Capítulo 18
“Padre, me gustaría que conociera a la esposa.”
Jean Luder, una morena simpática y menuda, me ofrece una sonrisa débil y un apretón de mano vacilante, pero cortés.
“Gusto en conocerlo,” responde secamente.
“Lo cuidaré bastante bien y lo llevaré a casa esta noche tan pronto terminemos.” Sonrío, sin estar completamente seguro de la lógica detrás de su reacción hacia mí.
Rápidamente asiente con su cabeza, mira al alguacil y regresa a su Lincoln Mark IV blanco.
El alguacil fue dado de alta del hospital temprano en la mañana, y no puede conducir durante al menos una semana, de acuerdo a las órdenes del doctor. Insistió en hablar conmigo nuevamente sobre su experiencia luego del accidente, y la Sra. Luder aceptó traerlo a la rectoría. Mientras podamos ponernos al día en el auto camino al hospital a visitar a Gina, no hay problema. También espero poder hablar con Michele, simplemente para ver cómo ha seguido.
“¿Todo bien?” pregunto al ver al alguacil subiéndose con cuidado al asiento delantero de mi automóvil, y colocándose el cinturón de seguridad.
“Oh, qué pena, tiene que sentarse atrás. Solamente las personas que tengan asuntos oficiales con la Iglesia pueden sentarse en frente conmigo.” Suelto otra sonrisa, y me la devuelve amablemente.
“Sí, me lo merezco. Y sí, estoy bien. Aún con un poco de dolor de cabeza, pero dijeron que era normal. ¿Está seguro de que aún están abiertas las horas de visita en el hospital?”
Son solo las 6:00 p.m. y estoy seguro de que el hospital donde está Gina acepta visitantes hasta casi las 9:00. Parece un poco nervioso de que vayamos para allá. Quizás solamente quiera dar una vuelta conmigo para que podamos hablar, y con lo que yo pienso de los hospitales además de lo que le acaba de suceder a él, desearía que fuera exactamente lo que vamos a hacer. Pero el deber llama.
“Sí, estoy seguro. ¿Aún está de acuerdo en ir conmigo? Digo, sé que no está en la mejor condición, así que por qué no descansa, ¿sí? Podemos hablar sobre su experiencia más tarde, incluso cuando vayamos de vuelta a casa ésta noche. Puedo contarle la posición de la Iglesia sobre lo que pudo haber sido una experiencia cercana a la muerte, especialmente donde no hay un razonamiento médico obvio detrás de ella.”
“Probablemente sea buena idea. Solo voy a cerrar mis ojos un rato,” dice, lo que me permite un tiempo para pensar en los próximos eventos en mi calendario. Estamos en Semana Santa; mi época del año preferida. Tengo una agenda apretada por delante, así que probablemente ésta sea la única oportunidad en que me pueda reunir con el alguacil durante un buen tiempo.
Estoy seguro que recuerdas que la Iglesia utiliza un calendario litúrgico que comienza con el Adviento; el momento en el que nos preparamos para el nacimiento de Nuestro Señor. Dentro del año litúrgico, observamos dos eventos principales: El nacimiento de Nuestro Señor durante la Navidad y Su resurrección durante la Pascua. El calendario está dividido entre el Adviento, la Navidad, el Tiempo Ordinario, la Cuaresma, el Triduo Pascual, el Tiempo Pascual y de vuelta al Tiempo Ordinario.
Durante el año litúrgico, honramos uno o más santos a diario. Y dado que la Virgen María es tan importante en la vida de Cristo y en la historia de la Iglesia Católica, existen 16 días asignados en su honor, algunos de los cuales son Feriados Religiosos de Obligación debido a su importancia.
La temporada Cuaresmal está a punto de terminar. Ayer fue Domingo de Ramos, que celebra la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén mientras la multitud agitaba ramas de palma y las colocaba en su camino como símbolo de honra.
La Cuaresma finaliza el miércoles, y el jueves celebraremos el Triduo; tres días que consisten en el Jueves, el Viernes y el Sábado Santo.
El domingo es la Pascua, cuando nos regocijamos en la Resurrección de Cristo de entre los muertos. Éste se considera el día más sagrado de todos, y el clímax del año litúrgico.
Un ronquido suave emana de la boca del alguacil. Me alegra que esté descansando.
