OCHO

Proyección

 

 

¡Solo estás proyectando!”

–Dicho por casi todos

 

 

La proyección es otro concepto que se ha incorporado a la cultura y es ampliamente comprendido, incluso por personas que nunca han tenido ningún tipo de psicoterapia. “¡Oh, deja de proyectar!” puede decir un amigo. Lo que generalmente se quiere decir es que usted está criticando a otra persona por hacer algo mal cuando usted, de hecho, es la parte responsable. Nuestra expresión, El muerto se asusta del degollado, claramente captura esta idea.

Pero la proyección es un fenómeno mucho más amplio; todos proyectan en cierto grado y hoy, el uso común del término, subestima su complejidad. Al ampliar nuestro entendimiento, comenzaré con una manera diferente de mirar la proyección: viéndola como un tipo primitivo de comunicación – de hecho, la primera forma de comunicación entre el padre y el hijo. En vez de la proyección, piense sobre la evacuación - deshacerse de algo que se siente mal.

 

 

Cómo Se Comunican Los Bebés

 

Piense en las siguientes expresiones:

Desahogar sus sentimientos

Criticar o descargarse con alguien

Librarse

 

Todas estas frases implican una clase de evacuación o de vaciar. Con el discurso apasionado (‘desahogar’ o ‘librarse’), podemos liberar la presión emocional; cuando nos quejamos bastante con un amigo (“criticando” o “descargándonos”) transferimos la carga de nuestros sentimientos sobre la otra persona. El deseo de librarnos de emociones dolorosas, para cambiarlas hacia alguien más, es lo que motiva a las personas que hacen un hábito de desahogarse o criticar. Ellos están proyectando (es decir, librándose de algo) en un sentido más amplio del término del que comúnmente utilizamos.

Sin el beneficio de las palabras, los infantes hacen algo similar, librándose de la emoción dolorosa gritando o chillando. En el proceso, este dolor (proyectado) evacuado hace que sus cuidadores se sientan angustiados. Así como usted pudo haberse sentido horrible después de pasar una tarde escuchando a un amigo desahogarse, los padres absorben el dolor del niño y se sienten altamente incómodos - tanto que generalmente sienten la necesidad de hacer algo. Nosotros sentimos el dolor de un infante e intentamos descubrir qué significa. ¿Necesitamos alimentar al bebé? ¿Cambiar su pañal? ¿Contenerlo?

Entonces, de una manera completamente apropiada, los bebés evacuan o proyectan su experiencia insostenible en nosotros,[14] evocando una respuesta empática para que nosotros les ayudemos con su dolor o malestar. Desde una perspectiva evolutiva, se podría decir que la proyección comenzó a existir no sólo como el primer mecanismo de defensa, destinado a ayudar al infante humano que lucha con (deshacerse de) la experiencia insostenible, pero también como forma de comunicación que estimula la respuesta de cuidado en los padres. La proyección es una parte normal, cotidiana de las relaciones de padre-hijo y también una característica intermitente de la mayoría de las otras relaciones.

En el curso normal de las cosas, cuando son cuidados lo suficientemente bien o no son demasiado difíciles para que sus padres los críen, los bebés aprenden a entender y tolerar su propia experiencia. Con el transcurso de los años, mientras ellos crecen, los niños no necesitan constantemente proyectar sus experiencias afuera, sino que pueden mantenerlas adentro y lidiar con esos sentimientos ellos mismos. En otras palabras, con la ayuda de sus cuidadores, el miedo, el dolor, la ansiedad etc. del infante gradualmente se vuelven tolerables.

Es muy parecido a otras partes más prácticas de la crianza: luego de un tiempo, los niños aprenden a utilizar cuchillo y tenedor, a vestirse solos, atar los cordones de sus propios zapatos, y así sucesivamente, entonces, no tenemos que hacerlo por ellos. Aprenden también cómo sobrellevar su propia experiencia emocional, así que, no tenemos que ayudarles continuamente a sobrellevar lo que sienten.

