SESIÓN NOVENA
15 de abril de 1937 a las 10 de la mañana.
GOLDMAN: Si me lo permite, Sr. Presidente, quisiera hacer algunas declaraciones para que consten en actas. Con respecto a ciertos testimonios que hemos recibido desde Francia, quisiera hacer la siguiente declaración: muchos de los testimonios incluidos en las carpetas sobre Copenhague y Royan tienen firma. Un gran número de ellos son de emigrados que se encuentran actualmente en una situación ilegal. Debido a la imposibilidad de legalizar sus testimonios en forma oficial, el Comité francés de Investigación sobre los Procesos creó una comisión a la que se encomendó la certificación de los testimonios. Los miembros de esta Comisión son Alfred Rosmer, ampliamente conocido en el movimiento obrero de Francia, Fernand Charbit[294], militante sindicalista, y André Breton[295], escritor. Los que firmaron las declaraciones se presentaron ante la Comisión, que las certificó con las tres firmas de sus miembros y con el sello del Comité.
Otra declaración que quisiera hacer trata sobre una cuestión muy importante, aunque de menor relevancia: la cuestión de la actitud del Sr. Trotsky hacia la situación española. Naturalmente, su manejo del inglés constituye una barrera que, en cierta medida, le dificulta poder explicar claramente lo que piensa de la situación. Para mayor claridad, quisiera leer para que conste en actas: «Respuestas a ciertas preguntas del representante de Havas[296], la agencia de prensa francesa[297]».
TROTSKY: Y la fecha.
GOLDMAN: 19 de febrero de 1937. Dice lo siguiente:
¿Di o no «instrucciones» para que el frente republicano sea sostenido por voluntarios? No di «instrucciones» a nadie. En general, además, no doy «instrucciones». Expreso mi opinión en los artículos. Sólo cobardes, traidores o agentes del fascismo pueden renunciar a ayudar a los ejércitos republicanos españoles. El deber elemental de todo revolucionario es luchar contra las bandas de Franco, de Mussolini[298] y de Hitler. El POUM se ubica a la izquierda de la coalición de gobierno española y en parte en la oposición. Este partido no es «trotskista». En varias ocasiones critiqué su política, a pesar de la cálida simpatía que siento por el heroísmo con el que los miembros de este partido, sobre todo su juventud, combaten en el frente. El POUM cometió el error de participar en la coalición electoral del Frente «Popular», bajo el abrigo de la cual el general Franco preparó audazmente durante meses la insurrección que hoy devasta España. Un partido revolucionario no tenía derecho a asumir, ni directa ni indirectamente, ninguna responsabilidad por una política de tolerancia ciega y criminal. Estaba obligado a alertar a las masas. La dirección del POUM cometió un segundo error al ingresar al Gobierno de Coalición de Cataluña; para luchar codo a codo con otros partidos en el frente, no hay ninguna necesidad de asumir ninguna responsabilidad por las falsas políticas gubernamentales de estos partidos. Sin debilitar ni por un segundo el frente militar, es necesario saber organizar políticamente a las masas bajo la bandera revolucionaria. En la guerra civil, mucho más que en la guerra común, la política domina la estrategia. Robert Lee[299], como jefe del ejército, tenía, por cierto, más talento que Grant, pero el programa de la liquidación de la esclavitud le aseguró la victoria a Grant[300]. En nuestros tres años de guerra civil, la superioridad del arte y la técnica militares con frecuencia estaban del lado del enemigo, pero al final de cuentas fue el programa bolchevique el que venció. El trabajador sabía muy bien por qué luchaba. El campesino vaciló durante mucho tiempo, pero al comparar a los dos regímenes por su experiencia, finalmente apoyó el bando bolchevique.
En España, los estalinistas que llevan la voz cantante en las altas esferas pusieron en evidencia la fórmula tras la que Largo Caballero, el jefe del gobierno, se alineó: primero, la victoria militar, y luego la reforma social. La considero una fórmula fatal para la Revolución Española. Al no ver las diferencias radicales entre los dos programas plasmados en la realidad, las masas trabajadoras, especialmente los campesinos, caen en la indiferencia. En estas condiciones, el fascismo vencerá inevitablemente, porque la ventaja puramente militar está de su lado… para la victoria sobre el fascismo.
Las políticas de Stalin, que siempre se reveló como un oportunista en las situaciones revolucionarias, están dictadas por el miedo a espantar a la burguesía francesa, en especial a las «200 familias» contra las cuales el Frente Popular francés hace tiempo declaró la guerra, en el papel[301]. La política de Stalin en España constituye una reedición, no tanto de la de Kerensky en 1917, sino de la de Ebert y Scheidemann[302] en la Revolución Alemana de 1918. La victoria de Hitler fue el castigo para la política de Ebert-Scheidemann. En Alemania, el castigo fue aplazado quince años. En España, puede sobrevenir en menos de quince meses.
