocos los ejemplos de personajes homosexuales que aparecían en las novelas, siendo más bien figuras irrisorias (el señor Pye en El caso de los anónimos o el señor Ellsworthy en Matar es fácil) o amenazantes (el mayordomo de lord Edgware, que es como un dios griego, y, años más tarde, Alec en Las ratas). El retrato de la pareja de Chipping Cleghorn se traza con toda naturalidad; por lo que atañe a los lugareños, no llama la atención. Tras el asesinato de Murgatroyd es incluso conmovedora. Se trata de una notable mejora con respecto a la representación que hace de Christopher Wren en Tres ratones ciegos, tres años antes, que es una de sus creaciones más afectadas, descrito en el guión original como un hombre «con voz meliflua de marica». Y no se rebajó esta imagen en la versión escénica, dos años después de Se anuncia un asesinato, en la que comenta lo atractivos que son los policías (primer acto, segunda escena). Poco después de publicarse Se anuncia un asesinato, cuando Christie planificaba La señora McGinty ha muerto, quiso que dos de los sospechosos fuesen «2 jóvenes que viven juntos», pero abandonó la idea.
La
telaraña
Estrenada el 14 de diciembre de
1954
Cuando descubre un cadáver que ha sido asesinado en su tocador, poco antes de que su marido llegue a casa con un político de gran importancia, Clarissa idea un plan para engañar a la policía. Cuenta con la ayuda de tres de sus invitados, sin darse cuenta de que el asesino está mucho más cerca de lo que ella piensa.
Hay una veintena de páginas de notas para La telaraña, todas ellas en el Cuaderno 12. El personaje de Clarissa, escrito específicamente por petición de la actriz Margaret Lockwood, es la más espléndida creación de comedia lograda por Christie. La obra en sí es un thriller en clave de comedia, con ambos ingredientes en cantidad suficiente para que la combinación resulte irresistible. Es también una lograda mezcla de novela policíaca en la que se aspira a saber quién es el asesino y de novela en clave de «¿se saldrán con la suya?». Se desvela la identidad de un asesino sorprendente en los últimos minutos de la pieza, con lo que se mantiene la reputación que tiene Christie por lograr revelaciones asombrosas, y son numerosos los giros inesperados de la trama secundaria. El guión del «¿se saldrán con la suya?» no era un rasgo habitual en la producción de Christie, pero también aparece en mayor o menor medida en sus tres obras siguientes para el teatro: Una visita inesperada, Veredicto y Las ratas.
La primera página de notas lleva este encabezamiento:
Acto III La telaraña ¿Laura encuentra un cadáver?
Christie adopta su método habitual de asignar letras a las diversas tramas que siguen, aunque a pesar del encabezamiento no hay ninguna que haga referencia al acto III. Algunas, como se especifica, aparecen en el acto II, escena 2ª, lo cual inspira la sospecha de que los actos fueron objeto de una reordenación posterior (tal vez en el transcurso ya de los ensayos y el montaje de la obra), y el acto III originalmente incluía una escena previa. No hay ninguna sorpresa en las notas y no hay inesperados desarrollos de la trama; los que se han conservado reflejan con exactitud el curso que había de tomar la obra. Con la excepción de sir Rowland Delahaye, que aparece en las notas con el nombre de sir M, también los nombres se han conservado. Doy por supuesto que la desaparición de las notas tomadas para los primeros actos es resultado del paso de los años.
Puntos destacados
- La señorita Peake está en una cama en el cuarto de invitados
- La señorita Peake aparece… «El cadáver ha desaparecido»… Guiña el ojo
- Sir M dice… «No crezcas nunca» [Acto I]
- El inspector y sir M… Éste plantea la idea de los narcóticos [Acto II, escena 2ª]
- El inspector da a entender que en realidad ha encontrado algo en el escritorio [Acto II, escena 2ª]
- Clarissa (a sir M) ¿Lo han movido alguno de ustedes? No… Todos están juntos en el comedor
- Cl. pregunta a sir M (o a Hugo) por el nombre de algunos anticuarios
- El libro… Sir M dice «¿Qué es lo que consulta el inspector? Un “Quién es quién” [Acto II, escena 2ª]
- Sir M. relata la historia de un amigo y unos sellos o un sobre con unos autógrafos
- Clarissa pide a Elgin las referencias [Acto II, escena 2ª]
- Aparece Pippa… Un bostezo poderoso… Tiene hambre
- Clarissa acusa a la señorita Peake de ser la señora Brown
La principal preocupación de las escenas en las que interviene Pippa era la presencia o ausencia de Jeremy, que retrospectivamente obedece a razones obvias. Estas escenas aparecen en el acto I.
