14

Muy lejos, volando a través del espacio infinito y a punto ya de que se produjera el hipersalto, Sally se chivo y le contó a Adam que Cindy había dicho que se parecía a Ekwee 12.

Adam se sintió desconcertado por aquel comentario… y también ofendido.

—No puedo creer que Cindy haya dicho eso-replicó Adam.

—Pues ya ves-insistió Sally—.¿Por qué no se lo preguntas a ella misma?

Adam miró a Cindy contrariado.

—¿Y bien?

Cindy tuvo un momento de duda.

—Sólo comenté que Ek me recordaba a ti. No dije que os parecierais.

—Dime, Cindy…¿en qué te recuerdo a un extraterrestre? —quiso saber Adam.

Fue Ek quien contestó a aquella pregunta desde su puesto ante el panel de control de la nave.

“Los dos somos un encanto”.

—Eso mismo-asintió Cindy con una gran sonrisa. Adam no tuvo más remedio que echarse a reír él también.

—Supongo que podrían haberme llamado cosas peores-admitió alegremente.

—Me pone enferma que se sienta halagado incluso cuando ella lo insulta-le confió Sally a Watch.

—Tú eres la capitanía-replicó Watch—.¿Por qué no ordenas que los expulsen de la nave?

Antes de abandonar el planeta azul y blanco, los extraterrestres le habían devuelto a Watch sus relojes, de modo que también él se sentía satisfecho y de excelente humor. Además, les habían entregado sus ropas.

—Me llevó mucho tiempo y esfuerzo ocuparme de salvarles la vida como para deshacerme de ellos ahora que estamos a salvo y camino de la Tierra-explicó Sally.

Ek se volvió para mirarlos.

“Estamos a punto de dar el salto hiperespacial. Me gustaría saber a qué hora os gustaría volver a vuestro mundo”.

Aquélla hizo que todos olvidaran las bromas y le prestaran una gran atención.

—¿Quieres decir que este platillo volante puede viajar a través del tiempo? —preguntó Watch.

“Por supuesto que sí. Habéis viajado a través del tiempo para llegar a mi mundo. Y, además…¿sabéis una cosa?”.

—¿El qué? —preguntó Adam—.Pensábamos que ésta era una nave espacial normal y corriente y no una máquina del tiempo.

“Pero ya habéis visto cuánto ha cambiado la Tierra, ¿no es verdad? Seguramente habéis adivinado que dimos un gran salto en el tiempo… hacia el futuro…”.

Los cuatro amigos se miraron durante varios segundos, sin poder articular palabra, sobrecogidos por aquella explicación del todo inesperada.

—¿Quieres decir que vosotros sois… sois… terrícolas? —preguntó Adam apenas con un hilo de voz—.¿Terrícolas del futuro?

“Sí. Creí que ya lo sabíais”.

Sally se mostró contrariada.

—Pero… vosotros tenéis la cabeza muy grande… Quiero decir que sois… os parecéis tanto a los… extraterrestres. No entiendo nada.

“No soy un extraterrestre. Ya te lo dije una vez”.

—Entonces, Ek… ¿a dónde ha ido toda la gente que vivía en la Tierra? —preguntó Sally—.¿Acaso vosotros invadisteis nuestro planeta y os deshicisteis de todos?

Ek movió la cabeza a derecha e izquierda, rechazando aquella explicación. Probablemente aquel gesto se le había pegado tras pasar tanto tiempo en compañía de sus nuevos amigos.

“Nosotros somos la gente de la Tierra. Somos exactamente en lo que vosotros os convertiréis en los próximos doscientos mil años de evolución”.

Sally experimentó un incontrolable sentimiento de indignación ante aquella revelación. Le parecía tan absurda como inadmisible.

—De ninguna manera. Mis tatara-tatara-tataranietos no se parecerán a ti. Ni hablar. Si las cosas van a ser de ese modo, no pienso tener hijos.

—Creo que necesitas añadir alrededor de dos mil tatara-tatara-tatara antes de decir tataranietos, si deseas ajustarte mínimamente al lapso de tiempo al que se refiere Ek-precisó Watch.

—Dinos, Ek… Si nosotros vamos a ser como tú, me gustaría saber por qué tendremos que vivir en el espacio-preguntó Adam.

