GLOSARIO

 

Sociedad Un Curso sobre Milagros
(Course in Miracles Society)

 

Índice
Índice
Alma ...................................................................................1
Amor
Arropamiento de Dios
Casa
Causa y efecto
Cielo
Compleción
Completitud......................................................................, 2
Comunicación
Conocimiento
Cordura
Cosas
Cosas vivientes
Creación ............................................................................, 3
Creaciones
Creaciones de Dios
Crear y Hacer
Criatura - creatura
Cristo
Cristo (El Pensar de)
Cristo (La faz de)
Cuerpo
Culpa o Culpabilidad ............................................................., 4
Curación
Curar
Demencia o locura
Don, Presente, regalo .............................................................., 5
Ego
Enfermedad
Especialismo
Espíritu
Espíritu Santo .........................................................................., 6
Estado de pensar acertadamente
i
Índice
Existencia
Fe (Tener fe)
Fuerza
Función verdadera
Gracia (Estado de) .........................................................................7
Hacer y Crear
Hecho
Hijo de Dios
Identidad
Ilusión
Impecabilidad ..................................................................................8
Inculpabilidad
Instante santo
Intemporalidad
Invulnerabilidad
El Juicio final ...................................................................................9
Juzgar
Ley (es)
Libertad
Locura o demencia .........................................................................10
Luz
Llamamiento de Dios
Llave
Magia
Mente
Mente acertada .................................................................................11
Mente íntegra o Mente única
Meta del Curso
Miedo
Milagro
Muerte ............................................................................................, 12
Mundo real
Natural
Niveles
ii
Índice
Ojo espiritual
Oración
Palabra de Dios .................................................................................13
Paz
Pensamientos mágicos
Pensar acertado
Percepción
Perdonar
Perfección .....................................................................................14
Poder
Pongo el futuro en Manos de Dios
Protección
Proyección- Extensión
Querer creer ....................................................................................15
Rayos Magnos
Razón
Real (Lo)
Realidad
Realmente .......................................................................................16
Rebelión
Redención
Redimir (El)
Reino
Relación especial
Relación santa .................................................................................17
Residuo bendito
Resurrección
Revelación
Salvación ........................................................................................18
Salvador
Santidad
Ser
Significado
Sistemas de pensamiento
Te
iii
Índice
Ti ................................................................................................., 19
Ti Mismo
Totalidad
Tú Mismo
Unicidad ........................................................................................20
Universo
Verdad
Vida
Visión de Cristo
Voluntad ........................................................................................21
Voluntad de Dios
Yo

 

iv
Compleción
Alma
El término Alma, siempre con mayúscula, es el Pensamiento único de Dios Que Él creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que al ser de Dios, el Alma es eterna y nunca nació. Todos nosotros —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— cuando nos unimos como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Que es Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad.

 

Amor

 

Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetuas Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él.

 

Arropamiento de Dios

 

Arropamiento de Dios, es la experiencia del reflejo aquí del Amor compartido entre Dios y Sus Almas o Hijo único en la eterna Unicidad. El recuerdo de esa experiencia lo tenemos guardado en lo más profundo de nuestro subconsciente en el residuo bendito, el cual será restaurado en el consciente de nuestra mente, a medida que perdonemos y extendamos milagros cada vez más y, por consiguiente, nos demos cuenta de que realmente continuamos en la Creación.

 

Casa

 

Casa, con mayúscula, es sinónimo del Cielo, Realidad, Unicidad, etc. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, casa es el espíritu, la parte de nuestra mente separada que aún se mantiene en contacto con Dios por medio del Espíritu Santo; y cuando pensamos con el ego, es la morada de éste.

 

Causa y efecto
Dios, en Su eterna Unicidad, es la única Causa y, las Almas que Él creó a Su Semejanza, perfectas y eternas, Una en Cristo, Su Hijo, Su Efecto. En minúscula, causa y efecto, son aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el ego, las causas y efectos de las leyes de la evolución y la escasez que rigen este mundo según las percibimos con nuestros sentidos.

 

Cielo

 

Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que
somos realmente, Uno en Cristo, Su Hijo, a saber que nada existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos.

 

Compleción

 

Compleción, con mayúscula, es el proceso de completarnos todos, como Almas perfectas y eternas, Uno en Cristo, uniéndonos a Dios en Su eterna Unicidad. En minúscula, compleción es el proceso de completarnos todos, sin excepción, uno en Cristo, para llegar a la completitud.

 

Completitud
Completitud
La Completitud, con mayúscula, es de Dios y de todos nosotros como Almas, Uno en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, la completitud es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en el mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo.

 

Comunicación

 

Comunicación y Creación, con mayúscula, son, en el Cielo, sinónimos, pues Dios, por medio de Su Pensar de Amor, nos creó como Su Hijo único y, mediante esa Comunicación, estableció para toda la Eternidad un canal de comunicación para la recepción de Su Amor y de Su Voluntad. En minúscula, comunicación, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de Esa eterna Comunicación y, cuando pensamos con el ego, es la comunicación que tratamos de establecer con las mentes separadas de los demás.

 

Conocimiento

 

Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios: que están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula, conocimiento, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es lo que experimentamos en el mundo real al perdonar totalmente a otro, con quien ahora somos uno; es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes.

 

Cordura

 

Cordura es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo que parte de la creencia en la Verdad: La Verdad, con mayúscula, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del Cosmos, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por la evolución y la escasez, y constituyen su única y verdadera realidad; y que nuestra vocación y función aquí es tratar lo más posible de ser reflejos de esa Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones
santas para multiplicar los perdones y las extensiones de milagros hasta abarcar a todos.

 

Cosas

 

Las Cosas, con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, son, aquí, las cosas que perciben nuestros sentidos.