Los trozos de Pippa
- Velas según el libro de recetas, ¿se pueden comer? Presente (sir M, sí. ¿Jeremy? ¿Clarissa?)
- El agujero del sacerdote… Un lugar donde colocar un cadáver. Presente Jeremy y ??? [sic]
- Los autógrafos… Pippa los muestra… Los guarda en una caja lacada
- Luego, el trozo sobre los sellos… Jeremy no está presente. De los demás, cualquiera
Uno de los elementos más interesantes que se conservan entre los papeles de Christie es una propuesta de adaptación cinematográfica, que data de 1956, para rodar una posible película sobre esta obra teatral. No es del todo seguro que sea de mano de la propia Christie, y más bien parece un documento «oficioso», es decir, realizado por alguien que no tuvo nada que ver con la posterior película rodada en 1960. En él se esbozan los acontecimientos que han tenido lugar antes del comienzo de la obra teatral, como el encuentro de Clarissa con Henry, la desesperación de Miranda por encontrar drogas, el posterior divorcio y el nuevo matrimonio y la aceptación de Clarissa por parte de Pippa; también incluye la venta del sobre en el que está el sello, que adquiere el señor Sellon…
La telaraña está plagada de ideas que aparecen en obras anteriores:
La
señorita Peake oculta el cadáver tras el cabezal de la cama del
cuarto de invitados, como hace el malvado en «El número 16,
desenmascarado», el último de los relatos recogidos en
Matrimonio de sabuesos.
El
naipe que falta en la baraja es un detalle de la trama tomado de
«La aventura del rey de tréboles».
La idea
de los sellos valiosos en un sobre aparece en «Una extraña
broma».
Cuando
Pippa crea un muñeco de cera hace lo mismo que hizo Linda Marshall
en Maldad bajo el sol.
Clarissa asume la responsabilidad del asesinato cuando parece que
es Pippa la responsable, en lo cual hay ecos de las acciones que
acomete Caroline Crale en beneficio de su hermana Angela en
Cinco cerditos.
«La
aventura del piso barato» también contiene la argucia de que una
propiedad inmobiliaria se ponga en venta con un descuento a la
persona adecuada.
Hay aún
otra inteligente variación sobre una pista en la que están
implicados los nombres (véase Se anuncia un asesinato, así
como La señora McGinty ha muerto y Peligro
inminente).
Hay
referencias solapadas a Diez chicos negritos [sic] en el
acto II, escena 2ª, y a «un cadáver en la biblioteca» en el acto
I.
El templete de Nasse House
5 de noviembre de 1956
La señora Oliver organiza un juego llamado «la búsqueda del asesinato» en la finca que rodea la mansión de Nasse House. Cuando el «cadáver» que se encuentra resulta completamente real, Hércules Poirot está a mano para descubrir quién mató a la muchacha, a Marlene Tucker, y qué le sucedió a lady Folliat.
Aunque se publicase en noviembre de 1956, El templete de Nasse House tuvo una complicada génesis a lo largo de dos años. En noviembre de 1954, el agente de Christie escribió al Comité de Finanzas Diocesanas de Exeter para explicar que a su cliente le gustaría que se pusieran vidrieras en el presbiterio de la iglesia de Churston Ferrers (la parroquia de Christie), y que ella estaba dispuesta a costear la obra asignando los derechos de un relato a una fundación que se crease para tal fin. El Comité Diocesano y la iglesia local se mostraron encantados con el acuerdo, y en una carta del 3 de diciembre de 1954 Hughes Massie confirmó «las intenciones de la señora Mallowan de asignar los derechos de publicación en revistas de un relato que ha de titularse “El capricho de Greenshore”» para costear las obras. La cantidad presupuestada rondaba las mil libras (unas 18.000 libras o 40.000 euros de hoy).
