De cómo la Sagrada Familia volvió a la tierra de Israel y aplicó a Jesús al estudio de las letras

XIX 1. Y José, levantándose, tomó a Jesús y a María y los llevó a tierra de Israel. Y llegó a una ciudad llamada Bothosoron o Bodosoron, donde había un rey, de raza hebraica, que tenía por nombre Baresu, y que era hombre piadoso, misericordioso y caritativo. Y, como José hubiese oído hablar de él con grandes loores, pensó en ir a verlo y preguntó a los habitantes de la ciudad: ¿Qué carácter es el de vuestro rey? Y ellos contestaron: Muy bueno. Entonces José fue al palacio real, y declaró su deseo al portero, a quien dijo: Hombre respetable, quiero pedirte una cosa. El portero repuso: Habla.

2. Y José expuso: He oído decir que vuestro rey es justo para los súbditos, benéfico para los pobres y solícito para los extranjeros. Y extranjero soy, por lo cual me sería muy grato verlo, y escuchar de su boca alguna palabra. El portero indicó: Déjame unos momentos para anunciarme, entrar y luego introducirte. Porque bien sabes cuál es el uso y la voluntad de los reyes y de los magistrados. La consigna es prevenirlos primero y, después, ejecutar sus órdenes. Y el portero, habiéndose anunciado, fue admitido cerca del rey, y éste mandó que se introdujese a José. El cual fue a presentarse al monarca e, inclinándose, se prosterné ante él.

3. Y el rey lo recibió, diciéndole: Bien venido seas a esta corte, venerable anciano. Ten la bondad de tomar asiento. Y José, después de sentarse, se encerró en el silencio, y nada dijo. Y el rey lo trató con cuidado, ordenando que se les trajese una mesa ricamente provista, ambos comieron, bebieron y se regocijaron. Y el rey preguntó a José: ¿De qué país vienes, venerable anciano, y adónde te diriges? José contestó: Vengo de una tierra lejana. El rey dijo: Te repito mi bienvenida, y te aseguro que haré en tu obsequio cuanto me pidas. José dijo: Viejo y extranjero, he llegado y me placería habitar en esta ciudad, en un lugar cualquiera. Poseo alguna habilidad en los trabajos de carpintería, y lo que fuese necesario en el palacio real lo cumpliría en todo tiempo. Entonces el rey prohibió que nadie lo molestase por su calidad de extranjero.

4. Y José, levantándose, se prosterné ante el soberano, y le dijo: ¡Oh rey, si en ello no ves inconveniente, dedica a mi hijo al estudio! He sabido que hay en esta ciudad un doctor, que educa a los niños, y que está dotado de mucho talento y de mucha sabiduría. Confíale el cuidado de enseñar a mi hijo las letras, para que se instruya a fondo en la ciencia de las Escrituras, de la Ley augusta y de los mandamientos de Dios. El rey dijo: Sí, haré lo que me pides y cumpliré tu deseo. Pero, antes, es necesario que traigas a tu hijo a mi presencia, para que yo juzgue si se halla capacitado para abordar el estudio y el aprendizaje de las letras y de la ciencia, después de lo cual lo entregaré y lo recomendaré a su profesor. Y José dio las gracias, y fue a llevar la buena nueva a María, a quien hizo un vivo elogio del rey. Pero, en vez de regocijarse, María se afligió y se espantó. Porque desconfiando de las buenas intenciones del rey, temía que no hubiese pedido por traición ver al niño, para reducirlo a esclavitud. Y, llorando, dijo a José: ¿Por qué declaraste al rey la existencia, el nombre y las buenas cualidades de un hijo tuyo? Mas José replicó: ¡Por la vida del Señor, no tengas miedo! El rey no me mandó llevarle al niño por felonía, sino por querer que, bajo sus auspicios, un maestro le dé enseñanza e histrucción. María dijo: A ti te toca acabar de cerciorarte de ello. Ahora, te entrego a mi hijo y más tarde te lo reclamaré! José dijo: Llevas razón. María dijo: Si quieres presentar el niño al rey, llévalo a palacio, conforme a tu gusto. Pero infórmate de antemano de cuanto toca a la seguridad del niño y sólo entonces debes conducirlo a la presencia del rey. José dijo: Obraré según tu voluntad. Y, tomando a Jesús, lo llevó ante el rey, que lo saludó con estas palabras: Bien venido seas, niño, hijo del Padre y descendiente de un gran rey. Y mandó llamar al doctor supremo, encargado de adoctrinar a los niños, y que había por nombre Gamaliel. Y, cuando hubo llegado, el rey lo recibió con mucho afecto, y le dijo: Maestro, quiero que te encargues de enseñar las letras a este niño, y todo lo necesario para su sustento y demás gastos materiales lo recibirás del real tesoro. Y Gamaliel preguntó: ¿De quién es este hermoso niño? Respondióle el rey: Es hijo de un hombre deelevada familia y descendiente de real estirpe, y el viejo que aquí ves es su tutor. Gamaliel dijo: Hágase tu voluntad. Entonces José, levantándose, se prosterné, tomó al niño, y volvió con él a su casa, lleno de júbilo. Y contó todo lo ocurrido a María, y, regocijándose, bendecía al Señor.