 

Cosas vivientes

 

Las cosas vivientes son las que vemos por medio de la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas, Uno en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad.
Cuerpo
Creación

 

La Creación, con mayúscula, es en el Cielo la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en la eterna Unicidad o Santísima Trinidad. No creó Más nada, por lo tanto más
nada existe realmente. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, la creación es el reflejo de la Creación eterna Que queremos creer que es verdad y que es nuestra verdadera y única Realidad. Cuando pensamos con el ego, no "creamos" sino que "hacemos" según las leyes de este mundo.

 

Creaciones

 

Las creaciones, en minúscula, son las que hacemos aquí —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos milagros— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios en el Cielo. Al unirnos como uno con el o los que hemos perdonado y extendido milagros, experimentamos en el mundo real el reflejo aquí de Nuestra eterna Unicidad colectiva con Dios, Una en Su Hijo único; ahora Uno con todos en Cristo, somos las creaciones de Dios.

 

Creaciones de Dios

 

Las Creaciones de Dios son, en el Cielo, la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en la eterna Unicidad o Santísima Trinidad. No creó nada más.

 

Crear y Hacer

 

Crear es el eterno y conjunto Pensar amoroso entre Dios y Su Hijo. Cuando aquí, pensando con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir, perdonamos y extendemos milagros y hacemos creaciones, pero sólo como reflejos de las Creaciones que conjuntamente con Dios creamos en el Cielo. Hacer es el pensar del ego, pensar que de alguna manera hizo el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen.

 

Criatura - creatura

 

A los solos efectos de esta traducción, hemos considerado que criatura es sinónimo de niño pequeño, mientras que creatura es algo o alguien que fue creado.

 

Cristo

 

Cristo, aquí, es la experiencia de unión interior con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en Quien, como Almas perfectas y eternas, somos Uno.
Cristo (El Pensar de)

 

El Pensar de Cristo, aquí, es lo que pensamos con el Espíritu Santo.

 

Cristo (La faz de)

 

La faz de Cristo es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya mente experimentamos la unión interior, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de nuestras Almas como Una con y en Dios.

 

Cuerpo

 

El cuerpo —cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos realmente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte.

 

Culpa o Culpabilidad

 

Culpa o Culpabilidad

 

La culpa o culpabilidad, aquí, cuando pensamos con el ego, es el sentimiento de haber faltado contra las normas que a lo largo de su vida según sus reflexiones, creencias y experiencias, cada uno ha considerado relevantes. En el Cielo no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas Uno en Cristo, Su Hijo único, en el eterno Presente de Su perfecta Unicidad. En cambio, aquí reina la imperfección del ego y de sus obras: el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y de la escasez. Cuando creemos que ésa es nuestra realidad, sentimos culpabilidad por no estar a la altura de la perfección relativa que anhelamos. Pero cuando aceptamos el Redimir, queremos creer que realmente somos Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, y por lo tanto, que no nos hemos separado de Dios. También, en nuestras mentes que ahora piensan con el Espíritu Santo, queremos ver las faltas imperdonables como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros, y de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos y hacemos en el Cielo, a saber: amar a los demás como a nosotros mismos, que es lo mismo que amar a Dios y ser amados por Él.

 

Curación

 

Curación es el estado que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente — ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y el espacio del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios.

 

Curar

 

Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y el espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra mente al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo.

 

Demencia o locura

 

Demencia o locura es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos.

 

Espíritu
Don, Presente, regalo

 

Don con mayúscula, es de Dios, en el Cielo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego.

 

Ego

 

El ego: es el pensar individual que, pasando por alto el Amor de la eterna Unicidad —Donde todos, cual Almas perfectas y eternas, somos Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, y Uno con nuestro Padre y Creador— adentró la diminuta idea alocada de que se podía separar de Dios y crear por su cuenta y, a causa de haberse enviado este pensamiento al olvido, se convirtió en una idea seria, capaz de hacer el tiempo, el espacio y todo lo que estos contienen, y regirlos por las leyes de la evolución; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad diferente y opuesta a La de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes y trocitos, contra las cuales compite caóticamente en diferentes relaciones especiales hasta la muerte.

 

Enfermedad

 

La enfermedad de todas las enfermedades, cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas Uno en Cristo que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas, y dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte.

 

Especialismo

 

El especialismo es la forma habitual de pensar con su ego de la individualidad nacida del pensamiento del Hijo de Dios, que le hizo separarse de Su Padre con el fin de "hacer cosas" por su cuenta; de lo cual resultó la hechura del tiempo y del espacio regidos por la evolución. Es el deseo de estar separado y por encima de los demás, de poseer más y ser más que ellos, por el convencimiento de que somos merecedores —por encima y hasta en contra de los demás— de las escasas cosas buenas que ofrece el mundo. Ningún precio es demasiado alto para obtenerlas, y se buscan en las relaciones especiales en las que otros nos ofrecen su amor, su amistad, su aprecio especiales y la entrega de sus cuerpos y mentes igualmente especiales y con ellos, lo que poseen que el ego cree que le hace falta. Pero el especialismo nunca puede amar, apreciar o compartir verdaderamente, ya que constituye una traición y un ataque contra la eterna y amorosa Unicidad de Dios con Su único Hijo, en Quien todas nuestras Almas eternas y perfectas son Una. En consecuencia, el especialismo desconfía de todos, al considerarlos como potenciales atacantes o competidores, y por eso no se le escapa ninguna falta o error que puedan cometer; además, atacará a los que directa o indirectamente interfieran o se opongan a sus designios interesados.

 

Espíritu

 

El Espíritu, con mayúscula, es el Pensar o Pensamiento de Dios, Que Él creó semejante a Sí Mismo. Todas las Almas unificadas como Una en el Espíritu de Dios es Cristo, el Hijo único de Dios. En minúscula, el espíritu es la parte de nuestra mente separada que aún se mantiene en contacto con Dios por medio del Espíritu Santo, y cuyos pensamientos procesamos con la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión y de compartir. Cuando perdonamos y extendemos milagros con el Espíritu Santo, nuestro espíritu se convierte aquí en el reflejo del Espíritu de Dios.
Espíritu Santo

 

Espíritu Santo

 

El Espíritu Santo, aquí, es el pensar de Cristo que conciencia el Conocimiento que yace más allá de la percepción. Al producirse la separación, el Espíritu Santo comenzó a estar presente aquí como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir. Allá, en la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios, Que nos creó como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo. Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Maestro", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", " Vínculo", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios".

