Hércules Poirot.»
—Amy —dijo su
hermana—. Has tenido una suerte inaudita. Piensa dónde podrías
estar a estas horas.
—En Woorwood
Scrubbs..., ¿o en Holloway? —murmuró Amy—. Pero
ya pasó todo..., ¿no es verdad, Augusto? Se acabaron los paseos
por el parque con tu amita, o sus amigas, y unas pequeñas
tijeras.
Lanzó un suspiro.
—¡Mi pequeño
Augusto! Qué lástima. Con lo
listo que es... Aprende cualquier
cosa.