Notas

Capítulo I

[1] Hemos utilizado la edición de 1984. <<

[2] C. Knight y R. Lomas, Uriel’s Machine. <<

[3] C. Jacq, La Masonería. Historia e iniciación, Barcelona, 2004. <<

[4] C. Jacq, ob. cit., pp. 21 ss. <<

[5] Ídem, ibídem, p. 32. <<

[6] Ídem, ibídem, pp. 37 ss. <<

[7] Ídem, ibídem, p. 32. <<

[8] Ídem, ibídem, p. 12. <<

[9] Hemos utilizado la versión contenida en The Writings of Thomas Paine, Nueva York, 1896. <<

[10] www.freemasonry.bcy.ca/history/payne. <<

Capítulo II

[1] F. L. Nick y G. N. Knight, The Pocket History of Freemasonry, Londres, 1983, c. I. <<

[2] En el mismo sentido se pronunció ya en 1923 el autor masón Lionel Vibert en su estudio «Anderson’s Constitutions of 1723», The Builder, agosto, 1923. <<

Capítulo III

[1] J. Ridley, The Freemasons, Nueva York, 2002, p. 42, ha señalado cómo el aliciente esotérico tuvo tanto peso en el crecimiento de la masonería como el de sentarse al lado de un duque. No se equivoca. <<

[2] J. Ridley, ob. cit., p. 70. <<

[3] A. E. Waite, ob. cit., p. 376. <<

[4] A. E. Waite, ob. cit., p. 375. <<

[5] Véase al respecto en la Biblia, por ejemplo, 1 Reyes 18, 17 ss. <<

Capítulo IV

[1] La bibliografía sobre Casanova es relativamente numerosa. Por supuesto, la fuente principal la constituye la Historia de mi vida. Entre los estudios sobre él añadamos: M. Buck, Casanova, 1977; L. Flem, The Man Who Really Loved a Women, 1997; E. Cuy, Casanova: His Known and Unknown Life, 2001; J. Masters, Casanova, 1969; E. Maynial, Casanova and His Time, 2003; P. Nettl, The Other Casanova, 1949; J. Rivers Childs, Casanova: A New Perspective, 1960; F. Roustang, The Quadrille of Gender: Casanova’s Memoirs, 1988. <<

[2] Algunos autores han apuntado a viajes de Casanova a Turquía y a Corfú en esta época, pero no están, desde nuestro punto de vista, suficientemente documentados. <<

[3] El proceso se encuentra en el manuscrito 245 de la Biblioteca Nacional Vittorio Emanuelle de Roma. <<

[4] A. E. Waite, ob. cit., pp. 89 ss. <<

Capítulo V

[1] A. E. Roberts, Freemasonry in American History, Richmond, 1985, pp. 6 ss. <<

[2] Francovic, ob. cit., pp. 468 ss. <<

[3] La bibliografía relativa a los verdaderos orígenes de la Constitución de Estados Unidos es abundante aunque, de manera paradójica, no muy conocida. Un estudio enormemente interesante sobre sus orígenes en el pensamiento colonial del siglo XVII puede hallarse en P. Miller, The New England Mind. The 17th Century, Harvard, 1967.

La relación entre el pensamiento reformado y la democracia puede examinarse en R. B. Perry, Puritanism and Democracy, Nueva York, 1944, y, de manera más específica, en D. E Kelly, The Emergence of Liberty in the Modern World. The Influence of Calvin on Five Governments from the 16th Through 18th Centuries, Phillipsburg, 1992, y J. J. Hernández Alonso, Puritanismo y tolerancia en el período colonial americano, Salamanca, 1999.

Los acercamientos desde una perspectiva teológica —directa o indirecta— resultan indispensables para analizar este tema. Pueden hallarse de forma más o menos concreta en J. A. Froude, Calvinism, Londres, 1871, y L. Boettner, The Reformed Doctrine of Predestination, Phillisburg, 1932.

