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Gutiérrez la esperaba en su despacho cuando
llegó. Se permitía esas libertades, como entrar en el lugar de
trabajo de Ana sin que ella estuviera, a pesar de que era su
superior. Ana se quitó la chaqueta y se sentó en su mesa, enfrente
de Gutiérrez, separados por una mesa limpia, sin apenas papeles
sobre su superficie.
—Recapitulemos. Los catalanes nos han echado
de la investigación. Quieren la gloria para ellos. Sin embargo, no
creo que el próximo asesinato sea en Barcelona. Barcelona es un
escenario más simple que Bilbao, ya que hay más bocas de metro, por
lo que es más sencillo escapar.
—En eso estoy de acuerdo. Los catalanes
supongo que lo saben. Las chorradas que contó Canillejas eran
simplemente una cortina de humo. Esperarán a que actúe en Bilbao
para poderlo cercar. Quizá dispongan de algún otro comunicado del
asesino, tendrán más pistas, la investigación más avanzada. Y se
trata del último asesinato, tendrán una posibilidad alta de
cogerlo.
—Nuestra oportunidad está en Bilbao, mañana
mismo salimos para San Sebastián, lo quiero coordinar todo desde
Intxaurrondo, son más eficaces que en Bilbao. Avisa a la gente de
allí, a los que nos conocen, no a los nuevos mandos. Al fin y al
cabo, son los que controlan el tema. Intenta organizar una reunión
con los responsables de los cuarteles más cercanos a Bilbao, Ayala,
Murgia, Mungia, Durango. Y que se vengan también los de Castro,
Laredo y Miranda. Tenemos que organizar una operación jaula,
cerrando las salidas de Bilbao. La ertzaintza se ocupará sin duda
de las salidas principales, por lo que el asesino escapará por vías
secundarias, es posible que en transporte público, hasta un punto
intermedio, y de ahí salga del País Vasco, pero ya por vías
principales.
—Intentaré que puedan ir todos, pero ten en
cuenta que cuanta más gente lo sepa, más complicado será mantener
el secreto.
—Sí, lo sé. Por eso intenta contactar con
nuestra gente, gente de confianza. Yo creo que nuestra oportunidad
está en cogerlo en la autopista en Miranda o Pancorbo si sale para
Madrid o en la zona de Castro fuera de la autovía si sale hacia
Cantabria. Por si se escapara hacia Cataluña, no estaría de más
contactar con la gente de Pamplona.
—Ahí no tenemos gente, será filtración
segura. No sé si podríamos contar con la gente de Leiza. Pero que
se escapen a montar un control en la autovía en Pamplona sería
sospechoso.
—Buscamos con ellos un punto en el cual
puedan hacerlo. Llámalos también. Hay que organizar todo
correctamente. Hay que estar preparados. Hay que hacer controles
aleatorios pensando en la entrada del asesino, a ver si hay suerte
y lo cogemos al entrar, y preparar una exhaustiva operación jaula
en el momento del asesinato. Hay que decidir el momento más
adecuado para hacerla, y con discreción. Quizá lo mejor sea hacerla
paulatinamente, alargándola en el tiempo, pero en varios lugares,
moviéndola.
—Hay que preparar un perfil del asesino,
para saber a quienes parar. Haré uno básico.
—Sí. El asesino es nacional, se mueve muy
bien en temas políticos, sabe perfectamente cuales son los
problemas de nuestras comunidades autónomas. Mediana edad, entre 30
y 50 años. Conducirá un coche grande, potente, no creo que se
desplace en utilitario desde Madrid a Barcelona o Bilbao. Tendrá
una profesión liberal, que le permita desplazarse sin levantar
sospechas. Soltero, para poderse escapar. Deberán parar vehículos
casi nuevos, grandes, conducidos por un hombre solo y luego hacer
controles aleatorios, por si acaso.
—¿Tú crees que el próximo asesinato será en
Bilbao?
—Sí, estoy casi segura. Porque Barcelona es
más sencilla para acabar. Hay más bocas de metro, podría acabar en
cualquiera, y sería muy difícil controlarlas todas. Una cosa antes
de que se me olvide, sería interesante que se realizaran controles
aleatorios en Bilbao desde ya. El asesino tendrá el escenario ya
preparado. En el caso de que tuviera que abortar, irá a Bilbao y se
volverá. Es importante tener un listado de gente parada en
controles aleatorios, para cotejarlos con el control el día del
asesinato. Deberíamos avisar a la ertzaintza de diversos posibles
escenarios para los asesinatos, e intentar que los vigilen
uniformados a modo disuasorio.
—¿Crees que el asesino hará alguna otra
declaración a la prensa antes? Deberíamos estar preparados por si
acaso.
—Mira, si se trata de un asesino en serie,
no parará al sexto asesinato. Para él esto es un juego. Ha decidido
hacer 6 asesinatos de una manera, pero si no se le ha pillado,
ideará otro juego, y volverá a asesinar, de otra forma, a otro tipo
de víctimas, otro reto. Si no cae ahora, lo hará en la siguiente
tanda de asesinatos, pero caerá. Nos han echado de la investigación
y el asesino la sabe, lo tenía previsto. Sabe que si ahora actuara
en otra ciudad distinta de Barcelona o Bilbao, sería nuestro, que
lo cazaríamos ya que sólo habría una cabeza dirigiendo la
investigación. No creo que haga nuevas declaraciones, no las
necesita. Y si dice algo, no será algo que no sepamos. Como mucho
algo para incentivar más aún la separación entre los tres cuerpos
de policía. Aun así, no nos debemos distraer, no creo que nos
vayamos a desviar mucho del camino marcado, cualquier dato nuevo
debemos analizar con frialdad, sobre todo si viene directamente del
asesino.