El Niño le arrebata a Tomi el balón de las manos y con una gran sonrisa prepara el contraataque.
Julio lo bloca y echa a correr por la derecha, lo cede a Nico hacia atrás y, de mano en mano, el balón ovalado llega hasta la banda opuesta, donde Rafa lo recoge y sale corriendo como una flecha, apretándoselo contra el costado.
Parece inevitable que marque, pero, a un metro de la línea de yeso, Sara y Lara se lanzan a las piernas del italiano y le dan un revolcón.
—¡Fabuloso! —exclama Tomi del otro lado del campo, encantado.
Gaston Champignon se atusa el bigote por el extremo derecho, divertido.
Cuando acaba el entrenamiento, el cocinero se acerca a João y le pregunta:
—¿Conoces a Roberto Carlos?
—Sí —contesta el extremo derecho—. Es uno de los mejores laterales brasileños de la historia.
—Me gustaría contarte algunas cosas sobre él —prosigue Champignon. Y le explica cómo el pequeño zurdo, que jugaba en defensa, marcaba como un delantero, porque sorprendía a todos echando a correr desde muy lejos.