 

 

La Proyección como Parte de Vida Cotidiana

 

Eso es un ideal, por supuesto. Ninguno de nosotros es totalmente independiente y nunca dejamos por completo la proyección. Aquí hay otro ejemplo complejo de la proyección cotidiana, una de la cual estoy seguro dará en la tecla con muchos de ustedes.

A veces cuando estoy extremadamente cansado y arruinado, me vuelvo irritable con mis seres queridos. Quizás, me pondré susceptible o crítico, siendo insolente con la gente por las cosas increíblemente molestas que están haciendo. Sin intentar hacerlo conscientemente, haré que las personas a mí alrededor se sientan miserables porque soy un gruñón.

Aquí tiene lo que está sucediendo: Tengo un sentimiento desagradable que es difícil de sobrellevar solo. Tiene que ser una persona bastante consciente de sí misma para reconocer fatiga o tener malas pulgas y simplemente pensar, tuve una mala noche, o me excedí esta semana y me siento débil. No tiene nada que ver con otra persona. En lugar de eso, yo proyecto mi experiencia en esas personas de mi vecindad inmediata, haciéndolas sentir mal como resultado de la manera en que las trato. Aunque mi irritabilidad no me libra totalmente de mi experiencia desagradable, a menudo hay una clase de alivio (usualmente seguido de culpa) que viene de proyectar de esta manera.

Usted ocasionalmente ve un proceso similar en el lugar de trabajo. “El jefe tiene un humor terrible esta mañana,” alguien pudo decirle a un colega. “¡Mantente alejado!” Las personas en posición de autoridad pueden abusar de sus empleados, encontrando un alivio parcial de su sufrimiento personal infligiéndolo en (proyectándolo en) aquellos por debajo de ellos dentro de la estructura corporativa. Para aprobar la escuela, solía trabajar como asistente legal en litigios y regularmente veía abogados estresados, en vísperas de un juicio, haciendo sentir miserables a sus asociados y secretarias con su comportamiento abusivo.

La mierda viaja con la corriente, dice el refrán.

Nosotros podemos entender esto como tipo de proyección, donde los malos sentimientos se pasan de persona a persona dentro de una jerarquía. Es un mecanismo de defensa psicológico, que pretende librarnos del dolor. Así como ineficaz y frecuentemente destructivo pueda ser este tipo de defensa, es importante recordar que la persona que se comporta de esta manera está sufriendo; ella se siente abrumada por su dolor e intenta deshacerse de él proyectándolo en otros. En un nivel inconsciente, también debe haber una esperanza de que alguien entenderá nuestros gritos de dolor y hará algo para ayudar, aunque nosotros ya no seamos bebés con padres que nos cuidan.

En el Capítulo Cinco, describí a la persona que “desquita” sus sentimientos en un amigo o ser querido cuando alguien diferente es el verdadero objeto de esa emoción - un ejemplo de sublimación. También desquitamos nuestros sentimientos en otras personas cuando, en un esfuerzo de librarnos de nuestra propia miseria, inconscientemente intentamos hacerles sentir mal. En un momento u otro, la mayoría de nosotros ha desquitado sus sentimientos en aquellos que nos importan. Bajo estrés, cuando nuestros mecanismos de afrontamiento más adultos están abrumados por los desafíos emocionales que la vida pone en nuestro camino, nosotros invertimos a la primera forma de defensa - la proyección.

Pienso que es el (a veces indeseado) rol de nuestros seres queridos para sobrellevar nuestra experiencia por nosotros cuando no podemos hacerlo solos. Aceptar esa carga (las proyecciones) es parte de amar y preocuparse por otras personas. A menudo, cuando reconocemos que alguien está proyectando de esta manera, lo entendemos e intentamos contenerlo o contenerla. Si no podemos sobrellevar esas proyecciones por nuestras propias razones, no obstante - si estamos muy estresados o albergando resentimientos sobre algún otro tema - en lugar de eso, nosotros podemos sentirnos atacados. Podemos tomar represalias - intentar devolver el mal sentimiento - lo que puede dar lugar a una guerra intensificada de proyecciones.

