1. MUNDOS DEL MAÑANA - JUPITER

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UN DEPARTAMENTO DE ASTRO-GEOGRAFÍA

JUPITER, el poderoso orbe, mornarca del Sistema Solar, fue colonizado por primera vez por los Terrícolas en el año 2005. Pero el hombre ya lo había visitado previamente añgunos años atrás, y había narrado las maravillas del planeta gigante.

Como ya sabe cualquier estudiante, el primer viaje espacial que se realizó fue el que hizo Gorham Johnson a la Luna, en 1971.

Johnson era un veterano de la Segunda Guerra Mundial, que había pasado varios años intentando perfeccionar un cohete que pudiera aprovecharse de la recién descubierta energía atómica. Poco después, tras su primer gran vuelo a la Luna, realizó un segundo viaje, en el que alcanzó Venus y Mercurio, y luego un tercero, en el que llegó a tocar Marte y Júpiter.

En su tercer gran viaje de 1988, Johnson iba acompañado por Mark Carew, inventor del ecualizador gravitacional. Cuando partieron a aquel viaje, su tripulación no sabía que pretendían ir más allá de la órbita de Marte. De haberlo sabido es posible que aquellos hombres no se hubieran alistado para la misión.

Tras dejar Marte, Johnson y Carew viajaron hacia el exterior, a través del cinturón de asteroides. Carew, en su libro (Spaceward to Glory, 1994), cuenta que los hombres se amotinaron cuando se dieron cuenta de que el viaje continuaba hasta Júpiter. Creían, como la mayor parte de los Terrícolas de aquel tiempo, que todos los planetas exteriores eran demasiado fríos, y de atmósfera venenosa, como para poder albergar a seres humanos, y que, con toda seguridad, todos ellos perecerían allí.

ATERRIZAJE EN CALISTO

Para apaciguarles, Johnson les dijo que no aterrizarían en Júpiter, sino en una de sus lunas mayores. Su cohete, el Pioneer II, alunizó en Calisto. Allí fueron atacados por las entidades cristalinas que moran en dicha luna, a los que Carew definió como "un reptante horror diamantino." Y fue allí, en Calisto, donde Gorham Johnson fue atacado por una repentina y fatal enfermedad, que acabaría con la increíble trayectoria de sus tres estupendos viajes.

Carew, en su libro (Página 434) narra cómo Gorham Johnson, moribundo, pidió que le sacaran del cohete, y le dejaran mirando hacia Júpiter, cuya vasta mole neblinosa llenaba todo el cielo que se alzaba ante ellos.

—Nunca viviré para llegar hasta allí, pero vosotros debéis conseguirlo, —murmuró Johnson a su leal teniente—. No habrá peligro. Llegará un día en el que los Terrícolas tengan ciudades en ese gran planeta… si, y en los mundos que hay más allá, incluso en Plutón.

EN EL VACÍO

Poco después, Johnson murió. Según narra Carew, sus últimas palabras fueron una petición para que soltaran su cuerpo en el espacio, para que surcara el vacío en la muerte, tal como hiciera en vida. La profecía de Johnson de que Júpiter sería habitable quedó cumplida cuando Carew aterrizó allí. Bajo las venenosas capas superiores de la atmósfera, encontraron otra atmósfera limpia y respirable, y un planeta que recibía el calor de su núcleo radioactivo. Los hombres se quedaron asombrados ante los vastos continentes y los interminables mares. Se maravillaron ante las ilimitadas junglas de helechos, sembradas de ruinas de una civilización perdida, y ante el terrible y colosal Mar de Fuego. Y tomaron contacto con los Jovianos, en un encuentro amistoso.

Desde Júpiter, Carew regresó a la Tierra, para después, el año siguiente, liderar su famosa expedición a Saturno y los planetas más lejanos. Durante algún tiempo, debido a la emoción por la exploración de dichos mundos lejanos, los Terrícolas oyeron hablar poco de Júpiter.

