A mis amigos de la asociación Hispania Romana

por su afán en difundir y popularizar la civilización de Roma.

También a mis vecinos emeritenses, los bravos soldados de la Legio V Alaudae.

Y especialmente a mis conmilitones de la Legio VIIII Hispana,

con los que me he embutido en la cota de malla, he embrazado el escudo,

lanzado el pilum y empuñado la espada,

y sobre todo he disfrutado de momentos inolvidables en su compañía.

Valete omnes!