MÚSICA

 

 

La mentira (versión de Ana Belén, 1993): Este delicioso bolero fue compuesto por el afromexicano Álvaro Carrillo, autor asimismo de otra de las más famosas canciones de amor: Sabor a mí. La mentira (también conocida como Se te olvida) se grabó por vez primera en 1965, y como curiosidad fue el primer tema musical que le dio más popularidad a una telenovela. Ha sido versionada por grandes artistas como Vicente Fernández o Ana Belén, que la incluyó en su precioso álbum Veneno para el corazón, grabado en 1993.

—La mentira… viene como anillo al dedo para más de uno que yo me sé…

—Ea, ya estamos… ¡y eso que acabamos de empezar!

Escuela de calor (Radio Futura, 1984): Esta canción se incluyó en La ley del desierto / La ley del mar, segundo álbum de estudio del grupo de pop rock español Radio Futu-ra, liderado por Santiago Auserón. Es una de las canciones más famosas de este grupo, y en ella se combinan elementos afroamericanos y sonidos funky, algo que la formación acentuó en posteriores versiones. Llegó al número 8 en la lista de las 200 mejores canciones de pop-rock español, según la revista Rolling Stone (2010).

Una rosa es una rosa (Mecano, 1990): Este fue el quinto sencillo que lanzó el grupo madrileño de su álbum Aidalai, y se trata de un tema mitad tecno mitad rumba compuesta por José María Cano. La frase en la que se inspira la canción y a la que da título se basa en un pensamiento de la escritora estadounidense Gertrude Stein. Este tema tiene algo que ver con nuestra historia, pues habla de la contradicción que puede haber en el amor: por un lado el no poder vivir con alguien a quien se ama, pero por otro, no saber vivir con ella. Ni contigo ni sin ti, en una palabra…

(Miradita de Laura a Pablo…)

Me cuesta tanto olvidarte (Mecano, 1986): Fue el tercer disco sencillo que se sacó del álbum Entre el cielo y el suelo, de Mecano. Sin duda se trata de una de sus canciones más celebradas y emblemáticas, y precisamente el título del álbum sale del primer verso de esta hermosa canción de amor, intimista, delicada y minimalista en cuanto al uso de instrumentos musicales o la voz de Ana Torroja sin el apoyo de coros. Esta balada acústica fue escrita por José María Cano y en ella se transmite lo complicado que es olvidar a la otra persona cuando se rompe una relación. Una de las canciones más logradas y bellas de este grupo madrileño, y de la que se grabaron por parte de él versiones en italiano y francés aunque luego se descartaron sus respectivos lanzamientos. La canción en español sí ha tenido muchas versiones, desde latinas, a bailables o a otras con aire aflamencado.

Me encanta, añado —dice Laura mientras sonríe.

Me colé en una fiesta (Mecano, 1982): Se trata del tercer sencillo extraído del primer álbum de Mecano, que simplemente lleva el nombre del trío madrileño. Es una de las canciones más bailadas y cantadas del grupo en toda su historia, y una de las más recordadas de ese primer disco LP. Techno pop de ritmo muy rápido y pegadizo, fue escrita por Nacho Cano y, dado que el protagonista del tema es un chico, el punto de vista de la historia se narra en masculino, a pesar de que la vocalista era Ana Torroja. El tema habla de un chaval que se cuela en una fiesta a la que no ha sido invitado y en la que le suceden cosas divertidas e incluso inesperadas. La canción tuvo ediciones para el Reino Unido, Italia y Holanda, y una versión en inglés, The uninvited guest, para intentar lanzar a Mecano en el mercado anglosajón, pero la cosa no funcionó demasiado bien, y ahora se considera una grabación de culto.

Lo que se viene a llamar una rareza, vamos —interviene Pablo.

Y —añade Laura— no te olvides de la cara B del sencillo, Boda en Londres, un instrumental que es una pasada.

