PREFACIO
«MI "actitud" hacia las historias de fantasmas es de interés embelesado y de admiración, si se cuentan bien. Considero los cuentos de fantasmas como una forma de arte perfectamente legítima y, a la vez, la más difícil. Los fantasmas tienen su propio ambiente y su propia realidad; tienen también su propio escenario dentro de la realidad diaria que conocemos; el narrador maneja dos realidades al mismo tiempo...» (May Sinclair, Bookman, 1923).
Desde los primeros tiempos del sublime terror gótico de Ann Radcliffe, Clara Reeve y Mary Shelley, las mujeres han producido muchos de los mejores cuentos de fantasmas. Así lo han reconocido los expertos del género, desde M. R. James hasta Roald Dahl, pero no se encuentra reflejado adecuadamente en las antologías, en las que a menudo el noventa por ciento de los cuentos son de hombres.
La presente colección intenta remediar esa situación.
Ésta es una antología de cuentos del siglo XX. El volumen que lo acompañará, Historias de fantasmas de escritoras de la época victoriana, que será publicado el año próximo, incluirá obras de Elizabeth Gaskell, Mary Braddon, la señora Oliphant, Rhoda Broughton, Mary E. Wilkins, Willa Cather y muchas más. Hay tal riqueza de cuentos de fantasmas en el siglo XX que, por razones de espacio, hemos tenido que excluir a algunas escritoras, entre ellas a Joan Aiken, Christine Brooke Rose, A. S. Byatt, Clotilde Graves, Elizabeth Fancett y Margaret Irwin. He intentado que mi selección resultara tan variada y tan representativa como fuera posible, yendo desde fines de la época de Eduardo VII hasta la década de los ochenta, e incluyendo tanto a escritoras que son famosas dentro del género, como a aquellas que, aunque rara vez, experimentaron el éxito con él. Los relatos están organizados por orden cronológico, de modo que el lector pueda percibir fácilmente la evolución de los cuentos de fantasmas en el curso de los últimos setenta y cinco años. Los primeros, en particular los de la «época dorada» del género, antes de la guerra, poseen una cualidad intemporal que los hace fácilmente accesibles para los lectores modernos. Todos ellos son ejemplos de narraciones buenas e imaginativas, con un soberbio manejo de lo sobrenatural.
RICHARD DALBY