EPILOGO
Reviso los papeles de admisión de Sebastián Evans.
Volteo la silla para poder tomar de la caja fuerte toda la información que se ha logrado recolectar sobre él. Según mis informes el tipo es todo un mafioso, sin embargo no es una persona a las que quisiera negarle la entrada, y no por el dinero, sino porque son las personas que uno quiere tener como amigo.
Tocan a la puerta y me doy vuelta para ver quién es.
Bryan, entra por la puerta sin esperar que le confirme que lo haga, tal y como se lo he pedido.
Señor, hay una chica afuera que dice que Claudia le ofreció un trabajo. Supongo que ha de ser la chica que dijo que iba a venir –se encoge de hombros.
Hazla pasar –ordeno.
Asiente obedientemente y sale.
Me doy vuelta nuevamente para poder meter los papeles dentro de la caja de seguridad. Esto no puede quedar a la vista de nadie, y mucho menos de una jovencita que seguro que está necesitada de dinero. Aquí nadie pide trabajo por placer, al menos no si se es mujer.
Escucho como la puerta se abre y se cierra.
Siéntate –le digo mientras le pongo la contraseña a la caja de seguridad.
Doy vuelta y me encuentro con la persona que menos imagina ver.
¿Cassandra? –pregunto asombrado.