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En realidad, eran dos las criaturas que estaban saliendo del platillo volante. Y su aspecto no podía ser más extraño. La piel era ligeramente escamosa y de color pardusco; la cabeza resultaba demasiado grande en comparación con el cuerpo, delgado y menudo. El rostro tenía forma de V.Y aunque la boca y la nariz eran diminutas, los ojos resaltaban, enormes, negros y almendrados.
Las extremidades eran huesudas y tenían grandes manos con sólo cuatro dedos a las que, aparentemente, les faltaba el pulgar.
Vestían unos monos de tela fina, del mismo color que el bronce, con cinturones negros de los que pendían extraños artilugios. Empuñaban unos objetos que tenían todo el aspecto de ser algún tipo de arma.
Los dos alienígenas echaron un vistazo a su alrededor mientras descendían con cautela de la nave. Daban la impresión de hallarse en estado de alerta.
—¿Qué está sucediendo? —preguntó Cindy desde abajo, sentada en el suelo y mirando hacia lo alto de las rocas, el puesto de observación elegido por sus amigos
—Lo que yo imaginaba. Son espantosos-susurró Sally.
—Pero parecen amistosos-añadió Watch.
—¡Watch! —le reconvino Sally con un chillido—.¡Van armados!
—Probablemente sea solo como protección-dijo Watch.
—Sí, claro-repuso Sally—.Seguro que primero disparan y luego preguntan.
Watch movió la cabeza pensativo, Haciendo un gesto de negación en dirección a Sally.
—Es obvio que proceden de una cultura mucho más avanzada que la nuestra. Estoy seguro de que han abandonado el uso de la fuerza y, además, tengo ganas de hablar con ellos.
—Yo no estoy muy seguro-dijo Adam en voz muy baja. —Tal vez su tecnología sea muy avanzada, pero eso no significa que nosotros les interesemos lo más mínimo. Por lo que sabemos pueden haber venido aquí sólo a recoger algunos especímenes para sus experimentos. Watch, tú mismo lo has dicho antes es mejor mantenerse fuera de su alcance y ver qué sucede. ¡Oh, mirad! Las luces de la otra nave también se han apagado. Creo que también se está formando una nueva compuerta.
El segundo platillo, utilizando el mismo sistema que el primero, había abierto una compuerta en su estructura y otros dos alienígenas salieron al exterior y se unieron a sus compañeros que ahora se hallaban en la orilla del pantano, junto a las bicicletas de los cuatro amigos.
Los alienígenas señalaron las bicicletas con sus extraños instrumentos. Parecían mantener una conversación aunque en realidad no estaban hablando ni producían sonido alguno.
Adam comentó el hecho a Watch y él le explicó su teoría.
—Probablemente te comunican mediante la telepatía. Intercambiando pensamientos directamente de una mente a otra.
—¿Crees que pueden leernos los pensamientos desde ahí? —preguntó Sally, preocupada ante aquella posibilidad.
—¿Quién sabe? —reflexionó Watch—.Os lo digo en serio. Quiero establecer contacto con ellos.
—¿Por qué? —le preguntó Adam—.Es demasiado arriesgado.
Watch se encogió de hombros.
—Me gustaría dar una vuelta en uno de esos platillos volantes-afirmó sin dudarlo—.Vosotros, chicos, quedaos aquí.
—Espera un segundo. Ellos pueden ver claramente que ahí hay cuatro bicicletas y tal vez decidan venir en nuestra busca tanto si les gusta tu aspecto como si no. Estás poniéndonos a todos en peligro con tu idea.
—¿Por qué vivimos en Fantasville? —respondió Watch con toda seriedad—.No es sólo porque nuestras familias lo hayan decidido, sino porque es un lugar donde suceden cosas, donde se pueden vivir aventuras increíbles. Nos enfrentamos con lo desconocido cada vez que salimos por la puerta de casa. Ya sé que lo que voy a hacer es peligroso. Todas las grandes aventuras son peligrosas. Cindy estaba impresionada.
—Un buen discurso, Watch.
—Si te capturan y te hacen prisionero-dijo entonces Adam, —no sé si podremos rescatarte.-Y mientras le daba un fuerte apretón de manos a su amigo, añadió—:Si te llevan dentro de la nave es posible que no volamos a verte jamás.
Una débil luminosidad blanca brotaba todavía de los dos platillos volantes, de modo que podían distinguir el rostro de Watch lo suficiente como para adivinar lo que sentía. Durante una fracción de segundo pareció conmoverse ante las palabras de Adam, una emoción poco frecuente en él.
La mayoría de las veces Watch era tan expresivo como… bueno, como uno de esos alienígenas que permanecían junto al pantano.
—¿Me echaréis de menos? —pregunto, sorprendido.
—Te echaremos terriblemente de menos, maldito idiota-dijo Sally.
—Ten cuidado-advirtió Cindy desde abajo-No corras ningún riesgo.
