Capítulo 35

 

Ha llegado el fin de semana y es hora de nuestro viaje de 21 horas de vuelta a casa.

“Padre, ¿puedo hablar con usted?”

El alguacil Luder, de pie frente a mí, me hace un gesto para que lo acompañe. Caminamos hasta la última fila del Boeing 767 que cuenta con capacidad para 375 pasajeros, pero que está apenas a medio llenar, y veo que se ha adueñado de los últimos tres asientos. Solamente hay dos personas sentadas dos filas más adelante; tenemos privacidad, y por los susurros del alguacil, entiendo que eso es lo que busca.

Se sienta en el asiento de la ventanilla, coloca un par de libretas en el asiento del medio, y respetuosamente me hace un gesto para que tome el asiento del pasillo.

Algo lo molesta, pero no puedo precisar la razón exacta.

“¿Usted cree en ‘los pecados de la carne y en irse al Infierno’ y todo lo demás?”

Sus ojos se clavan directamente en los míos y me ruegan la verdad.

“Sí. Los fieles pueden decidir si creer o no lo que ocurrió allá. Yo decido creer,” le respondo.

“¿Por qué? Digo… ¿Qué lo hace creer? Imagino que hay un cuerpo directivo en la Iglesia, o como sea, y ellos les dicen a los demás lo que tienen que hacer, y cómo deben vivir pero, en lo más profundo de su corazón, ¿Por qué cree en realidad?” Ahora se inclina hacia mí desde su asiento y la tensión se puede ver en su mirada.

“Primero que todo, el ‘cuerpo directivo’ al que probablemente se refiere se llama el Magisterio de la Iglesia. Cuando tenga tiempo, le sugiero que consiga una Biblia Católica y la abra en Mateo 16:13-20 donde encontrará que Cristo fundó su Iglesia sobre San Pedro, el líder de los apóstoles y el primer Papa, y así le dio las Llaves del Reino. Segundo, la Iglesia no se impone a ninguna persona. Sin embargo, es una buena madre, y como tal, les informa a sus hijos lo que es mejor para ellos, guiada por un carisma especial dado por Dios. Piénselo de esta manera, ¿durante su niñez, su mamá nunca le advirtió que no debía jugar en la calle, poner su mano en una hoguera, o apuntarle a los ojos a alguien con su pistola de bandas elásticas?”

Asiente con la cabeza y sus ojos continúan fijados a los míos.

“Pues bien, pudo haber hecho cualquiera de esas cosas si en verdad lo hubiese querido. Su mamá le dijo todo eso por amor, no porque era una tirana que simplemente quería controlarlo. De esta forma debemos ver las enseñanzas de la Iglesia.”

Me alienta ver que asiente nuevamente con la cabeza, y que toma nota mientras hablo.

“Con respecto a su pregunta sobre si en realidad creo en todo esto, ¿Por qué habría de no hacerlo? Es sorprendente todo lo que la gente cree, aún sin verlo, solamente porque un ‘experto’ dice que es verdad. Por ejemplo, ¿usted cree que Cristóbal Colón descubrió América en 1492?”

“Sí, claro,” responde a la vez que se encoge de hombros para reflejar que no hay razón para no creer aquel hecho tan obvio que nos enseñaron en la escuela.

“Muy bien, ¿y por qué? ¿Por qué lo leyó en un libro de historia? ¿Por qué un maestro del que no tenía razón para dudar le dijo que era cierto? Mi punto es, nadie que estuvo vivo en aquel entonces sigue con vida. Nadie hizo fotos, ni videos, ni YouTube para probar que él atracó en las orillas del este de América.

“De igual forma, ser ingenuo y aceptar todo como milagro no le hace bien a nadie. Pero consideremos las advocaciones Marianas. Hoy en día hay personas aún con vida que efectivamente las vieron de primera mano y hay muchos otros que han experimentado milagros en Lourdes, como probablemente Dolores. Y usted estaba ahí junto a mí, ¿verdad? Pero sin embargo, las personas deciden no creer. ¿Por qué sucede eso?”

“Pues bien, imagino que como todos somos diferentes, hay muchas razones para que la gente no crea. La autoridad nos ha decepcionado demasiadas veces. Tal vez todos aprendimos a ser desconfiados,” dice, encogiéndose de hombros.