Finalmente, debo hacer mención a un ensayo notable debido a J. Budziszewski, The Revenge of Consciente. Politics and the Fall of Man, Dallas, 1999, en el que se retoman desde una perspectiva filosófica algunos de los aspectos más relevantes del análisis político de los puritanos.<<

Capítulo VI

[1] Sobre el tema de especial interés son M.C. Jacob, Living the En-lightement, Oxford, 1991, y D. Mornet, Les origines intellectueles de la Révolution francaise, París, 1933. <<

[2] En ese sentido, véase el análisis profunda y documentadamente sugestivo en P. Gaxotte, La revolución francesa, Madrid, 1975. <<

[3] J. A. Ferrer Benemeli, La masonería española en el siglo XVIII, Madrid, 1974, pp. 301 ss. <<

[4] Sobre este aspecto, véase: C. Vidal, Paracuellos-Katyn, Madrid, 2004, c. I y II. <<

Capítulo VII

[1] Sobre el tema, véase: Tuckett, «Napoleón I and Freemasonry» en AQC, 8, 188 y 27, 115. <<

[2] Chevallier, 2, p. 48. <<

[3] Chevallier, 2, 36 ss. <<

[4] Sus nombres eran Daroca, Florit, Moreno, Zurita y Reyes. Los dos últimos eran franciscanos. <<

[5] Recepción de la logia Santa Julia en 1811. <<

[6] He abordado el tema de manera novelada en C. Vidal, El año de la libertad, Madrid, 2002. <<

Capítulo VIII

[1] La misiva de 23 de mayo de 1833 puede encontrarse en J. Q. Adams, Letters on the Masonic Institution, pp. 163-165. <<

[2] C. G. Finney, Why I Left Freemasonry, varias ediciones. <<

[3] Sobre el tema, con bibliografía, puede verse C. Vidal, Lincoln, Madrid, 2002. <<

Capítulo IX

[1] J. M. Mateos, Historia de la masonería en México, México, 1884, pp. 10 ss. <<

[2] Sobre el tema, véase: D. Aponte, «Bolívar, masón y revolucionario», Mediodía, 24 de julio de 1983; P. A. Barboza de la Torre, «Simón Bolívar francmasón», Mediodía, 24 de julio de 1983; A. Cacua Prada, Los hijos secretos de Bolívar, Bogotá, 1992; A. Carvicelli, La masonería de la independencia de América, Bogotá, 2 vols.; E. E. Stolper, «Más luz sobre Bolívar francmasón», Mediodía, 24 de julio de 1983. <<

[3] La obra de J. Pacífico Otero, Historia del libertador general San Martín, comenzó a publicarse en 1932 y es una de las obras de referencia obligada para el estudio del prócer argentino. <<

[4] Las obras de Enrique Gandía, Historia crítica de los mitos de la conquista americana, Buenos Aires, 1929; Historia de la conquista del Río de la Plata, 1931; Bolívar y la libertad, 1959, y San Martín. Su pensamiento político, Buenos Aires, 1964, resultan prácticamente indispensables. <<

[5] Sobre el tema, véase: G. Furlong, El general San Martín. ¿Masón, católico, deísta?, Buenos Aires, 1920, y A. Tonelli, El general San Martín y la masonería, Buenos Aires, 1944. <<

[6] Reproducida en B. Vicuña Mackenna, El ostracismo del general O’Higgins, Valparaíso, 1860. <<

[7] Seal-Coon, «Spanish-American Revolutionary Masonry» en AQC, 94, 98-103. <<

[8] Sobre Brown, puede consultarse Levi-Castillo, «Admiral William Brown» en AQC, 102, 16-24 y, muy especialmente, H. R. Ratto, Almirante Guillermo Brown, Buenos Aires, 1961. <<

Capítulo X

[1] En el mismo sentido, J. A. Ferrer Benimeli, Masonería española contemporánea, Madrid, 1980, p. 134. <<