En marzo de 1955, el Comité Diocesano empezó a mostrarse intranquilo, o deseoso al menos de saber cómo habían ido las ventas. Pero por vez primera en treinta y cinco años, con gran embarazo por parte de todos los implicados, se dio el caso de que no se procedió a la venta del relato. El problema radicaba en su extensión; era demasiado largo, casi más que una novela corta, es decir, tenía una extensión delicada, pues no era ni novela ni relato apto para el mercado de las revistas. A mediados de julio de 1955 se tomó la decisión de retirar la oferta de vender el relato, ya que «Agatha estima que está lleno de material muy bueno, que podría aprovechar en su próxima novela». A modo de solución de compromiso se acordó que escribiera otro relato para la iglesia, que también habría de titularse, por razones legales, «El capricho de Greenshore», «aunque es probable que se publique, llegado el caso, con otro título distinto». Así pues, la novela corta original y desestimada, «El capricho de Greenshore», se reelaboró hasta que terminó por ser El templete de Nasse House, y Christie escribió otro título más breve y similar, «La locura de Greenshaw», cuyas ganancias destinó a las arcas de las autoridades eclesiásticas. «La locura de Greenshaw» se publicó por vez primera en 1956 y se recogió posteriormente en El pudding de Navidad, colección publicada en 1960[20].
Las notas tomadas con vistas a El templete de Nasse House se encuentran en los Cuadernos 45 y 47. A resultas de su historia textual es difícil precisar a partir de los cuadernos si las notas se refieren a la novela corta o a la versión más larga, aunque parece probable que el Cuaderno 47 contenga los esbozos previos de la narración original y el Cuaderno 45 la versión más elaborada; el Cuaderno 47 plantea una discusión de puntos elementales que no habría sido necesaria si el relato ya estuviese escrito. En quince páginas, Christie esbozó la totalidad de la trama de «El capricho de Greenshore», de modo que cuando llegó la hora de ampliarlo sólo tuvo que elaborar con más detalle las escenas preexistentes: la trama estaba completa en la versión de la novela corta.
En el Cuaderno 47 se esboza la situación básica y se bosquejan algunas ideas, todas las cuales, con cambios de poca magnitud —en vez de una feria benéfica habrá una fiesta en los jardines; la víctima será una chica de las girl guides y no un chico de los boy scouts—, se incluyeron en el relato:
La señora Oliver cita a Poirot… Ella se encuentra en Greenway… Por motivo de un encargo profesional… Ha de orquestar la búsqueda del tesoro o la búsqueda del asesinato en la feria benéfica que se celebre en la finca
«El cadáver» ha de ser un boy scout y ha de estar en la casa del embarcadero… de ello ha de haber una clave entre las «pistas»
O bien un cadáver de verdad aparece enterrado en donde se arrancó de raíz un árbol, en donde se ha de construir el templete
Algunas ideas
Una excursionista (¿chica?) del albergue cercano… En realidad, lady Bannerman [Stubbs]
Es significativo que desde el primer momento la narración fuese a estar ambientada en Greenway. Tal vez por tratarse de un proyecto personal, escrito para el lugar por el que tenía verdadera adoración, Christie se desvivió por conservar el color local. Había utilizado Greenway anteriormente, en Cinco cerditos, y utilizaría el transbordador que opera al pie de los jardines al cabo de pocos años, en Inocencia trágica, pero El templete de Nasse House representa un empleo amplio y detallado de su amada Greenway. Además de la mansión en sí, y de la historia de la misma, que relata la señora Folliat, también aparecen en el relato la casita de la entrada, llamada Gate Lodge; la otra edificación, Ferry Cottage; la casa del embarcadero; el mirador del Battery, la cancha de tenis y el albergue juvenil que hay al lado de la finca, al tiempo que la geografía interna de la casa refleja la realidad incluso hasta en el dormitorio que ocupa Poirot y el cuarto de baño que hay al fondo del pasillo. El magnolio que se encuentra junto a la puerta de entrada, en donde se paran a conversar la señora Folliat y Hattie, el camino de entrada con sus muchas curvas y su pendiente empinada, que termina en la gran cancela de hierro, el camino también en pendiente que comunica el mirador del Battery y la casa del embarcadero…, todo ello sigue existiendo hoy en día.
Las notas que se reproducen a continuación, tomadas del Cuaderno 47, forman la base de El templete de Nasse House. Christie se decidió por una versión de B, más abajo, para dar motivación a la historia. No hay nadie que se llame Lestrade en ninguna de las versiones:
Quién quiere matar a quién
- La esposa quiere matar al adinerado P Lestrade tiene una amante… los dos son pobres
- La joven esposa es reconocida por alguien que sabe que ya está casada… ¿Chantaje?
- P Lestrade… tiene una primera esposa que no ha muerto (¿en Sudamérica?)… es la hermana de la primera esposa la que lo reconoce ¿Una muchacha de Checoslovaquia en el albergue? P comenta que ha visto a una de las chicas del albergue en la propiedad y sin permiso… Una colérica conversación entre los dos, que alguien ve, aunque no llega a oír… Decide matarla
- La señora Folliat… un poco tibia… ¿o el joven Folliat en el albergue?