 

Estado de pensar acertadamente

 

El estado de pensar acertadamente es cuando con el espíritu o mente acertada uno piensa con el Espíritu Santo.

 

Existencia

 

La existencia es nuestro estado aquí, en el tiempo y el espacio, en los que nos comunicamos por medio del ego. Es específica en cuanto a qué, cómo, y con quién se juzga que vale la pena comunicarse.

 

Fe (Tener fe)

 

Tener fe es un proceso continuo que empieza cuando conciencio que experimento pensamientos caritativos, compasivos, de compartir, de amistad desinteresada..., y quiero creer que son reflejos del Cielo que me vienen por medio del Espíritu Santo en mí; y la fe se va afirmando cuando aplico más y más a mi vida los también procesos de no juzgar, perdonar y extender milagros que propone el Curso para salvarnos del ego y de todos los efectos que su
separación de Dios ha causado y sigue causando. Esa fe se va a consolidar progresivamente a medida que en las relaciones santas que vayamos formando experimentemos la paz —que no es de este mundo— que los efectos de esos procesos traen consigo, lo cual, a su vez, reforzará
nuestra decisión de querer creer que Dios es perfecto y eterno, que nos creó a todos Almas a Su Semejanza, todas Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad, Nuestra verdadera Realidad, donde sólo hay Amor, Paz y Alegría y, que al no haber creado más nada, nada que no sea Ella, realmente existe.

 

Fuerza

 

Fuerza, con mayúscula, significa la Fuerza de Dios para crear o amar en el Cielo, una Fuerza que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, fuerza —si estás pensando con el ego—significa la fuerza física o psicológica del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, quiere decir el reflejo aquí de la Fuerza de Dios y de Su Hijo de crear y amar.

 

Función verdadera

 

Nuestra verdadera función es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar; porque es una parte que le fue asignada únicamente a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompleción.
Ilusión

 

Gracia (Estado de)

 

El Estado de Gracia (o Gracia), con mayúscula, es nuestro eterno Estado Natural en el que Todos, como Almas, perfectas y eternas, somos Uno en Cristo, el Hijo, y el Hijo es Uno con el Padre. Todo es Amor compartido por Todos en perfectas Paz y Alegría. En minúscula, estado de gracia (o gracia) es el reflejo aquí de ese eterno Estado Natural y se experimenta cuando, pensando y percibiendo con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente y extendemos milagros a otro y, por medio de él, a todos los demás.

 

Hacer y Crear

 

Hacer es el pensar del ego, pensar que de alguna manera hizo el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen. Crear es el eterno y conjunto Pensar amoroso entre Dios y Su Hijo. Cuando aquí, pensando con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir, perdonamos y extendemos milagros y hacemos creaciones, pero sólo como reflejos de las Creaciones que conjuntamente con Dios creamos en el Cielo.

 

Hecho

 

Un hecho es literalmente un "hacer" o un comienzo, es lo que es real para ti de acuerdo con tus creencias. Si, cuando piensas con el Espíritu Santo, has decidido creer en lo que enseña el Curso, entonces, Hecho, con mayúscula, es Lo que es eterno: La Realidad, Lo que Dios ha creado, la Unicidad, el Cielo, etc.; y en minúscula, hecho es el reflejo aquí del Hecho eterno. Pero, cuando piensas con el ego, hecho es simplemente lo que sucede aquí según él lo perciba.

 

Hijo de Dios

 

El Hijo único de Dios o Cristo, en Quien todos —como Almas— somos realmente Uno, y Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio e verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios.

 

Identidad

 

Identidad, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas, somos realmente Uno, y Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios.

 

Ilusión

 

Ilusión es todo lo que contiene el tiempo y el espacio hechos por el pensar individual del ego, como consecuencia de la diminuta idea alocada —de que el Hijo se podía separar de Dios y crear por su cuenta— que se coló en la eterna Unicidad y de la cual el Hijo se olvidó.

 

Impecabilidad

 

Impecabilidad

 

La Impecabilidad, con mayúscula, es la condición de nuestras Almas en la eterna Unicidad de Dios, Que es donde Todas realmente están y son Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, impecabilidad es el reflejo aquí de esa Condición eterna. El estado de impecabilidad es simplemente esto: todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver T25.6 37

 

Inculpabilidad

 

Inculpabilidad significa la condición de estar libre de culpabilidad. En el Curso,
"inculpabilidad" y "estar libre de culpa o de culpabilidad" son sinónimos. La Inculpabilidad, con mayúscula, es del Cielo, donde al ser todos Almas perfectas y eternas, Uno en Cristo y Cristo Uno con Dios, la culpa no tiene cabida y, en minúscula, es Su reflejo aquí.

 

Instante santo

 

El instante santo es aquí, la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios y de todos nosotros —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— Uno en Su Hijo; por consiguiente, el instante santo no puede ser para ti solo; puede durar desde una fracción de segundo hasta minutos y horas, y se inicia cuando dejas de lado tu identificación con el ego y su realidad, e invitas al Espíritu Santo a pensar contigo en tu espíritu, la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios. En ese presente, en el que temporalmente no hay pasado ni futuro y, por tanto, estamos momentáneamente libres de culpa, preparas tu mente con todos los medios que te ofrece el Curso, para que por medio del perdón y de la extensión de milagros, llegues a ver a Cristo en el otro y en ti mismo; y lo harás tantas veces como sea necesario hasta que experimentes y conciencies que al ser su Alma y La tuya realmente Uno en la Eternidad, Allá no hay nada que perdonar, aunque aquí, aparentemente sí, y de acuerdo a las propias normas del mundo. El instante santo se expresa plenamente en la relación santa, y cuando ésta comienza, la meta de la relación pasa a ser exactamente lo opuesto de la relación especial que era antes, por eso es imposible que el instante santo llegue a cualquiera de los dos sin el otro y, además, les va a llegar a ambos con que lo pida uno de los dos. Nuestra meta es tratar de convertir cada situación en un instante santo, de manera que nuestras vidas se vuelvan un instante santo permanente en el que, además, ponemos nuestro futuro en las Manos de Dios.

