LA HISTORIA:

“Existe muy poca música de las primitivas adoradoras de Alta que perdure hoy en día. A causa de los incendios que destruyeron la mayoría de las Congregaciones durante el trágico período de las Guerras del Género, no existen importantes fuentes manuscritas antes del Libro Covillein del siglo dieciséis. Fuentes fragmentarias de períodos anteriores contienen algunas canciones de cuna, varias baladas incompletas y una danza instrumental escrita para el “tembala”, un instrumento que ya no existe. Según la partitura, el “tembala” parece ser un instrumento de cuerda de la familia de las guitarras, con cinco cuerdas melódicas y dos bajos.” Arne Von Tassle, Diccionario de Música Primitiva, vol. A.

Del pasaje anterior queda claro que el doctor Von Tassle, autoridad mundial en la primitiva música de las islas, cree categóricamente que muy poca música de las Congregaciones de Alta ha llegado hasta nuestros días. En flagrante desacuerdo, Magon... quien admite que no es ningún experto en temas musicales... cita modernas baladas y canciones de los Valles como prueba positiva de que existe una prolífica herencia musical en las regiones montañosas. En otra monografía pobre en referencias (“Música de las Esferas”, Naturaleza e historia, vol. 47), Magon insiste en que había cuatro categorías principales de música Alta: tonadas religiosas, canciones cotidianas y de cuna, baladas históricas y dialécticas.

Su tesis concerniente a las tonadas religiosas es, tal vez, la única defendible. Ciertas canciones citadas por él, tales como “Alta”, con su lastimero estribillo, “Gran Alta, salva a mi alma”, podrían haber formado parte de una ceremonia religiosa. Pero la canción en sí misma tiene tanto parecido con la del siglo diecisiete “Canto fúnebre de la Vigilia”, del País del Norte, que lo más probable es que se trate de una reconstrucción moderna de aquélla.

Cuando Magon trata de unir la encantadora y famosa “Nana del gatito”, la cual había sido encontrada en un libro de baladas del siglo diecisiete, con el período Garuniano de las Congregaciones, está navegando en aguas turbulentas. Al igual que muchas otras canciones de la época, es casi seguro que ésta ha sido compuesta siguiendo las antiguas tonadas de tradición oral. Magon no parece darse cuenta de que la palabra “gatito” no aparece escrita hasta después de mediados del siglo XVI, y que ciertamente no significaba “gato pequeño” o “cachorro de gato” en aquella época, lo cual invalida su teoría.

Las baladas que Magon cita en la sección histórica son de poco interés musical e histórico, ya que ofrece la misma tesis dudosa respecto a la Diosa Blanca, la niña albina de estatura y fuerza excepcionales que, sin ayuda, destruyó y salvó al mismo tiempo el sistema del culto de Alta. Magon expone sus tesis pero no ofrece ninguna otra evidencia histórica al hablar de las baladas, con excepción de las poesías en sí mismas y, como cualquier erudito sabe bien, resulta muy difícil confiar en ellas dada la inconstancia de la poesía tradicional. Si hiciéramos eso, deberíamos incluso confiar en las leyendas.

En cuanto a las canciones dialécticas tales como “Venid vosotras, las mujeres”, ya ha sido bien probado por Von Tassle, Temple y otros que se trata de una falsificación del siglo diecinueve, compuesta en una época en que las agitadoras feministas volvían a surgir a lo largo de las islas, como seguidoras de las adoradoras de Alta.

Por lo tanto, una vez más la reputación de Magon como académico y hombre de letras ha demostrado ser sumamente endeble.