12. Todos en el mismo equipo
Se establecen con esta Ley del Menor una serie de medidas que, obviamente, atañen a la sociedad. En efecto, el chaval comete un delito y no sólo con la victima, sino también contra la sociedad, y, por tanto, tendrá que pagar a la sociedad el daño que ha cometido. ¿Cómo? Pues de forma que el mismo pago sea útil para él y para la sociedad a la par. O sea, que la sentencia en cuestión tendrá que servirle al chaval como incentivo para salir de la vida delictiva y, a la vez, la sociedad obtendrá alguna compensación por el daño causado. Para poder cumplir con esta premisa, el juzgado de menores dispone de un instrumento fundamental que no tiene la justicia de adultos: el equipo técnico del juzgado. Psicólogos, educadores, y asistentes sociales se ocupan de manera inmediata de todo chaval que es denunciado o detenido por la policía y llega a la fiscalía de menores. El «equipo técnico del juzgado» examina sus circunstancias personales, familiares, sociales, culturales, económicas, etc., y, aportan una información transcendental para el juicio. Luego, el juez y el fiscal tendrán que valorar el delito observado desde el prisma de las circunstancias personales de ese menor, con el propósito de encontrarle una medida adecuada a sus circunstancias.