5. Textos y ediciones
I. Íslendingabók
Ari Thorgilsson el Erudito (1067/8-1148) escribió el Íslendingabók, o Libellus Islandorum, «El libro de los islandeses», probablemente entre 1122 y 1125 y ciertamente antes de 1133. Parece que se trata de la revisión de un libro suyo anterior, escrito para los obispos que entonces ejercían sus funciones en Islandia. Es una historia de Islandia concisa, en verdad austeramente condensada, desde el Asentamiento hasta sus días. Una obra crítica, exacta, basada en fuentes de información fidedignas y muy interesada en la cronología. Sus faltas son: cierta arbitrariedad del tema y la falta de proporción entre sus distintas partes; pero estas faltas se hallaban inherentes en el esquema y propósito de Ari. Se merece bien los elogios acumulados sobre ella desde los tiempos más antiguos hasta nuestros días, por ser una fuente indispensable de la historia de Islandia (y de Groenlandia en uno de sus capítulos) y la obra más antigua de narración completa en prosa de entre todas las lenguas escandinavas. Se conserva en dos transcripciones del siglo XVII, que, a pesar de tratarse de fecha muy tardía, revelan cuidado y exactitud. La mejor edición se debe a Halldór Hermannsson, The Book of the Icelanders (Íslendingabók). Edited and Translated with an Introductory Essay and Notes, Islándica XX, Nueva York, 1930.
II. Landnámabók
El Landnámabók, «El libro de la toma de tierras o asentamientos» es, tal como su título implica, un testimonio esquematizado de la colonización de Islandia. Encierra gran cantidad de información en lo que se refiere a unos 400 de los colonos principales, y generalmente dice de dónde vinieron, dónde se establecieron, y lo que les pasó y a través de qué descendientes y qué vicisitudes persistieron las familias. Trata de los asentamientos de forma ordenada, uno tras otro, alrededor de la isla en la dirección de las manecillas del reloj. El tema es, en su mayor parte, tan entretenido como útil, pues, junto a los datos genealógicos e históricos, nos ofrece anécdotas, leyendas populares, las creencias de la época y las supersticiones. Es posible, si bien no está demostrado, que Ari Thorgilsson, el autor del Íslendingabók fuera también el autor de un Landnámabók anterior, que no se ha conservado. De ser así, en su tarea se vio ayudado por Kolskegg el Erudito (que murió antes de 1130), quien escribió acerca de los asentamientos en el este y sudeste de Islandia y sin duda por muchos informadores que conoció en sus viajes o en asambleas públicas. Aunque no fuera el autor, los investigadores en general están de acuerdo en que sus escritos o schedulœ (ya que escribió más que el Íslendingabók) desempeñaron un papel importante en la compilación. Las cinco versiones del Landnámabók existentes hoy día datan desde el siglo XIII al XVII y derivan de una versión perdida que preparó Styrmir el Erudito (h. 1170-1245); el llamado Styrmisbók de h. 1225. No ha sido posible determinar la relación entre el Styrmisbók y el Landnámabók de Ari. Las dos versiones completas, pero en modo alguno idénticas, del Landnámabók que se conservan procedentes de la Edad Media con la de Sturla Thórðarson (Sturlubók), muy probablemente escrita entre 1260 y 1280, y la de Hauk Erlendsson (Hauksbók), escrita antes de 1334, pues Hauk murió en este año. La tercera versión medieval, Melabók, sobrevive tan sólo en unos cuantos fragmentos, aunque es posible rescatar más partiendo del þórðarbók del siglo XVII, que fue compilado por Síra Thórður Jónsson de Hitardal (d. 1670) de acuerdo con el Melabók cuando era menos defectuoso que ahora, y del Skarðsábók de Björn Jónsson, a su vez compilado a partir del Sturlubók y del Hauksbók.
