III

ROMANCE[3]

El aire trae a la alcoba

olores de yerbabuena,

excitantes y escondidos

como raíces de menta.

Un tecolote descansa

en el filo de las tejas,

sombra nocturna y dormida

que aguarda la luna nueva.

Todo calla, todo duerme,

todo es silencio en la hacienda,

todo está quieto en el agua

cuadrangular de la alberca.

Asomada a la ventana,

Guadalupe Limón vela,

las manos en la guitarra,

el corazón en la lengua.

Encajes de su vestido

en las flores se le enredan,

del pompis a la cintura

las trenzas se zarandean.

Guadalupe Limón canta

por vidalitas camperas.

Palomita blanca,

vidalitá,

del pico dorado,

llévale esta carta,

vidalitá,

a mi bien amado.

¿Por qué canta Guadalupe

Limón por las azoteas?

Amores de un capitán

a soledad la condenan:

amores de un capitán

en la soledad le queman.

Guadalupe Limón siente

palpitar bajo la tela

del camisón sus dos pechos

desazonados de espera.

Un calambre reprimido

le sacude las caderas.

Rumor de sangre caliente

le alborotaba las venas.

¡Guadalupe Limón ama!

¡Guadalupe Limón sueña

abrazos del capitán!

¡Oh, si el capitán viniera!

La noche se encendería

con luminarias de fiesta,

callaría la guitarra,

y debajo de la seda

sosegarían los pechos

su callada centinela.

¿Para qué quieres las manos,

capitán, y las espuelas?

¿Para qué los uniformes

de doradas charreteras?

¿Para qué te pones lindo,

si a Guadalupe desdeñas?

¡Mal haya de los espejos,

del polisón y las medias!

De nada sirve ser guapa

si los hombres no se enteran.

Guadalupe Limón llora,

Guadalupe Limón pena

Guadalupe Limón tiene

rasgadas las entretelas.

En mi pobre rancho,

vidalitá,

no existe la calma,

desde que está ausente,

vidalitá,

el bien de mi alma.

¡Qué bronca suena la voz!

¡Cómo brinca a las estrellas!

¡Cómo cabalga en el viento,

cabalgadura violenta!

En el medio de la noche,

Guadalupe canta y sueña

las últimas vidalitas

de palomas mensajeras.

Palomita blanca,

vidalitá,

del piquito azul,

llévale esta carta,

vidalitá,

a quien sabes tú.