Evangelios apócrifos
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101.xhtml
sec_0102.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml
sec_0128.xhtml
sec_0129.xhtml
sec_0130.xhtml
sec_0131.xhtml
sec_0132.xhtml
sec_0133.xhtml
sec_0134.xhtml
sec_0135.xhtml
sec_0136.xhtml
sec_0137.xhtml
sec_0138.xhtml
sec_0139.xhtml
sec_0140.xhtml
sec_0141.xhtml
sec_0142.xhtml
sec_0143.xhtml
sec_0144.xhtml
sec_0145.xhtml
sec_0146.xhtml
sec_0147.xhtml
sec_0148.xhtml
sec_0149.xhtml
sec_0150.xhtml
sec_0151.xhtml
sec_0152.xhtml
sec_0153.xhtml
sec_0154.xhtml
sec_0155.xhtml
sec_0156.xhtml
sec_0157.xhtml
sec_0158.xhtml
sec_0159.xhtml
sec_0160.xhtml
sec_0161.xhtml
sec_0162.xhtml
sec_0163.xhtml
sec_0164.xhtml
sec_0165.xhtml
sec_0166.xhtml
sec_0167.xhtml
sec_0168.xhtml
sec_0169.xhtml
sec_0170.xhtml
sec_0171.xhtml
sec_0172.xhtml
sec_0173.xhtml
sec_0174.xhtml
sec_0175.xhtml
sec_0176.xhtml
sec_0177.xhtml
sec_0178.xhtml
sec_0179.xhtml
sec_0180.xhtml
sec_0181.xhtml
sec_0182.xhtml
sec_0183.xhtml
sec_0184.xhtml
sec_0185.xhtml
sec_0186.xhtml
sec_0187.xhtml
sec_0188.xhtml
sec_0189.xhtml
sec_0190.xhtml
sec_0191.xhtml
sec_0192.xhtml
sec_0193.xhtml
sec_0194.xhtml
sec_0195.xhtml
sec_0196.xhtml
sec_0197.xhtml
sec_0198.xhtml
sec_0199.xhtml
sec_0200.xhtml
sec_0201.xhtml
sec_0202.xhtml
sec_0203.xhtml
sec_0204.xhtml
sec_0205.xhtml
sec_0206.xhtml
sec_0207.xhtml
sec_0208.xhtml
sec_0209.xhtml
sec_0210.xhtml
sec_0211.xhtml
sec_0212.xhtml
sec_0213.xhtml
sec_0214.xhtml
sec_0215.xhtml
sec_0216.xhtml
sec_0217.xhtml
sec_0218.xhtml
sec_0219.xhtml
sec_0220.xhtml
sec_0221.xhtml
sec_0222.xhtml
sec_0223.xhtml
sec_0224.xhtml
sec_0225.xhtml
sec_0226.xhtml
sec_0227.xhtml
sec_0228.xhtml
sec_0229.xhtml
sec_0230.xhtml
sec_0231.xhtml
sec_0232.xhtml
sec_0233.xhtml
sec_0234.xhtml
sec_0235.xhtml
sec_0236.xhtml
sec_0237.xhtml
sec_0238.xhtml
sec_0239.xhtml
sec_0240.xhtml
sec_0241.xhtml
sec_0242.xhtml
sec_0243.xhtml
sec_0244.xhtml
sec_0245.xhtml
sec_0246.xhtml
sec_0247.xhtml
sec_0248.xhtml
sec_0249.xhtml
sec_0250.xhtml
sec_0251.xhtml
sec_0252.xhtml
sec_0253.xhtml
sec_0254.xhtml
sec_0255.xhtml
sec_0256.xhtml
sec_0257.xhtml
sec_0258.xhtml
sec_0259.xhtml
sec_0260.xhtml
sec_0261.xhtml
sec_0262.xhtml
sec_0263.xhtml
sec_0264.xhtml
sec_0265.xhtml
sec_0266.xhtml
sec_0267.xhtml
sec_0268.xhtml
sec_0269.xhtml
sec_0270.xhtml
sec_0271.xhtml
sec_0272.xhtml
sec_0273.xhtml
sec_0274.xhtml
sec_0275.xhtml
sec_0276.xhtml
sec_0277.xhtml
sec_0278.xhtml
sec_0279.xhtml
sec_0280.xhtml
sec_0281.xhtml
sec_0282.xhtml
sec_0283.xhtml
sec_0284.xhtml
sec_0285.xhtml
sec_0286.xhtml
sec_0287.xhtml
sec_0288.xhtml
sec_0289.xhtml
sec_0290.xhtml
sec_0291.xhtml
sec_0292.xhtml
sec_0293.xhtml
sec_0294.xhtml
sec_0295.xhtml
sec_0296.xhtml
sec_0297.xhtml
sec_0298.xhtml
sec_0299.xhtml
sec_0300.xhtml
sec_0301.xhtml
sec_0302.xhtml
sec_0303.xhtml
sec_0304.xhtml
sec_0305.xhtml
sec_0306.xhtml
sec_0307.xhtml
sec_0308.xhtml
sec_0309.xhtml
sec_0310.xhtml
sec_0311.xhtml
sec_0312.xhtml
sec_0313.xhtml
sec_0314.xhtml
sec_0315.xhtml
sec_0316.xhtml
sec_0317.xhtml
sec_0318.xhtml
sec_0319.xhtml