Contexto de uso.
El dispositivo que utilizamos en general está afectado por nuestro contexto: dónde estamos, qué queremos hacer y cuánto tiempo tenemos para ello.
Una tableta suele estar más relacionada con el ámbito hogareño. Es normal usarla entonces cuando se está recostado en el sofá o en la cama. Por esto, el usuario tiende a estar más relajado y posiblemente con más tiempo disponible que cuando usa el móvil.
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Figura 14.3. El contexto de uso de las tabletas está más asociado al hogar, donde los usuarios están más relajados y con algo más de tiempo disponible comparado con los móviles.
Como dato estadístico, podemos mencionar que los usuarios de tableta invierten casi el doble de tiempo en Internet que los usuarios de teléfono, especialmente para mantenerse informados y entretenidos[1].
Este contexto es una diferencia de mayor importancia porque afecta la relación del usuario con la tableta y la forma que tiene de interactuar con ella y, en consecuencia, de usar las aplicaciones.
La interacción
Una tableta es un objeto de tamaño mayor que un móvil y por consiguiente, es más pesado y difícil de transportar. Así, el usuario necesita un punto de apoyo que le permita soportar el peso de la tablet.
De acuerdo a esta forma de sostenerla, tanto en formato horizontal como vertical, las zonas a las que el usuario puede llegar más cómodamente son las esquinas ubicadas en la zona inferior de la pantalla. Aquí deberían estar las acciones más frecuentes y fuera de esta zona de comodidad se recomienda situar los controles de las acciones más críticas o que ocasionan mayor impacto, para hacerlas más difíciles de acceder, disminuyendo el riesgo de ser pulsadas por equivocación.
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Figura 14.4. Debido al tamaño y a la manera de sostener la tableta, las zonas inferiores de la pantalla son más fáciles de acceder, aumentando la complejidad en las zonas superiores.
Por otro lado, también deberían reducirse los elementos interactivos localizados en el centro superior de la pantalla. Ubicarlos en esta área requiere que la mano y parte del brazo se crucen sobre la pantalla, tapando parte del contenido. Si esto pasara, podría no verse claramente el elemento que se está pulsando y el resultado de la acción.
La funcionalidad
Que un usuario esté en casa tranquilo y que la tableta sea un dispositivo no tan personal como el móvil —ya que se comparte más fácilmente—, obliga también a repensar aquellas tareas que pueden llevarse a cabo con la aplicación.
En un móvil, para un usuario que muchas veces está en movimiento y más centrado en ejecutar tareas rápidas, algunas funciones no tienen razón de ser. En el caso de una tableta, la situación es distinta en cuanto al tiempo y a la comodidad, por eso, algunas características funcionales que se habían dejado postergadas ahora encuentran su razón de ser.
En este caso, es posible ampliar y mejorar la experiencia de uso sin perder el foco de atención de aquellas tareas que contribuyen al objetivo de la aplicación. Como comentamos antes, se trata de dar sentido y no de «incluir por incluir».

Figura 14.5. Spotify es un ejemplo de aplicación muy bien resuelta en su versión para iPad, aprovechando las características de este medio a conciencia.
Un ejemplo de una app que potencie la experiencia, podría ser aquella donde se visualicen documentos, pero para editarlos haya que hacer uso de formularios. Mientras en un móvil esta tarea puede ser bastante difícil, en una tableta el ingreso de datos y texto puede ejecutarse más fácilmente.
Contenido de la app
Las tabletas son el blanco preferido de algunas aplicaciones que por su tipo de contenido necesitan un contexto de uso más relajado y tranquilo, como cuando el usuario está en casa.
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Figura 14.6. Flipboard en su versión para iPad se asemeja a una revista y refuerza este concepto con las transiciones entre pantallas.
Este es el caso de apps que requieren la lectura de textos largos como periódicos y revistas. Un ejemplo de esto es Flipboard en su versión para iPad[2], una aplicación que realmente saca partido de la experiencia al asemejarse a una revista, trasladando el concepto tanto a la cantidad de información, como al diseño visual y a las animaciones.