PINARES
El pinar al viento
vasto y negro ondula,
y mece mi pena
con canción de cuna.
Pinos calmos, graves
como un pensamiento,
dormidme la pena,
dormidme el recuerdo.
Dormidme el recuerdo,
asesino pálido,
pinos que pensáis
con pensar humano.
El viento los pinos
suavemente ondula.
¡Duérmete, recuerdo,
duérmete, amargura!
La montaña tiene
el pinar vestida
como un amor grande
que cubrió una vida.
Nada le ha dejado
sin poseerle, ¡nada!
¡Como un amor ávido
que ha invadido un alma!
La montaña tiene
tierra sonrosada;
el pinar le puso
su negrura trágica.
(Así era el alma
alcor sonrosado;
así el amor púsole
su brocado trágico).
El viento reposa
y el pinar se calla,
cual se calla un hombre
asomado a su alma.