Me gustaría recordarte los preceptos de la Iglesia, detallados en el Catecismo, cuya intención es la de proporcionarle a los creyentes los requerimientos mínimos para vivir una vida sacramental. En otras palabras, cuando seguimos dichos preceptos nos son dadas las gracias necesarias para vivir una vida moral.
Solamente son seis:
· Asistir a Misa los domingos y los Feriados Religiosos de Obligación a menos que haya una razón válida para no hacerlo.
· Observar las reglas del ayuno y la abstinencia para el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo, Todos los viernes de la Cuaresma, y una hora antes de recibir la Comunión. Se permiten excepciones para los enfermos, los ancianos, o para aquellos que abstenerse o ayunar puedan poner en riesgo su salud.
· Confesar sus pecados al menos una vez al año, pero definitivamente antes de recibir la Comunión.
· Recibir la Comunión al menos una vez al año, preferiblemente durante el Tiempo Pascual.
· Proporcionar ayuda a las necesidades de la Iglesia, y
· Observar las leyes de la Iglesia sobre el Matrimonio.
Como puedes ver, los “deberes” tienen como fin el asegurar que demos gracias y adoremos a Dios legítimamente. Le pido a Dios, por tu propia salud y felicidad espiritual, que permanezcas fiel a Dios y continúes siguiendo estos preceptos.
El bache aparece de la nada y paso directamente sobre él.
La sacudida hace que el alguacil despierte. Se voltea hacia mí y me mira, con un dolor obvio que se refleja en sus ojos, y habla aún aturdido.
“Fue real, lo sé. Algo sucedió, ¿de acuerdo? A lo que me refiero es a que se sintió real. O tal vez todo sucedió en mi cabeza; ya sabe, quizá fue el golpe en mi cerebro debido al choque. Y luego, todos esos fármacos. Pero todo lo que grabé con el micrófono, ¿qué significa? Digo, ¿dónde encaja en todo esto?”
Veo sorpresa en sus ojos. ¿Es confusión lo que veo? ¿O temor?
“¿Listo para discutir el tema o desea descansar un poco más?”
“Ahora. Necesito saberlo. Lo que sea que me pueda ofrecer. ¡Esto me está volviendo loco!”
Sostiene su cráneo vendado entre sus manos, y lo apoya nuevamente con cuidado sobre el apoyacabezas.
“Bueno. No estoy seguro de qué tanto se ha mantenido informado con respecto a las enseñanzas de la Iglesia, y simplemente lo digo con el fin de establecer una base para lo que estoy a punto de decirle sobre las experiencias cercanas a la muerte, ¿está claro?”
“Asumamos simplemente que no recuerdo nada,” sus ojos cerrados fuertemente. “No está muy lejos de la verdad.”
“Muy bien. Ese es nuestro punto de partida. Si en realidad tuvo una experiencia cercana a la muerte, el fenómeno parece tener miles de años. Si alguna vez leyó La República de Platón, tal vez recuerde que cuenta la historia de un soldado que describe su propia ECM hace más de 2300 años. Lo que aparentemente le sucedió al soldado suena impresionantemente parecido a lo que escuchamos hoy en día. Cosas como el separarse del cuerpo, flotar sobre el lugar donde se encuentra el cuerpo o desplazarse a otros lugares, ingresar en un túnel largo y oscuro, viajar a velocidades extraordinarias, ver personas que murieron hace mucho tiempo, o conocer a Jesús o a una luz de belleza y amor increíbles. Y también algo que es muy común es que, aunque sucede en pocos minutos, se siente como si fuera mucho más tiempo para el que lo experimenta.”
Para éste momento el alguacil ya tiene su tronco girado completamente hacia mí, totalmente entregado a lo que digo.
“La Iglesia enseña que San Pablo, quien vivió mientras Cristo estaba en la tierra, en la segunda a los Corintios dice ‘fui arrebatado al paraíso - si dentro del cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe…,’ así que ésta pudo haber sido una experiencia cercana a la muerte, o algo similar. Y desde los tiempos de San Pablo, ha habido cientos de miles de personas, de toda cultura y nación, que han reportado haber tenido este tipo de experiencia.