Ay, qué pesado (Mecano, 1986): El 16 de junio de ese año se lanzó el primer sencillo del disco que marcó un giro en la carrera de los Mecano, Entre el cielo y el suelo. Ay qué pesado fue el único sencillo que compuso Nacho Cano de los cinco que se sacaron del álbum.

La cara B del disco estaba muy bien también.

—¿Y cuál fue, listillo?

Esta es la historia de un amor. Me suena de algo…

Anda, tira y déjate de rollos…

Gloria (Umberto Tozzi, 1979): Gloria fue una de las canciones pop de finales de los setenta más bailadas y cantadas en Italia y España, entre otros países de Europa como Suiza, Francia, Alemania, Bélgica o Países Bajos. De hecho en nuestro país llegó a ser número uno en las listas. Umberto Tozzi, que la compuso junto a Giancarlo Bigazzi, alcanzó precisamente la gloria con esta canción que es de las “incombustibles”, de esas de las que, a pesar de que pasen los años, las ponen en una fiesta o en una discoteca y la gente se anima a bailar. Inolvidable también la versión que de ella realizara Laura Branigan en 1982.

Hello (Lionel Richie, 1984): Can’t slow down es uno de los álbumes más populares y premiados de Lionel Richie. Hello, el tercer sencillo que se extrajo de él, es una exquisita y delicada canción de amor que aún hoy pone los vellos de punta e invita a acurrucarte junto a la persona amada. Fue número uno en tres listas del Billboard norteamericano, y asimismo en las listas del Reino Unido. Por supuesto el bombazo que supuso Hello solapó la canción de la cara B del sencillo, You mean more to me. Una de las frases más recordadas de Hello es: Hello, is it me you’re looking for? (Hola, ¿soy yo lo que estás buscando?)

Hola, Laura, ¿soy yo lo que estás buscando? Je, je…

—Dichoso Pablito… ¿quieres dejar de decir chorradas y repasar de forma normal la relación de canciones y pelis? Grrrr…

 

Words (F.R. David, 1982): Un ejemplo clarísimo de lo que se conoce en el terreno artístico, y sobre todo en el musical, como one hit wonder, es decir, el cantante al que se le recuerda sólo por un éxito. Porque F.R.David sacó posteriormente otras canciones, pero jamás superarían y ni si-quera se acercarían a la popularidad inmensa de Words. Con la misma consiguió copar lo más alto de las listas en muchas de ellas del mundo, y, como curiosidad, en Bolivia logró ser la canción número uno de la década de los ochenta en dicho país. Vendió ocho millones de sencillos de Words en todo el planeta.

—Y un dato curioso: Este cantante francés de origen tunecino no se llama F.R.David, ya que este es su nombre artístico.

—¿Y cuál es el real, Laurita?

—Su nombre es Eli Robert Fitoussi, y nació justo con el año: el uno de enero de 1947 en Túnez. Otra curiosidad es que comenzó su carrera musical como guitarrista del gran músico griego Vangelis, sobre todo en sus giras y conciertos en directo.

—¡Ole mi niña, cuántas cosas sabe!

—Grrrrr... ¡Menos cachondeo!

Billie Jean (Michael Jackson, 1983): Billie Jean es una de las joyas de la corona de la música pop, y además…

¿Perdona? ¿Una de las joyas de la corona? No, no, no… ES la joya de la corona…

Por una vez desde que nos mosqueamos y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con Pablo. ¡Si se trata del sencillo más vendido en la historia de la música!

Bueno, bueno… perdonadme. Sí, es verdad; con toda certeza afirmo que es la canción pop más famosa de la historia de la música. Los datos hablan por sí solos: Billie Jean, que vendió cien millones de sencillos en todo el mundo, durante setenta y seis semanas fue número uno en Estados Unidos. Y también llegó a ese lugar de honor en países como España, Reino Unido, México, Italia, Perú o Australia. Esta canción, que habla de una fan obsesionada con un cantante y al que le atribuye la paternidad de su hijo, la escribió Michael basándose en la historia real de una chica que también le perseguía con el mismo argumento. Fue producida por Quincy Jones para el sexto álbum que grabó

Michael Jackson como solista, el multipremiado Thriller, el álbum más vendido en la historia, y que está, según la revista Rolling Stone, en el puesto 58 de las 500 mejores canciones. Además, es una canción que pasará a la memoria colectiva porque con ella el Rey del Pop dio a conocer uno de los pasos de baile más famosos de la historia: el moonwalker.

