Estrategia 18
Vender desde nuestro país a los mercados emergentes
Las oportunidades son como
los amaneceres:
si uno espera demasiado, se los pierde.
WILLIAM GEORGE WARD
Supongamos que tiene una empresa de búsqueda de yacimientos de tungsteno radicada en Barcelona. Por más que la central, las oficinas administrativas y el domicilio legal estén en la Ciudad Condal, usted sabe que es muy difícil que encuentre reservas de este valioso mineral escarbando junto al Camp Nou. Con lo cual envía a sus ingenieros a escarbar donde realmente haya posibilidades de que se encuentre con éxito el tungsteno, aunque tengan que desplazarse a Perú, a China o a donde haga falta.
Con el dinero ocurre lo mismo. Que un país o una región estén en crisis no significa, como hemos visto anteriormente, que no podamos encontrar oportunidades en otras partes. Son las llamadas «bolsas de crecimiento», o como me gusta decir a mí, «yacimientos de oportunidades» que aguardan a que los explotemos. Usted ya sabe que el mundo se ha globalizado y que ya no competimos en mercados nacionales, sino en los mercados interconectados de todo el mundo. Por fortuna para nosotros, hoy en día a través de internet podemos:
- Detectar oportunidades comerciales en países que no estén sufriendo la crisis.
- Elegir en dichos países sectores de la economía que estén creciendo por encima del promedio.
- Montar y radicar una empresa si fuera necesario en dicho país para aprovechar las ventajas tributarias que se pudiesen encontrar.
- Crear productos y servicios para sacar beneficios de esas oportunidades.
- Conformar una empresa con «estructura de red» para poder brindar dichos productos y servicios.
- Y, finalmente, traer las ganancias a nuestro país de residencia.
Todo esto a distancia, sin necesidad de viajar siquiera si no nos apetece. ¿Esotérico o poco realizable? En lo más mínimo. Conozco una chica que desde Sudamérica compra mediante Ebay (más sobre esto en otro capítulo) soldaditos de plomo en Alemania y los vende en Japón a coleccionistas. Es un caso real, y me consta que gana entre 1000 y 2000 euros al mes según la demanda. Todo lo hace telemáticamente y desde su casa. Es normal que nuestra primera reacción al escuchar estas historias sea: «Vale, pero es un caso puntual». Desde luego, todos los casos lo son hasta que dejan de serlo. Quizá sea mucho más enriquecedor pensar: «Si alguien lo está haciendo, entonces también yo puedo hacerlo perfectamente». Hay más ejemplos:
Personas que compran indumentaria de algodón en Perú, donde son de excelente calidad y bajo precio, y la venden en Europa con su propia marca…
… otros que crean aplicaciones para móviles en España y las venden en Brasil…
… los hay también que montaron con socios locales en Angola (uno de los países africanos que está creciendo a tasas de dos dígitos) un negocio de importación de productos desde China (especialmente sandalias de plástico, que están causando furor en África)…
… o, uno de mis casos predilectos, un inglés que creó unos dibujos animados, registró la marca, hizo componer «la banda sonora» a una chica de Japón y actualmente vende la licencia a empresas de Sudamérica para que las cadenas de allí produzcan programas para niños con esa temática. Hay pocos casos en los que todo el poder de la globalización se plasme tan claramente como en este.
La idea central es: vayamos a buscar el dinero donde esté, que las fronteras sean una dificultad añadida, no una excusa para no hacerlo. Si no hay trabajo en España o la economía aquí no crece lo suficiente como para tentarnos a emprender, entonces busquemos alternativas fuera.
Estoy cansado de escuchar que la crisis actual es global. Esto no es cierto. Hay muchos países que están creciendo a pasos agigantados y que representan un manantial de oportunidades. Allí es donde hay que hacer negocios… incluso sin movernos de nuestro sofá. |
Hay lugares donde el dinero en estos momentos es abundante: Argentina está creciendo a un 9 por ciento anual gracias a las grandes exportaciones de soja que está realizando. En estos momentos hay mucho dinero fresco en el país y está aumentando el poder adquisitivo de la gente. China tiene más millonarios que nunca, y su apertura a los negocios (contrariamente a lo que mucha gente piensa) es extrema. Hoy es más sencillo montar una empresa en China que en Estados Unidos. Allí está aún todo por hacer. Brasil se ha consolidado como una de las primeras economías del mundo y va a más. Tienen una industria fuerte, la perspectiva de dos eventos globales como las Olimpíadas y el Mundial de Fútbol por delante, y además la clase media está creciendo a pasos agigantados. Demanda productos de lujo, servicios de construcción, servicios de arquitectura, diseño, tecnología… En muchos países africanos también se están dando tasas de crecimiento muy por encima de la media. Los empresarios chinos lo saben, y hoy por hoy son los principales inversores en este continente. Hay que ir con cuidado y elegir muy bien el sector en el que vamos a hacer negocios, pero las olas de crecimiento están allí para nosotros.
Estos son ejemplos de países, pero luego tenemos, como si fuera poco, los sectores que se mueven a mayor velocidad dentro de cada uno de ellos. Incluso en España, Italia o Alemania, hay sectores que están creciendo sin prestar atención a la crisis. Ahí es donde tenemos que emprender.
Como hemos visto en los ejemplos anteriores, hay gente que ya lo hace. Y muchos de ellos empezaron con muy poco capital. Montar una empresa desde España para realizar negocios en otros lugares del mundo (donde realmente esté hoy por hoy el dinero) es perfectamente factible. Y sí, está al alcance de todos.