“Está bien, sí, tiene razón en eso, Alguacil. Pero permítame ahora a mí preguntarle, ¿usted cree?”

Se voltea y mira por la ventanilla, y eventualmente sus ojos vuelven a encontrarse con mi mirada inquisitiva.

“Bueno, comienzo a creer. Y…” baja sus ojos y pasa sus manos por su cabello, “a mí, lo que más duro me ha dado es que si todo es verdad, es decir, si en verdad es la manera como debí haber vivido, estoy en serios problemas.”

Se frota la cara con ambas manos y mira fijamente a sus notas, pero sus pensamientos están en otro lugar. Prosigue.

“Debo hacerle esta pregunta porque me ha confundido durante toda la vida. ¿Por qué Dios nos dio el deseo sexual si, de acuerdo a su gran ‘plan maestro,’ Él sabía que íbamos a estar teniendo sexo como conejos, o al menos, queriendo hacerlo?”

Me han preguntado lo mismo muchas veces. “Todo se remonta al tema del pecado original. Usted me dijo que había sido bautizado, y eso significa que la mancha del pecado cometido por nuestros primeros padres, además de cualquier otro pecado que cometió hasta ese punto en su vida, fue perdonado por Dios. Luego comenzó una nueva vida en Cristo y el Espíritu Santo, y se convirtió en miembro del Cuerpo de Cristo y la Iglesia.”

Veo su ceño fruncido y entiendo que intenta procesar esta información mientras escribe intensamente. Me pregunto qué batalla se estará peleando en su interior. Continúo con mi explicación, y bajo la velocidad de mi ritmo para su beneficio.

“De bebé sus padres decidieron hacer que lo bautizaran y usted recibió la gracia que proviene del sacramento. Solamente es posible bautizarse una vez, pero la gracia que recibió permanece con usted por el resto de su vida. Nuestro Señor nos dijo que el bautismo es necesario para la salvación. Pero solamente es el comienzo; usted debe continuar creciendo en su fe por el resto de su vida.

“Hay muchas personas que, luego de su bautismo, pasan su vida entera aceptando las gracias de Dios, a través de los sacramentos en particular. Están, por así decirlo, vacunados contra las tentaciones del demonio por las gracias santificadas que reciben. Entienden que aunque el pecado original y los personales fueron limpiados durante el bautismo, su apetito o deseos humanos aún permanecen en desorden debido al pecado original. Pero con la ayuda de Dios, logran vencer o contener su inclinación al pecado o la ‘concupiscencia.’

“La concupiscencia no significa que no podamos controlarnos a nosotros mismos, simplemente que tenemos una ‘tendencia’ al pecado. En otras palabras, sí, tenemos un deseo sexual, pero no hay nada que nos obligue a rendirnos a él. También tenemos el deseo de comer, de beber, de conducir rápido, de decir cosas que no deberíamos – pero tampoco quiere decir que debamos entregarnos a dichos deseos; para algunas personas pueden llegar a ser tan fuertes como los sexuales, pero aun así permanecen firmes.”

Continúa escribiendo, y ruego por que lo haya explicado bien.

“Pero otros no lo entienden. Viven ‘como si cada día fuera su último día,’ lo cual es un consejo muy bueno si desea estar siempre preparado para alcanzar la vida eterna con Dios. Pero eso no es lo que muchos tienen en mente cuando utilizan esa expresión. Simplemente lo dicen a manera de ‘haz lo que quieras hacer, todos los días, de cualquier forma, simplemente no te dejes atrapar, disfruta de todos los placeres que la vida te ofrece.’ Y sus almas, que en un principio eran blancas al momento de su bautizo, si es que tan siquiera fueron bautizados, terminan muy oscuras, sucias y manchadas por el pecado.”

“¿Es por eso que la Iglesia considera al sexo algo tan malo?” pregunta con un todo de exasperación en su voz. “¿Por qué puede enviarnos al Infierno?”

“Ese es un malentendido común,” respondo. “Que quede claro que la Iglesia Católica no tiene problema con el ‘sexo,’ en absoluto. Es decir, Dios creó el sexo. Es un acto sagrado que nos da el regalo de la vida. Cierto es que algunas personas dentro de la Iglesia, en su mayoría con muy buenas intenciones, han generado bastante desinformación con respecto al sexo, lo que ha dado como resultado gran disensión y confusión entre muchos de los fieles.