 

 

Proyección de la Culpa

 

Ahora que entendemos el fenómeno más amplio que es la proyección, echemos otra mirada en nuestro uso del término más familiar, donde una sensación de culpa o mala conciencia renegada y se le asigna a alguien más.

Digamos que Jim se olvida de hacer algo que él ha prometido hacer en el camino del trabajo a casa. Cuando él entra a la casa esa tarde, su esposa Stephanie pregunta, “¿Dónde está la ropa de la lavandería?” Jim admite que él se olvidó por completo y se disculpa. Debido a que Jim tiene un hábito de “olvidar” hacer dichas cosas, su esposa suspira con indignación. “Supongo que simplemente tendré que ir a buscarla yo misma mañana. ¡Como si no tuviese suficiente para hacer!”

Jim repentinamente se siente a la defensiva, volviéndose hacia Stephanie con ira. “No veo porqué estás haciendo un caso federal de esto. Me olvidé - ¿cuál es el gran problema? Siempre eres muy crítica.”

¿Alguna vez tuvo un intercambio como ese con un familiar, esposa o amigo? De hecho, yo lo tuve.

Al principio, Jim admite la responsabilidad y se disculpa. La mayoría de las personas pueden reconocer culpa bajo dichas circunstancias, pero solamente si su disculpa es inmediatamente aceptada sin reservas, y ellos son totalmente exonerados. Cualquier crítica o dureza persistente hace la experiencia de la culpa insoportable; en ese caso, muchas personas rechazarán todo sentido de responsabilidad y se librarán de su culpa (mala conciencia) proyectándola afuera.

En este ejemplo, la conciencia culpable de Jim termina dentro de Stephanie, quien lo critica; entonces, él lucha contra ella dando vuelta las cosas, haciendo de ella la mala persona. Jim ya no se siente más culpable sobre su propia desconsideración; en lugar de eso, él intenta hacer sentir mal a Stephanie por ser una persona muy dura y crítica. En cierto nivel, Jim sabe que él carga con la responsabilidad; la proyección implica una “mentira” que se dice a sí mismo porque él no puede sobrellevar la culpa: tú eres la mala persona, no yo.

 

 

Proyección en el Amor Romántico

 

Otro lugar para ver este proceso en ejercicio es en el amor romántico. Todos hemos conocido a alguien que se ha enamorado y nos preguntamos, “¿Qué ve ella en él?” O, “¿Está ciego?” La persona enamorada, a menudo anhelando los sentimientos del tipo droga asociados con el enamoramiento, quiere evitar el conocimiento de cualquier rasgo incómodo de la personalidad en el amado que pueda desinflar los sentimientos de deseo, la ilusión del amor perfecto. Entonces, el conocimiento de fallas y defectos está disociado; a menudo termina en (se proyecta en) amigos o familia, quienes luego tienen que llevar todas las dudas.

La persona locamente enamorada luego puede evitar o aún volverse en contra de esas personas de modo que él o ella no tendrán que enfrentar las percepciones de disociación. Quizás, usted ha tenido una experiencia similar a la mía, donde usted se sintió obligado, debido a la preocupación por un amigo, a revelar algo desagradable sobre su nueva novia, sólo para que él se ponga en su contra. Si alguien se está mintiendo a sí mismo y no quiere enfrentar la verdad, sus intentos de abrirle los ojos pueden sentirse muy mal para esa persona, incluso hostil, y usted fácilmente puede convertirse en un enemigo.

 

 

Proyección como un Aspecto del Carácter

 

Los ejemplos de arriba implican la proyección de un sentimiento insostenible o verdad odiada en alguien más. El uso de la proyección también puede llegar a ser más penetrante y estable, de modo que el carácter completo de la persona sea definido por ella.

