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Templo de Zeus Olímpico

No hay que dejar de ver esta maravilla en pleno centro de Atenas. También conocido como el Olimpeion, es el templo más grande de Grecia y, como indica su nombre, está dedicado al dios supremo, Zeus. Pisístrato empezó su construcción en el s. VI a.C., en la orilla occidental del río Illissos, pero las obras se paralizaron debido a la escasez de fondos. Los siguientes dirigentes intentaron terminar el templo; Adriano lo logró en el 131 d.C.

Indispensable

Templo

El colosal templo de Zeus Olímpico tardó más de 700 años en construirse. Cuando Adriano lo terminó en el 131 d.C., plantó una de las estatuas más grandes del mundo –una gigante de Zeus en oro y marfil– en la cella y, con la falta de modestia propia de la época, erigió una igual de grande al lado: de su persona. El templo fue saqueado por invasores bárbaros en el s. III d.C. y más tarde cayó en desuso.

Columnas

El templo impresiona por el tamaño de sus 104 columnas corintias –de 17 m de alto con una base de 1,7 m de diámetro–, de las cuales quedan 15. Si se imagina todo el conjunto el viajero se hará una idea de su antigua grandeza. Un vendaval echó abajo la columna caída en 1852.

Templo original

El Olimpeion está construido en el emplazamiento de un templete (590-560 a.C.) dedicado al culto de Zeus Olímpico. De cerca pueden verse los cimientos.

Arco de Adriano

Junto al templo, en el cruce de Leoforos Vasilissis Olgas y Leoforos Vasilissis Amalias, se eleva un monumento de mármol pentélico que se puede ver sin pagar. El emperador romano Adriano lo erigió en el 132 d.C., probablemente para conmemorar la consagración del templo. Las inscripciones revelan que su objeto también era ser un punto divisorio entre las ciudades antigua y romana. En el friso noroeste se lee “Esta es Atenas, la antigua ciudad de Teseo”, y en el friso sureste, “Esta es la ciudad de Adriano, y no de Teseo”.