La relación entre las diferentes versiones del Landnámabók sigue siendo poco clara, a pesar de los estudios de Björn M. Ólsen y del Gerðir Landnámabókar, de Jón Jóhannesson, Reykjavik, 1941. Pero, para servir mejor los propósitos del presente volumen, hemos decidido basarnos en la versión preparada por Sturla Thórðarson, el famoso historiador del siglo XIII, y en la ampliada versión de Hauk que, según nos dice él mismo, está basada en el Sturlubók y el Styrmisbók. La edición corriente del Landnámabók es la de Finnur Jónsson, Copenhague, 1900, 1921 y 1925; la más reciente es la debida a Einar Arnórsson, Reykjavik, 1948. La mejor edición del Skarðsábók es la de Jakob Benediktsson, Reykjavik, 1958. Mi propia selección debe mucho a Fortœllinger fra Landnámabók, de Jón Helgason, Copenhague, 1951. Se ha omitido el relato del Landnámabók acerca de Erik el Rojo, porque todo lo esencial aparece en las primeras secciones de la Grœnlendinga Saga y Eiríks Saga Rauða.
III. Grœnlendinga Saga y Eiríks Saga Rauða
La Grœnlendinga Saga se conserva en tres interpolaciones (que tratan de Erik el Rojo, su hijo Leif, y los groenlandeses), incluidas en la «Gran» Saga del rey Olaf Tryggvason, conservada a su vez en el Flateyjarbók, un extenso códice escrito en las últimas décadas del siglo XIV. Nada sabemos de las fuentes de estos capítulos; esto es, de qué manuscrito las copió el escriba, Jón Thórðarson. Ha sido objeto de muchas investigaciones la fecha de la Grœnlendinga Saga, en comparación con la fecha del códice en que se conserva. Se han dado como buenas: el siglo XIV, varias décadas del XIII e incluso finales del XII. La aportación más importante en favor de una fecha temprana se debe a Jón Jóhannesson (a fines del siglo XII en Aldur Grœnlendinga Sögu, 1956, pág. 158, o principios del XIII, Íslendinga Saga I, 1956, pág. 126).
La Eiríks Saga Rauða, llamada a veces þorfinns Saga Karlsefnis (þórðarsonar), se conserva en dos manuscritos de papel vitela y en cinco manuscritos del siglo XVII que se derivan de éstos. Los de vitela son AM 544 4to, que es parte del voluminoso códice Hauksbók (H) confeccionado antes de 1334 por Hauk Erlendsson y al que ya nos hemos referido al decir que contenía la versión del Landnámabók debida a Hauk; y el AM 557 4to (557), llamado a veces Skálholtsbók, del siglo XV. Nos cuentan la misma historia, con los acontecimientos en el mismo orden, pero se dan con frecuencia diferencias en las palabras y a veces estas diferencias son de considerable magnitud. Esto se debe a que H, escrito en parte por Hauk en persona, consiste en un deliberado intento de «mejoramiento» del original, mientras que el 557 ha surgido de la pluma de quien no sólo no ha intentado mejorarlo, sino que incluso no se ha molestado en hacer justicia al texto original; de aquí su abundancia en impropiedades e inadvertencias. Considerada, por tanto, como pieza literaria, la versión H oscurece a la 557, pero, tal como Sven B. J. Jansson ha demostrado en su estudio (Sagorna om Vinland I, Lund, 1944), la 557 es sin duda alguna una versión más antigua y auténtica del Eiríks Saga Rauða que su refinado rival, a pesar de la fecha tardía del manuscrito en que se conserva.
