Epílogo
«Mientras haya luz» se publicó por primera vez en Novel Magazine en abril de 1924. Para quienes conozcan la obra de sir Alfred Lord Tennyson, la verdadera identidad de Arden no será una sorpresa.
Tennyson era uno de los poetas preferidos de Agatha Christie, junto con Yeats y T. S. Eliot, y su Enoch Arden sirvió de inspiración asimismo para la novela Pleamares de la vida (1948). La trama de «Mientras haya luz» se utilizó después, desarrollada, en Un amor sin nombre (1930), la primera de sus seis novelas escritas con el seudónimo de Mary Westmacott. Aunque con menor interés para muchos que su literatura policiaca, en general se considera que las novelas de Westmacott proporcionan una especie de comentario sobre ciertos episodios de la propia vida de Agatha Christie, algo así como una biografía paralela. En cualquier caso, Agatha Christie encontró en ellas una buena manera de escapar del mundo de la novela policiaca, para decepción de sus editores, que comprensiblemente no veían con demasiado entusiasmo todo aquello que la distraía del trabajo de escribir historias de detectives. La más interesante de las seis es la que lleva el acertado título de Retrato inacabado (1934), que el segundo marido de Agatha Christie, el arqueólogo Max Mallowan, definió como «una mezcla de gente real y sucesos imaginarios… más próximo a un retrato de Agatha que cualquier otro libro».
Personalmente, Agatha Christie prefería la tercera novela de Westmacott, Lejos de ti esta primavera (1944), que en su biografía describió como «el único libro del que he quedado por completo satisfecha… Lo escribí en tres días. —Y añadió—: Fue escrito con integridad, con sinceridad; fue escrito como yo quería escribirlo, y para un autor ése es el mayor orgullo y satisfacción».