“Pero la realidad es que la Iglesia aprecia, apoya y aprueba la bondad y la belleza del sexo entre parejas casadas. Marido y mujer. El sexo es algo maravilloso. Dios lo creó así que debe ser bueno, si hacemos parte de él como Él lo quiso. Con la revolución sexual que ocurrió hace unas décadas, el Bendito Juan Pablo II vio la necesidad absoluta de publicar su obra monumental, ‘La Teología del Cuerpo,’ que habla del amor, la vida y la sexualidad humana.”

Nuevamente asiente con su cabeza y señala su libreta de notas amarilla con su bolígrafo. “De hecho escribí algunas notas sobre la revolución sexual.”

“¿Verdad? ¿Puedo preguntar de qué?” ciertamente me causa curiosidad.

“Sí, pero, ya hablaremos de eso en un minuto. No fue mi intención interrumpirlo pero, antes de que se me olvide, ¿sabía que el Papa Juan Pablo II tenía una colección pornográfica gigante, y que hasta luchó con problemas de sexualidad toda su vida?”

La bilis en mi garganta sube y siento la rabia subiendo a la par con ella. Hago un intento por controlarla pero solamente lo logro a medias.

“¡¿Qué?! ¿Y en dónde averiguó eso? Es decir, ¿cómo lo validó? ¿En la Internet? ¿De alguna publicación de una mente enferma por ahí? ¿Y decide creerlo sin más ni más? En serio, muéstreme específicamente dónde lo escucho, y luego cómo lo validó.”

“Bueno, pues… sí, fue en un blog. ¿Pero cómo sabe que no es verdad?” Su perspectiva insensible y actitud defensiva se encienden en respuesta a mi estallido. Obviamente sus opiniones negativas con respecto a Dios y a la Iglesia permanecen arraigadas en él.

Ya he escuchado cosas despectivas sobre la Iglesia por demasiado tiempo, y voy a decirle  directamente lo que creo, le guste o no.

“Déjeme decirle algo, Alguacil. Puede que no crea nada de lo que le voy a decir, y es su decisión – su libre albedrío. Pero parece lo suficientemente inteligente como para al menos considerarlo.

“Primero que todo, parece que usted ha sido muy bendecido en su vida. Su esposa, su hija, su carrera, su hermosa casa, todas las cosas materiales que puede necesitar, pero aun así parece que odia todo y a todos a su alrededor.

“Y luego tiene lo que bien pudo ser una experiencia cercana a la muerte que lo sacude, lo confunde, y lo estremece hasta lo más profundo en sus creencias, hiere su orgullo, y golpea su ego. Y, honestamente, fue algo bueno, porque tenía que suceder. Ha sido bendecido con un maravilloso regalo de Dios, una mirada a lo que está por venir. Pero probablemente usted no quiera verlo de esa manera.”

Baja su cabeza rápido. “Pues… sí, con respecto a eso…” lo interrumpo.

“Y ahora está aquí, viajando desde Europa, y habiendo visto todo lo que vio, ¿verdad? Las historias, los milagros, la evidencia en cada sitio de las advocaciones, e incluso un vistazo a Satanás. Pero después de todo eso, ¿aún quiere quedarse agarrado firmemente a su forma de ver su vida espiritual antigua y sin pruebas?

“¿Sabe que creo que es usted? Un fariseo incrédulo del siglo 21.”

Inmediatamente me siento mal y, una vez más, digo una oración rápida pidiendo el regalo de la paciencia. Baja su cabeza completamente, y yo froto mi rostro debido al sentimiento de frustración que me llena por completo.

“Mire, imagino que no se puede esperar más creciendo en estos tiempo. Existe tanta presión contra la Iglesia a este respecto, tanto acoso que busca que el Magisterio y otros líderes de la Iglesia se den por vencidos, que digan que todo respecto al sexo es aceptable, siempre y cuando se haga entre adultos felices que tengan la edad apropiada.

“¿Y quiere saber otra razón por la cual personalmente no tengo ningún problema con el mensaje de ‘los pecados de la carne’ que le dio la Virgen María a Jacinta? Porque Dios le dio a Moisés los Diez Mandamientos; y por cierto, son mandamientos, no sugerencias. Y dos de esos mandamientos tienen que ver con el sexo – el sexto, “No Cometerás Actos Impuros,” y el noveno, “No Consentirás Pensamientos Ni Deseos Impuros.” Incluso el décimo Mandamiento, “No Codiciarás los Bienes Ajenos” está relacionado, porque complementa al noveno. Y si tres de los Diez Mandamientos tratan de la impureza sexual, creo que es bastante obvio que Dios tiene problemas con el uso erróneo de Su creación.