 

Intemporalidad

 

La Intemporalidad, con mayúscula, es la Eternidad del Cielo o eterno Presente. En minúscula, la intemporalidad es el reflejo aquí del eterno Presente, y se experimenta en el mundo real, cuando nos unimos al otro al que hemos perdonado totalmente y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo.

 

Invulnerabilidad

 

La invulnerabilidad es tu perfecta liberación de creer que algo aquí te pueda hacer realmente daño, porque quieres creer que realmente somos Almas perfectas y eternas, Uno en el Hijo único de Dios, y que estamos en Su eterna Unicidad —donde sólo hay Amor, paz y alegría— en vez de ser cuerpos en este mundo del tiempo y del espacio, regido por las leyes de la evolución y escasez. Esta creencia te ayuda a usar la indefensión —que conjuntamente con la inculpabilidad es la condición, para poder perdonar— como medio de enseñar a tu hermano que somos realmente inmunes al ataque y que él es realmente inocente, pues su ataque no pudo hacer daño a nuestra Alma, y al no permitirle pensar que sí lo pudo hacer, le estarás enseñando que el Redimir —Que aceptaste para ti—también es suyo. Demuestras eso al no alterarte y, en lo posible, enseñar un cuerpo sano. Porque al alterarte y enfermarte, le estarías enviando a tu hermano el mensaje que dice: "Mira hermano, por tus manos muero." Vivir la invulnerabilidad es querer ser el reflejo aquí del Cielo, donde no hay nada que perdonar, porque ninguna Alma puede hacer daño a Otra, ya que Todas son Uno en Cristo, el Hijo único de Dios.

 

Libertad

 

El Juicio final

 

El juicio final es la experiencia en mi fuero interior de la segunda venida de Cristo, después de haber aceptado el Redimir para mí mismo y la Verdad, de haber perdonado totalmente al otro y haberme unido a él, y haber extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. Es la Voz interior en mi espíritu —la parte de mi mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo— que me dice: "Tú, ahora, unido al otro y a todos los demás — como las Almas perfectas y eternas que realmente son, Uno en Cristo, mi único Hijo— sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Por lo tanto, por medio de esa unión con todos como uno, despierta, y regresa a Mí. Yo soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo".

 

Juzgar

 

Juzgar es el complemento de la percepción del ego en el proceso fundamental para sobrevivir en la realidad de este mundo —mientras nuestro cuerpo viva en él— por el cual interpretamos y luego juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, proceso que culmina con nuestra decisión en cuanto a lo que son o cómo son las cosas, cuáles son potencialmente favorables y/o valiosas y cuáles peligrosas y/o culpables.(Ver T3.7 57 42-46) Cuando aplicamos este proceso a personas, decidimos cuáles merecen que entremos con ellas en una relación especial, cuáles nos son indiferentes, y cuáles merecen castigo. El juzgar a tiempo nos protege y mantiene a salvo, aunque también establece separaciones, culpa, miedo y la carga imposible de tratar de actuar como Dios. (Ver M10.6) Pero juzgar no es nuestra función, (Ver T14.6 49 25-27) pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada nos lleva al conocimiento. Él no observa otra cosa que la diferencia que hay entre el reflejo aquí de la Realidad y las ilusiones de este mundo. (Ver M8.6) Cuando habiendo aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido milagros, pensemos y percibamos acertadamente con el Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar lo más posible que aquí sea el reflejo de la Realidad. (Ver T4.5 64 46-48 y T3.8)

 

Ley (es)

 

Ley o Leyes, con mayúscula, son las de Dios y se reducen a una sola: amar, que es lo mismo que crear. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, nos regimos por el reflejo del eterno Amor de Dios. Y cuando pensamos con el ego, las leyes, en minúscula, son las que rigen este mundo, a saber, las de la evolución y de la escasez.

 

Libertad

 

Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, Uno en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso con
el Espíritu Santo, es la libertad de amar a todos, sin excepción y por igual, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez.

 

Locura o demencia
Locura o demencia

 

Locura o demencia es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos.

 

Luz

 

Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu en nuestra mente en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario.

 

Llamamiento de Dios

 

El Llamamiento de Dios es la voz del Espíritu Santo en el nivel superior de tu subconsciente, que quiere avivar tu voluntad para que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos y entre todos ustedes y Dios, renunciando a ella por medio del Redimir, hasta que tu mente nuevamente completa se reincorpore a crear, devolviendo a Dios Lo que es Suyo; es el llamamiento a regresar al pensar acertado, para que la Filiación se encamine a ser lo que nunca ha dejado de ser: todos, como las Almas eternas y perfectas que realmente somos, Uno en Cristo, el único Hijo de Dios, y Uno con Él en Su eterna Unicidad.
Llave

 

La llave del Curso y de la salvación es el otro, los demás, a quienes vas a perdonar, extender los milagros que te sugiera el Espíritu Santo, y con quienes vas a entablar relaciones santas.

 

Magia

 

La magia, según el Curso y cuando pensamos con el ego, es todo lo que percibimos por medio de nuestros sentidos y que tratamos de comprender mediante nuestro raciocinio, memoria y el sentido común que nos trae la experiencia de cada día. Pero esa realidad tiene que ser irreal, simplemente porque un Dios de Amor no la pudo haber creado. En efecto, el Curso añade que Dios, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, creó únicamente nuestras Almas, Una en Cristo, Su Hijo único. No creó nada más. Por tanto, si queremos creer en un Dios perfecto y eterno, también tendremos que creer no sólo que lo que percibimos aquí tiene que ser magia o ilusión, sino que lo que no percibimos con nuestro sentidos pero experimentamos internamente durante algunos instantes santos en el mundo real, cuando hemos perdonando totalmente al otro, es el reflejo aquí de Nuestra verdadera y eterna Realidad.