[2] Sobre el tema, véase: M. Lafuente, Historia de España, t. V, p. 335; AGP, Papeles reservados de Fernando VII, t. 66. <<

[3] B. Pérez Galdós, Episodios Nacionales, Madrid, 1981, t. II, p. 452. <<

[4] Ídem, p. 448. <<

[5] Ídem, p. 420. <<

[6] Ídem, p. 435. <<

[7] Ídem, p. 436. <<

Capítulo XI

[1] Chevallier, ob. cit., vol. II, pp. 255 ss y 283 ss. <<

[2] Chevallier, ob. cit., pp. 355 ss. <<

[3] Chevallier, ob. cit., vol. II, p. 441. <<

[4] Chevallier, ob. cit., pp. 492 ss. <<

Capítulo XII

[1] Citado en B. Larson, ob. cit., p. 309. <<

[2] Las citas al respecto son claras. Por ejemplo, «No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos» (Levítico 19, 26) o «No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones el Señor tu Dios echa estas naciones delante de ti. Perfecto serás delante de el Señor tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto el Señor tu Dios» (Deuteronomio 10, 8-14). <<

[3] D. O. McKay, Gospels Ideals, Salt Lake City, 1953, p. 85. <<

[4] John A Widtsoe, Joseph Smith-Seeker After Truth, Salt Lake City, 1951, p. 19. <<

[5] Improvement Era, julio de 1961, p. 490. <<

[6] Jerald y Sandra Tanner, The First ision Examines, Salt Lake City, 1969. La obra constituye un clásico en el estudio de las fuentes de la secta. <<

[7] F. C. McElveen, The mormon illusion, Ventura, 1977, pp. 24-25. <<

[8] F. C. McElveen, Véase: Messenger and Advocate, vol. I, pp. 78-79. <<

[9] Journal of Discourses, Salt Lake City, 1966, vol. 13, pp. 65-66. <<

[10] Pearl of Great Price, Salt Lake City, 1958, p. 48, §17. <<

[11] Bruce R. McConkie, Doctrines of Salvation, Salt Lake City, 1954, vol. I, p. 4. <<

[12] D. Whitmer, An Address to All Believers in Christ, searcy, 1960. <<

[13] Estudios sobre el tema en A. Budvarson, Book of Mormon, True or False?, Concord, 1959; M. W. Cowan, Mormon Claims Answered, ed. autor, 1975, y J. y S. Tanner, Mormonism, Shadow or Reality, Salt Lake City, 1975. <<

[14] Cf. F. C. McElveen, ob. cit., pp. 48 ss. <<

[15] Times and Seasons, vol. I, p. 81; Elders Journal, p. 59; Senate Documents, 189, pp. 6, 9. <<

[16] Smith, History of the Church, vol. 3, p. 232. <<

[17] Una reproducción fotográfica de las minutas judiciales originales en J. y S. Tanner, Joseph Smith’s 1826 Trial, Salt Lake City, 1971. <<

[18] J. y S. Tanner, Mormonism Shadow or Reality, Salt Lake City. 1975, p. 57. <<

[19] Dialogue: A Journal of Mormon Thought, «Mormons and Archaeology: An Outside View», verano de 1973, pp. 41-42, 46. <<

[20] Dialogue, ob. cit., verano de 1969, pp. 77-78. <<

[21] Una narración más extensa del mismo en Ed. Decker y D. Hunt, Los fabricantes de dioses, Minneapolis, 1987, pp. 78 ss. <<

[22] Durante años se ha defendido la tesis de que el Libro de Mormón no fue siquiera obra de Joseph Smith, sino que éste la plagió de un tal Solomon Spaulding. Al parecer, éste había escrito una novela histórica sobre una familia judía que emigraba al Nuevo Mundo. Esta explicación del origen del Libro de Mormón es, a nuestro juicio, la más satisfactoria por tres razones. Primero, explica la utilización de la Biblia del Rey Jaime de 1611. Es lógico que un protestante del siglo XIX la utilizara para citar de las Escrituras al ser la de mayor difusión en las naciones de habla inglesa. Segundo, explica la falta de base histórica ya que se trata sólo de novelar y no de historiar. Tercero, la tesis viene apoyada por multitud de testigos que afirmaron haber leído o escuchado fragmentos de la obra de Spaulding que eran idénticos a la que Smith presentaba como Libro de Mormón. No hace falta decir que de ser cierta esta teoría, el profeta Smith saldría aún peor parado en sus pretensiones, pero ése no es un problema para el investigador imparcial. <<