La señora Folliat, de la familia original que construyó la mansión, pero que ahora es propiedad de sir George Stubbs, que tiene además una esposa joven y bella… ¿Una chilena? Madre italiana… ¿Criolla? Gente que se ha hecho rica con el azúcar… la chica es retrasada mental. Se extiende el rumor de que sir G hizo su fortuna gracias a los contratos que firmó con el Ejército… En realidad sir G (que está en la ruina) planea matar a su esposa y quedarse con toda su herencia
Las referencias que hay a Greenshore en el siguiente extracto parecen confirmar que el Cuaderno 47 contiene las notas originales de la novela corta:
¿Se casa sir George con Hattie Deloran? Ella es débil mental… Él compra la finca llamada «Greenshore» y allí va con su esposa… La noche en que se prepara una broma… Ella es enterrada. El capricho se comienza a construir al día siguiente… Otra lady Dennison [Stubbs] ocupa su lugar… Los criados no ven nada… Salen a dar un paseo… Vuelve con otra muchacha (desde la casa del embarcadero). Luego, durante un año sir George y lady Dennison se dan a conocer a sus invitados. Llega entonces la hora de que lady D desaparezca… Se marcha a Londres, se despiden los dobles haciéndose pasar por estudiantes
Sally Legge sigue estando en la novela; la razón de que cambiase de nombre de pila (antes se llamaba Peggy) la aclara la propia Christie en estas notas que siguen. ¡Sin duda, una idea excelente!
Puntos por decidir
- ¿A quién escoger como primera víctima? ¿Peggy Legge? Alguna cosa acerca de Old Peg Leg[21]
- ¿Qué sabía, o qué hizo Maureen [Marlene]? ¿Oyó a su abuelo hablar del cadáver y
supo que sir George en realidad era James?
O
¿Anda fisgoneando? ¿Trata de enterarse de lo que sucede?
¿Ve en realidad a lady S convertirse en una excursionista?
O
¿Ve juntos a sir George y a su pareja?
¿Qué escribe Maureen en el tebeo?
¿Y la pista de la señora O?
¿La casa del embarcadero?
¿El embarcadero? ¿Una casa en un barco?
El garabato de Maureen en el tebeo… G[eorge] S[tubbs] sale con una chica que está alojada en el albergue
Los siguientes extractos, tomados del Cuaderno 45, llevan referencias a las páginas, seguramente a las galeradas, de «El capricho de Greenshore». Los comentarios que los acompañan son recordatorios que se hace la propia Christie a medida que va ampliando el relato original. También experimenta con los detalles de la búsqueda del asesinato que ha organizado la señora Oliver y aclara, al menos para sí, la cronología de la tarde fatal:
P. 119… Elaborar los recuerdos de la señora F
P. 21… Una escena mucho más elaborada, en el salón, a la hora del té
P. 24… Pasar a Legges después de «Hattie»
Rehacer el orden de los siguientes acontecimientos
P. 38… Elaborar la escena del desayuno…
P. 47 Tal vez una entrevista con Michael Weyman en el pabellón de tenis
Aclarar el punto relativo a la tienda en la que está la adivina
P. 61 Muchos más detalles tras el descubrimiento del cadáver
El plan de la señora Oliver
Las armas
Revólver
Cuchillo
Ropa de tendedero
Huella (en el cemento)
¿Gladiolos rosas o catálogo de bulbos? ¿Marcados?
Zapato
Instantánea
¿Quién? |
Víctima |
¿Por qué? |
Arma |
¿Cómo? |
Móvil |
¿Dónde? |
Hora y día |
Cuándo |
Lugar |
Esquema del desarrollo de la tarde…
16:00 P[eggy] L[eggy] sale de la tienda
16:05 H[attie] dice a la señorita B que vaya a tomar el té
16:10 H entra en la tienda… Entra por la trasera de la choza… Se viste de excursionista… Sale camino del embarcadero
16:20 Llama a Marlene… la estrangula y vuelve y llega disfrazada de muchacha italiana… Habla con un joven con tortugas [el competidor que lleva una camisa con un estampado de tortugas]
16:30 Sale con la muchacha holandesa y la mochila a la espalda o con el de las tortugas… La muchacha holandesa va a Dartmouth… la muchacha italiana va a Plymouth