SUMARIO

Las leyes de la física permiten la existencia de ordenadores capaces de reproducir cualquier entorno físicamente posible sin utilizar para ello cantidades tan grandes de recursos que los hagan impracticables. Así pues, el cálculo universal no es solamente posible, como enuncia el principio de Turing, sino también tratable. Los fenómenos cuánticos pueden implicar vastos números de universos paralelos y, por consiguiente, ser difíciles de simular en un solo universo. No obstante, el concepto de universalidad se mantiene inalterado, porque los ordenadores cuánticos pueden reproducir de manera eficiente cualquier entorno cuántico físicamente posible, incluso cuando interactúan gran número de universos. Los ordenadores cuánticos pueden también resolver con eficiencia determinados problemas matemáticos, tales como la factorización, intratables de acuerdo con la física clásica, y pueden, asimismo, aplicar clases de criptografía según los métodos clásicos. El cálculo cuántico es un medio cualitativamente nuevo de dominar la naturaleza.

El próximo capítulo puede resultar polémico para muchos matemáticos. Es inevitable. La matemática no es lo que ellos creen.

(Puede que los lectores no familiarizados con las asunciones tradicionales sobre la certidumbre del conocimiento matemático consideren que la conclusión principal del próximo capítulo —que nuestro conocimiento de la verdad matemática depende de nuestro conocimiento del mundo físico, y no es más fiable que éste— es obvia. Quizás esos lectores prefieran hojear someramente dicho capítulo y pasar al estudio del tiempo, que encontrarán en el capítulo 11).