“La Iglesia Católica no ha dado una declaración formal sobre el asunto, aunque no es que sea algo inaudito. Todo lo que significa es que no ha encontrado una razón para hacerlo. Dios puede comunicarse con Su pueblo de la manera que le plazca. No hay ninguna preocupación doctrinal con una experiencia cercana a la muerte, como tal. La Iglesia solamente se involucra en casos que cuestionen la revelación divina. Por ejemplo, si alguien dice haber tenido una experiencia cercana a la muerte, y luego afirma algo que claramente va en contra de lo que Nuestro Señor reveló mientras estuvo en la tierra, algo que esté escrito en la Biblia o el Catecismo de la Iglesia Católica, entonces se dan causales de preocupación.”
“¿Cómo qué?” pregunta.
Me detengo a pensar por un momento.
“Pues bien, digamos que regresan y dicen que Dios en realidad no existe, o que Jesús es solamente un personaje inventado, o que si en realidad existió, solo fue un tipo como cualquier otro; eso, en efecto, va en contra de las enseñanzas de la Iglesia.”
Asiente con la cabeza. “¿Qué es el Catecismo?”
“Es el resumen de todo lo que la Iglesia Católica cree en relación con la doctrina católica sobre la fe y la moral. Para intentar ilustrarlo, es como el manual de las políticas y procedimientos adecuados en el Departamento de Policía. Para los católicos, éste libro es indispensable y es la base de toda la enseñanza católica.”
Tiene su mirada clavada en el frente y sus ojos se ven un poco más claros.
“Ya le he contado la posición de la Iglesia Católica sobre el tema, y sé que ha pasado por mucho tanto física como espiritualmente, pero eso me recuerda… ¿Cuánto tiempo estará alejado del trabajo debido al accidente?”
Mira por el parabrisas hacia el cielo vespertino que se oscurece. “Los doctores me dicen que al menos tres o cuatro semanas. Así que creo que hasta la primera o segunda semana de mayo.”
“Perfecto. Eso nos da tiempo para el viaje además de un poco de tiempo para que realice su tarea sobre las experiencias cercanas a la muerte. Lo animo a que aprenda todo lo que pueda sobre el tema. Lea ambos lados, pero mientras lo hace, lo animo a que rece antes, durante y después, pidiendo al Espíritu Santo que lo guíe hacia la verdad.
Lea las historias de los investigadores que han hecho pruebas sistemáticas a los pacientes de manera muy organizada y detallada, en ambientes altamente controlados. Hasta donde recuerdo, durante al menos 35 años, se han acumulado una cantidad enorme de datos sobre dichas ocurrencias debido a que se han hecho bastantes estudios científicos sobre las mismas. Lea lo que estos profesionales, quienes en su mayoría eran escépticos acérrimos, han llegado a creer y las conclusiones que han sacado con respecto a la autenticidad de los casos que estudiaron.”
Menea su cabeza de arriba abajo comprendiendo el valor de investigar más a profundidad antes de sacar cualquier conclusión sobre lo que le sucedió.
“¡Hasta puede llevar los libros a nuestra peregrinación!”
“¿Qué peregrinación?”
“Me lo prometió, ¿recuerda? Si seguía paso a paso lo que me pedía, y recuerde que ya completé cada uno de ellos, usted haría algo por mí. Así que viajará conmigo a la peregrinación.”
“Pues…”
“¡Ey! Ni siquiera lo piense. Usted dijo que lo haría, y también que siempre cumple su palabra, ¿lo recuerda? Además, me dijo que tiene tiempo libre. Es el momento perfecto.”
“Sí, claro. Pero si algo sucede…”
“Alguacil, ya está en su tiempo de licencia así que tiene bastante tiempo libre. Y aparte de eso, necesita vacaciones. Al igual que insistió que yo debía abrir mis ojos, usted también debe abrir los suyos. Y mientras pienso en ello, muchas gracias por hacerme dar cuenta del problema. De verdad. Pero debe ir conmigo, porque en verdad necesita verlo y experimentarlo.”
Reclina su cabeza, cierra sus ojos y permanece en silencio hasta que llegamos al Martin General Hospital. Decide quedarse en el auto y descansar en vez de entrar conmigo a ver cómo sigue Gina Jerpun.
“Le daré sus saludos a Michele si está adentro, y si desea que lo haga.”
Aleja su mirada y mira por la ventana de su lado.
“Eh… sí. Claro. Está bien. Gracias.”