“¿Sabe por qué Jesús solamente habla en cuatro ocasiones sobre la castidad en la Biblia? Una con la mujer en el pozo que tenía cinco esposos. Una con la mujer que fue atrapada en adulterio e iba a ser apedreada; una con la mujer de la vasija de alabastro; y como una de las Beatitudes, ‘¿Bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios?’ Porque las personas de su época entendían que dicho tipo de actividad era incorrecta, muy incorrecta. No lo cuestionaban. No jugaban con ello. Lo entendían y vivían sus vidas en consecuencia.

“Pero hoy en día no. Satanás se ha adentrado bastante en nuestras vidas; vemos evidencia de ello a nuestro alrededor. Simplemente mire al número de personas, cada vez mayor, que dicen que Dios no existe, ¿entonces qué importa? O considere cuantos en realidad creen que sin importar como actúen, sin importar lo que hagan aquí en la tierra, nunca tendrán la necesidad de arrepentirse, de pedir perdón, o tan siquiera intentar cambiar sus vidas, porque cuando mueran se irán directo al Cielo, ¿en serio? ¿De dónde sacaron eso? Ciertamente no de parte de Dios o de Su Iglesia desde sus inicios ¿Dónde dice eso  en la Biblia? Yo nunca lo he visto.

“Piense en la clase del instituto pre-universitario a la que asistimos. ¿Recuerda cómo ese profesor alentaba la mentalidad de “sé feliz y haz lo que quieras en tu vida”? Por supuesto que los estudiantes pueden tomar su propia decisión, aún después de haber estado en su clase, pero ¿y si su propia moral rectora estaba ‘desviada’ antes de que llegaran a la clase?

“Vamos, Alguacil, siempre debemos librar la batalla del bien. Pero debemos entender que, sin la gracia de Dios, a través de Jesús, a través de su Iglesia, y sus Sacramentos, simplemente no podemos vivir una vida casta y virtuosa. Pero con Su gracia, toda la gracia que nos ha dado libremente y que nos ofrece en todo momento ¡ganaremos la batalla, ganaremos nuestra guerra individual y colectiva! Lo he dicho antes y puedo decirlo un millón de veces más, Dios nunca nos ha dejado y nunca lo hará. Pero la verdad es que muchas personas lo han dejado a Él, le han dado la espalda a Su Iglesia, a Su verdad, y a Su amor. Y aun así acusan y se preguntan, ¿Dónde está Dios? ¿Hablan en serio? Incluso una de las canciones de Michael Jackson abordaba parcialmente este concepto cuando cantaba ‘Man in the Mirror.’”

Ambos nos quedamos en silencio un momento.

“Disculpe que haya reaccionado de esa forma. Es solo que el sexo, y todas sus alteraciones, es el tema número uno que se escucha en el confesionario, y el pecado sexual es el primero en la lista de pecados confesados.”

Dejo nuevamente que el silencio reine por unos segundos y luego cambio la dirección de nuestra conversación.

“¿Tiene idea de los que nos ha pasado a los dos en el último mes?”

“¿Qué? ¿A quién? ¿A usted y a mí?” pregunta al ver que la pregunta lo toma desprevenido.

“Sí, a los dos. Las escamas han caído de nuestros ojos. Para mí, gracias a su desafío. Para usted, con una visión clara del camino que ahora puede recorrer si desea cambiar su vida.

“Pero se lo ruego – no es hora de detenerse. La pelea será más dura, no más fácil. El camino que Satán menos quiere que recorra es el de vuelta a Dios. Pero no debe temerle a eso, ¿está bien? Satán es solo desespero y depresión. Dios es luz, amor, perdón, comprensión, y misericordia. Y justicia, también. Vuélvase a Él. Acérquese a Él. Si no se ha confesado en mucho tiempo, hágalo. Puedo escuchar su confesión ahora mismo si así lo quiere. No lo obligo, simplemente se lo ofrezco. Es uno de los sacramentos más hermosos que Dios ofrece. Su misericordia le espera.”

Me dice que no con la cabeza, pero solo con vacilación.

