5 de octubre
El Espanyol toma oxígeno en los descansos
(1952)
La temporada 1952-1953 empezó muy bien para el Espanyol, que estaba entrenado por Alejandro Scopelli, un viejo zorro del fútbol. Le apodaban «el Conejo». Había sido brillante jugador en Argentina, integrante de una de las delanteras más célebres de aquel país: Guaita, Nolo Ferreira, Zozaya, Scopelli, Lauri. Había contratado para la portería a Marcel Domingo, meta francés que tras pasar por el Atlético jugó en el Niza, donde ganó la liga francesa, y encaraba la temporada con un secreto que no se revelaría hasta al cabo de un mes. El caso es que contó sus siete primeros partidos por victorias: 0-1 en Vigo, 6-2 al Sevilla, 1-2 en Chamartín, 4-0 al Gijón, 2-1 al Valencia, 0-1 en Valladolid, 6-2 al Athletic… Hasta la octava jornada no empata su primer partido y aún se mantendrá sin perder hasta la duodécima, el 14 de diciembre. El equipo era de aquellos que se recitaban de memoria: Marcel Domingo; Argilés, Parra, Faura; Bolinches, Artigas; Arcas, Marcet, Mauri, Piquín y Egea.
¿Qué estaba pasando? Lo que estaba pasando lo revela un sensacional reportaje periodístico que muestra fotos de los jugadores del Espanyol en el descanso de un partido inhalando oxígeno con sus mascarillas puestas. Un método importado de Argentina por Scopelli para que los jugadores se repusieran en el intermedio del esfuerzo de la primera parte. El asunto crea sensación en la prensa, es una comidilla nacional y provoca incluso un debate médico. Pero nadie es capaz de argumentar nada en contra y el Espanyol sigue utilizándolo.
La racha se corta en la visita a Les Corts, adonde el Espanyol llega con nueve victorias y dos empates, escapado en la tabla. El Barça está seis puntos por debajo. El partido se juega en un ambiente de gran pasión. Era el Barça de Kubala, campeón de liga y Copa el año anterior, y no podía admitir la superioridad del Espanyol. El campo está a reventar y hay un muerto en una avalancha. La policía permite que algunos espectadores abandonen la grada y se sienten en el césped, cerca de las líneas de juego, para aliviar la presión. Los jugadores del Espanyol protestan porque entienden como intimidatoria esa presencia tan próxima de gente que les insulta, pero no tienen más remedio que jugar así. Al descanso van ganando por 0-1, gol de Mauri. Cuando llegan al vestuario se encuentran con una desagradable sorpresa: alguien ha quemado las toallas, hay mucho humo y todavía algo de fuego en alguna de ellas. No es aconsejable abrir el oxígeno en esas condiciones, de modo que no lo abren. Juegan la segunda parte peor y el Barça da la vuelta al partido, con goles de Hanke y Moreno. El Espanyol pierde en esta duodécima jornada su primer partido del campeonato y el encanto queda roto.
Luego perderá más partidos, y a la altura de los dos tercios del campeonato elimina la utilización del oxígeno porque corre la idea de que el método a la larga «quema» a los jugadores. Terminará el campeonato en cuarta posición, a seis puntos del Barça, que fue campeón. El Espanyol se mantuvo en cabeza hasta la jornada vigesimotercera. Cuando llegó a Les Corts no había perdido ninguno de los once partidos precedentes. Después de Les Corts perdería otros nueve, la mitad de los que jugó. Su racha cambió ahí. Nadie en el Barça se responsabilizó del asalto al vestuario del Espanyol, ni hubo sanción alguna por ello. Después de eso, el Espanyol estuvo unos años sin utilizar los vestuarios del Barça cuando acudía a su campo como visitante. Iban a los partidos vestidos desde Sarriá, y tras ellos regresaban de nuevo allí para ducharse y cambiarse.