***
Regreso al automóvil 10 minutos después y encuentro al alguacil despierto, aunque su asiento está completamente reclinado.
“Eso fue rápido,” dice, haciendo un gran esfuerzo para levantar su asiento.
“Le están haciendo pruebas a Gina. Pobre jovencita. Tiene vendajes por todo el cuerpo. No parecía que hubiera nadie más. Lo intentaré nuevamente, pero llamaré con anterioridad. Fue tonto de mi parte no haberlo hecho.”
Una mirada de tristeza inunda repentinamente su rostro.
“Yo lo he hecho antes, Padre. No se preocupe por eso. Pero qué bueno que lo intentó. Ella es una jovencita muy especial.”
Mientras entro nuevamente a la autopista, agrega rápidamente. “Nunca hablamos de su opinión sobre su viaje en la autopista enfermiza de la pornografía en la Internet.”
Muevo mi cabeza de lado a lado con repulsión. Tenemos 140 kilómetros por delante; bastante tiempo para esta conversación. A pesar de que he pensado bastante en ello, especialmente a la luz de mi conversación con la Detective Gambke, espero que esto me dé la oportunidad de formular mis pensamientos en algo que tenga sentido. Recuesta su cabeza y me doy cuenta de que probablemente no desea ser el que lidere la conversación.
“En verdad sentí nauseas mientras lo veía. Me tomó un buen tiempo sacarme las imágenes de la cabeza. Pero déjeme decirle, estaba mucho más preocupado por las almas de cada una de las personas que aparecían en la pantalla.”
“¿Sus almas?” pregunta, con su ceño fruncido.
“Sí, sus almas, Alguacil.” Puedo sentir su reticencia; su duda arraigada sobre cualquier cosa relacionada con Dios, aún hasta después de vivir su experiencia cercana a la muerte.
“Mire. La Iglesia enseña que los seres humanos fueron creados a imagen y semejanza de Dios. Eso no quiere decir que tengamos características físicas como las de Dios, sino que tenemos un alma, un espíritu que es inmortal, y somos concebidos en el útero de nuestra madre; y desde ése momento en adelante se tiene previsto que vivamos en el Cielo por toda la eternidad junto a Dios cuando nuestras vidas terminen aquí en la tierra. Pero no siempre sucede, ¿verdad?”
No busco una respuesta, y se siente aliviado cuando continúo con mi idea.
“¿Por qué? Porque tenemos al libre albedrío. Constantemente tomamos decisiones que nos acercan o nos alejan de Dios y de la vida que planeó para nosotros. Sin embargo, con ayuda de la gracia de Dios, y si permanecemos abiertos a ello, podemos evitar los momentos de pecado y llevar una buena vida. Cuando pecamos tenemos la oportunidad de regresar a Dios como lo hizo el hijo pródigo en la Biblia. Pero Dios no nos forzará a hacer nada porque nos ama demasiado, y al amor nunca se le puede forzar.
“Cada uno de nosotros tiene la obligación de hacer el bien y evitar el mal. Todos lo sabemos – está escrito en nuestra alma; en nuestra conciencia. Algunos deciden ir por el camino equivocado; otros no. Cualquiera puede decidir, en cualquier momento de su vida, tornarse a Dios, o no. Usted puede hacerlo. Yo puedo hacerlo. No hay un punto intermedio. Estamos con Él o contra Él.”
Su ceño se frunce nuevamente. No estoy seguro de si cree lo que le digo o de si tan siquiera desea que alguno de ellos se vuelva a Dios. Continúo.
“¿Sabe qué creo que esas personas buscan, al igual que aquellos a los que les atraen esos sitios en internet? ¿O al menos a la mayoría de los que vi en internet?”
“¿Qué?” responde secamente. No creo que le guste la dirección que está tomando esta conversación, pero ya que él abrió la puerta, voy a pasar.
“La felicidad. Es un deseo natural que nos ha sido dado por Dios.” Digo.
“Bueno, Padre, dígame, ¿cuál dice la omnisciente Iglesia Católica que es el camino a la felicidad? Digo, ¿existe alguna lista de requerimientos o algo así?”
Levanta sus brazos a manera de burla y hace signos imaginarios de comillas cuando dice las palabras “Iglesia Católica”.