[23] Los egiptólogos fueron A. H. Sayce, de la Universidad de Oxford, William M. E. Petrie, de la Universidad de Londres, A. C. Mace, del departamento de egiptología del Museo Metropolitano de Nueva York, J. Peters, director de la expedición babilónica de la Universidad de Pennsylvania; S. A. B. Mercer, del Western Theological Seminary de Chicago, E. Meyer, de la Universidad de Berlín, y B. V. Bissing, de la Universidad de Munich. <<

[24] Dee Jay Nelson, The Joseph Smith Papyri, part. 2, y The Eye of Ra. <<

[25] The Contributor, vol. 6, n. 4, enero de 1885, p. 131. <<

[26] Historical Record, p. 15, una fuente mormona da por verídico el dato. <<

[27] Reproducida en E. Decker y D. Hunt, ob. cit., p. 139. <<

[28] Cf. E. Decker y D. Hunt, ob. cit., pp. 139 ss. <<

[29] Dr. Wyl, Mormon Portraits, 1886, pp. 70-72. <<

[30] Tal como fue el caso de un tal H. B. Jacobs. <<

[31] Cf. No man knows my story, Fawn M. Brodie, 1945. <<

[32] Carta fechada el 22 de julio de 1844 de Sarah Scott en la que se describen las pretensiones de Smith. <<

[33] History of the Church, vol. 6, p. 408. <<

[34] Ídem, vol. 5, p. 467. <<

[35] Ídem, vol. 6, p. 78. <<

[36] Citado por J. y S. Tanner, Mormonism - Shadow or Reality?, pp. 415-416. <<

[37] L. Gentry, A History of Alter Day Saints in Northern Missouri form 1836-1839, UBY, 1965, p. 32. <<

Capítulo XIII

[1] E. G. White, The Great Controversy, 1911, p. 317. <<

[2] Ídem, p. 318. <<

[3] J. White, Life incidente, 1868, p. 223. <<

[4] E. G. White, The Great Controversy, 1911, pp 360-361. <<

[5] Ídem, p. 362. <<

[6] Véase E. G. White, Early Writings, pp. 74-75. <<

[7] Ídem, p. 368. <<

[8] La obra clásica al respecto sigue siendo Francis D. Nichol, The Midnight Cry, pp. 457 ss. <<

[9] J. White, Life incidente, 1868, p. 192. <<

[10] B. Blandre, Les Témoins de Jéhova, París, 1985, pp. 13 ss. Cf del mismo autor, Des Adventistes a Russell, París, 1985. <<

[11] Uno de estos autos de fe celebrado en España bajo la presidencia del actual presidente de la secta en España, Carlos Puyol, se halla recogido en Revista Adventista, marzo de 1979, p. 18. <<

[12] Citado en W. Rea, La mentira White, Zaragoza, 1989, pp. 98-99. <<

[13] E. G. White, Selected Messages, vol. 1, p. 37. <<

[14] E. G. White, Testimonies for the Church, vol. 4, pp. 147-148. <<

[15] Dem, vol. 5, p. 66. <<

[16] E. G. White, Selected Messages, vol. 1, p. 27. <<

[17] E. G. White, Early Writings, p. 64. <<

[18] E. G. White, Selected Messages, vol. 1, p. 27. <<

[19] E. G. White, Christian Experience and Teachings. Mountain View. 1922, pp. 13-19. <<