—Pe…pero… ¿qué estás haciendo? El payaso, como últimamente.

—Nena, no me digas que no tengo estilo haciendo el moonwalker como el dios Michael.

—Sí, hijo, sí, igualito, igualito. Anda, anda, para ya que me está entrando vergüenza ajena…

Locked out of heaven (Bruno Mars, 2012): Una gran canción de un buen intérprete al que se comparó en sus comienzos con Michael Jackson. Locked out of heaven es uno de los discos extraídos de su segundo álbum de estudio, Unorthodox Jukeboox. Fue número uno en Polonia, Eslovaquia, Hungría y México, y obtuvo buenos puestos en las listas de Estados Unidos y Canadá.

—La letra es muy chula. Habla de un tipo que está tan bien con su pareja que se le han cerrado las puertas del cielo mientras esperaba encontrar una relación así.

—Hombre, una idea un poco enrevesada pero sí, está bien. The Smeezingtons, sus compositores, tuvieron buen ojo al crearla. Porque en cuanto a música también está genial; hay partes en las que me recuerda a The Police. A mí me encanta.

—Nos encanta.

—Sí, la verdad es que nos gusta a los dos.

(Bueno, bueno… esto se pone interesante… Ya van acercando posturas…)

¡Eh, que te escuchamos!

Opá, yo viazé un corrá (El Koala, 2006): En 2006 surgió el término Rock rústico para designar las canciones que incluía El Koala, Manuel Jesús Rodríguez, en su álbum

Rock rústico de lomo ancho, y por ese trabajo…

 

¿Lomo? ¿Quién ha nombrado el lomo? Me encanta el lomo embuchado, el lomo en manteca, el lomo adobado…

 

—Brrrr… De verdad, no sé cómo te he soportado hasta ahora. ¡Serás payaso! Deja seguir a Belén, que quiero enterarme!

 

—¡Vaaaaaleeee, vaaaaaleeeee! ¡Pero qué humor nos gastamos, caramba!

 

…Ejem. Decía que por ese trabajo recibió un disco de oro cuando vendió 40.000 ejemplares del álbum. Y, como curiosidad, el primer sencillo del disco, Opá, yo viazé un corrá, es uno de los 30 vídeos más vistos en YouTube, con más de 20 millones de visitas. Una canción no apta para los erasmus porque no creo que se vayan a enterar de mucho… ¿O qui-zá sí? ¡Increíble su poder de adaptación a nuestro idioma, sobre todo a los tacos y a los modismos!

 

Never can say goodbye (versión de The Commu-nards, 1987): Esta magnífica canción, todo un clásico de la Motown que se ha convertido en himno para la historia de la música, fue lanzada por The Jackson 5 en 1971, de su álbum Maybe tomorrow. La canción, compuesta por Clifton Davis, ha sido grabada por distintos intérpretes en muchas ocasiones, y dos de las versiones más destacadas corresponden a la diva de la música disco Gloria Gaynor (1974) y a los británicos The Communards (1987), que es de la que se habla en el libro.

 

Creep (Radiohead, 1992): Creep, curiosamente, a pesar de ser una de las canciones más populares de la banda de rock alternativo Radiohead, si no la que más, es de las que más odian porque obtuvo un éxito nada proporcional a lo que ellos buscaban con ella, y han acabado por casi ignorarla en sus conciertos. Se trata de un sencillo que nació de forma independiente en 1992 pero que al año siguiente se incluyó en su álbum Pablo Honey. La maravillosa Creep fue una canción que no tuvo mucha difusión al principio porque se consideraba demasiado triste y depresiva, pero que comenzó a triunfar a raíz de su relanzamiento, llegando a los primeros puestos las listas en Reino Unido y Estados Unidos. Son muy interesantes las versiones de Muse, la de The Pretenders, con la maravillosa Chrissie Hynde, y la acústica (unplugged) del grupo Korn.

