DAVID GARNETT
DE DAMA A ZORRO. UN HOMBRE EN EL ZOOLÓGICO. LA VUELTA DEL MARINERO
No ensayaré el inútil examen de las tres narraciones inolvidables que integran este libro, no trataré de destejer el arco iris, como escribió John Keats. Quiero que su virtud toque directa y asombrosamente al lector, no a través de un resumen. En el caso de Garnett, y tal vez en todos los casos, el argumento es lo de menos. Lo que realmente importa es el modo, las palabras y las cadencias que lo refieren. El más famoso de los cuentos de Kafka, resumido apretadamente, sería casi Lady Into Fox. Sin embargo, ambos textos son muy distintos. Kafka es desesperado y abrumador; Garnett narra su fábula con la delicada ironía y la precisión de un prosador del siglo XVIII. Chesterton escribe que el tigre es un emblema de terrible elegancia. Ese epigrama que aplicaría después a Bernard Shaw sería del todo justo para Garnett.
David Garnett fue el heredero de una larga tradición literaria. Su padre, Richard Garnett, curador del Museo Británico, nos ha dejado breves y pulcras biografías de Milton, de Coleridge, de Carlyle y de Emerson y una historia de la literatura italiana; su madre, Constance Garnett, vertió al inglés las obras de Gogol, de Dostoievski y de Tolstoi.
Sus obras ulteriores, que constan de varias novelas y de una larga autobiografía que se titula irónicamente The Golden Echo, no han superado a las primeras, a las que debe ahora su fama.
Los dos primeros cuentos de este libro son de índole fantástica. Sólo ocurrieron para siempre en la imaginación. El último, The Sailor’s Return, es realista. Esperemos que nunca haya ocurrido, tan verosímil y tan dolorosa es la trama.
Estas historias pertenecen al más antiguo de los géneros literarios, la pesadilla.