[20] Adventist Currents, vol. 3, n.1, 1988. <<

[21] Citado en Martin Gardner, The New Age, Nueva York, 1988. <<

[22] W. Rea, La mentira White, Zaragoza, 1989, p. 46. <<

[23] Comité de Glendale, «Ellen G. White and Her Sources», cintas 28 y 29, enero de 1980. <<

[24] W. Rea, La mentira White, Zaragoza, 1989, p. 46. <<

[25] Ídem. pp. 142 ss. <<

[26] Declaración firmada de M. G. Kellogg. <<

[27] Statement regarding the experiences of Fannie Bolton in relation to her work for Mrs. Ellen G. White, Washington, p. 8. <<

[28] Vesta J. Farnsworth a Guy C. Jorgensen, 1 de diciembre de 1921, pp. 33-34. <<

[29] «An authentic interview between Elder G. W. Amadon, Elder A. C. Bourdeau and Dr. Hohn Harvey Kellogg in Battle Creek, Michigan, on October 7th, 1907», pp. 23-39. <<

[30] Testigos de Jehová en el propósito divino, Brooklyn, 1959, pp. 8 ss. <<

[31] Watchtower, 1916, pp. 10-11. <<

[32] Página 170 de la versión inglesa. <<

[33] Página 129 de la edición en inglés. <<

[34] César Vidal, El infierno de las sectas, Bilbao, 1989, pp. 67 ss. <<

[35] Studies, vol. VII, p. 53. <<

[36] Ídem. <<

[37] Atalaya del 1 de noviembre de 1917, p. 6159 <<

[38] Atalaya del 15 de febrero de 1918, p. 6212. <<

[39] Atalaya del 1 de mayo de 1922, p. 132. <<

[40] Atalaya del 15 de septiembre de 1910, p. 4685. <<

[41] Atalaya del 15 de septiembre de 1911, p. 4885. <<

[42] Idem. <<

[43] Atalaya del 15 de septiembre de 1910, p. 4685. <<

[44] Los Testigos de Jehová en el propósito divino, p. 17. <<

[45] B. Blandre, Les Témoins de jéhova, pp. 39 ss. <<

[46] Existe transcripción de las actas del proceso, pero puede hallarse un estudio profundo sobre el mismo en el artículo de R. Toupin, «Le dossier du pasteur Russell», Sciences Ecclesiastiques, octubre de 1958, pp. 497-519. <<

[47] El interrogatorio recogido en G. Hebert, Los Testigos de Jehová, Madrid, 1973, p. 39. <<

[48] La narración más completa de este proceso se halla en The Hanilton Spectator de 9 de diciembre de 1912, 7 de febrero de 1913, 17 de marzo de 1913 y 18 de marzo de 1913. <<

[49] Página 279 de la edición española del libro de 1964. <<

[50] Studies, vol. 2, primeras ediciones, pp. 76-78. <<

[51] Studies, vol. 2, pp. 98-99. <<

[52] Studies, vol. 2, primeras ediciones, p. 101. <<

[53] Studies, vol. 3, p. 126. <<

[54] Studies, vol. 3, p. 153. <<

[55] Studies, vol. 3, p. 228. Edición de 1913. <<

[56] Studies, vol. 3, p. 342. Edición de 1903. <<

[57] Sermons, p. 676. <<

[58] Atalaya del 15 de julio de 1894, p. 1677. <<

[59] Studies, vol. 2, pp. 98-99. Ediciones posteriores. <<

[60] Studies, vol. 2, p. 101. Ediciones posteriores. <<

[61] Studies, vol. 3, p. 342. Edición de 1923. <<

[62] Studies, vol. 7, p. 128. <<

[63] Studies, vol. 7, p. 398. <<

[64] C. Vidal, El infierno…, 1989, pp. 72 ss. <<

[65] Atalaya de 1916, p. 338. <<

[66] Ídem. Cf. También Los Testigos de Jehová en el propósito divino, p. 64. <<

Capítulo XIV

[1] A. Pike, Morals and Dogma, s./d, p. 207. <<

[2] Ídem, p. 224. <<

[3] Un análisis sobre la contraposición entre la cosmovisión cristiana y la gnóstica en C. Vidal, Los Evangelios gnósticos, Madrid, en prensa. <<