 

Seré una tonta romántica, pero hay una peli francesa con Johnny Depp y Charlotte Seinsbourg en la que suena Creep de fondo y… ains…

 

—¡Ay, sí! Ils se marièrent et eurent beaucoup d’enfants. Y vivieron felices para siempre, se llamó en España. Anda, toma, como nos va a pasar a nosotros… ¿o no?

 

—Esto… está hoy el día precioso, ¿eh, Pablo?

Goodbye (Feder, 2015): Goodbye es un excelente tema deep house de Feder, un productor musical y DJ francés en la que destaca la voz de Anne-Lyse Blanc Hadrien Federiconi. Fue un gran éxito en Rusia, Ucrania, Rumanía y

 

Turquía antes de serlo en Francia. Meses después se lanzó en otros países europeos y consiguió entrar entre los diez primeros de las listas en Alemania, Suiza y Bélgica.

 

—Goodbye = Todo un pelotazo.

 

—Pues sí, es de los que no me canso de escuchar. Lo que no me gusta es el título. Eso de Adiós

 

You make me feel (Archive, 1999): Archive es un interesante grupo británico de electrónica, trip hop, post rock, avant garde y rock progresivo. En su recorrido de veinte años, la banda ha sacado diez álbumes de estudio, consiguiendo un éxito relevante en Europa y también en su país.

You make me feel es una canción opresiva, envolvente y obsesiva, que ha servido de base para anuncios publicitarios de cosmética y que recuerda al estilo de la música de los Nine inch nails.

 

Sultans of Swing (Dire Straits, 1978): Mi tema favorito desde que salió, cuando tenía doce años, y sé que jamás cambiaré de opinión, porque…

 

—¡Eh, eh, ehhhh!

 

—¡Oye, espera, que en esta parte del libro los únicos que opinamos somos nosotros, que para eso somos tus personajes! Limítate a contarnos los datos objetivos. OB-JE-TI-VOS, ¿entendido?

 

Estoy flipando. Que mis personajes se mosqueen entre ellos, vale, tiene un pase. Pero que me tapen la boca y me obliguen a ceñirme a un determinado esquema sin dejarme expresar lo que a mí me dé la gana, que para eso es mi libro…

 

NO, HIJA, NOOOOOOOOO (modo Ozores ON)

 

...Bien, como iba diciendo, y dado que mis personajes se han quedado más planchados que las sábanas de un hotel, os comento que la banda de rock británica Dire Straits es mi grupo favorito, que tiene canciones que han dejado huella en la historia de la música, y dentro de ellas, la in-comparable, la majestuosa, la mágica —se me acaban los adjetivos— Sultans of Swing. Fue el primer sencillo que se extrajo de su primer LP homónimo. Sultans of Swing llegó al número uno en el Reino Unido, así como en Estados Unidos, donde se vendieron dos millones de copias. Es una canción en la que se cuenta la actuación de un grupo de

rock con influencias jazzísticas en un pub londinense. Se podría decir de ella pues que es una metacanción. Los hermanos Knopfler tenían solamente cien libras para grabar la maqueta de este fastuoso tema, y afortunadamente, una conjunción de los planetas hizo posible que la grabación siguiera adelante. Así nos hemos beneficiado de uno de los grandes himnos de la música de todos los tiempos. Absolutamente genial Sultans of Swing, tanto en sus versiones más cortas como en las que el saxo cobra especial importancia o en las que Mark Knopfler en directo se recrea en el solo de guitarra eléctrica. Magia pura. Dire Straits, verdaderos sultanes del rock… más que del swing. ;)

 

 

Abuelito, dime tú (BSO Heidi, serie japonesa de animación, 1974):

 

Abuelitooooo, nunca yo de ti me alejaré.

