Se trata del sitio arqueológico más importante del mundo occidental. Coronada por el Partenón, la Acrópolis se alza sobre Atenas y es visible desde casi cualquier parte de la ciudad. Sus monumentos de mármol del Pentélico brillan blancos al sol del mediodía y van adquiriendo un color miel conforme se pone el sol, hasta que de noche se levantan sobre la ciudad con una iluminación resplandeciente. Sencillamente maravilloso.
Indispensable
Partenón
El Partenón es el monumento más representativo de la gloria de la antigua Grecia. Está consagrado a Atenea Partenos, diosa que representa el poder y el prestigio de la ciudad. El Partenón es el mayor templo dórico levantado en Grecia y el único construido plenamente en mármol pentélico (a excepción de la madera del techo). Fue diseñado por Ictino y Calícrates como el monumento principal de la Acrópolis y se concluyó a tiempo para las Grandes Panateneas del 438 a.C.
Columnas del Partenón
Las ocho columnas estriadas de estilo dórico que hay en la parte anterior y posterior y las 17 a cada lado fueron talladas para crear una ilusión óptica: la base es ligeramente cóncava y las columnas son ligeramente convexas, de modo que el conjunto parece recto. Supervisados por Fidias, los escultores Agorácrito y Alcámenes trabajaron en las esculturas arquitectónicas del Partenón, incluidos los frontones, frisos y metopas, que tuvieron colores y dorados brillantes.
Frontones del Partenón
Los frontones (los elementos triangulares que coronan las fachadas este y oeste) estuvieron cubiertos de esculturas esculpidas con maestría. En el lado oeste se representaba a Atenea y Poseidón luchando por conseguir el patronazgo de la ciudad, y en el este, el nacimiento de Atenea de la cabeza de Zeus. La mayor parte de los restos están en el Museo de la Acrópolis, junto a otras esculturas y piezas de la Acrópolis.
Metopas y frisos
Las metopas del Partenón, diseñadas por Fidias, son paneles cuadrados esculpidos que se ubican entre los triglifos acanalados. Las del lateral este representaban a los dioses del Olimpo luchando contra gigantes y en el lado oeste, a Teseo liderando a los jóvenes atenienses en la batalla contra las amazonas. Las metopas del sur ilustraban la lucha de los lápitas y los centauros en un banquete nupcial, mientras que las del norte mostraban el saqueo de Troya. La cella interior estaba rematada por el friso jónico, una franja con esculturas que representaban la Procesión de las Panateneas.
Estatua de Atenea Polias
La estatua para la que se construyó el templo, Atenea Polias (Atenea de la Ciudad), fue considerada una de las maravillas del mundo antiguo. En el 426 d.C. se la llevaron a Constantinopla, y allí desapareció. Fue un diseño de Fidias y se terminó en el 432 a.C. Se alzaba casi 12 m sobre un pedestal y estaba chapada en oro. El rostro, las manos y los pies de Atenea estaban hechos de marfil y los ojos, de joyas.
Erecteión
Concluido en torno al 406 a.C., el Erecteión fue un santuario ubicado en la parte más sagrada de la Acrópolis: allí donde Poseidón hincó su tridente en la tierra y Atenea hizo germinar el olivo. Debe su nombre a Erecteo, un rey mítico de Atenas, y acogía los cultos a Atenea, Poseidón y al propio Erecteo. Es un ejemplo supremo de arquitectura jónica, construido en varios niveles para contrarrestar las irregularidades del lecho de roca.
Pórtico de las Cariátides
El Erecteión se reconoce gracias a sus seis majestuosas columnas de doncellas que sostienen el pórtico sur, las Cariátides (415 a.C.). Moldeadas según las mujeres de Karyai (actual Karyes, en Laconia), se cree que cada una de las doncellas sostenía un cuenco de libaciones en una mano y se levantaba el vestido con la otra. Las del templo son copias en yeso; las originales (excepto la que robó lord Elgin, ahora en el Museo Británico) están en el Museo de la Acrópolis (Clicar).
Templo de Poseidón
Pese a perder el patronazgo de la ciudad, en el lado norte del Erecteión se rindió culto a Poseidón. En el pórtico aún se ve la marca del golpe con el tridente. Su aspecto original era el de un pórtico artesonado de decoración exquisita y ricos colores.
Muralla de Temístocles
El astuto general Temístocles (524-459 a.C.) se apresuró a construir un muro de protección alrededor de la Acrópolis. Al hacerlo, incorporó elementos de templos arcaicos. Al norte del Erecteión se ven tambores de columnas integrados en la muralla.
Propileos
La entrada monumental a la Acrópolis, los Propileos, fue construida por Mnesicles entre el 437 y el 432 a.C., con una nave central y dos alas a cada lado. En la Antigüedad, sus cinco puertas eran el único acceso a la “ciudad alta”. La puerta central sale a la Vía Panatenaica. El techo de la nave central estaba pintado con estrellas doradas sobre un fondo azul oscuro. El ala norte se utilizaba como pinakothiki (galería de arte).
Templo de Atenea Niké
De restauración reciente y proporciones exquisitas, es un diminuto templo de mármol pentélico, diseñado por Calícrates y construido en torno al 425 a.C. La cella interior albergó una estatua de madera de Atenea Niké (victoriosa) y los frisos exteriores ilustraban escenas de la mitología, la batalla de Platea (479 a.C.) y a los atenienses luchando contra los beocios y los persas. Algunas partes del friso se hallan en el Museo de la Acrópolis, al igual que varios relieves, como la bella representación de Atenea Niké abrochándose la sandalia.
