17 de diciembre
Coque se ha fugado con Lola Flores
(1954)
Coque era un gran interior a principios de los cincuenta. Protagonista de una gran hazaña del Valladolid, con el que había subido en dos temporadas de Tercera a Primera División. Con el mismo equipo llegó a jugar la final de Copa de 1950, que perdería ante el Athletic de Bilbao. Formaba con Ortega, Lasala y Aldecoa un magnífico «cuadrado mágico» en el equipo pucelano. Había llegado a jugar en la selección un partido oficial, contra Irlanda, un 6-0 en el Bernabéu en el que él había marcado uno de los goles, y había tomado parte en otros encuentros de preselección. Era un interior de ida y vuelta, mucha presencia, claridad en el juego y un gran chupinazo desde el borde del área. Una estrella emergente. El Atlético de Madrid le fichó al comienzo de la temporada 1953-1954, para compensar la salida de Pérez-Payá, que jugaba en el Atlético como amateur, y que al hacerse profesional prefirió pasar al Madrid. Coque hizo una buena primera temporada en el Atlético, con 25 partidos y siete goles. Era un buen comienzo. El Atlético estaba seguro de haber conseguido un gran jugador para muchos años.
Pero todo se complicó cuando conoció a Lola Flores, la Faraona. Lola Flores era una cantaora y bailaora de enorme éxito, y una mujer de armas tomar. Había empezado a tratar a algunos futbolistas. Tuvo relación con Biosca, defensa central del Barça, pero este se le mostraba esquivo a partir de cierto momento. Lola Flores escogió entonces a Coque, según muchos para darle celos a Biosca, y Coque acude encantado al cite. El juego se convierte en más, la relación se consolida y Coque empieza a tener cada vez menos tiempo para el fútbol. Los compañeros le reconvienen, pero él empieza a faltar a los entrenamientos. O a llegar a ellos tarde, mal dormido y peor dispuesto al trabajo. Su vida ya no es el fútbol, su vida es otra, es la farándula, los tablaos, el baile, el trasnoche, el amor apasionado de madrugada. El club le multa el 16 de octubre, pero no reacciona. La víspera de un partido en casa, no aparece. Corre un rumor: que se ha fugado con Lola Flores a América.
El rumor se confirma. Las noticias que días después llegan de América certifican que la Faraona viaja con Coque, que ha dejado plantado al club, y su nombre hasta aparece en los carteles del espectáculo de Lola Flores como productor. El Atlético le denuncia y Lola Flores tiene un gesto torero: envía al Atlético las 50 000 pesetas de ficha del jugador. No había fuerza que pudiera separar a esa pareja. El Atlético se resigna: se ha quedado sin Coque. Y Coque se ha quedado sin carrera futbolística.
El tiempo gasta la relación y Coque regresa. Jugará algo en el Racing de Santander, pero ya no es el mismo. Vuelve a Valladolid, donde su mujer le perdona, intenta jugar de nuevo en el club de su tierra, pero ya no está para nada. El fútbol se había acabado para él. Y es que la Faraona era mucha Faraona.