 

Mente

 

La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente única de Dios o de Cristo, y representa el agente que activa al Espíritu, aportándole su energía creadora. El Espíritu es el Pensamiento de Dios Que Él creó a Su semejanza. El Espíritu unificado es el Hijo único de Dios, o Cristo, en Quien nuestras Almas perfectas y eternas son Uno. En minúscula, la mente representa nuestra mente aquí, en la separación, y puede estar acertada o equivocada dependiendo de la voz que escuche. El Curso la describe como si tuviese dos partes: el espíritu (o mente acertada) y el ego. El espíritu es la parte que aún puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, cuando pensamos, percibimos, perdonamos y extendemos milagros con Él. El ego es la parte que piensa según la evolución, es completamente ilusoria y sólo hacedora de ilusiones.

 

Milagro

 

Mente acertada

 

La mente acertada o espíritu, es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Por tanto, es el hogar del Espíritu Santo, del pensar acertado, del perdón y de los milagros. Cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo hacemos pensando o procesando con nuestra mente acertada o espíritu.

 

Mente íntegra o Mente única

 

La Mente íntegra o única es la Mente de Dios Que es también la de Su Hijo, y es la única que realmente existe. Cuando en este mundo pensamos con el Espíritu Santo, nuestro pensar es el reflejo del Pensar o Amor de Dios en Su Mente única, conjuntamente con Su Hijo, en Su eterna Unicidad.

 

Meta del Curso

 

La meta del Curso es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que hagamos o pensemos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro y en los demás, en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real.

 

 

, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna, Que es Una con todas las demás Almas que son igualmente perfectas y eternas Que realmente somos todos los que fueron, son y serán, Almas que son Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en el Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de la Unicidad o Cielo o Reino de los Cielos, etc. En minúscula. , cuando: decides pensar con el Espíritu Santo, has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo, el Hijo único de Dios; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas de esta manera con él.

 

Miedo

 

El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo — tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda.

 

Milagro

 

Un milagro es la máxima expresión de Amor(ver Gl.) que podemos experimentar en nuestro espíritu(ver Gl.) cuando, después de haber aceptado el Redimir(ver Gl.) para nosotros mismos y haber logrado perdonar(ver Gl.) a nuestro hermano por lo que realmente(ver Gl.) no hizo, se corre en nuestra mente(ver Gl.) el velo que nos impedía verlo con la visión de Cristo(ver Gl.), y nos extendemos a su Alma(ver Gl.) en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la Unicidad(ver Gl.) —Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Uno en Cristo(ver Gl.), el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la Verdad (ver Gl.), el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el Espíritu Santo(ver Gl.) por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar(ver Gl.) la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la realidad(ver Gl.) del ego(ver Gl.) y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la meta del Curso (ver Gl.). El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de fe(ver Gl.).

 

Muerte

 

Muerte

 

Cuando pensamos con el ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Cuando pensamos con el Espíritu Santo, creemos que la muerte no es nada y que cuando nuestro cuerpo, nuestro ego y nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que como Almas Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, somos eternos.

 

Mundo real

 

El mundo real es la meta de nuestro viaje, el estado de la mente que percibe aquí con el Espíritu Santo el reflejo de la eterna Unicidad. En esta percepción, no vemos nada que no justifique perdonar totalmente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirnos a otro (a otros) en una relación santa a favor de todos los demás.

 

Natural

 

Lo natural, en la eterna Unicidad o Cielo, es la perpetua armonía reinante y también la perpetua concordia alegre del Amor Que eternamente se profesan el Padre y Su Hijo, Cristo, en Quien todos, como Almas, somos Uno y, en Ello, la Creación se extiende. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo natural es ser reflejo de Lo que somos en la eterna Unicidad, es decir, miramos a todo y a todos como uno con nosotros, perdonamos y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Cuando pensamos con el ego, lo natural es lo que percibimos aquí con nuestros sentidos y que están regidos por las leyes de este mundo.

 

Niveles

 

Niveles. El Curso distingue dos grandes ámbitos o niveles: Dios y la separación. Al nivel de Dios, el Curso lo llama: Realidad, Cielo, Unicidad, Reino de los Cielos, etc., es el eterno Presente o Eternidad, donde realmente estamos todos, como Almas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre. El nivel de la separación es el del tiempo y del espacio. En él encontramos dos subniveles: el del ego, donde rigen las leyes de la evolución y la escasez, y el del mundo real, en cuya visión de Cristo no se ve nada que no justifique perdonar, extender milagros y unirse al otro en una relación santa a favor de todos los demás.

 

Ojo espiritual

 

El ojo espiritual es el ojo del espíritu que es la parte de nuestra mente separada que todavía está en contacto con Dios por medio del Espíritu Santo.

 

Oración

 

La oración es el mayor Don con el Cual Dios bendijo a Su Hijo al crearlo. Era entonces Lo que ha de volver a ser: la única Voz que el Creador y Su Creación comparten; el canto que el Hijo Le canta a Su Padre, Quien a su vez, Le da gracias a Su Hijo por el canto que Éste Le ofrece. Perpetua es la Armonía reinante, perpetua también es la alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro. Y en Ello, la Creación se extiende: Dios dando gracias a Su Extensión, Que es Su Hijo; y Éste, en el cantar de Su Crear en Nombre de Su Padre, dándole gracias a Él, por haberlo creado. Cuando termine el tiempo, el Amor Que Ellos comparten es Lo que toda oración será por toda la Eternidad, porque así era antes de que el tiempo pareciera existir.

