Epilogo
Había llegado el momento de despedirse de Ekwee 12. Los cuatro amigos estaban desolados; no querían que se marchara.
—¿Por qué no te quedas con nosotros durante algún tiempo? —le pidió Adam—.Aquí ocurren cosas increíbles y muy interesantes… Te aseguro que en este lugar la vida nunca da la impresión de “estancarse”.
—Sí, podrías aprender mucho de nosotros observando lo asombrosos que son algunos de los chicos de esta época-dijo Sally.
“Me encantaría quedarme. Pero tengo mucho que hacer cuando regrese. Debo tratar de resolver la confusión creada por vuestra captura ilegal. Debo volver a mi mundo y asegurarme de que lo que os ha sucedido a vosotros jamás se repita”.
—Sin embargo, cuando acabes, ven a pasar una temporada con nosotros-le suplicó Cindy—.Te queremos mucho, Ek. Eres como uno de nosotros.
Ekwee 12 levantó una de sus manos para que los cuatro amigos la estrecharan, uno por uno.
“Volveréis a verme, os lo prometo”.
Se despidieron con tristeza. Cindy tenía los ojos húmedos y, en realidad, todos ellos luchaban por contener las lágrimas.
En el momento en que Ekwee 12 estaba a punto de desaparecer por la escotilla de la nave, Sally le llamó para hacerle una última pregunta.
—¡Eh, Ek!¿Sabes por qué en los últimos días hace tanto calor aquí, en Fantasville? Jamás hemos sufrido unas temperaturas semejantes.
“Una fuerte inversión climática se ha establecido sobre esta zona de la costa. Sin embargo, desaparecerá en un par de días y entonces disfrutaréis de temperaturas más suaves”.
—Bueno, después de todo no se trataba del hechizo de una bruja-dijo Adam para tomarle el pelo a su amiga, la capitana Sara Wilcox.
—Ya lo sabía-dijo Sally y sacudió la cabeza con expresión ofendida.