EL EMPLAZAMIENTO DE LA COLONIA TERRÍCOLA

Pero muchos exploradores visitaron Júpiter en 1990, 1994 y 1997. Habían precisado un emplazamiento para una posible colonia Terrícola, en el continente que Carew bautizó como Ecuatoria Sur, pues en aquel lugar se habían localizado valiosos yacimientos de uranio, radium, iridio, platino y otros minerales preciosos.

Tras un tratado ventajoso para ambas partes, se obtuvo de los Jovianos la concesión de un área de gran extensión. En 2005 partió de la Tierra la Pri mera Expedición Joviana, bajo el mando de Robert

Caswell cuyo nombre ha quedado inmortalizado por el canal de Caswell, que discurre entre Ecuatoria Norte y Sur.

La expedición se detuvo en Marte para reabastecerse, y luego prosiguió su viaje hasta Júpiter. Tres de las naves fueron destruidas por meteoritos mientras pasaban por el cinturón de asteroides, pero no hubo más bajas durante aquel largo viaje.

Se tomó tierra en la costa sudoeste de Ecuatoria Sur, el 12 de junio del 2005 (calendario de la Tierra). Un monumento de diseño sencillo, que tiene grabada dicha fecha, sin ninguna otra inscripción, se alza ahora cerca de la costa, junto a Jovópolis, para conmemorar dicho evento.

El primer paso para establecer la colonia Terrícola fue la construcción de factoría y fundiciones, que rápidamente comenzaron a producir metaleación, a partir de los ricos yacimientos Jovianos de las cercanías. Las planchas de metaleación fueron formando, rápidamente, las estructuras de una ciudad, y esa ciudad, bautizada como Jovópolis por Robert Caswell, creció rápidamente, de incipiente aldea a populosa comunidad.

 

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EL PROGRESO EN EL COMERCIO

El contacto con los Jovianos se mantuvo sobre una base amistosa. Las autoridades tuvieron gran cuidado en no ofender a los nativos, evitando establecer ninguna explotación minera cerca de alguna de las ruinas, que los Jovianos consideraban sagradas. Cinco años Terrícolas más tarde, un gran número de naves partió de Júpiter, regresando a Marte y la Tierra, cargadas con grano, las nuevas frutas Jovianas híbridas, valiosísimo radium, uranio y otros metles preciosos, así como una variedad de diferentes productos Jovianos.

Robert Caswell, el primer Gobernador de Júpiter, fue un ambicioso explorador y cartografió grandes porciones, no sólo de Ecuatoria Sur, sino también de los continentes vecinos: Ecuatoria Norte y Torridia. Evidentemente, tan sólo fue capaz de cartografiar las líneas continentales, de modo que la mayor parte de la superficie de Júpiter permanece aún inexplorada hasta el día de hoy. Caswell falleció en un accidente, cuando su nave se estrelló en la jungla, las afueras de Jovópolis, en 2012.

UN JÚPITER EN MINIATURA

No obstante, la colonia prosperó. Se enviaron expediciones a las lunas Europa, Io y Ganímedes, los otros tres grandes satélites que quedaban por explorar. Europa resultó ser una especie de Júpiter en miniatura, un mundo cubierto por una jungla, y bastante habitable, aunque carente de minerales valiosos, según se comprobó. Io, por otro lado, resultó tan árido y hostil como Calisto, aunque no estaba habitado por las horribles entidades cristalinas que plagaban las llanuras de Calisto. Ganímedes, la cuarta luna, es aún un misterio. Las tres expediciones que se han enviado hasta ahora no han conseguido volver, y los posteriores intentos de exploración han sido prohibidos temporalmente.

En 2015, los navíos de línea que hacían la ruta de Júpiter a la Tierra fueron asaltados contínuamente por piratas de radium, que atacban dichas naves para apropiarse de su cargamento, y luego vender los metales preciosos en la Tierra. El desarrollo de la colonia se estancó durante un tiempo. Pero, en cuant la Policía Planetaria logró detener a los bandidos de radium, el desarrollo colonial volvió a prosperar, y estaba destinado a no volver a peligrar hasta que, de repente, surgió la oscura e increíble amenaza de las regresiones evolutivas… una amenaza que parecía capaz de expulsar a todos los Terrícolas de Júpiter para siempre.