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En Fantasville raramente hacía verdadero calor. Emplazado entre las colinas y el océano, el pueblo de Fantasville gozaba normalmente de una brisa fresca que, incluso en los peores días del verano, lo convertía en un lugar agradable. Sin embargo, en la última mitad de julio, solo un par de semanas después de que Adam Freeman y sus amigos quedaran atrapados en la Cueva Embrujada, La temperatura subió bruscamente. A mediodía, el termómetro pasaba de los 40 ºC. Agobiados por aquel calor sofocante, Sally Wilcox sugirió a sus amigos que se acercaran hasta el pantano.

—No nos meteremos en el agua-les dijo—.¿A quién le apetece bañarse allí?Pero siempre estaremos mucho más frescos.

Los cuatro amigos, Sally, Adam, Watch y Cindy se hallaban sentados en el porche de Cindy Makey, bebiendo refrescos y enjugándose el sudor que les corría por la frente.

Adam dirigió la mirada hacia la silueta del faro medio quemado que se alzaba en la distancia, a menos de cuatrocientos metros, donde poco tiempo antes había luchado con un fantasma. Su cuerpo ardía de tal modo que parecía que iba a estallar.

Por más que se esforzaba, no recordaba nunca haber pasado tanto calor, ni siquiera en la ciudad donde había vivido antes de trasladarse a Fantasville, Kansas City, un sitio que se caracteriza por sus altas temperaturas.

Se preguntó cuál sería la razón de tanto calor.

—¿Por qué no podemos bañarnos en el pantano? —preguntó Cindy ingenua.

—Porque si lo hicieras… te morirías-replicó Sally con toda naturalidad.

—No hay peces en el pantano-añadió Watch, —eso significa que el agua está contaminada.

—Sin embargo, Fantasville obtiene el agua potable de ese pantano-dijo Adam.

—Sí, y por eso en este pueblo tantos niños nacen con mutaciones-razonó Sally.

—Vosotros habéis nacido aquí, Sally-repuso Cindy con una sonrisa traviesa en el rostro, —eso explica muchas cosas…

—No todas las mutaciones son malas-replicó Sally.

—El agua se depura a través de una serie de filtros antes de que nosotros la bebamos-explicó Watch.

—¿Y qué es lo que queda en los filtros? —preguntó Adam.

—No lo sé-reconoció Watch, —pero deben de ser sustancias tóxicas. La depuradora suele volar por los aires cada dos años.

—¿Por qué hace más frío en el pantano? —quiso saber Adam.

Esta vez fue Sally quien respondió.

—Porque Madeline Templeton, la bruja que fundó este pueblo hace doscientos años, torturo hasta la muerte a cincuenta personas inocentes allí. El horros de aquel hecho monstruoso ha persistido psíquicamente en su atmósfera hasta el día de hoy a hecho que aquel lugar sea frío como el hielo.

Cindy le dedicó una mueca de incredulidad.

—¿Y tú quieres que vayamos hasta ese pantano maldito para refrescarnos?

Sally se encogió de hombros antes de responder.

—Aquí, en Fantasville, el horror abunda… si uno se atreve a indagar en el pasado. En cierta ocasión, y justamente aquí, donde está tu casa, Madeline Templeton le corto la cabeza a un niño y la fijó en el cuerpo de una cabra.

—¡Cielo santo! —exclamó Cindy—.Eso es terrible.

—Sí, fue terrible-convino Watch, —aunque de todos modos aquel niño ya se parecía mucho a una cabra.

—Es cierto-añadió Sally—.Tal vez la bruja sólo le hizo un gran favor.

—En realidad, no sé exactamente si la bruja torturó hasta la muerte a toda esa gente inocente allí, en el pantano-prosiguió Watch—.Lo que sí he oído es que les obligo a nadar en sus aguas y entonces la piel se les puso de color gris y se les cayó el pelo.

—Prefiero morir antes que perder mi hermoso cabello-dijo Sally, recogiéndose la negra melena a los lados.

—Yo creo que esa zona es más fría debido a las corrientes subterráneas que la recorren-dijo Watch, respondiendo por fin a la pregunta que le había planteado Adam—.Si pones el oído en el suelo puedes escuchar con toda claridad el sonido del agua.

Adam volvió a enjugarse el sudor que le caía a chorros por el rostro.

—Y bien… ¿qué decís? ¿Os apetece ir allí?

Cindy no estaba muy segura de querer ir a aquel lugar.

—La Cueva Embrujada ésta allí-susurró.

—La Cueva Embrujada no puede hacerte nada malo a menos que cometas la estupidez de entrar en ella-la reconvino Sally.

—Gracias, Sally, por recordármelo-dijo Cindy ofendida.

—No hay de que, Cindy-replicó Sally dulcemente.

—La Cueva Embrujada está mucho más arriba-intervino Watch—.No podemos ir en bici hasta allí, es un camino demasiado empinado; pero sí que podríamos acercarnos hasta el pantano. No tardaríamos ni veinte minutos.-Estiró su camiseta para ver si así sentía algún alivio y añadió—:A mí no me importaría dejarme caer por allí, al menos hasta que se esconda el sol.

—¿Tú qué crees que está provocando esta ola de calor? —le preguntó Adam.

—Podría tratarse de una inversión de los estratos-sugirió Watch intentando dar una explicación estrictamente científica.

—O de un hechizo de Ann Templeton-dijo Sally—,la maligna y seductora descendiente de Madeline Templeton. A ella le gusta el calor. Le encanta porque nos hace sufrir en él.

Adam se encogió de hombros.

—Yo voto a favor de ir al pantano-dijo, echando una mirada en dirección a Cindy, —si a ti te parece bien.

Sally se inclinó sobre Watch y le habló al oído en un deliberado susurro que todos pudieron escuchar:

—¿Te has dado cuenta de que nuestro encantador amigo Adam no hace nada sin consultar antes con su dulce Cindy?

Cindy lanzó una mirada furiosa a Sally.

—Sólo está siendo amable conmigo. ¿Sabes lo que eso significa? Se deletrea A… M… A… B… L… E… Busca “amable” en el diccionario y averigua lo que quiere decir. Ya imagino que jamás habrás oído esa palabra-dijo Cindy, luego se volvió hacia Adam y prosiguió: —A mi madre no le importa que lo haga mientras que éste en casa antes de que anochezca.

—A mi madre no le importa lo que haga mientras siga viva-susurró Sally.

Adam se puso de pie.

—Entonces, decidido. Iremos al pantano en bici y nos quedaremos allí hasta que se ponga el sol.

Los demás también se pusieron en pie, aunque, como era habitual en ella, Sally quiso decir la última palabra.

—Nos iremos de allí antes de que se ponga el sol. Nunca se sabe lo que se esconde en la obscuridad.