[4] A. Pike, Ídem, p. 248. <<

[5] Ídem, p. 275. <<

[6] Ídem, p. 282. <<

[7] Ídem, p. 353. <<

[8] Ídem, p. 358. <<

[9] Ídem, pp. 369 ss y 379 ss. <<

[10] Ídem, p. 382. <<

[11] Ídem, p. 839. <<

[12] Ídem, p. 697. <<

[13] Ídem, p. 718. <<

[14] Ídem, p. 393. <<

[15] Ídem, p. 399. <<

[16] Ídem, p. 734. <<

[17] Ídem, p. 779. <<

[18] Albert Pike, Morals and Dogma, 3.er grado, maestro masón, p. 102. <<

[19] A. Pike, Morals and Dogma, 32.º grado, p. 859. <<

[20] Ídem, p. 321. <<

[21] Caubet, Souvenirs, París, 1893, p. 4 <<

[22] El pseudónimo Papus arranca del Nuctemeron de Apolonio de Tiana, donde denomina al genio asociado con los médicos. <<

[23] Sobre madame Blavatsky con bibliografía, véase: C. Vidal, Los incubadores de la serpiente, Madrid, 1997. <<

[24] La Doctrina secreta, sección IV. <<

[25] Esteban Cortijo es desde hace años el gran estudioso de la muy sugestiva biografía de Roso de Luna. Sobre el tema, véase: Esteban Cortijo, Mario Roso de Luna. Estudios y opiniones, 1989; Idem, Mario Roso de Luna. Imágenes de una vida. Cartas al hijo, Mérida, 1990. <<

[26] Un buen estudio sobre los repetidos contactos de Crowley con la masonería en M. P. Starr, «Aleister Crowley: Freemason!», Ars Quatuor Coronatorum, vol. 108, 1995. <<

[27] R. Miller, Bare faced Messiah, pp. 112-130. <<

[28] L. Ron Hubbard, «Conditions of Space-Time-Energy», casse-te 18 5212CO5. <<

Capítulo XVI

[1] Exactamente en el mismo sentido, J. Ridley, ob. cit., capítulo 18. <<

[2] Chevallier, ob. cit., III, 10. <<

[3] En ese mismo sentido, J. A. Ferrer Benimeli, Masonería española…, t. II, p. 6 <<

[4] La expresión es de J. A. Ferrer Benimeli, Masonería española…, t. II, p. 9. <<

[5] Sin duda abundante. Citemos, a título de ejemplo, la alocución Quibus quantisque de 20 de abril de 1849 en la que señala a la masonería como causa principal de los males padecidos por la Iglesia católica; la encíclica Quanta cura de 8 de diciembre de 1864; o la alocución Multiplices Interde 25 de septiembre de 1865. <<

[6] Una descripción excelente del proceso y sus antecedentes puede hallarse en R. de la Cierva, Alfonso y Victoria. Las tramas íntimas, secretas y europeas de un reinado desconocido Madrid, 2001, pp. 199 ss. <<

Capítulo XVII

[1] Misiva de 15 de noviembre de 1955. <<

[2] Datos concretos en C. Vidal, La ocasión perdida, Barcelona, 1997, e ídem, Paracuellos-Katyn, Madrid, en prensa. <<

[3] En el mismo sentido, J. Ridley, ob. cit., p. 229. <<

[4] A. Piatigorsky, Who’s Afraid of Freemason, Londres, 1997, p. 263. <<

[5] La bibliografía sobre la masonería en México es realmente muy extensa. Al respecto, puede consultarse: L. Frau Abrines, Diccionario enciclopédico de la masonería, México, 1977, 5 vols; J. M. Mateos, Historia de la masonería en México desde 1806 hasta 1884; A. Uroz, Los hombres de la Revolución, México, 1969. <<