“Está bien. La oferta sigue en pie. No soy el único, ya sabe. Cualquier sacerdote puede escuchar su confesión cuando vuelva a casa, pero si fuera yo no esperaría demasiado. Y una vez que lo haga, reciba a Nuestro Señor en la Eucaristía tan seguido como pueda. Vuelva a asistir a misa todos los domingos. Él en realidad se encuentra allí en el sagrario, en la Eucaristía. Su Cuerpo. Su Sangre. Alimento espiritual para nuestro recorrido aquí en la tierra.

“Y pida la ayuda de Nuestra Señora. Compre un libro pequeño o consiga un folleto con el Rosario y récelo a diario – así sea solo una década – como lo ha recomendado tantas veces la Virgen María.

“Utilice completamente los sacramentales – como llevar una Medalla Milagrosa y un escapulario marrón en su cuello. Mantenga agua bendita en su casa, y pídame a mí o a cualquier otro sacerdote que bendiga su hogar. Hay muchas armas espirituales aceptadas que puede utilizar. También consiga una copia del Catecismo de la Iglesia Católica y una buena Biblia Católica – le recomiendo la Biblia de Navarra, pero hay otras muy buenas – porque debe mantener fidelidad absoluta a las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia. Ellos están ahí para ayudarle, para ayudarnos a todos, para iluminar el camino que debemos seguir y para protegernos de la oscuridad.

“Voy a volver a mi asiento a orar y tal vez a tomar una siesta. Pero si me necesita, solamente avíseme, ¿de acuerdo?”

Me hace un gesto con la cabeza casi sin prestar atención, y luego toma rápido la libreta que ha estado reposando en el asiento del medio que no separa.

“Déjeme ver si me quedó claro,” dice, y me mira con ojos preocupados y su ceño fruncido. “En 1917 – hace casi 100 años – la Virgen María supuestamente le dijo a Jacinta Marto que más personas irían al Infierno debido a los pecados de la carne que por cualquier otra razón. Desde ese entonces el sexo ilícito se ha convertido en algo supremamente importante, ¿no es así? ¿Tanto que mientras la mayoría de las industrias presentaron una caída durante la recesión pasada, el negocio del sexo creció?”

Toma la libreta del asiento del medio y me la pasa a mí.

“Mire, tomé estos apuntes durante las semanas anteriores y quería mostrárselos.”

Reclina su asiento y cruza sus brazos en frustración.

***

Regreso a mi silla y leo la cita de la Biblia que el alguacil escribió al comienzo de la primera página.

“Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo, ‘Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.

 

Continúo con el resto de las páginas y leo sus notas organizadas al parecer cronológicamente, así:

 

1917 – Fátima, Portugal – Mensaje a Jacinta Marto: “Los pecados que llevan al mayor número de almas a la perdición son los pecados de la carne.”

 

· Durante el mismo periodo y definitivamente con anterioridad, la prostitución abunda en Europa, los Estados Unidos, y otras partes específicas del mundo.

 

· Esclavos como herramientas sexuales en los primeros tiempos de los Estados Unidos.

 

· La homosexualidad es prohibida, luego aceptada, con opiniones divididas a los ojos del público.

 

· Sexo para la procreación y no por placer durante el periodo Victoriano.

 

· La era de la fotografía que resultó en la pornografía. Proceso de impresión de bajo costo. Panfletos pornográficos de fácil adquisición y distribución.

 

· 1839 – París, Francia, el epicentro de la pornografía.

 

Eventualmente, el acceso no es exclusivo a la élite, también se abre a las masas. La Iglesia se opone. La policía se opone. El porno no desaparece, simplemente se hace clandestino.

 

· La década de 1880 – Se desarrolla el diafragma y se presenta al público en general.

 

· Principios de 1900 – Francia exporta miles y miles de fotografías pornográficas fuera del país. NOTA: ¡1917! ¡Fátima, Portugal!

 

· Familias venden a sus hijos por dinero para convertirlos en trabajadores de burdel.

 

· Guerras Mundiales I y II – Las mujeres se vuelven independientes. Muchos hombres en el exterior. Algunas mujeres tienen amoríos o exploran su sexualidad con otras mujeres.

 

· Muchos hombres solteros no reclutados abusando mujeres.

 

· Felices años veinte (1920) en los Estados Unidos. Periodo muy sexual. Condones.

