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ESTRATEGIAS Y FORMAS PRÁCTICAS PARA SALIR DE LA INSATISFACCIÓN QUE LLEVA AL PERFECCIONISMO

Desear superarse y mejorar constantemente está muy bien. Todos debemos tratar de hacer las cosas lo mejor posible. Sin embargo, el problema del perfeccionismo es que tiene como objetivo metas inalcanzables. Y es esta misma exigencia la que le produce al perfeccionista una continua insatisfacción.

Perfeccionismo e infelicidad están entrelazados.

Reflexionemos sobre todas esas conductas que nos impiden fluir en libertad y con pasión. Cuando lo hagamos, identifiquemos todos aquellos cambios que nos permitirán disfrutar y gozar de todo lo que hacemos.

  • En primer lugar, aceptarme tal y como soy, sabiendo que fui creado como un ser único y especial sobre toda la faz de la tierra.
  • Una vez que me haya aceptado como soy, puedo comenzar a trabajar y hacer todo lo necesario para lograr un carácter equilibrado, armonioso, maduro. Y a partir de ahí, debo buscar la mejora continua, disfrutando cada cosa que hago y no imponiéndome cargas a mí mismo.

  • Seguir caminando
  • La única manera de avanzar y de crecer es moverse. Debo seguir caminando, a pesar de que haya cosas que no me salen bien, que no me gustan o me dan miedo. Debo darme permiso para equivocarme sin castigarme ni torturarme mentalmente. Cuando intente avanzar, siempre vendrán a mi mente aquellos pensamientos negativos que me harán recordar mi equivocación del pasado. Debo desechar toda duda y decirme: «Sigo caminando porque hay algo por lograr». ¡No debo detenerme!

  • El que no arriesga no gana
  • El perfeccionista ve el error como un enemigo. «No me puedo equivocar». «Nada me sale mal porque soy perfecto». Mantener todo de igual manera es muy cómodo, pero detiene el crecimiento. ¡Debo salir de la zona de confort! ¡Estamos llamados a crecer! Debo fijarme metas realistas y plazos de tiempo posibles de cumplir. No importan los errores que cometamos, lo importante es no detenerse y alcanzar el propósito que anhelamos para nuestra vida.

  • No dar importancia a los pensamientos negativos
  • Los pensamientos negativos vienen a mi mente para boicotear mi éxito. Hay que aprender de los propios errores, dejarlos atrás y seguir adelante. Debo aprender que tengo la capacidad para tomar mi propias decisiones y que, si me equivoco, no es el fin del mundo. Debo alterar mi mente transformando lo negativo en lo positivo y gozar con lo alcanzado.

  • Ser libre de las expectativas de los demás, de los «deberías…», «te convendría…», «sería mejor si…»
  • Hay que renunciar a la opinión de los demás y no buscar la aprobación de los otros. Debo reconocer y valorar mis puntos fuertes y mis debilidades. ¡Soy humano! Y soy vulnerable, ¡lo cual es bueno! Debo valorar mis puntos fuertes y ver mis debilidades como las limitaciones que tiene todo ser humano. Hay que tener una actitud positiva frente y ser feliz.

  • Mantener metas que se puedan alcanzar. Perseverar
  • Debemos mantenernos firmes, no concentrarnos en los detalles, sino en el sueño final. Los detalles distraen, entretienen y detienen.

  • Practicar el respeto y el perdón hacia mí mismo
  • Si no me brindo estas cosas a mí mismo, jamás podré brindárselas a otra persona. ¡Nadie puede dar lo que no tiene! Debo dedicarles más tiempo a mis propios deseos y necesidades, y no solo a las obligaciones.

  • No analizar una y otra vez cada circunstancia que ocurre en mi vida
  • Hay que reírse más de uno mismo. El sentido del humor reduce la tensión de la exigencia. Y, finalmente, ¡hay que atreverse a no ser perfecto! La vida es una aventura emocionante y maravillosa cuando logramos relajarnos, aceptarnos y amarnos a pesar de nuestros errores. ¡COMETER UN ERROR ES PERFECTAMENTE NORMAL!

El que no se contenta sino con la suprema perfección

nunca tendrá éxito ante sí ni ante los demás.

  • Ser excelente, no perfecto
  • «Excelencia» es la habilidad para mejorar continuamente. Para eso se necesita estar abierto a los cambios, ser flexible ante el fracaso y aceptar los propios errores. Solo al aceptarlos, estaremos en condición de revertirlos. Hay que conquistar el deseo de seguir. Hay que abrirse a los cambios, a lo nuevo, a lo que está por venir. Hay que elegir una actitud de excelencia. Y… ¡nunca más postergar los propios sueños! Debo alcanzar los grandes proyectos que tengo por delante y no detenerme.

Cuenta una conocida fábula de Samaniego que un ciervo perfeccionista se deleitaba contemplando su reflejo en un manantial hermoso y cristalino. Prendado de la belleza de sus cuernos y sus preciosas ramificaciones, se lamentaba, sin embargo, de que los dioses no le hubieran concedido extremidades más bellas y proporcionadas. Se sentía muy triste al contemplar sus patas largas, delgadas y huesudas.

Mientras el ciervo seguía lamentándose de su «imperfección», vio aparecer un lebrel fiero y, para evitar ser devorado, huyó rápidamente hacia el bosque. Pero sus lindos cuernos le jugaron una mala pasada: se enredaron entre las ramas y quedó atrapado entre la maleza. Cuando todo parecía indicar que iba a caer en las garras de su atacante, el ciervo logró escapar de una muerte segura gracias a sus delgadas, elásticas y «feas» patas.

Al igual que este ciervo, quizá no hayas logrado identificar todavía la belleza que hay en tu vida y estás cegado por un ideal de perfección inalcanzable. Nunca es demasiado tarde, ¡puedes comenzar hoy mismo!

Puedes ser una persona feliz, plena, libre y disfrutar la vida, aun sin ser perfecto. Puedes librarte del perfeccionismo, de tus propias exigencias y demandas. Naciste con la capacidad de ser libre. La libertad es un derecho que tienes de nacimiento.

Ten en cuenta que todos cometemos errores y que la persona inteligente aprende de sus propios errores, y la persona sabia aprende de los errores ajenos.

Fuiste diseñado para el éxito, y el camino hacia él está plagado de fracasos. No le tengas miedo al fracaso, conviértelo en tu aliado, en tu mejor amigo para llegar a la meta. ¡Que tus dificultades te desafíen a revelar todo tu potencial, a liberar lo mejor de ti!

Transforma tu mente cada día. Piensa en soluciones y no te compliques, ni compliques a los demás por el afán de que todo sea perfecto. Sé sencillo. Usa la sabiduría que está en tu interior. Date hoy mismo la oportunidad de no ser perfecto y disfrutarlo.

Quien con perspicacia declara su limitación se halla muy cerca de la perfección.

Johann W. Goethe