Capítulo XVIII

[1] De manera bien significativa, el personaje es omitido por J.A. Ferrer Benemeli en su Masonería española contemporánea… Se trata de una circunstancia cuando menos llamativa teniendo en cuenta la importancia de Rizo. Un estudio, por el contrario, excelente al respecto es el de H. Franco, Por el camino de la revolución, Madrid, 2004. <<

Capítulo XIX

[1] En el mismo sentido, J. A. Ferrer Benimeli, Masonería…, t. II, p. 107. <<

[2] Al respecto, véase: C. Vidal, Durruti. La furia libertaria, Madrid, 1996, pp. 131 ss. <<

[3] Según el anarquista Ángel Pestaña, Leviatán, Madrid, 1934, n. 1, p. 62, de abril de 1931 a junio de 1932, la CNT expidió 1200000 carnets de los que, como mínimo, un millón era de nuevos afiliados. <<

[4] Así quedaría establecido en el curso de un proceso con jurado y acabaría teniendo consecuencias que examinaremos más adelante. Véase: pp. ss. <<

[5] Se ha discutido repetidamente la dirección en que se decantó el voto femenino. Ciertamente, no puede negarse que, en buena medida, se dirigió hacia las derechas impulsado por la influencia clerical y el temor inspirado por ésta hacia normas como la Ley del Divorcio. Con todo, tal desplazamiento no fue uniforme. Así, en Madrid (con más del 52 por ciento de mujeres en el censo electoral) se produjo un triunfo socialista. Más significativo resulta el hecho de que el derecho de sufragio concedido a las mujeres viniera impulsado desde el partido radical —que pertenecía al centro-derecha— ya que el PSOE y los republicanos de izquierdas temían que las mujeres, influidas por el clero, votaran a favor de las derechas. <<

[6] Esto se tradujo en 204 escaños para las derechas, 168 para el centro (incluida la Lliga) y 94 para la izquierda (61 socialistas). <<

[7] En paralelo, los anarquistas continuaban su búsqueda de la revolución. En diciembre de 1933 volvieron a provocar una insurrección armada en la que murieron 11 guardias civiles, 3 guardias de seguridad y 75 paisanos, llegando los heridos a casi doscientos. Al respecto, véase C. Vidal., Durruti…, pp. 157 ss. <<

[8] El Socialista, 3 de enero de 1934. <<

[9] El Socialista, 29 de julio de 1934. <<

[10] Renovación, 25 de agosto de 1934. <<

[11] Texto íntegro reproducido en F. Aguado Sánchez, La revolución de octubre de 1934, Madrid, 1972, pp. 485 ss. <<

[12] En especial, Los orígenes de la guerra civil española, Madrid, 2000 y 1934, Madrid, 2004. <<

[13] J. S. Vidarte, El Bienio Negro y la insurrección de Asturias, Barcelona, 1978, pp. 141 ss. <<

[14] El décimo fue san Manuel Barbal Cosán (hermano Hilario Jaime), salesiano martirizado en Tarragona en 1937. <<

[15] Reproducido íntegramente en E Aguado Sánchez, ob. cit., p. 500. <<

Capítulo XX

[1] Citado por J. Pabón, Cambó, Barcelona, 1952, vol. II-b, p. 449. <<

[2] Así lo indicaba Claridad el 2 de noviembre de 1935. <<

[3] Lo que no implica que no tuviera una posición clara en medio de la radicalización de la vida política. Así, en mayo de 1935, en una reunión de la plana mayor de Falange celebrada en el parador de Gredos, José Antonio afirmó claramente que su deber era «ir, por consiguiente, y con todas sus consecuencias, a la guerra civil». <<

[4] El relato es del mismo Gil Robles en No fue posible la paz, Barcelona, 1968, pp. 364-367. <<

