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Siete días después, la señorita Lemon le presentó una factura a su jefe.

—Perdone, señor Poirot. ¿Debo pagar esto? «Leonora. Florista. Rosas encarnadas. Once libras, ocho chelines y seis peniques, enviadas a la condesa Rossakoff. "El Infierno", 13 End Street, W. C. 1.»

Las mejillas de Poirot se pusieron como las rosas que acababa de mencionar su secretaria. Enrojeció hasta el blanco de los ojos.

—Es conforme, señorita Lemon. Un pequeño... obsequio... para un acontecimiento. El hijo de la condesa ha contraído relaciones formales en América; con la hija de su jefe; un magnate del acero. Las rosas encarnadas son, si mal no recuerdo, sus flores favoritas.

—No está mal —opinó la señorita Lemon—. En esta época del año resultan algo caras.

Hércules Poirot se irguió.

—Hay momentos en que uno no debe reparar en gastos.

Salió de la habitación canturreando una cancioncilla. Su paso era ligero y casi juvenil. La señorita Lemon miró cómo se alejaba. Olvidó su nuevo sistema de archivo. Todos sus instintos femeninos se despertaron en ella.

—¡Válgame Dios! —murmuró—. Quisiera saber... Pero en realidad, ¡a sus años...! Seguramente no...

FIN


[1] Nurse, en inglés, significa niñera o enfermera.

[2] Nombre que aplican los ingleses a todos los extranjeros.