Aquí hay un ejemplo clásico. Quizás usted ha conocido a un tipo de hombre muy tranquilo, cerebral, casi distante. Él puede ser un ingeniero, abogado, contador o cierta clase de científico, alguien con una mente analítica, y tener su vida emocional seriamente bajo control. He conocido una cantidad de hombres como este y, a menudo, ellos terminan casados con mujeres extremadamente emocionales y dependientes. Desde mi experiencia, es una dinámica conocida: una de las personas de la pareja se libra de una gran parte de su vida emocional y la proyecta en la otra persona, quien la lleva por él.

No soy dependiente, lo eres. Yo no experimento muchos sentimientos dolorosos y aterradores, sí.

Esto sucede fuera de la consciencia, por supuesto; es decir, es inconsciente. El proceso de la proyección se atrinchera en el carácter del hombre, apoyado por su matrimonio, con una mujer que lleva todas las emociones renegadas de él que no puede soportar sentir.

 

 

Disociación y Proyección Juntos

 

En el Capítulo Seis, discutí el problema de la ambivalencia y las maneras en que utilizamos la disociación para simplificar o resolver nuestras emociones en conflicto. Las disociamos y, a menudo, intentamos librarnos de una de ellas. Como mecanismos de defensa psicológicos, la disociación y la proyección a menudo funcionan juntas como medios para hacer frente al problema de la ambivalencia.

Digamos que paso un mal momento sobrellevando mi ira y mis sentimientos agresivos; que quizás eran inaceptables en mi familia de origen y se esperaba que yo fuera “agradable.” En verdad, yo soy una persona agradable y no tan agradable, con una mezcla de impulsos amorosos y hostiles. Sin embargo, cuando la hostilidad no se puede tolerar, la disociaré: los sentimientos amorosos y socialmente aceptables - esos son mi yo - y los hostiles agresivos son el no yo. Así, me he disociado en partes y repudiado uno de ellos, que a menudo significa proyectarlo afuera.

En el Capítulo Cinco, discutí a mi cliente Nicole, una mujer joven que lloró de compasión por el pájaro herido que era torturado por sus compañeros crueles. Su tipo de personaje compasivo, increíblemente bueno era una formación reactiva a sentimientos altamente sádicos que ella no podía reconocer; al mismo tiempo, ella proyectaba esos sentimientos en otros niños, que luego los representaban. Esos niños, de hecho, se comportaban realmente de una manera cruel, así que, usted puede decir que ellos validaban su proyección. En mi profesión, a veces nos referimos a esto como “proyectar en la realidad.”

En el ejemplo del olvidadizo Jim y su esposa, Jim ha proyectado su propia mala consciencia en Stephanie. En su opinión, ella ahora incorpora un juicio duro, haciendo un caso federal de una infracción trivial. Pero, quizás, Stephanie en realidad es una persona dura y crítica; cuando Jim proyecta su mala conciencia en su esposa, ella luego responde de manera que parece confirmar que la proyección ha “funcionado.” Las dificultades atrincheradas en muchos matrimonios dependen de dicha dinámica.

¿Por qué siempre yo soy el estricto?

Tú siempre estás haciendo esto - rompes tu promesa, y si yo estoy enojada por eso, simplemente yo soy la perra irritante.

¡Oh, deja de proyectar! ¿Por qué no puedes admitir que te sientes mal por lo que hiciste?

¿Alguna vez ha estado alrededor de alguien que continúa preguntando si usted está enojado sobre algo cuando usted en realidad no se siente así en absoluto? Él puede hacer esa pregunta tantas veces que usted eventualmente comienza a sentirse enojado. Puede ser que él esté en algo de lo que usted no se dé cuenta, pero también podría ser que él haya proyectado su propia ira en usted y ahora perciba que está allí, identificada con usted, en lugar de en su interior. Las preguntas persistentes - “¿Ahora eres absolutamente positivo que no estás enojado conmigo?” - eventualmente puede provocar la misma sensación que ha sido proyectada, como una clase (inconsciente) de confirmación de que la defensa ha tenido éxito.