“De hecho, Nuestro Señor nos lo dijo directamente, y en forma de lista, por así decirlo. Los puede encontrar en el Evangelio de San Mateo como el Sermón de la Montaña y en San Lucas como el Sermón del Llano. ¿Los recuerda de su educación religiosa?”
Mira hacia arriba como exasperado. Supongo que esto no es algo que haya decidido recordar.
“Permítame mencionar algunos. Debería buscarlos tan pronto tenga un poco de tiempo. ‘Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos; Bienaventurados los que lloran: porque Dios los consolará; Bienaventurados los mansos: porque ellos poseerán la tierra.’ Tan pronto encuentre el resto, no dude en preguntarme si tiene alguna duda sobre cualquiera de ellos.”
“Pero por supuesto,” me dice sarcásticamente, mirando por la ventana de su lado.
“Relacionemos la búsqueda mundana de la felicidad por medio del sexo ilícito y la pornografía en internet con las enseñanzas de Nuestro Señor por medio de una de las bienaventuranzas.
“Una de ellas habla de la pureza – ‘Bienaventurados los puros de corazón: porque ellos verán a Dios.’ Definitivamente pensamos en la castidad en relación al Sexto Mandamiento, ‘No Cometerás Actos Impuros,’ y que tiene que ver con el autocontrol y la templanza; virtudes que todos necesitamos para controlar nuestros deseos naturales.
“Pero Nuestro Señor nos dice que no solamente debemos predicar sino también ser el ejemplo de lo que predicamos. No podemos simplemente pedirle a todos ser puros. Nuestros propios corazones, nuestras propias intenciones, deben también ser puras en todo lo que hacemos. A Dios no le gustan los hipócritas, como se nos muestra en la Biblia. Aquellas personas que les dicen a todos que deben ser buenos pero que no viven su propia vida con rectitud no son exactamente los favoritos de Dios. Especialmente cuando actúan como si fueran mejores que los demás. Su falta de humildad y su actitud de ‘santurrones’ los aleja de Dios, no al contrario.
“Mire a Jesús. Comió con pecadores, tocó a leprosos y enfermos, pasó tiempo con infieles – y eso sí que molestó a los líderes religiosos de Su época. Sin embargo, Él les dijo, y puede leerlo usted mismo en el Evangelio de San Marcos, que la maldad viene desde adentro del corazón del hombre - los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la codicia, la envidia, la calumnia, el libertinaje, y la arrogancia, entre otros pecados. Eso es lo que contamina al hombre, nos dice.”
“Padre, En realidad ni siquiera sé a lo que se refiere. Dígame otra vez que es lo que tiene que ver todo esto con la pornografía.”
Puedo ver que los medicamentos que está tomando para el dolor hacen que le sea difícil concentrarse.
“tiene todo que ver con la pornografía. Quiere decir que nacimos con almas puras, y que estamos predestinados al Cielo. Y durante nuestra vida, tenemos la libertad, al usar nuestro libre albedrío, de hacer las cosas correctas o no – de participar en la porquería representada en esos sitios web o decidir si la miramos por nuestro propio placer egoísta - o no. No importa si está involucrado o solamente observándolo, Dios verá la hipocresía porque Él sabe que hay en nuestros corazones.
“Ya sabe, la libertad conlleva responsabilidad, y cada uno de nosotros debe dejar de hacerse la víctima, de culpar a los demás por lo que hace en la vida, como si fuera siempre culpa de alguien más. La verdad es que, en la mayoría de los casos, nadie puede obligarlo a hacer nada que no quiera hacer.”
“¿Algo como la violación? ¿Me está diciendo que a las mujeres que violan es porque lo desean?”
“¡No! No es para nada lo que estoy diciendo. Me refiero a situaciones normales. Por supuesto que hay momentos en los que las cosas se hacen por coerción, temor, o incluso ignorancia o costumbre – quizá hasta por muchas otras razones psicológicas – pero al final del día, Dios conoce nuestros corazones.
“Así que nosotros, usted y yo, y todos aquellos involucrados con tal obscenidad, tenemos la libertad de pecar. De hacer parte de ello. De disfrutarlo. De verlo. De actuar bajo su influencia. Pero también tenemos la libertad de negarnos al pecado y regresar a Dios. Él siempre nos espera con los brazos abiertos. Y al final de cada día debemos preguntarnos, ¿cómo piensa Dios que viví mi vida hoy?”