 

Perdonar

 

Palabra de Dios

 

La Palabra de Dios es sinónimo de la "Voz que habla por Dios" y de la "Voz de Dios", Que es el Espíritu Santo (ver Gl.).

 

Paz

 

Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en la Eternidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo.

 

Pensamientos mágicos

 

Son pensamientos mágicos todos los que pensamos con el ego que refuerzan la realidad percibida por medio de nuestros sentidos.

 

Pensar acertado

 

El Pensar acertado se da en la mente acertada o espíritu, que es la parte de la mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Por tanto, pensar acertadamente es pensar con el Espíritu Santo.

 

Percepción

 

Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, Uno en Cristo el Hijo, y Uno con Dios— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, La percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual interpretamos o juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, algo que ella ha proyectado de acuerdo con su creencia en la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Y cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, nuestra percepción gradualmente se vuelve "acertada", es decir, trata de librarse de cualquier pensamiento en el que se ataca, iniciando el proceso de llevarnos a la "percepción verdadera" en el mundo real donde perdonaremos a nuestro hermano, perdonándonos así a nosotros mismos también.

 

Perdonar

 

Perdonar es un proceso que comienza cuando decido que quiero ver al mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada, que por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad —Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Uno en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo.

 

Perfección

 

Perfección

 

La Perfección, con mayúscula, se encuentra solamente en el Cielo, en la eterna Unicidad de Dios. En minúscula, y cuando uno piensa con el Espíritu Santo, quiere decir el reflejo aquí de la Perfección del Cielo.

 

Poder

 

Poder, con mayúscula, significa el Poder de Dios para crear o amar en el Cielo, un Poder que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, poder —si estás pensando con el ego— significa el poder físico y/o psicológico del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, quiere decir el reflejo aquí del Poder de crear y amar de Dios y de Su Hijo.

 

Pongo el futuro en Manos de Dios

 

Para que la oración "Pongo el futuro en Manos de Dios" tenga sentido y significado para ti y traiga paz a tu vida, se requiere que previamente hayas aceptado el Redimir para ti y lo estés practicando, es decir, que estás ejerciendo lo mejor posible la función que Dios te ha dado de perdonar y extender milagros. Luego, las experiencias de instantes santos en el mundo real, en las que no hay pasado ni futuro sino solamente el presente, reflejo aquí de nuestro eterno Presente como Almas perfectas y eternas Uno en Cristo, el único Hijo de Dios y Uno con Nuestro Padre y Creador en Su Unicidad, van a reforzar la creencia que quieres creer que nuestra verdadera Realidad es Nuestra eterna Unicidad con Dios y no la realidad del ego que tus sentidos perciben. Entonces, en esos instantes santos en los que experimentas únicamente el presente del mundo real, puedes decir con fe que pones el futuro de todos nosotros, Uno en Cristo, en las manos de Dios.

 

Protección

 

... al querer creer que realmente todos somos Almas, todas Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, y que realmente no estamos aquí, en el tiempo y el espacio, sino en Su eterna Unicidad, de la Cual realmente nunca nos hemos separado. Eso curará todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, porque curará a la mente que pensaba que todas estas cosas eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba.

 

Proyección- Extensión

 

La proyección, en el eterno Presente de la Unicidad, es de Dios y de Su único Hijo, que proyectan Amor Uno al Otro, y al hacerlo, se extienden Uno en el Otro. En cambio, aquí, cuando pensamos, actuamos y percibimos con el ego, la proyección es de la individualidad que necesita sobrevivir en el mundo de la evolución y escasez, proyectando espontáneamente ese pensamiento egocéntrico y defensivo hacia todo lo de afuera, incluyendo a los demás. Esta proyección también mantiene vigente nuestra separación de Dios. (Ver: T12.5 35 18 "La proyección hace la percepción...") Pero el Curso nos enseña que podemos ver al mundo de otra manera y, para ello, primero tenemos que decidir pensar con el Espíritu Santo, aceptar el Redimir para nosotros mismos, perdonar, extender milagros y entablar relaciones santas para multiplicar las ocasiones de salvar a nuestros hermanos. Al hacerlo, proyectaremos hacia los demás el pensar de Amor del Espíritu Santo y, por medio de nuestra visión de Cristo, nos extenderemos en los demás que, ahora, serán uno con nosotros, reflejando así, aquí, la eterna Unicidad de Dios, donde realmente estamos todos, como Almas perfectas y eternas Uno en Cristo, el Hijo único de Dios Quien es Uno con Su Padre y Creador.

 

Realmente

 

Querer creer

 

... al querer creer que realmente todos somos Almas, todas Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, y que realmente no estamos aquí, en el tiempo y el espacio, sino en Su eterna Unicidad, de la Cual realmente nunca nos hemos separado. Eso curará todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, porque curará a la mente que pensaba que todas estas cosas eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba.

 

Rayos Magnos

 

Los Rayos Magnos, con mayúscula, son sinónimos de la experiencia del Amor de Dios Que arropa a todas nuestras Almas, Uno en Cristo, Que es lo que realmente somos en la eterna Unicidad de Dios, la Cual nunca abandonamos. En minúscula, los rayos magnos son el reflejo aquí de esa eterna experiencia, que también se vive como una chispa de Amor cuando reconocemos a Cristo en el otro por medio del perdón y la extensión de milagros.

 

Razón

 

Razón, con mayúscula es: i) en la eterna Unicidad, el Pensamiento de Amor de Dios o Espíritu Santo que Dios comparte con nosotros como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo; ii) aquí, es nuestro pensar con el Espíritu Santo que quiere ser el reflejo de ese eterno Pensamiento de Amor por medio del perdón y la extensión de milagros; y iii) a veces, es sinónimo del Espíritu Santo. En minúscula, razón se refiere a nuestro pensar con el ego que se basa en la racionalidad y el sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos de las leyes de este mundo.