En otras palabras, cuando las personas dependen de la proyección como defensa, a menudo intentan validar la proyección - es decir, convencerse a sí mismas de que han tenido éxito - diciendo o haciendo cosas que evocarán la experiencia repudiada en otras personas.

 

 

Proyección y Ansiedad

 

A veces, cuando las personas proyectan o evacuan una experiencia emocional que no pueden sobrellevar, puede no tomar dicha forma distintiva, en lugar de eso, puede sentirse como un tipo de temor sin nombre de alguna amenaza inminente del exterior. Al trabajar con personas que sufren de trastornos de ansiedad, he encontrado a menudo que su ansiedad señala un miedo de que las emociones proyectadas vuelvan y las abrumen. Esto puede sentirse aterrador, con más razón porque ellas no entienden de qué tienen miedo.

Theresa, una de mis clientas, se parecía a Nicole en muchos aspectos: tímida y suave al hablar, su personalidad parecía vacía de toda la agresión, aunque ella sobresalía en el casi imperceptible menosprecio que sonaba agradable en la superficie. Como muchos de mis clientes, ella venía de una historia caótica. Su familia llevaba una vida casi nómada; su madre era emocionalmente inestable y su padre distante. Como consecuencia, Theresa nunca se sentía segura en el mundo. Cuando ella creció, se volvió casi agorafóbica y sufría pánico intenso.

Mientras trabajamos juntos, entendimos que ella había proyectado una parte enorme de su vida emocional porque ella la encontraba insostenible. En un nivel inconsciente, ella encontraba su propia hostilidad tan amenazante que temía que ella pudiera derrumbarse si “la poseía”. En lugar de eso, ella la proyectó en el éter, por así decirlo. El mundo exterior comenzó a sentirse cada vez más amenazador, lo que le causó llevar una vida aún más estrecha para evitar entrar en contacto con lo que ella había proyectado. A veces, incluso resguardarse en la seguridad de su hogar, esos sentimientos amenazarían con convertirse en conscientes, dando como resultado un ataque de pánico.

Este tipo de ansiedad, donde la hostilidad proyectada y repudiada amenaza con volver, también puede producir esfuerzos para acortar y controlar tipos obsesivos de pensamiento o comportamientos compulsivos. Discutiré dichas defensas en el Capítulo Nueve.

 

 

Proyección y Vergüenza

 

En la sección sobre idealización de uno mismo del último capítulo, describí a una persona que durante su conversación encuentra maneras de mencionar, por ejemplo: cuánto dinero gana (es mucho más de lo que usted gana), o el nombre de alguien importante que él conoce (pero usted no); esas sorprendentes y e increíblemente costosas vacaciones que acaba de tomar (las cuales usted nunca podría solventar); cuán impresionado estaba fulano de estar con él; el coche nuevo que acaba de comprar; la fiesta glamorosa a la que fue la última semana, y así sucesivamente.

A usted probablemente no le gusta esta persona. Usted puede pensar en él como engreído u ostentoso. Siempre que usted tenga contacto, él lo deja sintiéndose infeliz, con un sabor amargo en la boca.

Las personas que se idealizan a sí mismas y hacen alarde de su superioridad también quieren hacerlo sentir mal sobre usted mismo - de hecho, ese es el punto principal de su comportamiento. A veces, es deliberado pero, más a menudo, es un intento inconsciente para debilitar su autoestima y hacerlo sentir inferior. La persona que tanto desea parecer como un ganador, necesita a un perdedor sobre quién triunfar. A veces, estas personas también lo llenan con envidia y usted quiere demolerlos después de todo - ridiculizarlos o denigrarlos ante cualquiera que escuche. A veces, el odio no es un término demasiado fuerte para el sentimiento que inspiran.