Ek inclinó su gran cabeza sobre el pecho.

“Vosotros… nosotros… ensuciamos el planeta, lo llenamos de basura hasta el punto de convertirlo en un vertedero. Ya no podemos vivir allí”.

—Sí, pero ahora nosotros lo sabemos-dijo Adam con un timbre animado de voz, —y tal vez podamos dedicar nuestras vidas a evitar que la gente continúe contaminando la Tierra. Al menos yo pienso intentarlo… cuando sea mayor, me vaya de Fantasville y tenga mi propia vida.

Ek levantó la cabeza para mirarlos y, una vez más, intentó esbozar una sonrisa.

“Eso podría ayudarnos a todos”.

—No sé si puedo asimilar todo esto-intervino Sally—.Sin embargo, y siguiendo con el tema, dinos por qué razón regresáis una y otra vez al pasado para secuestrarnos. ¿Cuál es vuestro propósito?

“Lo que voy a deciros es muy importante. Cuando el más alto mandatario de mi mundo me llamó aparte para hablar conmigo se disculpó y me dijo que el gobierno deseaba algunos chicos de vuestra generación para poder estudiaros y averiguar el modo de revitalizar nuestra cultura. Como raza últimamente hemos sufrido lo que podríamos llamar una especie de estancamiento”.

—Pues consiguieron mucho más de lo que podían esperar-se burló Sally.

“Eso fue precisamente lo que el alto mandatario me confesó. Pensaba que necesitábamos chicos de una generación más joven, más tranquila. Vosotros sois demasiado explosivos. No obstante, me prometió que ninguna otra persona procedente del pasado será secuestrada. Sólo vendrán con nosotros quienes deseen hacerlo por voluntad propia”.

—¿Te ocuparás de que pongan en libertad al hyeet? —quiso saber Watch—. Estaba encerrado en la jaula que había frente a la nuestra. Daba la impresión de estar muy triste.

“Ahora que en mi mundo todos conocemos la verdad, los jóvenes de nuestra cultura exigiremos que ninguna criatura inteligente sea raptada y mantenida en cautividad. No debió de haber sucedido jamás”.

—Estoy completamente de acuerdo con esa decisión-intervino Cindy—.Todo ha terminado felizmente ha sido un día muy largo.

“Eso es precisamente lo que os preguntaba hace un momento. Puedo devolveros a vuestro hogar en el momento en que deseéis. Sólo tenéis que decírmelo…”.

—Tal vez deberíamos regresar justo después de que fuimos secuestrados-sugirió Adam—.Después de que las dos naves se marcharon. No siento el menor deseo de salir corriendo detrás de mí mismo…

—Estoy de acuerdo-dijo Watch.

—Vale-añadió Sally—.De ese modo podríamos estar de vuelta en casa para la cena.

Sin embargo, Cindy dio un respingo.

—Debemos aterrizar un poco antes del momento en que partimos. Y, además, tenemos que hacerlo sin que nos vean y tomar tierra junto a la Cueva Embrujada.

—¿Por qué? —preguntaron todos.

Cindy parecía sumida en una profunda reflexión.

—Es difícil de explicar. Pero, por favor, confiad en mi criterio aunque sólo sea por esta única vez. Ek, ¿tienes alguna pistola lanzarrayos a bordo de esta nave?

“Sí. ¿Por qué?

—Necesito que me la prestes justo después de aterrizar. Déjanos exactamente delante del lugar donde aparecieron los dos platillos volantes. Pero, tal y como he dicho, no permitáis que nadie de la Tierra, ni siquiera nosotros mismos, que ya estaremos allí, nos veamos.

—Cindy-le advirtió Adam—.Ninguno de nosotros desea manipular el tiempo. Deja que las anteriores versiones de nosotros mismos tengan la oportunidad de vivir esta aventura. Fue divertido y al final todo ha acabado bien.

Pero Cindy insistió.

—No hay más remedio. Lo comprobaréis en cuanto lleguemos allí. Cindy se mostró inflexible, de modo que, al final, todos estuvieron de acuerdo y dieron instrucciones a Ek para que hiciera exactamente lo que ella le pedía.

