María interroga a Jesús sobre el destino de las almas antes de venir él al mundo
L 1. Cuando el Salvador hubo hablado así, María le preguntó:
2. Señor, ¿qué hombre hay en el mundo que esté limpio de todo pecado?
3. Porque si ha evitado una falta, caerá en otra, y no podrá encontrar los misterios en el libro de Jeü.
4. Y no habrá en el mundo hombre del todo exento de pecado.
5. Y el Salvador contestó a María: Encontraréis uno entre mil, y dos entre diez mil, por la consumación del misterio del primer misterio.
6. Y por esto yo he traído los misterios, porque todos en el mundo están bajo el pecado y necesitan del don de los misterios.
7. Y María dijo al Salvador: Señor, ¿antes que tú vinieses a la región de los archones y al mundo, no había llegado ningún alma a la luz?
8. Y el Salvador contestó a María: En verdad, en verdad os digo que antes que yo viniese ningún alma había llegado a la luz.
9. Y ahora que yo he venido, he abierto los caminos de la luz, y los que sean dignos de los misterios recibirán el misterio para llegar a la luz.
10. Y María dijo: Señor, yo creía que los profetas habían alcanzado la luz.
11. Y el Señor respondió a María: En verdad, en verdad te digo que ninguno de los profetas ha llegado a la luz.
12. Sino que los archones de los eones les han hablado desde el círculo de los eones, y les han dado los misterios de los eones.
13. Y cuando he venido a las regiones de los eones, he tomado a Elías y lo he enviado al cuerpo de Juan el Bautista.
14. Y he enviado a otros a cuerpos justos, para que
encuentren los misterios de la luz, y se eleven a las regiones superiores y entren en posesión del reino de la luz.
15. Y he remitido a Abraham, y a Isaac, y a Jacob, todas sus faltas.
16. Y les he dado los misterios de la luz en el círculo de los eones.
17. Y los he puesto en las regiones de Jabraoth y de todos los archones que pertenecen al medio.
18. Y cuando me eleve, recogerá sus almas y las llevaré conmigo a la luz.
19. Porque en verdad te digo, María, que ningún alma entrará en la luz antes que la tuya y la de tus hermanos.
20. Y los demás mártires y justos, desde Adán hasta ahora.
21. Y cuando yo vaya a las regiones de los eones, las colocará en los cuerpos de los justos por nacer.
22. Para que encuentren todos los misterios de la luz y entren en posesión del reino de la luz.
23. Y dijo María: Nosotros somos dichosos entre todos los hombres por las grandes cosas que nos has revelado.
24. Y el Salvador dijo a María y a todos sus discípulos: Yo os revelaré todos los secretos, desde lo profundo de las cosas interiores hasta lo más exterior de las cosas exteriores.
25. Y María dijo al Salvador: Señor, nosotros creemos sinceramente que tú has traído las llaves de todos los misterios del reino de la luz, que remiten los pecados de las almas.
26. Para que las almas se purifiquen y, al hacerse dignas de la luz, sean llevadas a la luz.