El personaje de Helen en la película La Boda De Mi Mejor Amiga (2011) ejemplifica perfectamente estos rasgos. Una hermosa mujer de la alta sociedad, casada con un hombre rico, ella hace constantes referencias a las personas importantes que conoce, los lugares asombrosos que ha visitado, su profundo conocimiento de los mejores restaurantes de la ciudad, los mejores diseñadores, los mejores lugares para hacer compras, los mejores lugares para una despedida de soltera - de hecho, lo mejor de todo. Particularmente, ella hace alarde de su superioridad para rivalizar con Annie, la dama de honor, cuya vida está tocando fondo.

Annie odia a Helen. Ella la odia porque Helen constantemente la hace sentir como una completa perdedora. En el final de la película, una vez que Annie se ha redimido y ha escapado del pozo de auto aborrecimiento en el cual había caído, Helen finalmente admite que ella no tiene amigos y nadie desea invertir tiempo con ella, ni siquiera su marido. En la superficie, ella parece ser una ganadora, pero, de hecho, su vida social y su matrimonio son estériles. Ella se siente como una perdedora - exactamente de la manera que ella intentó hacer que Annie se sintiera.

Lo que Helen proyecta - lo que esas personas engreídas, ostentosas intentan proyectar - son sus sentimientos de inferioridad. Ellos intentan subestimar inconscientemente su autoestima, para llenarla con envidia, para demostrar su completa inferioridad de modo que puedan sentirse superiores y por encima de usted. Estos individuos a menudo son híper competitivos: para ellos, el mundo se compone de dos (y solamente dos) tipos de personas: ganadores y perdedores, unidos uno con otro como polos opuestos.

Ellos se defienden de la convicción de que pertenecen a los perdedores proyectando ese sentimiento en usted e intentando hacérselo sentir.

¡Usted es el perdedor y yo, en cambio, soy el ganador!

 

 

Qué Buscar

 

La proyección como faceta de la psicología humana desempeña dicho rol, apareciendo de muchas diversas formas y defendiéndose de cada virtual emoción dolorosa que este capítulo ofrece solamente como introducción a un tema muy grande. Aquí hay muchas de las tantas formas en que la proyección puede aparecer.

 

Necesidad y Dependencia

 

Encuentro útil pensar en necesidades y vulnerabilidades emocionales como las partes “bebé” de nosotros mismos; nosotros expresamos nuestros aspectos más adultos o paternos cuando funcionamos responsablemente en el mundo y nos preocupamos por nosotros mismos, ocupándonos de nuestras necesidades o encontrando a la persona apropiada para resolverlas. Es otras palabras, somos una mezcla de partes de padre e hijo; cualquier aspecto se puede proyectar en otras personas.

Hombres y mujeres que no pueden soportar sentirse dependientes, a veces desarrollarán relaciones con amigos y parejas altamente dependientes, asumiendo un rol de “Peñón de Gibraltar” o convirtiéndose en una “torre de la fuerza.” La persona que parece nunca necesitar nada y sobre la que se apoyan otros como una especie de padre, indudablemente, se ha defendido de la consciencia de sus propias necesidades.

Él pudo haber negado sus necesidades y reprimido toda consciencia de ellas; al mismo tiempo, él las puede proyectar en otras personas que luego deben llevarlas por él. Los lectores que se identificaron mayormente con las declaraciones del Subgrupo 1 y el Subgrupo 3 tenderían a depender de este tipo de proyección.

En cambio, otras personas pueden proyectar su lado adulto o parental en alguien más e intentar hacer a esa otra persona responsable de todo el cuidado. Usted pudo haber conocido a alguien cuya vida siempre se está desmoronando y necesita ser rescatado por sus padres o amigos. ¡Mira el lío que he hecho - tienes que cuidarme porque claramente soy un hijo incompetente! Los lectores que se identifican mayormente con las declaraciones del Subgrupo 2 y el Subgrupo 4 probablemente proyectarán de esta manera.

Como usted se puede imaginar, el Peñón de Gibraltar y el “hijo” indefenso, a menudo, se atraen uno a otro formando relaciones altamente estables pero poco saludables.