Comprender
La Acrópolis
Lucha por Atenas
Cuando el fenicio Cécrope fundó una ciudad sobre una enorme roca cerca del mar, los dioses del Olimpo proclamaron que debía llevar el nombre de la deidad que ofreciese el legado más valioso a los mortales. Atenea –diosa de la sabiduría, entre otras cosas– hizo crecer un olivo, símbolo de paz y prosperidad. Poseidón –dios del mar– clavó su tridente en una roca, de donde surgió un manantial de agua salada (algunas versiones dicen que creó un caballo). Los dioses consideraron que el obsequio de Atenea sería de mayor utilidad para los ciudadanos, ya que les daría alimento, aceite y madera. La diosa sigue dominando la mitología de Atenas y los grandes monumentos de la ciudad están consagrados a ella.
Construcción de la Acrópolis
La Acrópolis se habitó por primera vez en la época neolítica (4000-3000 a.C.). Los primeros templos se construyeron en la era minoica, en homenaje a la diosa Atenea, y permaneció habitada hasta finales del s. VI a.C. En el 510 a.C. el Oráculo de Delfos declaró que el monte debía ser morada de los dioses.
Después de que los persas redujeran a cenizas los edificios de la Acrópolis en vísperas de la batalla de Salamina (480 a.C.), Pericles presentó su ambicioso programa de reconstrucción. Transformó la Acrópolis en una ciudad de templos, considerada ahora como el máximo logro de la Grecia clásica. No escatimó en gastos: solo los mejores materiales, arquitectos, escultores y artistas eran adecuados para una ciudad dedicada al culto a Atenea, con edificios colosales en colores espléndidos y estatuas gigantescas, algunas de bronce y otras de mármol, chapadas en oro y con incrustaciones de piedras preciosas.
Conservación
Los templos sufrieron mucho tras años de ocupación extranjera, incluyendo una explosión causada en 1687 por la pólvora que los turcos almacenaban en el Partenón. Diversos arqueólogos extranjeros hurtaron material, entre ellos lord Elgin, que en 1801 se llevó una amplia colección de esculturas de la Acrópolis, hoy en el Museo Británico (a pesar de que Grecia pide su retorno). Otros problemas han incluido reformas mal hechas después de la independencia, terremotos y la contaminación ambiental. Actualmente siguen haciéndose trabajos de restauración.
Puerta de Beulé y monumento a Agripa
Al salir de los Propileos está la puerta de Beulé, en honor del arqueólogo francés Ernest Beulé, que la descubrió en 1852. El pedestal de 8 m, a mitad de camino entre la rampa zigzagueante que llega a los Propileos, estuvo coronado por el monumento a Agripa, una estatua de bronce del general romano dirigiendo un carro, erigida en el 27 a.C. para conmemorar la victoria en los Juegos Panatenaicos.
Teatro de Dioniso
Originalmente, este teatro (tel. 210 322 4625; Dionysiou Areopagitou; adultos/niños 2 €/gratis, gratis con el pase de la Acrópolis; 8.00-20.00, horario reducido en temporada baja; Akropoli) era un teatro de madera del s. VI a.C., construido en la localización de las Grandes Dionisias. Durante la edad dorada de Atenas acogió obras de Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes. Entre el 342 y el 326 a.C., el teatro fue reconstruido en piedra y mármol, con capacidad para 17 000 espectadores (en 64 gradas, de las que quedan unas 20) y un altar a Dioniso en el foso de la orquesta.
Tronos y grabados del Teatro de Dioniso
Los tronos de mármol pentélico de la primera fila eran para dignatarios y sacerdotes. El más grande, con garras de león, sátiros y grifos, estaba reservado al sacerdote de Dioniso. Los relieves del s. II a.C. que hay detrás del escenario ilustran las hazañas de Dioniso. Los dos hombres robustos (que conservan la cabeza) son selini, adoradores del mítico Sileno, padre libertino de los sátiros, cuyo pasatiempo preferido era recorrer las montañas persiguiendo ninfas con su falo enorme.
Asclepio y la Estoa de Eumenes
Sobre el Teatro de Dioniso, unas escaleras llevan al Asclepio, un templo construido en torno a un manantial sagrado. La adoración a Asclepio, médico hijo de Apolo, se inició en Epidauro y se introdujo en Atenas en el 429 a.C., cuando una plaga asolaba la ciudad y la gente acudía aquí en busca de curación. Por debajo del Asclepio se encuentra la Estoa de Eumenes, una columnata construida por Eumenes II, rey de Pérgamo (197-159 a.C.), con el objetivo de salvaguardar a los asistentes al teatro.
Odeón de Herodes Ático
El camino sigue hacia el oeste desde el Asclepio hasta el magnífico Odeón de Herodes Ático (tel. 210 324 1807; Akropoli), conocido como el Herodión. Fue construido en el 161 d.C. por el rico romano Herodes Ático en recuerdo de su mujer, Regila. El teatro fue excavado en 1857-1858 y se restauró entre 1950 y 1961. Acoge obras de teatro, música y danza durante el Festival de Atenas (tel. 210 322 1459; www.hellenicfestival.gr).