Sin embargo, ¿la victoria social y política de los obreros y campesinos españoles no significaría una guerra europea? Tales profecías, dictadas por una cobardía reaccionaria, son radicalmente falsas. Si el fascismo triunfa en España, Francia se encontrará atrapada en un brete del que no podrá salir. La dictadura de Franco significaría la aceleración inevitable de la guerra europea, en las peores condiciones para Francia. Es inútil agregar que una nueva guerra europea desangraría al pueblo francés hasta la última gota y lo conduciría hacia su decadencia y, de igual modo, le asestaría un golpe terrible a toda la humanidad.
Por otro lado, la victoria de los obreros y campesinos españoles sacudiría sin duda a los regímenes de Mussolini y Hitler. Gracias a su carácter hermético y totalitario, los regímenes fascistas dan la impresión de una firmeza inquebrantable. De hecho, ante la primera prueba serán víctimas de explosiones internas. La victoriosa Revolución Rusa minó las fuerzas del régimen de los Hohenzollern[303]. La victoriosa Revolución Española socavará los regímenes de Hitler y Mussolini. Sólo por esa razón, la victoria de los trabajadores y campesinos españoles se revelará de entrada como una poderosa fuerza de paz. La tarea de los auténticos revolucionarios españoles consiste en consolidar y fortalecer el frente militar, romper la tutela política de la burocracia soviética, dar a las masas un programa social audaz, asegurar así la victoria de la revolución y, precisamente de esta manera, defender la causa de la paz. ¡Sólo así será posible la salvación de Europa!
León Trotsky
TROTSKY: También fue publicada en Estados Unidos, si mal no recuerdo.
GOLDMAN: Esta declaración se publicó en la prensa francesa.
TROTSKY: Y en el New York Post, donde trabaja Lore.
STOLBERG: ¿El New York Post?
GOLDMAN: El New York Evening Post. Ahora bien, el siguiente punto que me gustaría abordar es la cuestión de la situación internacional. Con esto me refiero a la posición de Trotsky con respecto a las relaciones internacionales de la Unión Soviética y su política exterior, y su posición en relación con el posible ataque de Hitler y de Japón contra la Unión Soviética. Necesariamente, algunas preguntas ya se han planteado, pero otras no. Quisiera volver sobre este tema.
FINERTY: Supongo que se tratará de su complicidad o no complicidad con la intervención de Alemania y Japón, o la presunta intervención de estos dos países.
GOLDMAN: Sr. Trotsky, ¿podría enunciar cuáles fueron los principios básicos que determinaron la política exterior de la Unión Soviética durante el período en que Lenin y usted tenían un papel protagónico en la dirección de los destinos de la Unión Soviética?
TROTSKY: Considerábamos la Unión Soviética como parte del movimiento revolucionario mundial de la clase obrera. Considerábamos que era nuestro deber tomar todas las medidas para salvar y preservar la Unión Soviética. Considerábamos que el movimiento revolucionario de todos los países… que su éxito sería la mejor garantía de estabilidad de la Unión Soviética. Nunca intentamos someter el movimiento revolucionario de ningún país a los intereses específicos de la Unión Soviética, porque semejante sumisión significaría el debilitamiento del movimiento obrero en ese país, en todos los países. Según nuestra opinión, nuestros principios coincidían totalmente con el desarrollo revolucionario independiente del proletariado en todo el mundo. Recuerdo —fue en 1922, en el último año de la vida activa de Lenin— cuando Zinoviev y Bujarin, en mayor medida Zinoviev, guiados por una simple estrechez organizativa, intentaron cambiar la dirección de ciertos países mediante medidas de presión desde arriba. Lenin escribió en aquel entonces… publicó esta carta: «Con semejantes medidas, sólo harán una selección de gente dócil y estúpida. Personas dóciles y estúpidas no es lo que queremos en la IC». Lo lamento mucho, pero me veo obligado a decir que esta selección ha progresado muchísimo desde entonces, porque el método de presión desde Moscú, el reemplazo de los dirigentes según los intereses coyunturales de la burocracia de Moscú, se convirtió en la regla.
GOLDMAN: En su opinión ¿de qué manera cambió la política exterior desde que Stalin asumió el control?