Parece ser que la Eiríks Saga Rauða fue compuesta después de 1263, si hemos de tener en cuenta la referencia que aparece en la genealogía del final, tanto de la H como de las 557 acerca del «obispo Brand el primero», que sólo es comprensible en un contexto del obispo Brand el segundo (de Holar 1263-64), y en la creencia, además, de que los primeros capítulos se tomaron de una versión más antigua de la recensión del Landnámabók debida a Sturla Thórðarson. Sin embargo, es posible que la referencia al obispo Brand sea un añadido posterior, y que existiera una versión más antigua de la Eiríks Saga Rauða conocida y usada por Sturla; de modo que la fijación de la fecha no es segura. Diferentes investigadores, basándose en el estilo y la composición de la saga, la han fechado tanto en el primer cuarto del siglo XIII como en el último. Entre los más autorizados recientemente, Matthías Thórðarson, Eiríks Saga Rauða (Íslenzk Fornrit IV), Reykjavik, 1935 (reimpresión de 1957), pp. LXXXIV-V, la sitúa en el primer tercio del siglo, y Stefan Einarsson, A History of Icelandic Literature, Nueva York, 1957, página 138, en el primer cuarto, con reservas; Sigurður Nordal, Sagalitteraturen (Nordisk Kultur VIII B), Copenhague, 1952, páginas 244 y 248-49, la incluye entre las sagas escritas entre 1230-80; Halldór Hermannsson, The Vinland Sagas, Nueva York, 1944, p. VIII, ratifica la opinión general de que «nuestra saga fue escrita en la última mitad del siglo XIII» y lo mismo hace Jón Jóhannesson en las obras que ya hemos mencionado.
Probablemente deberíamos añadir que la versión de la saga de la que H y 557 derivan no fue escrita mucho más tarde de 1263, pero que ésta no fue necesariamente la Eiríks Saga Rauða original. No parece que la Grœnlendinga Saga sea de fecha posterior que la Eiríks Saga Rauða, y puede que incluso sea anterior, ya que o bien desconoce, o bien pasa por alto completamente, la tradición que arranca de la Vida de Olaf Tryggvason, escrita por Gunnlaug Leifsson, de que Leif Eiriksson descubrió Vinlandia. En vez de ello, otorga el honor del descubrimiento a Bjarni Herjolfsson, mientras que concede a Leif un papel más convincente como el primer explotador de Vinlandia. No se gana nada con exaltar una saga a despecho de la otra, pero no hay duda de que la Grœnlendinga Saga es un documento muy importante. Ambas sagas parecen compuestas a partir de tradición más antigua y en parte oral, en el caso de Eiríks Saga Rauða en algún lugar de Snæfellsnes, en el de Grœnlendinga Saga posiblemente en Skagafjord. No derivan de un original común. Mientras que es imposible desechar la idea de que la Eiríks Saga Rauða acaso tomara prestados un detalle o dos de las Grœnlendinga Saga, resulta más seguro admitir como conclusión que las dos sagas se escribieron la una independientemente de la otra e ignorándose mutuamente. El autor de la Grœnlendinga Saga describió el área de Leifsbudir más o menos en los mismos términos que el Hop de Karlsefni, no porque hubiera leído la Eiríks Saga Rauða, sino porque con la tradición asociada a Karlsefni había cubierto una deficiencia en sus propias fuentes de información. De haber conocido la Eiríks Saga Rauða, la hubiera usado más asiduamente y con mayor habilidad, y de modo diferente.
Para la Grœnlendinga Saga he usado el texto de The Vinland Sagas, 1944, de Halldór Kermannsson, así como su arreglo de la narración que se refiere a la conversión y evangelización de Leif. En el caso de Eiríks Saga Rauða he traducido la 557, presentando al mismo tiempo las variantes significativas de la H. En ciertas ocasiones, o sea, cuando el contexto no afecta la narración o la controversia de este libro y en aquellos puntos en que la 557 carece de sentido o resulta víctima del escriba, me he sentido en libertad para referirme al H sin indicación alguna, y es indiscutible que una traducción que no fuera literal oscurecería muchas ligeras diferencias de expresión. He usado los textos paralelos de 557 y H que aparecen en Sagorna om Vinland de Sven B. F. Jansson, y he consultado constantemente The Vinland Sagas de Halldór Hermannsson.
IV. Einars þáttr Sokkasonar
En esta corta saga, relatada con sobriedad, se refleja magníficamente la vida en Groenlandia en la segunda y tercera décadas del siglo XII. Se halla conservada en el Flateyjarbók, y el texto de Matthías Thórðarson aparece traducido en Íslenzk Fornrit IV, pp. 273-94 (donde se titula Grœnlendinga þáttr).