Cita 6

Pronto, pensó. El chirriar del tren, igual que siempre. El olor. El deseo de fumar, de fumar a toda costa. ¡Pero no dormirse! Al otro lado de las ventanillas huían las oscuras siluetas de la ciudad. Desde alguna parte, lejos, la luz de los reflectores registraba el cielo, eran como largos dedos cadavéricos que laceraban el manto azul de la noche… a lo lejos se oían también los disparos de la defensa antiaérea… y aquellas casas mudas, a oscuras, sin luz. ¿Cuándo será «pronto»? Su sangre fluyó y retornó al corazón, circulaba, circulaba, la vida circulaba, y aquel latido del pulso ya no decía otra cosa que: ¡Pronto…! No lograba decir otra cosa, mucho menos pensar: «No quiero morir». Cada vez que pensaba en aquella frase le venía a la mente: «Voy a morir… y pronto…».

 

El tren llegó puntual

Heinrich Böll

 

Biblioteca de la cárcel de Liano

BOL. 09.11