[5] ABC, enero de 1936. <<

[6] El Liberal de Bilbao, 20 de enero de 1936. <<

[7] El Liberal de Bilbao, 21 de enero de 1936, p. 21. <<

[8] El Liberal de Bilbao, 11 de febrero de 1936. <<

[9] J. S. Vidarte, ob. cit., pp. 141 ss. <<

[10] En Cataluña adquirió la forma de Front d’Esquerres e incluyó a la Esquerra, Acció Republicana Catalana, P. N. Republicano Catalá, Unió Socialista de Catalunya y las organizaciones de la Alianza Obrera. <<

[11] En él se incluía la amnistía de los presos políticos y la aplicación de la legislación republicana suspendida por los gobiernos de centro-derecha (reforma agraria, estatutos de autonomía, etc). <<

[12] Hemos seguido para estas cifras el estudio de R. Salas Larrazábal, Los datos exactos de la guerra civil, Madrid, 1980, pp. 42 ss. que corrige muy acertadamente los errores deslizados en la obra de J. Tusell, Las elecciones del Frente Popular, Madrid, 1971. <<

[13] Journal de Geneve, 17 de enero de 1937. <<

[14] En ella estaban presentes, entre otros, Franco, Saliquet, Mola, Varela, Villegas y Rodríguez del Barrio. <<

[15] Una exposición más completa del tema en C. Vidal, Checas de Madrid, Barcelona, 2003, pp. 74 ss. <<

[16] Minuta 23-III-1936, FO 371-20561 W2015 y 371-20520 W2387. <<

[17] Chilton a Eden, 24 y 25-III-1936, FO 371-20520 W2868, W2678. <<

[18] FO 371-20522 W5693. Los textos en bastardilla son subrayados en el original. <<

[19] News Chronicle de 9 de julio de 1936; The Times, 14 de julio de 1936, y The Morning Post de 13 de julio de 1936. <<

[20] M. De Paz Sánchez, Militares masones de España. Diccionario biográfica del siglo XX, Valencia, 2004. <<

[21] (AHN CG, 1530 (1) Pieza 4 Checas Ramo 23, folios 187-190). <<

[22] Al respecto son de especial interés los testimonios de Manuel Rascón Ramírez que fue miembro de uno de los tribunales de la checa y de Julio Diamante Menéndez. Diamante era un ingeniero afiliado a Izquierda Republicana y decidió abstenerse de participar en las tareas del Comité al comprender que éste iba a entregarse sin control alguno a la práctica del asesinato político. Al terminar la guerra, fue juzgado por un consejo de guerra y, precisamente, su voluntad de salir del Comité le aseguró una sentencia relativamente leve. <<

[23] Hemos examinado el tema en C. Vidal, Checas de Madrid, Madrid, 2002. <<

[24] Sobre este y otros aspectos de la actuación de la checa de Fomento, véase CG, pp. 71 ss. <<

[25] El número de brigadillas no fue inferior al medio centenar, es decir, no menos de cinco por cada grupo del Frente Popular. En ese mismo sentido, véase R. Casas de la Vega, ob. cit., p. 113. <<

[26] Testimonio de Manuel Rascón Ramírez, AHNCG - Legajo 1530 (1) Pieza 4 Ramo separado 3 Folio 91. <<

[27] Ídem, ibídem. <<

[28] Sobre el tema, C. Vidal, Paracuellos-Katyn, Madrid, 2005. 2 <<

[29] Por ejemplo, en nuestro estudio Paracuellos-Katyn, Madrid, 2005, para establecer la responsabilidad de Santiago Carrillo en las matanzas de noviembre de 1936. <<

Conclusión

[1] P. Burnat y C. de Villeneuve, Les francs-maçons des années Mitterrand, París, 1994, p. 57. <<

[2] Ídem, p. 72. <<

[3] Ídem, pp. 229 ss. <<

[4] Ídem, pp. 197 ss. <<

[5] A. de Miguel y J. L. Gutiérrez, La ambición del César, Madrid, 1993, pp. 139 ss. <<

[6] Ídem, p. 140. <<