El alguacil Luder mueve su cabeza de lado a lado, y veo que hay un gesto de dolor en sus ojos mientras dice, “Cameron Gambke escogió tomar ese camino. Espero que se vaya al Infierno, si es que tan siquiera existe uno.”
“No voy a intentar decirle cómo se debe sentir. De verdad. Es obvio, cualquiera que sea la razón, que tiene bastante ira contra él.”
“Gambke le hizo mucho daño a muchas personas, ¡Mucho daño!” Golpea su puño contra la puerta del pasajero.
“Sí, así fue. Y sé que nada de esto es sencillo. Y celebro sus intentos por hacer lo correcto con todos los involucrados. Puedo ver que es una de sus grandes cualidades. Servir y proteger.”
Me da una mirada, dudoso de si estoy siendo condescendiente con él. No lo soy.
“¿Alguna vez ha escuchado algo llamado ‘Legítima Defensa’ dentro de la Iglesia?”
“No. Bueno, si lo he escuchado, no lo recuerdo. Tenemos derecho a defendernos. Pero, ¿se refiere otra vez al cuento de ‘poner la otra mejilla’?”
“Exacto. Definitivamente debemos ser humildes y pacientes en nuestras vidas, pero tampoco podemos ser tontos o ser el tapete de nadie. Lo que ‘poner la otra mejilla’ significa realmente es que debemos luchar por la justicia pacíficamente, por nosotros mismos y por aquellos a los que amamos. De nuevo, no significa de ninguna manera que no debemos luchar. He escuchado decir que ‘Nada avergüenza más a la maldad que cuando la miramos a los ojos.’”
Me doy cuenta por la mirada en su rostro de que comienza a sentir que podemos encontrar un punto en común entre nosotros. No soy su enemigo. De hecho intento ser su amigo. Está pasando por bastante dolor físico, espiritual y mental, y le pido a Dios que lo guíe hasta el final.
“Todas las víctimas tienen derecho a defenderse. Y si llegasen a matar a su agresor mientras están siendo violadas e intentan protegerse, si eso sucediera, cualquiera podría ver que simplemente intentaban defenderse. Legítima defensa. En sus mentes, puede que en realidad crean que serán asesinadas por sus agresores debido a que, desafortunadamente, muchas han sido asesinadas. Así que, deben saber que pueden luchar, y luchar como locas, si así lo deciden.
“Cada uno de los seres humanos necesita ser protegido. Yo necesito protegerme y también necesito proteger a otros. Y especialmente se debe hacer todo lo posible para proteger a aquellos que no se pueden proteger a sí mismos, como los embriones inocentes, los niños, los ancianos, los abusados – son tantos que ni siquiera puedo empezar a nombrarlos a todos.”
“¿Cómo… los discapacitados mentales?” pregunta. “¿Cómo la pobre Gina y lo que le hizo ese pervertido?”
“Sí, indiscutiblemente, y todos los demás que enfrentan discapacidades mentales y físicas. Dependiendo de la severidad de su discapacidad, puede que sean o no capaces de defenderse a sí mismos. Con Gina, imagino que no puede entender claramente que está bien o mal, especialmente cuando cree que alguien la ama.”
“Estoy de acuerdo con usted, Padre. En verdad odio a todos los abusadores y quiero que se vayan directo al Infierno, si existe en realidad, por todos los maltratos, y la tortura mental y física, por la que han hecho pasar a las personas aquí en la tierra.”
“Espere un momento. No le estaría mostrando demasiado amor como un semejante Cristiano si no le advirtiera sobre eso. Por su propio bien, debe tener cuidado con todo el odio y la ira que lleva por todas estas personas, en especial Cameron Gambke.” Estará en su alma durante su último día, no en la de él.”
“¡No tiene idea de lo que él hizo!” grita.
“Vi el expediente. Usted me lo mostró,” respondo.
“Sí, pero, aun así usted… usted no sabe lo que hizo. Nunca debió haberle hecho eso a Gina. Nunca.”
“Estoy completamente de acuerdo. Y probablemente haya mucho más de lo que vi en ese expediente, y no intento menospreciarlo ¿de acuerdo? Solo escúcheme un momento.” En verdad intento hacerlo entender otra perspectiva.