—El único modo de vivir en Fantasville sin correr ningún riesgo es permaneciendo en la cama las veinticuatro horas del día-replicó Sally; sin embargo, se incorporo para dar un gran abrazo a Watch. —No dejes que te utilicen para sus experimentos genéticos. Me gustas así y lo digo muy enserio.
Adam estrechó la mano de Watch.
—Grita pidiendo auxilio si tienes problemas.
—Solo te pido que no menciones nuestros nombres-añadió Sally.
Watch se despidió de ellos y comenzó a caminar lentamente en dirección al pantano. Tan pronto como estuvo fuera de la protección de las rocas, los alienígenas repararon en él y alzaron aquellos artilugios que sin duda alguna debían ser un arma desconocida.
La reacción de los extraterrestres no indicaba que hubieran detectado la presencia de Watch, y del resto del grupo, con anterioridad. Y eso fue precisamente lo que Adam comunicó a Sally y a Cindy, que había trepado con algún esfuerzo hasta lo alto de las rocas para poder ver por sí misma lo que lo que estaba sucediendo.
—Sí, tal vez eso sea verdad-dijo Sally—.De todos modos… ¿por qué razón una cultura tan avanzada tiene que encañonar a Watch con sus armas?
La expresión de Adam era ceñuda.
—Especialmente cuando tiene las manos vacías y separadas del cuerpo para demostrar que va desarmado. Esto no me gusta nada.
—Es tan valiente-suspiró Cindy, presa de una gran ansiedad.
—Es un loco-dijo Sally—.Un loco muy valiente. Tal vez los alienígenas estuvieran tratando de comunicarse con Watch por telepatía… o tal vez no… Era difícil de saber a una distancia de setenta metros. Al menos para Adam, Sally y Cindy.
Sin embargo, si parecía que Watch intentaba decirles algo, aunque sus amigos tampoco podían oír las respuestas telepáticas de los alienígenas.
En todo caso, aquellas extrañas criaturas seguían apuntándole con sus armas.
Por fin, al cabo de un par de minutos de inspeccionar a Watch desde todos los ángulos, uno de los alienígenas lo agarró por un brazo y lo condujo hacia la escotilla de acceso del primer platillo volante.
Los tres amigos que contemplaban la escena expectantes tuvieron la impresión de que estaba siendo arrastrado dentro de la nave, aunque Watch no parecía oponer la menor resistencia.
Sally, Cindy y Adam se miraron.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Cindy.
—Bueno-empezó Sally, —Watch quería ver la nave por dentro y lo ha conseguido.
—Quería dar un paseo en la nave espacial-aclaró Adam—.No ser diseccionado como un insecto. —Y haciendo un gesto negativo con la cabeza añadió—: No podemos quedarnos sentados aquí sin mover un dedo.
—Me temo que no tendremos nada que hacer contra sus armas de rayos láser-dijo Sally—.Tal vez deberíamos llamar al presidente del gobierno.
—Nos llevaría mucho tiempo encontrar un teléfono si no podemos utilizar las bicicletas-reflexionó Adam—.Tenemos que salvar a Watch nosotros solos. Voy a hablar con esos alienígenas.
Adam se puso de pie dispuesto a ir hasta donde habían aterrizado los platillos.
Sally lo cogió con fuerza por un brazo y le obligó a ocultarse otra vez tras las rocas.
—¿Qué te hace pensar que tendrás más suerte que Watch?¿Es que no ves lo que está pasando allá abajo? Esos tipos han venido para recoger material genético y reimplantarlo microscópicamente en su propio ADN para mejorarlo y regenerar así su vieja y decadente especie. Por supuesto, y tú te has dado cuenta de eso nada más verlos, ¿no? —se burló Cindy, incrédula.
Adam se soltó de la mano de Sally que todavía le sujetaba el brazo.
—Me hace tan poca gracia como a ti salir ahí fuera, pero no se me ocurre otra cosa. Si tienes una idea mejor dímela.
Sally meditó durante algunos segundos.
—Ahora mismo no se me ocurre nada. Pero no nos precipitemos. ¿Por qué no esperamos un poco más para ver qué ocurre?
No hubo ninguna novedad. Watch no reapareció. Dos de los alienígenas, sin embargo, abandonaron el área del pantano y se encaminaron hacia las colinas próximas, muy cerca de las rocas que servían de escondite a los tres amigos.
—Tal vez están rodeándonos-reflexionó Sally.
Adam asintió con expresión cada vez más sombría.
—Debemos vigilar todos los flancos. Pero os diré una cosa: si he de enfrentarme a ellos, éste es el mejor momento, ahora que se han separado.
—No voy a permitir que vayas allí solo.-afirmó Sally.