 

Estribillo: Oleré-ié-ié, oleré-ié-ié, ¡Oleré-i-i-i-i-i-í!

 

Oleré-ié-ié, ¡Oleré-i-i-i-í!

 

Abuelito, dime tú, lo que dice el viento en su canción.

 

Abuelito, dime tú,

 

por qué llovió, por qué nevó. Dime por qué todo blanco es, dime por qué soy tan feliz, abuelitoooo...

 

nunca yo de ti me alejaré. (estribillo x 2)

 

Abuelito, dime tú, si el abeto

 

a mí me puede hablar.

 

Abuelito, dime tú, porque la luna ya se va. Dime por qué hasta aquí subí

 

dime por qué soy tan feliz, abuelitoooo...

 

nunca yo de ti me alejaré. (estribillo)

(No había otra que poner la canción con letra infantil…) ;)

El que no haya tatareado esta cancioncilla de apertura de la serie Heidi, es que no ha tenido infancia. Se trata de una de las primeras —si no la primera— series de animación japonesa (anime) que vimos en España, cuando aún las televisiones en blanco y negro predominaban en aquellos hogares de los setenta. Dentro del anime hay muchos géneros y Heidi pertenece al denominado kodomo. A modo de anécdota, la serie no es solamente japonesa, sino que se trata de una coproducción entre el país nipón y Alemania, y se estrenó en España en 1975. Una curiosidad: en nuestro país la inolvidable vocecilla de Heidi no era de una niña, sino de la experimentada actriz Sélica Torcal.

Abuelito, dime tú es una de las canciones incluidas en esta serie de 52 episodios y que se basaba en Heidi, la niña de los Alpes, el libro de la autora suiza Johanna Spyri. La bonita relación de una niña alegre y risueña con su arisco abuelo y su amistad con el cabrero Pedro y Clara, una niña rica que está enferma y no puede caminar, conquistó el corazón de millones de espectadores de todo el mundo.

 

Los amigos de mis amigas son mis amigos (Objetivo Birmania, 1985): Este es uno de esos temas intrascendentes que se pegan y se pegan y termina siendo la típica cancioncilla que no pasará a la historia precisamente por su calidad pero que siempre se recuerda, o se pone en las bodas y algunos se ponen a bailar imitando a las Birmettes, para vergüenza ajena del resto de invitados. Bueno, un día es un día, y una boda no se celebra a diario. Dejémoslo ahí.

¿Boda?¿Boda?¿Has hablado de boda?

—La llevas clara. ¡Aquí no se casa nadie! Anda, tira y sigue contándonos…

Bien, pero que conste en acta que aunque he hablado de bodas no os estaba mirando. Ejem.

Objetivo Birmania fue un grupo madrileño ya desaparecido que combinaba un pop algo tontorrón pero pegadizo con un funk potente, con buenos metales. Tuvo dos etapas, una de 1982 a 1986, en la que llegaron a los tribunales cuando se separaron, ya que cada parte quería hacerse con los derechos del nombre de la formación, y otra de 1989 a 1991. Primero fue un grupo de varios miembros, con Yolanda Hens como solista y las Birmettes haciendo coros mientras lograban cierto protagonismo en escena con sus bailecitos sincopados. Ya desde el 89 despuntó como trío, con una formación y estilo distintos y con la actriz Lola Baldrich entre sus vocalistas, hasta su disolución definitiva en diciembre del 91.

Felicidad (Al Bano y Romina Power, 1982): Si algo caracterizaba a la pareja formada por los italianos Al Bano Carrisi y Romina Power (de origen estadounidense e hija del actor Tyrone Power), era una complicidad absoluta en el escenario, hasta tal punto que se podrían calificar de un punto empalagosos…

—Lo que yo diga: chorreaban azúcar.

 

—Anda, la que faltaba. Pero, Natalia… ¿qué narices haces colándote en el glosario? ¡Si tu puesto está en las primeras páginas del libro!

 

¡Hombre, Nata! ¿Cómo tú por aquí, chiquilla?