“El Quinto Mandamiento nos dice ‘No Matarás’ y, como las Bienaventuranzas, significa muchas cosas. Como ve, cada vida le pertenece a Dios, y cada uno de nosotros puede ser juzgado solo por Él, y no por nosotros. Y todos nosotros sabemos que el asesinato, las peleas, los altercados, el uso de palabras injuriosas, el causar escándalos, la ira, el odio, y la venganza son malos. Todo esto puede llevarnos al daño y asesinato espiritual de nuestra alma y quizá la de nuestro prójimo. Al final, cada uno de nosotros deberíamos querer que todos en la tierra llegaran al Cielo.”
“Pero usted me acaba de hablar sobre la ‘Legítima Defensa’ y sobre cómo se supone que debemos protegernos de la maldad del mundo.”
“Sí,” respondo, sin estar seguro a dónde quiere llegar.
“Entonces si el maldito hizo lo que hizo, debe morir e ir al Infierno.”
“De eso es exactamente de lo que le quiero advertir. Sí, él cometió actos malignos y la investigación y la corte decidieron que debería ser encerrado y que su vida debería ser tomada eventualmente, pero como cristianos, estamos llamados a perdonar. Sí, debemos protegernos, por supuesto. Y nuestro gobierno debe protegernos, y por eso es que fue encerrado. Pero a fin de cuentas, si en verdad somos cristianos y queremos lo mejor para nuestro prójimo – quienquiera que sea – realmente deberíamos querer ver el alma de todos en el Cielo. Si no lo sentimos en nuestro corazón, debemos orar a Dios, y pedirle a la Virgen María que interceda por nosotros, para que nos sea dada la gracia para amar a nuestro prójimo. Nunca olvide que Jesús nos pidió perdonar ‘setenta y siete veces’, lo que quiere decir que no es una sugerencia. Siempre debemos perdonar, en todo momento, por el bien de nuestra propia alma y por el bien de los demás.”
“Como sea, Padre. Él no se merece el perdón,” dice, inclinando su cabeza hacia atrás y haciendo un gesto con su mano como desestimándome, y mira por la ventana. Yo insisto.
“Se nos pide perdonar, pero eso no quiere decir que debamos olvidar. Déjeme preguntarle algo. ¿Alguna vez ha pecado? Digo, miremos los siete pecados capitales: Soberbia, Codicia, Lujuria, Ira, Envidia, Gula y Pereza. O como solía decir el Obispo Sheen ‘nuestro amor propio, el amor excesivo al dinero, el sexo ilícito, el odio, los celos, la indulgencia excesiva y la pereza’ No conozco a ningún ser humano, incluyéndome a mí, que no haya batallado a éste monstruo de siete cabezas en algún nivel, en algún momento. ¿Me está diciendo que no ha cometido ninguno de éstos? ¿Para nada? ¿Nunca?”
Hace una pausa. “Pues, sí, pero no así.”
“¿Así cómo?” insisto.
“¡Como lo hizo Gambke!”
Nuevamente está enfadado, pero por su propio bien no voy a ceder.
“Como lo dije, Dios conoce el corazón de cada persona. Él conoce todas nuestras acciones, así que Él decide, no usted. Todos estamos en deuda con Dios, todos y cada uno de nosotros, porque todos somos pecadores. Todos nos hemos quedado cortos en algún momento y lo seguiremos haciendo.”
Intento cerrar la conversación de una manera amable mientras estaciono en la entrada de su casa, y agrego: “Mire, descanse un poco ésta semana. Si le es posible, intente acompañarnos este domingo de Pascua, o si no le es posible, tal vez la semana después del domingo de la Divina Misericordia.”
Hace un esfuerzo para salir del auto y me mira una vez más con una expresión que claramente muestra su descontento, como si le acabara de pedir que fuera a buscar a la persona que lo golpeó en su motocicleta y le agradeciera por el dolor que le ha causado.
“Ha dicho bastante durante este viaje, y sé que tiene buenas intenciones, de verdad, Padre. ¿Pero toda esa mierda sobre Gambke y el perdón? Es bastante fácil para usted decirlo, ¡Pero él no violó a su hija!”
Tira la puerta y no deja espacio para mayor discusión. ¿Fue Cameron Gambke el que se escondió en su casa y violó a su hija adolescente hace años?