5. El miedo a la imposición

Como ya he referido, muchos de los nuevos problemas que afectan a los menores ante la Ley se deben a la lógica de la evolución histórica. Antes, en la familia era normal el autoritarismo paterno. Después, tras la transición política hacia la democracia, se impone el modelo del padre dialogante y amigo de sus hijos al que, incluso le aterroriza la idea de imponer ciertos límites. Esa misma transición la ha vivido la escuela y también el profesor (al que ya no se llama de «usted»), derivando éste último en una especie de colega del alumno.

Trascurrido el tiempo, los menores nos han comido el terreno tanto a profesores como a padres. Y ocurre, además, que tal cambio vence los límites de la familia y la escuela, y vemos que la problemática se prolonga incluso en el vecindario y en la sociedad en general. Por ello pienso que es el momento de reflexionar sobre la situación actual e intentar conseguir el equilibrio de autoridad justo y necesario para imponer a nuestros menores los valores mínimos exigibles para la convivencia, sin tener miedo a que, por ello, nos acusen de autoritarios o dictadores.