—No puedes venir conmigo, Sally. Cindy está herida y alguien debe quedarse con ella. Preferiría que fueras allí tú solo.-dijo Cindy—.Hizo una pausa y frunció el ceño—.Aunque quizá sería lo más conveniente, Adam. Sin embargo, no me gusta actuar sin un plan previsto. Seguramente nos cogerán prisioneros como a Watch y nos llevarán a los tres a un planeta distante que gira alrededor de una estrella casi al punto de extinguirse donde nos arrojarán a una prisión esterilizada para cortarnos en rodajas con un poderoso rayo láser. Somos ovejas de camino al matadero.
—Tú no eres una oveja, Sally-le recordó Cindy.
—Intentaba ser poética —replicó Sally con la mirada brillante.
—Decidme qué otra cosa podemos hacer-intervino Adam.
—Y yo qué sé-replicó Sally—.Pero desde luego, no podemos fiarnos de unos extraterrestres de ojos saltones armados con armas desintegradoras.
—Sólo tienen desintegradoras en Stark Trek -dijo Cindy.
—¿Y cómo sabemos que no fueron precisamente esos tíos quienes escribieron la serie de televisión la serie de televisión, eh?-preguntó Sally.
—Esta discusión no conduce a ninguna parte intervino Adam con tono abatido—.Voy a salir a su encuentro y pedirles que liberen a Watch. Sally, puedes venir conmigo si lo deseas, pero sigo pensando que no es una buena idea.
—Quieres decir que como eres un chico tú te puedes hacer el héroe y yo no, ¿verdad?-le espetó Sally con tono desafiante, irguiéndose sobre sus pies—.La verdad, Adam, creo que eres un poco machista. Una chica puede ser tan capaz de salvar el mundo como un chico. —Luego, dirigió una mirada hacia los platillos volantes. Sólo se veía a un alienígena junto a la escotilla de acceso de la primera nave, la puerta a través de la que había desaparecido Watch—,me pregunto si entre los alienígenas hay chicos y chicas.
—Eso es lo que menos nos importa ahora, Sally-contestó Adam.
—Nunca se sabe-replicó Sally, y se inclinó para dar una palmada afectuosa a la espalda de Cindy—.Si no regresamos y tú puedes arreglártelas para huir de aquí, escribe un libro sobre mí cuando seas mayor. El mundo debe saber lo que ha perdido esta noche.
Cindy, sin embargo, no estaba de humor para muchas bromas.
—Os deseo toda la suerte del mundo-dijo, conmovida.
Adam y Sally abandonaron junto las rocas y se dirigieron lentamente hacia los platillos.
El alienígena que montaba guardia reacciono con rapidez ante su proximidad, se encaminó hacia ellos, alzó el arma y les apuntó directamente a la cabeza.
Adam y Sally levantaron inmediatamente las manos.
Visto desde cerca, el alienígena resultaba todavía más extraño. No tenía uñas, ni el menor rastro de cabello o de vello. Sus enormes ojos negros carecían por completo de expresión.
Eran tan fríos que podrían haber pertenecido a algún insecto.
A Adam se le encogió el corazón. Dudaba mucho de que fuera capaz de negociar con aquella criatura.
—¡Hola! —exclamó Adam—.Venimos en son de paz. No os deseamos ningún mal. Me llamo Adam. Ella es mi amiga Sally. Vosotros tenéis a otro amigo nuestro dentro del platillo volante. Su nombre es Watch. Sólo deseamos que vuelva con nosotros. Eso es todo.
—Sin embargo, tenemos amigos ocultos en las colinas-añadió Sally—.Y si nos hacéis el menor daño estarán encantados de vengar nuestras muertes.
—¡Shhhhh! —la reconvino Adam—.No estoy muy seguro de que nos comprenda.
El alienígena los miró por espacio de un minuto y luego hizo un gesto con el brazo que sostenía el arma.
Deseaba que le acompañaran al interior del platillo volante.
Adam sacudió la cabeza negativamente.
—No-dijo—.Queremos que nuestro amigo regrese con nosotros. No deseamos entrar en vuestra nave. Traedlo aquí y no volveremos a molestaros.
—Sí, eso es-añadió Sally—.Y recuerda que sois forasteros que están de visita en nuestro planeta, así que, si no te importa… demuestra tus buenos modales.
Al alienígena no le debió de gustar el tono de Sally el tono empleado por Sally. Al menos eso fue lo que supuso Adam cuando vio que avanzaba un paso y agarraba a su amiga por un brazo.
Ella se soltó con un movimiento brusco. Aquella criatura no parecía demasiado fuerte. No obstante, volvió a cogerla de inmediato y le apuntó con su arma directamente entre los ojos.
Sally experimentó un estremecimiento de terror.
Aquello ya fue demasiado para Adam. Había intentado dialogar con el alienígena, comunicarse pacíficamente con él. Su papel de terrícola amable había terminado.
Y se lanzó contra el alienígena. La criatura se volvió hacia él y alzó el arma.
Adam vio un fulgor de luz verde y oyó el grito de Sally.
Luego todo se volvió oscuro.