 

Pues ya ves, Pablo, que no he podido evitar recordar lo de “chorreáis azúcar” de cuando yo se lo decía a Laura sobre su Alberto…

 

Joder, tía, ¿y a estas alturas del libro tienes que sacar otra vez al dichoso Albertito? Lauraaaaa, ¿dónde están los avíos del descuartizamiento?

 

Vaaaale, vaaaaaale, chaval, ya me voy… Jo, encima de que una lo que quiere hacer es echarle sal al glosario…

 

Sí, para sales está este, Nata. Anda, no te vayas muy lejos, que en cuanto acabemos aquí nos piramos las dos a tomar una copa de vino en una terraza, al solecito, que me apetece mucho.

 

¡Eso está hecho, amiga! ¡Ay, qué te quiero, Laurita!

 

¡Y yo a ti, petardilla!

 

Mira qué dos… Felicidaaaaadddd, es un trago de vino por el caminoooooo, la felicidad, es vivir el cariño como los niños, la felicidad, es sentarme en tu coche y volar con la noche, la felicidaaaaaaaaadd-ddd….

 

Dios… ¿pero qué habré hecho para merecer esto? Anda, Be-lén, porfi, sigue comentando antes de que me exploten los oídos con el petardazo de Pablo, que se cree Pablo Alborán en lugar de Pablo Soler…

(No, si ya digo que me van a volver loca. Los personajes más revoltosos que haya creado nunca. Una y no más, santo Tomás. He dicho).

 

Como iba diciendo, también mostraban en los escenarios su idílica imagen de matrimonio bien avenido. Una curiosa pareja por la que muchos no apostaban un duro cuando empezaron en los setenta, pero que continuaron juntos hasta que llegó la ruptura matrimonial en 1999, algo que ocasionó también su disolución como dúo musical. Felicidad es la versión española de su canción Felicitá, que obtuvo un enorme éxito en toda Europa, incluido nuestro país, y que quedó en el segundo puesto en 1982 en el festival de San Remo. Es un tema romántico, con bastantes ripios pero muy pegadiza y que ciertamente fue popular en su momento.

 

Titanium (David Guetta, 2011): Esta canción está compuesta y producida por el dj francés David Guetta, el mismo que levanta tanto pasiones como odios: es una máquina de sentimientos encontrados. Reconozco que es muy comercial y que no es del tipo de house elegante de otros disc-jockeys, pero ni falta que me hace, puesto que pienso que en este ingente mundo de la música electrónica cada uno puede tener perfectamente su parcelita. A mí particularmente me encanta el electro house de Titanium por su fuerza increíble, por su alegato sobre la fuerza interior, y por la voz de la cantante australiana Sia, que fue por cierto, una de las compositoras de la canción. Sin duda, es uno de los mejores temas del álbum que lo contiene, Nothing but the Beat. Titanium entró en el top 10 de muchos países, como Suiza, Suecia, Australia, Austria, España, Noruega, Estados Unidos, Israel, Escocia, Nueva Zelanda, Finlandia, Alema-nia, Francia, Países Bajos o Irlanda, y estuvo en el top 20 de Reino Unido y Canadá. No os perdáis el videoclip: a mí particularmente me gusta mucho.

 

Ah, sí, el del chiquillo este que parece sacado de la serie Los protegidos, que tiene poderes sobrenaturales y le persigue la poli por el pifostio que ha montado en su escuela…

—Qué bien te explicas, hijo mío. Como un libro abierto...

 

Nessun dorma (Giacomo Puccini, de su ópera Tu-randot, 1924):

 

¡Nadie duerma! ¡Nadie duerma! Tampoco tú, oh, Princesa,

 

en tu frío cuarto miras las estrellas

 

que tiemblan de amor y de esperanza...

 

¡Pero mi misterio está encerrado en mí, mi nombre nadie sabrá!

 

sólo cuando la luz brille.

 

(Coro: No, no sobre tu boca lo diré,)

 

Sobre tu boca lo diré temblando

 

(Coro: ¡Cuando la luz brille!)