 

Real (Lo)

 

Cuando pensamos con el Espíritu Santo, real es Todo Lo creado por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, el reflejo de lo Cual aprendemos a ver aquí con la visión de Cristo en el mundo real. Pero, cuando pensamos con ego, real es todo lo que perciben nuestros sentidos.

 

Realidad

 

La Realidad, con mayúscula, significa la eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas Uno en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio que hicimos y, en la que habitualmente pensamos, percibimos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, perdonamos y extendemos milagros, podemos acceder al nivel superior y espiritual de esta realidad, la cual el Curso denomina mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad.
Realmente

 

Realmente

 

Realmente se refiere en general a nuestra verdadera condición en el Cielo, Que es donde realmente estamos todos cual Almas Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, que nunca se separó de su Padre, con Quien es eternamente Uno.

 

Rebelión

 

... cuando, después de haberte rebelado contra el caos existencial del ego, haber querido creer en la Verdad, aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado totalmente al otro y en un instante santo del mundo real, haberte unido a él en la experiencia de Cristo,

 

Redención

 

La redención es lo que pone fin a la crucifixión del Hijo de Dios cuando perdonamos al otro y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo.

 

Redimir (El)

 

El Redimir —siempre con mayúscula— es, según el Curso, el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que —como Almas perfectas y eternas que realmente somos— nunca nos hemos separado. El camino comienza cuando, frente al caos existencial ocasionado por el ego que experimentamos a diario, concienciamos que anhelamos vivir de otra manera; que, si a veces tenemos impulsos de ser compasivos, de compartir y de amar desinteresadamente, es porque algo en nosotros debe ser más que un ser separado de los demás, regido por las leyes de la evolución y la escasez, que vive una vida sin otro significado que el de sobrevivir con el menor esfuerzo, todo lo mejor y todo el tiempo posible. En este punto, y sin otra prueba que ese anhelo y esos impulsos, el estudiante del Curso debe decidir si quiere creer que éstos le vienen de Dios por medio del Espíritu Santo, o más bien de la evolución. Si se decide por la evolución, su motivación para ahondar en ese anhelo y esos impulsos a favor de otros y expresarlos en hechos concretos, le vendrá de su razonamiento y de la ética que quiera adoptar. En cambio, si mediante un acto de fe acepta que su origen pueda ser divino, también creerá que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que su Alma perfecta y eterna es, conjuntamente con todas las demás Almas, una en el único Hijo que Dios ha creado a Su Semejanza y con Quien es Uno en Su eterna Unicidad. Esta creencia le motivará a dar preponderancia a pensar con su espíritu —la parte de la mente que es capaz de compasión, compartir y amar desinteresadamente— y a alejarse del pensar egocentrista del ego, que es la otra parte de su mente que es completamente ilusoria y, por consiguiente, sólo hacedora de ilusiones. El Curso nos dice que al decidirnos pensar con el Espíritu Santo, Él nos enseñará cómo perdonar y extender milagros y así emprender el camino de regreso a la Unicidad de Dios o proceso del Redimir.

 

Reino

 

Reino, con mayúscula, es el eterno Reino de Dios. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, el reino es el reflejo aquí del Reino de Dios. Pero, cuando pensamos con el ego, es cualquier reino que él considere como tal.

 

Relación especial

 

La relación especial es la que entabla nuestro ego con una o más personas especiales que poseen atributos especiales, con los cuales espera llenar sus necesidades igualmente especiales. Constituye la renuncia a la eterna y alegre concordia del Amor que, en Su Unicidad, Dios profesa con todas y cada una de nuestras Almas y que Éstas profesan unas con otras y, además, que todas, Una en Cristo, profesan con Dios Su Padre y Creador, extendiéndose así la Creación. Es el intento del ego de asegurar para sí el especialismo que Dios le negó, nacido del deseo oculto de que Dios le amara con un amor especial. El amor, amistad o aprecio especiales por otra u otras personas especiales que usa nuestro ego para constituir sus relaciones especiales y, por medio de ellas, tratar de alcanzar sus objetivos, esconde el interés que tiene en los atributos especiales de ellas, amor, amistad o aprecio especiales que a veces devienen en dependencia pero que, en todo caso, constituyen ataques velados.

 

Revelación

 

Relación santa

 

La relación santa es el reflejo en este mundo de la eterna Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas en Cristo, el único Hijo de Dios, Que Él creó y con Quien es Uno en Su Unicidad, Que es donde realmente estamos y, por lo tanto, es nuestra verdadera Realidad. La relación santa es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les permite alejarse gradualmente de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus, que son la parte de la mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Es un proceso, generalmente largo, que se inicia cuando dos o más personas que han logrado, en un instante santo, perdonarse totalmente una a la otra, se unen en una meta común a favor de otro u otros, a los que también van a querer perdonar. Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere por medio de sus espíritus; finalmente, cuando en instantes santos privilegiados sus mentes experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora piensen, perciban y actúen principalmente con sus espíritus, extendiendo el Amor del Espíritu Santo a todos y a todo, curando así en sus mentes al mundo de los efectos de la separación.

 

Residuo bendito

 

El residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Ver T5.7 60 7

 

Resurrección

 

La resurrección es, en un instante santo del mundo real, la lección con la que concluye y se supera el aprendizaje que empezó cuando se aceptó el Redimir para uno mismo, se profundizó con el estudio del Texto y del Manual y, ayudado por las Lecciones, se experimentó la visión de
Cristo en el otro, mediante el perdón y la extensión de milagros. Ahora creemos que nuestra verdadera realidad es la eterna Unicidad de Dios en la que todos nosotros —como Almas perfectas y eternas— somos Uno en Cristo, el único Hijo de Dios, y Uno con Dios. Ahora, habiendo redespertado o renacido en el espíritu, cambiamos de parecer con respecto al significado del mundo; terminamos nuestros sueños de aflicción en medio de la alegre concienciación del sueño final del Espíritu Santo; reconocemos los Dones de Dios; usamos nuestro cuerpo únicamente como medio de comunicación; e invitamos a Dios para que dé el paso final.