Usted puede ver dinámicas similares en las familias o lugares de trabajo: entre padres y sus hijos adultos, entre compañeros de trabajo o colegas y en amistades. Busque relaciones disparejas o asimétricas, donde una persona parece mucho más dependiente que otra. Las relaciones completamente maduras implican la reciprocidad, donde cada parte depende del otro para satisfacer las necesidades y, alternadamente, también satisfacen las necesidades de la otra.

 

Emociones

 

Cuando proyectamos (repudiamos) un sentimiento que no podemos sobrellevar, a menudo, encontramos a alguien más para que lo lleve por nosotros, como en el ejemplo del olvidadizo Jim, quien hizo culpable a su esposa en su conciencia culposa. Otras veces, la proyección puede ser más violenta y explosiva: quizás, usted conoce a alguien que vuela bajo presión y hace miserables a todos los que lo rodean. Puede ayudar pensar en dicha persona, cualquiera sea su edad, como un bebé abrumado por el dolor, gritando para librarse de esa experiencia.

Si usted ha estado alrededor de alguien que se comporta de esa manera, usted sabe lo incómodo que se siente; usted puede encontrar la compañía de la persona desagradable, agotadora u ofensiva. Si usted tiende a librarse de un sentimiento insostenible de esta manera, otras personas pueden intentar evitarlo. Quizás, usted sienta que es “demasiado” para sus amigos y familia, y en parte puede ser porque usted depende de este tipo de proyección. Los lectores que se identificaron con las declaraciones del Subgrupo 4 deberían prestar atención.

Si las personas alrededor suyo a menudo se enojan sin una razón que usted pueda entender, usted puede estar proyectando su ira. Si usted a menudo “culpa” a las personas, puede estar evitando una sensación dolorosa de responsabilidad por algo que no quiere enfrentar. Los lectores que responden mayormente a las declaraciones del Subgrupo 3 probablemente proyectarán de esta manera.

 

Autoestima

 

Los sentimientos marcados de superioridad, desprecio y engreimiento, junto con las actitudes de condescendencia y autosatisfacción, generalmente, son una señal de que la vergüenza ha sido proyectada en otras personas. También lo es un sentido competitivo de ser más atractivo, exitoso, popular etc. Los lectores que se identifican con las declaraciones del Subgrupo 5 proyectarán de esta manera.

Éstas y otras defensas contra la consciencia de la vergüenza, serán discutidas en mayor detalle en el Capítulo Once.

 

 

EJERCICIOS

 