 

· 1905 – Los Tres Ensayos de Sigmund Freud sobre la Teoría de la Sexualidad.

 

· 1910 – Escritos de Freud sobre el sexo. Origen del término “Revolución Sexual.”

 

· Temas y escenas sexuales se abren paso en el cine.

 

· Clubes nocturnos Gay y lésbicos muy populares.

 

· 1948 – Informe Kinsey.

 

· 1953 – Hugh Hefner – Revista Playboy

 

· 1960 – Producción en masa de la píldora anticonceptiva. La Revolución Sexual comienza masivamente debido a la pérdida del miedo a quedar en embarazo.

 

· 1962 – Publicación del libro “Sex and the Single Girl” que fue altamente exitoso. Posteriormente se graba la película con base en el libro en 1964.

 

· 1965 – Bob Guccione – Revista Penthouse

 

· 1966 – Cerca de 5 millones de mujeres utilizan la píldora.

 

· 1972 – Película pornográfica ‘Garganta Profunda’ en el cine. Multitudes enormes.

 

· 1972 - Película pornográfica ‘Detrás de la Puerta Verde’ en el cine. Éxito de taquilla.

 

· 1973 – Película pornográfica ‘El Diablo y la señorita Jones’ en el cine. Otro éxito de taquilla.

 

· 1975 – la videocasetera se comercializa masivamente en el mercado; las personas compran películas pornográficas para ver en la privacidad de sus casas y no tienen que ir al cine o las librerías para adultos. A partir de 1998, aproximadamente 19.000 nuevas películas se producen cada año. El noventa por ciento son producidas en Silicon Valley, California. Negocio de un billón de dólares con revistas especializadas, conferencias, y premios. Los ingresos anuales son actualmente multibillonarios.

 

· 1981 – Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades reconocen por primera vez al SIDA y su causa, la infección del VIH. En 1985, 12.000 americanos mueren de SIDA; alrededor del mundo, a 2009, hay hasta 30 millones de muertes por el SIDA. A 2010, aproximadamente 34 millones han contraído el VIH en todo el mundo.

 

· Finales de los años 80 – la videocámara proporciona gran facilidad para la realización de videos pornográficos caseros.

 

· La década de 1990 – La Internet creada para las fuerzas armadas se abre paso al público en general.

 

· La década de 2000 – CD de sexo interactivo; aproximadamente 567 revistas de pornografía en producción.

 

· 2012 – Industria de “Entretenimiento para Adultos”: Un rango de opciones sexuales están disponibles de manera rutinaria como la prostitución, las damas de compañía, el cine de películas para adultos, la pornografía en internet, los ‘sex shop’, los clubes de bailes eróticos, las revistas, y una variedad de otros medios para satisfacer cualquier tipo de apetito sexual concebible, como por ejemplo: la zoofilia, el exhibicionismo, los fetichismos, el BDSM, el intercambio de parejas sexuales, la trata de blancas, la pornografía y prostitución infantil. El lado negativo: las ETS, el abuso de drogas, los divorcios, al menos 16 millones de personas luchando contra la adicción sexual, y la pornografía en internet que se ha ganado el título de ser el equivalente al ‘crack’ para los adictos sexuales.

 

Para la pornografía en internet específicamente, los hombres son los usuarios más comunes, aunque cada vez más mujeres se mueven hacia este tipo de entretenimiento sexual; producción en masa de novelas eróticas cuyo usuario predominante son las mujeres.

 

 

 

NOTA I: Los “Siete Pecados Capitales”: LUJURIA, Envidia, Gula, Avaricia, Soberbia, Pereza, e Ira.

 

 

 
Sexo sagrado, lagrimas del cielo
titlepage.xhtml
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_000.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_001.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_002.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_003.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_004.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_005.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_006.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_007.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_008.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_009.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_010.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_011.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_012.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_013.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_014.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_015.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_016.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_017.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_018.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_019.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_020.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_021.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_022.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_023.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_024.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_025.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_026.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_027.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_028.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_029.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_030.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_031.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_032.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_033.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_034.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_035.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_036.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_037.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_038.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_039.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_040.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_041.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_042.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_043.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_044.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_045.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_046.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_047.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_048.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_049.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_050.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_051.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_052.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_053.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_054.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_055.html
CR!1KEWMHGHF97516K48C2J2TVGJKV4_split_056.html