Agradecimientos

Aunque consulté muchas traducciones de la Ilíada durante la preparación de esta novela, me gustaría expresar mi particular reconocimiento a los siguientes traductores de la obra al inglés: Robert Fagles, Richmond Lattimore, Alexander Pope, George Chapman, Robert Fitzgerald y Alien Mandelbaum. La belleza de sus traducciones es manifiesta y su talento va más allá de la comprensión de este autor.

En lo que se refiere a la poesía derivada o la imaginativa prosa relacionadas con la Ilíada, que ayudaron a dar forma a este volumen, me gustaría agradecer especialmente el trabajo de W. H. Auden, Robert Browning, Robert Graves, Christopher Logue, Robert Lowell y lord Tennyson.

En relación con la investigación y los comentarios sobre la Ilíada y Homero, me gustaría reconocer el trabajo de Bernard Knox, Richmond Lattimore, Malcom M. Willcock, A. J. B. Wace, F. H. Stubbings, C. Kereny y los miembros de la scholia homérica, demasiado numerosos para mencionarlos a todos.

En lo referido a sus inteligentes comentarios sobre Shakespeare y el Caliban Upon Setebos de Robert Browning, agradezco los escritos de Harold Bloom, W. H. Auden y los editores de la Northon Anthology of English Literature. Por su valiosa aportación a la interpretación de Auden sobre Caliban Upon Setebos y otros aspectos de Calibán, remito a los lectores a Later Auden, de Edward Mendelson.

Las reflexiones de Mahnmut sobre los sonetos de Shakespeare fueron guiadas principalmente por el maravilloso libro The Art of Shakespeare’s Sonnets, de Helen Vendler.

Muchos de los comentarios de Orphu de lo sobre la obra de Marcel Proust fueron inspirados por Prous’t Way: A Field Guide to In Search of Lost Time, de Roger Shattuck.

A los lectores interesados en emular el irresistible amor de Mahnmut por Shakespeare, les recomendaría Shakespare: The Invention of the Human, de Harold Bloom, y Me and Shakespeare: Adventures with the Bard, de Hermán Gollob.

Por los mapas detallados de Marte (antes de la terraformación), tengo una enorme deuda de gratitud con la NASA, el Jet Propulsión Laboratory y el libro de la National Geographic Society, editado por Paul Raeburn y con prólogo y comentarios de Matt Golombeck, Un covering the Secrets of the Red Planet. La revista Scientific American ha sido una rica fuente de detalles, y debo dar las gracias por sus artículos «The Hidden Ocean of Europa», de Robert T. Pappalardo, James W. Head y Ronald Greeley (octubre de 1999), «Quantum Teleportation», de Antón Zeilinger (abril de 2000) y «How to Build a Time Machine», de Paul Davies (septiembre de 2002).

Por último, doy las gracias a Clee Richeson por los detalles acerca de cómo construir un horno de fundición con cúpula de madera.