TROTSKY: Lo primero que se proclamó fue la teoría del «socialismo en un solo país». El planteo del «socialismo en un solo país» significa que todas las demás secciones perdían durante un largo período, un período indeterminado, su rol independiente. Ahora representan sólo la «guarda» de la Unión Soviética. El «socialismo» se aplica en la Unión Soviética independientemente de lo que pase en el mundo.
Ahora vemos la lucha contra el fascismo en España, el fascismo en Alemania, el fascismo en Austria e Italia, pero la burocracia socialista dice que la revolución progresa en la Unión Soviética. Según nuestro punto de vista marxista, la reacción en la Unión Soviética es sólo una parte de esta tremenda reacción mundial. Si esta reacción mundial sigue como hasta ahora, la Unión Soviética como Estado proletario soviético está condenado.
GOLDMAN: ¿Alguna vez pensó que la Unión Soviética debía enviar el Ejército Rojo a otros países con el propósito de derrocar el poder de las clases capitalistas?
TROTSKY: En términos tan abstractos, es difícil contestar. Es posible imaginar una situación en donde en un país se esté desarrollando la guerra civil. El proletariado crea un gobierno, y los fascistas crean otro. Luego, el gobierno del proletariado pide la ayuda del gobierno soviético. Naturalmente, yo no se la negaría si pudiera. Imagínese la situación en España. Y que España, imagínese, sea un país vecino de la Unión Soviética. Caballero nos pide ayuda. Sería un deber elemental… Al igual que lo sería para los militantes sindicales de cada país ayudar en una huelga, también es un deber ayudar con la fuerza militar si no constituye una imposición sobre ellos, y si ellos mismos piden ayuda.
GOLDMAN: Pero suponiendo que no existe doble poder en un país. Suponiendo que el proletariado no intenta tomar el poder. ¿Alguna vez creyó o defendió la idea de que el Ejército Rojo debía ser enviado a otros países?
TROTSKY: Una revolución liderada por el Ejército Rojo sería el peor tipo de aventurerismo. Intentar imponer la revolución sobre otro pueblo mediante el Ejército Rojo sería aventurerismo.
GOLDMAN: Cuando usted era una de las figuras dirigentes de la Unión Soviética, ¿alguna vez defendió la idea de que la Unión Soviética no tuviera relaciones políticas ni económicas con el mundo capitalista?
TROTSKY: Nunca.
GOLDMAN: ¿Cuál era su concepción general sobre ese problema?
TROTSKY: Lamentablemente, se trata de lidiar con una situación objetiva de la que no podemos escapar. Es como si dijera que no usaría un tren porque el dueño es capitalista. No se puede esperar el momento de la dictadura del proletariado para usar el tren.
La misma regla… Estamos rodeados de países capitalistas desde todos los flancos. Debemos comprar y vender. Debemos tener la posibilidad de enviar a nuestros ciudadanos a otros países para aprender, para comprar y vender. Debemos tener relaciones económicas, políticas y diplomáticas con ellos. Es absolutamente natural. Daré un ejemplo mejor: sería lo mismo si los sindicatos interrumpieran o se negaran a mantener conversaciones con el patrón. Es imposible. Éramos, en nuestra opinión, un sindicato que se convirtió en un Estado. Los demás Estados son los patrones, y debemos negociar con ellos. Es absolutamente necesario, inclusive hacer concesiones, tal como las hacen los trabajadores a sus patrones cuando no tiene éxito una huelga. Somos el único Estado obrero del mundo, rodeado de naciones capitalistas hostiles.
FINERTY: Sr. Goldman, creo que ayudaría si el Sr. Trotsky definiera el período en el que tuvo una responsabilidad compartida con Stalin en el gobierno ruso, el gobierno soviético.
GOLDMAN: ¿Entendió la pregunta, Sr. Trotsky?
FINERTY: Con Lenin, quise decir.
GOLDMAN: ¿Puede hablarnos sobre el período en el que asumió una responsabilidad común con Lenin en la elaboración de la política exterior de la Unión Soviética?
TROTSKY: Hasta 1922 tuvimos plena responsabilidad en el gobierno. En 1922, durante la enfermedad de Lenin, fue el período transicional de la troika ilegal. En 1923, comenzó la lucha de la Oposición.
GOLDMAN: Y desde entonces, ¿no asumió ninguna responsabilidad en la conducción de la política del gobierno soviético?
TROTSKY: Hasta 1927, seguí siendo miembro del Politburó. Estaba en la Oposición dentro del Politburó, pero ante el mundo tenía mi parte de responsabilidad.
GOLDMAN: Ahora bien, ¿cuál es su idea sobre la posibilidad de la coexistencia pacífica de la Unión Soviética con los países capitalistas, el único país donde no gobierna el capitalismo?