Ek ajustó el hipersalto a fin de que pudieran regresar a su época unas cuantas horas antes. De hecho, programo la nave para darles tiempo suficiente de echar un vistazo a Júpiter, Saturno y Marte. Watch, obsesionado por la astronomía, dijo que los planetas resultaban mucho más impresionantes de cerca que a través de su telescopio.

—Tendré que agenciarme uno de estos platillos volantes-añadió con un suspiro. Al cabo de un rato, aterrizaron sobre la colina situada junto a la Cueva Embrujada. Ek había apagado las luces de la nave para que pudieran descender sin ser vistos y abandonar la nave con discreción.

Todavía hacía mucho calor, pero era estupendo estar de regreso y sentir que bajo los pies había tierra, la tierra de siempre. Aunque se tratara de Fantasville, el hogar era el hogar.

Mucho más abajo, al pie de la colina, se vieron a sí mismos sentados junto al pantano.

La anterior Cindy todavía sumergía el pie herido en las aguas heladas.

—Oh-dijo la Cindy actual, encogiéndose mientras apoyaba el pie en el suelo—.Chicos tendréis que ayudarme a bajar la ladera. Ek, necesito la pistola lanzarrayos.

“¿Estás herida, Cindy?”.

—Sí. Me torcí el tobillo poco antes de que vosotros aparecierais con vuestras naves.

“¿Por qué no me lo dijiste? Tengo algo que lo solucionará de inmediato”.

Ek desapareció en el interior de la nave. Cuando regresó traía una pistola lanzarrayos y una pequeña bola plateada. Le pidió a Cindy que se sentara y él se situó junto al tobillo herido.

La bola de plata comenzó a despedir un fulgor rojizo y al cabo de un par de minutos Cindy dejó escapar un leve suspiro de alivio.

Flexionó el pie y Ek apartó el extraño instrumento.

—¡Ya estoy mucho mejor!¿Cómo lo has hecho, Ek?

“Veras, Cindy… En mi época sabemos mucho más acerca del cuerpo humano, y también del cuerpo de los alienígenas como insistís en llamarnos…”.

—¡Es fantástico! —exclamó Cindy, dando un salto de alegría. Luego cogió el arma—.Tengo un pequeño asunto pendiente. La pistola está regulada en la primera posición, la que utilizáis para dejar a vuestros enemigos sin conocimiento ¿no es así, Ek?

“Así es”.

—¿A quién piensas dejar inconsciente? —preguntó Adam.

—Ya lo verás-repuso Cindy—.Si prometéis no hacer ruido, podéis acompañarme.

Así, todos juntos, Ek incluido, comenzaron a descender por la ladera de la colina hasta que oyeron a las anteriores versiones de sí mismos charlando junto al pantano.

No les sorprendió entonces ver aparecer repentinamente en el cielo dos platillos volantes. Observaron todo cuanto había sucedido antes… hasta el momento en que Watch fue conducido al interior de la primera nave.

Cindy les dijo entonces que debían acercarse un poco más.

—No deberíamos interferir-le advirtió Sally.

—No lo haremos-le aseguró Cindy—.Nada cambiará. Confía en mí.

Se deslizaron en silencio hasta que llegaron justo al borde del barranco. Debajo de ellos comenzó la lucha. Adam y Sally fueron alcanzados por las armas de los alienígenas y cayeron al suelo inconscientes.

Un poco más arriba, en la colina, para sorpresa de todos, menos de la propia Cindy, aparecieron dos alienígenas. Y para mayor sorpresa, Vieron a la antigua versión de Cindy situada en el lado opuesto, en lo alto del barranco.

Sostenía una gran roca entre las manos.

Su intención era evidente. Quería romperles la cabeza a los dos alienígenas.

Las criaturas la miraron sorprendidas mientras ella alzaba la roca y la arrojaba con fuerza sobre ellos.

En ese preciso instante, la Cindy actual levantó el arma, apuntó y disparó. Se produjo un relámpago de luz verde y los dos alienígenas cayeron inconscientes sobre el suelo.

La roca que les había lanzado la Cindy anterior no les alcanzó; en realidad cayó muy lejos del blanco.

Cindy sonrió complacida en la obscuridad, mientras la versión anterior de sí misma, en la cima del barranco, miraba confusa en todas direcciones.

—Me preguntaba por qué esos dos alienígenas habían caído fulminados delante de mí-comentó en un susurro—.Ahora ya lo sé.