3 La esencia puede convertirse en sustancia o en energía cuando el cuerpo está falto de ellas. Por ello, la esencia es el gran armonizador del organismo.

Al desempeñar su función, los órganos y los tejidos consumen energía y pierden sustancia. La esencia regula la acción de los órganos y los tejidos, vinculada con el sistema simpático, y su regeneración, vinculada con el sistema parasimpático. El desequilibrio simpátíco/parasimpático está en el trasfondo de toda enfermedad.<<