  1. Examine una de sus relaciones cercanas y considere cómo la necesidad y la dependencia juegan un rol. Podría ser con un amigo, familiar o pareja pero, preferiblemente, no un niño o un padre físicamente incapacitado. Si es posible, piense en una relación donde uno de ustedes es considerablemente más necesitado o dependiente que el otro, o donde uno de ustedes comparte desproporcionadamente la entrega.
    • ¿Hay alguna razón externa por la que ocurre esto, o es una función de sus personalidades?
    • ¿Si usted es el más necesitado, cómo se siente por estar en esa posición? ¿Cómo lo trata o responde la otra persona cuando usted está en un lugar de necesidad?
    • ¿Si la otra persona es la más necesitada, cómo se siente sobre él o ella cuando esta disparidad se vuelve obvia? ¿Le molesta que usted da tanto y comparativamente recibe poco en retorno?
    • Tome alguna acción que invierta intencionalmente estos roles. Por ejemplo, si usted tiende a ser el necesitado, haga algo extremadamente generoso en lo cual usted tome completa carga y la otra persona sea pasiva. No pida nada a cambio.
    • O si usted es del tipo Piñón de Gibraltar, pídale a su amigo o pareja que hagan algo por usted donde usted dependerá totalmente de esa persona para que satisfaga sus necesidades. No solo pida ayuda, como en el ejercicio del Capítulo Cuatro; hágase indefenso hasta el grado posible.
    • Tome nota de sus sentimientos y preste atención al malestar. Este ejercicio debería desencadenar sentimientos fuertes mientras usted salga de su zona de comodidad y desafíe sus defensas.
  2. El segundo ejercicio está diseñado para las personas que luchan con la ansiedad o sufren de ataques de pánico. También será útil para los individuos que se preocupan de que algo malo sucederá si no son extremadamente cuidadosos - es decir, con una tendencia hacia pensamientos obsesivos o comportamientos compulsivos.
    • ¿Qué es exactamente a lo que le tiene miedo? Usted puede haberse sentido atemorizado por el dolor de su ansiedad, pero intente mirar más allá de él. ¿Su ansiedad tiene un foco, una experiencia en particular que usted está decidido a evitar?
    • ¿Puede imaginarse un panorama en el cual ocurra su peor pesadilla? Escríbalo abajo en detalle. Más allá de la ansiedad, ¿hay alguna otra emoción que usted tiene miedo de sentir?
    • Es probable que su nivel de ansiedad comience a elevarse mientras usted continúa escribiendo el panorama del desastre. Mientras esto ocurre, intente cambiar a una fantasía diferente: viéndose a usted mismo comprometido en alguna actividad agresiva. Podría ser luchar contra un dragón mítico o golpeándole la cara a alguien que lo lastimó. Intente trabajar cierta ira dentro de la fantasía.
    • ¿Usted puede forjar un vínculo emocional entre la ansiedad y la ira? ¿Esas dos emociones se conectan para usted de alguna manera?
  3. Intente recordar un argumento donde usted se sintió a la defensiva, como si la otra persona intentara hacerlo sentir culpable. Ayudaría si usted todavía sintiera cierto calor sobre el incidente.
    • ¿Usted siente un impulso fuerte de defenderse y de hacer a la otra persona el pesado? ¿Usted siente como si estuviese discutiendo con él o ella en sus pensamientos?
    • Mirando atrás el incidente, ¿puede repeler sus sentimientos defensivos por un momento y encontrar un lugar donde usted pudo estar en falta, por lo menos en parte? ¿Usted siente alguna culpa o vergüenza por esto?
    • Si es así, escriba una declaración que explique exactamente qué hizo usted que era hiriente, insensible o equivocado; no haga referencia a la contribución de la otra persona, solamente a su propio comportamiento.
    • Si usted aún está en contacto con esta persona, intente tener una conversación real donde usted toma responsabilidad por lo que hizo, pero no diga nada sobre lo que usted siente que hizo o debería haber hecho la otra persona.
    • Tome nota con cuidado de cómo usted se siente y de cómo los roles pueden cambiar. ¿La otra persona entonces posee su parte o, en lugar de eso, continúa intentando hacerlo sentir culpable?

 

 

¿Ahora Qué?

 

Los ejercicios de este capítulo lo estimulan a desafiar sus roles de costumbre y salir de sus comportamientos típicos. En la Parte III, cuando discutamos en mayor detalle cómo desarmar sus defensas, estaré resaltando la importancia de este tipo de esfuerzo para desafiar aquellas defensas que encajan en su personalidad. Los aspectos defensivos de nuestro propio carácter pueden ser difíciles de ver para nosotros, ya que son centrales para nuestra identidad.

Por ahora, preste atención a los siguientes pares y vea si sus relaciones se dividen de estas maneras no-recíprocas:

Roca de Gibraltar - Hijo Indefenso

Emocionalmente estable - montaña rusa emocional

Siempre en lo Correcto - Siempre Arruinándolo

No mire solamente los extremos; estos roles pueden jugar de formas sutiles que puedan llevar poco estudio para ser detectados.

Como discutí anteriormente, cuando nos libramos (proyectamos) de algún aspecto de nuestra experiencia - sentimientos de necesidad, emoción fuerte o un sentido de la vergüenza - a menudo encontramos a alguien que lo lleve por nosotros. Ahora comience a examinar sus relaciones para buscar maneras en las cuales cada uno de ustedes pueda proyectar algo en otro.