Epílogo

«Un dios solitario» se publicó por primera vez en Royal Magazine en julio de 1926. Es uno de los pocos relatos puramente románticos de Agatha Christie, y ella misma lo consideraba «de un sentimentalismo lamentable». Sin embargo este relato tiene un especial interés, puesto que prefigura la futura pasión de Agatha Christie por la arqueología, que definió como su tema de estudio preferido en Michael Parkinson’s Confessions Album (1973), un libro publicado con fines benéficos. Fue el común interés por la arqueología lo que la llevó a conocer a quien sería su segundo esposo, el célebre arqueólogo Max Mallowan. Después de la Segunda Guerra Mundial ella y Mallowan viajaron cada primavera durante muchos años a Nimrud, la antigua ciudad asiría, y la propia Agatha Christie presenta su visión de las excavaciones realizadas en Tell Brak, Siria, en 1937 y 1938 en Ven y dime cómo vives (1946), una guía entretenida e instructiva de los yacimientos y una excelente muestra de esta otra faceta de la autora. Si bien nunca escribió, por lo visto, durante las expediciones, sus experiencias le proporcionaron material para varios libros de la serie de Poirot, incluidos Asesinato en Mesopotamia (1936), Poirot en Egipto, (1937) y Cita con la muerte (1938), y también para la extraordinaria novela La venganza de Nofret (1944), ambientada en el antiguo Egipto más de dos mil años antes de Cristo.