 

Revelación

 

La revelación es aquí, una experiencia intensamente personal, que no emana del consciente, de una comunicación de Dios hacia nosotros por medio del Espíritu Santo, en la que brevemente se refleja el conocimiento de la forma original de Comunicación entre Dios y Sus Almas —que somos nosotros, Uno en Su Hijo único— en el eterno Presente de la Unicidad. Es una experiencia que no puede traducirse en algo que tenga sentido para el consciente (de ahí que cualquier intento de describirla con palabras sea usualmente incomprensible), e induce a la vez la sensación extremadamente personal de crear o amar y una suspensión completa — aunque temporal— de la duda y del miedo. Sólo una mente curada puede experimentar una revelación que produzca efectos duraderos por medio de la extensión de milagros, lo cual la une directamente con las mentes de los demás.

 

Salvación

 

Salvación

 

La salvación es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio, queremos creer en el eterno Presente de la Realidad de Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver LTe.2 (-L231)

 

Salvador

 

Salvador, con mayúscula, significa algunas veces en el Curso: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula, salvador, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo aquí de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo — porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa.

 

Santidad

 

Santidad, con mayúscula, es la experiencia de perfecto Amor o Espíritu Santo que compartimos —como Almas— entre nosotros y con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula, santidad es el reflejo aquí de ese Amor compartido.

 

Ser

 

Ser, con mayúscula, es el Ser de Dios, Que, en el eterno Presente de Su Unicidad, abarca todas las Cosas creadas por Él en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, a saber: nuestras Almas, Uno en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, ser —cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo— es la experiencia de ser aquí el reflejo de lo que realmente somos todos con Dios en Su eterna Unicidad. Cuando pensamos con el ego, ser es la experiencia en nosotros de nuestro ego.

 

Significado

 

Significado, con mayúscula es, en la eterna Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas, Uno en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo.

 

Sistemas de pensamiento

 

Sólo hay dos sistemas de pensamiento: el del ego, de acuerdo a las leyes de la evolución y escasez, y el del Espíritu Santo, reflejo aquí del Espíritu o Pensar de Dios, Que es Amor.

 

Te

 

Te, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna, Que es Una con todas las demás Almas que son igualmente perfectas y eternas Que realmente somos todos los que fueron, son y serán, Almas que son Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en el Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de la Unicidad o Cielo o Reino de los Cielos, etc. En minúscula te, cuando: decides pensar con el Espíritu Santo, has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo, el Hijo único de Dios; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas de esta manera con él.

 

Tú Mismo

 

Ti

 

Ti, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna, Que es Una con todas las demás Almas que son igualmente perfectas y eternas Que realmente somos todos los que fueron, son y serán, Almas que son Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en el Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de la Unicidad o Cielo o Reino de los Cielos, etc. En minúscula ti, cuando: decides pensar con el Espíritu Santo, has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo, el Hijo único de Dios; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas de esta manera con él.

 

Ti Mismo

 

Ti Mismo, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna, Que es Una con todas las demás Almas que son igualmente perfectas y eternas Que realmente somos todos los que fueron, son y serán, Almas que son Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en el Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de la Unicidad o Cielo o Reino de los Cielos, etc. En minúscula, ti mismo, cuando: decides pensar con el Espíritu Santo, has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo, el Hijo único de Dios; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas de esta manera con él.

 

Totalidad

 

Totalidad, con mayúscula, es la Totalidad del Cielo o la Unicidad de Dios; en minúscula, totalidad —cuando uno piensa con el Espíritu Santo— es el reflejo aquí de la Totalidad del Cielo.

 

 

, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna, Que es Una con todas las demás Almas que son igualmente perfectas y eternas Que realmente somos todos los que fueron, son y serán, Almas que son Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en el Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de la Unicidad o Cielo o Reino de los Cielos, etc. En minúscula , cuando: decides pensar con el Espíritu Santo, has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo, el Hijo único de Dios; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas de esta manera con él.

 

Tú Mismo

 

Tú Mismo, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna, Que es Una con todas las demás Almas que son igualmente perfectas y eternas Que realmente somos todos los que fueron, son y serán, Almas que son Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en el Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de la Unicidad o Cielo o Reino de los Cielos, etc. En minúscula, tú mismo, cuando: decides pensar con el Espíritu Santo, has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo, el Hijo único de Dios; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas de esta manera con él.

 

Unicidad

 

Unicidad

 

La Unicidad, con mayúscula es, en el eterno presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, unicidad es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios.

 

Universo

 

Universo, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios. En minúscula, universo puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, el reflejo aquí de la Unicidad de Dios.

 

Verdad

 

La Verdad, con mayúscula, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del Cosmos, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por la evolución y la escasez, y constituyen su única y verdadera realidad.

 

Vida

 

La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente del Cielo o Realidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas y eternas, somos Uno en el único Hijo de Dios, Cristo, Que es Uno con Dios en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo, o de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego.

 

Visión de Cristo

 

La visión de Cristo es la parte de un proceso que comienza cuando decido que quiero ver el mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar al otro, aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. Al lograr perdonarlo totalmente en el mundo real de mi fuero interior, voy a experimentar la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas, Uno en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad.

 

Yo
Voluntad

 

Voluntad, con mayúscula, es la Voluntad de Dios y de Su Hijo, ya que son Uno; en minúscula, voluntad es nuestra voluntad aquí según con quien pensamos: el ego o el Espíritu Santo.

 

Voluntad de Dios

 

La Voluntad de Dios, en Su eterna Unicidad, es amar y ser amado en paz y alegría por Su único Hijo, Cristo, en Quien todos —como Almas perfectas y eternas— somos realmente Uno y Quien es Uno con Él. Aquí, la Voluntad de Dios quiere decir que por medio del perdón y de la extensión de milagros nos volvamos el reflejo de la eterna Unicidad en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él.

 

Yo

 

Yo, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos —como Almas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula y dependiendo con quién estás pensando, tu yo es el ego, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.

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