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Libres de la asfixia
Cuenta una anécdota que cuando John F. Kennedy llegó a Cabo Cañaveral en la década de 1960 fue preguntando a quienes encontraba en el lugar:
—¿Usted qué hace?
—Soy astronauta.
—¿Y usted?
—Yo soy científico.
A un señor que limpiaba el suelo al que también le preguntó qué hacía él respondió:
—Lo mismo que todos, señor presidente, trato de mandar un hombre a la Luna.
¡El líder de esa persona sí que le enseñó bien! No minimices nada de lo que hagas y no permitas que nadie lo haga. Este hombre sabía que formaba parte de un proyecto mundial, él era una parte y le daba valor a su trabajo porque lo hacía con orgullo y responsabilidad.
Valora todas las cosas que hagas como importantes: cada correo electrónico que envíes, cada saludo que des. Cualquier tarea, por pequeña que sea, es importante que la hagas bien.
Valora claramente tus habilidades porque todo lo que haces obedece a un plan grande.
En una oportunidad, un médico que trabajaba en el área de epidemiología con personal que estaba a cargo de censar y cargar datos durante todo el día, se presentó ante el equipo y les dijo: «Si ustedes cargan mal los datos, nosotros elaboramos mal la estadística; y si elaboramos mal la estadística, desarrollamos mal el plan de epidemiología. Por eso, cada dato que ustedes están cargando es fundamental porque bendecirá o no el programa nacional». Al escuchar esas palabras sobre la importancia de lo que estaban haciendo, esas personas se sorprendieron.
La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo.
MAHATMA GANDHI
Por eso, valora cada cosa que realices, no minimices tus responsabilidades. Cuando así lo haces, ya nadie puede controlarte ni asfixiarte.
Sé una persona de «edición limitada». De cada mil vacas Aberdeen Angus nace una vaca roja. ¡Sé una vaca roja!