NOTA DEL AUTOR
Puede decirse que Mario es un personaje tan real como ficticio. Queda patente cierto tono autobiográfico que es innegable, pero Mario se constituye de experiencias propias y también ajenas, aunque siempre cercanas. Asume gran parte de mi propia personalidad, algo que he creído necesario para conseguir un personaje mas humano y real. Pero como digo, la historia es ficticia, inventada con retales de la realidad. Fabricado a partir de experiencias de amigos, conocidos y hasta de desconocidos que necesitaban desahogarse, Mario no representa a nadie, y a la vez representa a todo un colectivo y sus problemas, más comunes de lo que se cree. Y mas allá de eso, representa a todos los que alguna vez nos hemos visto superados por las circunstancias, y hemos necesitado parar y empezar de nuevo.
Como veréis, el libro se divide en varios capítulos desordenados que poco a poco van completando la historia. Paciencia si en algún momento tenéis la sensación de que os falta conocer algo importante… Prometo que una vez terminado conoceréis todos los detalles.
Este desorden en los capítulos no se debe únicamente a dar un doble significado al título, sino a hacer más patente el contraste entre los diferentes momentos de la vida de Mario. Es una manera de explicar y dar sentido a la pregunta ¿cómo he acabado así? Y para descubrirlo nada mejor que comparar las distintas etapas.
Juan Benítez