 

Y mi beso romperá el silencio que te hace mía.

 

Su nombre nadie sabrá...

 

¡Y nosotros, ay, deberemos morir, morir!

 

¡Disípate, oh noche! ¡Tramontad, estrellas! ¡Tramontad, estrellas! ¡Al alba venceré!

 

¡Venceré! ¡Venceré!

 

Bajo mi modesto punto de vista, una de las arias más hermosas que se hayan compuesto nunca, de la que aquí os ofrezco su traducción al español. Y en la voz de Luciano Pavarotti, en su inolvidable actuación en París en 1998, es absolutamente impresionante, aguantando una nota sostenida de las que ponen el vello de punta. Una perfecta vocalización, un mar de sentimientos mientras lo canta. Nadie duerma, reza en español el título del aria. Que nadie se lo pierda, añadiría yo.

 

Pues no estoy yo muy puesto en esto de la ópera, fíjate. Nunca me ha llamado la atención…

 

—Escuchar este aria será un paso muy importante para que la ames, ya verás. No vas a arrepentirte y es una buena manera de iniciarte en este mundo, Pablo.

 

—¡Ole mi niña otra vez!

 

—Grrrrrrr… ¡Menos coña y no me seas pelota!

 

 

 

 

Tema central de la BSO de Lo que el viento se llevó (Max Steiner, 1939): Max Steiner fue uno de los grandes nombres de la composición de bandas sonoras de películas durante muchas décadas. Creó, junto a otros músicos, las bases del lenguaje sinfónico cinematográfico actual. Y hablo de bandas sonoras realmente inolvidables, de esas que dejan su impronta y una huella en la historia del cine. Por supuesto, la BSO de Lo que el viento se llevó es una de ellas. El tema central de Tara es precioso y fácilmente reconocible.

Steiner nació en 1888 en Viena con un gran talento musical desde muy pequeño, pero cuando estalló la primera guerra mundial decidió marcharse a Estados Unidos desde Inglaterra, que es donde vivía. Una vez en tierras norteamericanas, comenzó a trabajar en Broadway componiendo y orquestando bandas sonoras. A modo de anécdota, comentar que Max Steiner introdujo en el lenguaje cinematográfico el uso del leit motiv, que es una melodía que se asocia en la película a un personaje o a una idea, y que suena cuando aparecen esos elementos (no solamente en el cine, ya que en la ópera también se contempla esto). A Steiner le dieron muy poco tiempo para terminar la partitura y para colmo tenía otro encargo pendiente de terminar, pero él contaba que ese mes durmió solamente quince horas para que pudiera salir de sus manos una de las bandas sonoras más conocidas del cine. Ese año escribió ni más ni menos que 17 bandas sonoras más. Llegó a recibir 18 nominaciones a los premios Oscar, y entre ellas estaba la de Lo que el viento se llevó, pero no ganó el Oscar por ella, sino que se lo arrebató Herbert Stothart por la BSO de El mago de Oz.

 

Juro que nunca volveré a pasar hambre… Na na na naaaaaa... Na na na naaaaaa… Na naaaaa naa naaaaaa…

 

—¡Y yo juro que nunca jamás volveré a ligar por internet! ¡Grrrrr!

 

Basta, dejad de pelearos y dejadme seguir, por favor, que todavía falta la parte del cine. ¡Gracias!

 

 

El resto de temas musicales que salen en el libro que no se especifican son canciones de la noruega Silje Nerdgaard, mezclas de los disc-jockeys JaBig (Canadá) o Avicii (Suecia) o temas de deep house, ambient, chill out, música electrónica, drum & bass, etc. Recomiendo Rinôçerôse (que mezcla el rock con el house, algo que en principio parece raro pero da buen resultado), Tangerine Dream, Jean Michel Jarre, etc. También se nombra a la maravillosa Adele, la inolvidable Amy (Winehouse, ¿quién si no?) o Muse, y con un toque hipster, Julia Holton o The field.

Cosas que pasan cuando te enamoras por internet
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