83
ESTOY algo confuso. Vienen a mí imágenes que rechazo. Son imágenes gratas o ingratas, según se mire. Pero no las considero mías. Las supongo visiones. El perro Nicodemo ha vuelto a tenderse en el centro de la plaza. Frente a mí. Levanta su cabeza. Su animal cabeza. Y me mira. De noche, desde aquí, veo sus ojos. Sus ojos brillan, aunque sea de noche. Y esos ojos no me dejan dormir porque parecen ojos de perro rabioso. Estoy algo confuso porque esos ojos no me dejan dormir.