«Azincourt constituye una de esas gestas épicas de nuestra historia que mejor han quedado grabadas en el corazón de los ingleses, capaces como somos de representárnosla en toda su crudeza… Símbolo de la victoria del débil sobre el poderoso, del soldado de a pie sobre la caballería, del arrojo sobre el ditirambo…, es también la historia de una batalla encarnizada, de una atrocidad que nos pone los pelos de punta.»
Sir John Keegan, The Face of Battle (El rostro de la batalla)
«…multitud de heridos, montones de muertos, cadáveres sin fin: cadáveres con los que nos tropezamos sin parar.»
(Nahúm, 3, 3)