TROTSKY: La idea es simple. Necesitábamos que los demás nos dejaran en paz. No nos interesaba la guerra, no queríamos provocar guerras. Nos interesaba la paz. Es la razón de las grandes concesiones que les hicimos a los países capitalistas en aquel momento, entre 1918 y 1924. Pero en 1933 y 1934, Stalin le vendió a Japón el Ferrocarril Oriental chino[304]. Lo atacaron varios elementos de la izquierda europea, y creo yo, innecesariamente por esta concesión. Lo defendí en 1933. Expliqué que era una cuestión de guerra y paz, y si tuviéramos una razón para ir a la guerra con Japón, si llegara a ser necesario, no sería únicamente por el ferrocarril. Si mediante la concesión del ferrocarril podíamos ganar dos o tres años de paz, debíamos hacer esa concesión. Tuve grandes discusiones al respecto, discusiones internacionales con mis propios amigos.
GOLDMAN: Ahora bien, ¿nos podría dar su idea general sobre la posibilidad de que, durante un largo período, existiera la Unión Soviética, el país de los obreros, en medio de un mundo capitalista?
TROTSKY: Semejante coexistencia, no podría durar indefinidamente. Porque el mundo capitalista no es estable… Perdón, estoy cansado [en este momento, Trotsky hizo una pausa en su respuesta —A.M.G.]. No es estable, y todos los países gravitan hacia la revolución obrera o hacia la dictadura fascista. En ambos casos, las relaciones entre la Unión Soviética y los Estados capitalistas deben cambiar. Durante muchos años hubo cierta amistad entre la Unión Soviética y Alemania[305]. Cambió luego de la victoria de Hitler. Si el proletariado triunfa en España, las relaciones serán las mejores, espero yo, entre la Unión Soviética y España. Si España es fascista, la Unión Soviética tendrá un enemigo mortal, un enemigo mortal más.
GOLDMAN: ¿Un enemigo mortal más?
TROTSKY: Sí, un enemigo mortal más. No es una situación estable. Y nos interesa prolongar esta situación, para que el movimiento obrero revolucionario tenga la posibilidad de desarrollarse, no queremos provocar rupturas, porque la Unión Soviética puede ser abolida como Estado obrero. Los Estados capitalistas ahora son más poderosos que el Estado soviético, mucho más poderosos. Pero debemos entender que esta situación no será eterna, que la existencia del Estado soviético depende, en última instancia, del desarrollo de la revolución en los países capitalistas.
GOLDMAN: De esto deduzco que su idea es que en el estado actual del capitalismo; en su estado de decadencia, ¿no cree que la Unión Soviética pueda durar por un período muy largo como bastión socialista aislado en el mundo capitalista?
TROTSKY: No, eso está excluido. Cuando dicen en la Unión Soviética que soy pesimista, no puedo más que sorprenderme, porque se trata del proletariado mundial. ¿Por qué sería pesimista con respecto al proletariado mundial? Soy muy optimista sobre su posibilidad de instaurar el socialismo internacional.
Espero que el proletariado mundial consiga el poder para que la humanidad no sufra una decadencia total. La situación es la siguiente: o el capitalismo destruirá la cultura humana a través del fascismo, o la clase trabajadora tomará el poder y creará nuevas bases para una nueva civilización. Esta es la única posibilidad. En esa situación, soy optimista. No creo que nuestra civilización perezca. Creo que comenzará un nuevo desarrollo, un desarrollo socialista en todo el mundo.
En este proceso vital, veo el destino de la Unión Soviética. La Unión Soviética no es un paraíso especial para una nación selecta. Es parte de la civilización humana, y nada más. E incluso tengo que reconocer que tiene aspectos atrasados, a pesar del importantísimo progreso logrado.
GOLDMAN: Entonces, ¿supongo que cree que para salvar a la Unión Soviética hay que extender la revolución obrera a los países capitalistas?
TROTSKY: Sí, también esa es la razón de la fundación de la IV Internacional.
GOLDMAN: ¿Cuál es su opinión sobre la conveniencia de la guerra para impulsar los intereses del socialismo?
TROTSKY: Es casi lo mismo que si me preguntaran: ¿cuál es su opinión sobre el cólera y las epidemias para la civilización humana? (Risas). Cuando había cólera —había en Rusia, y hay hoy en día de vez en cuando— los revolucionarios tratábamos de ayudar a los campesinos mediante panfletos ilegales. Denunciábamos al régimen del zar. Por cierto, es un paralelo interesante. Las Centurias Negras[306], nuestros reaccionarios autóctonos, nos acusaban de difundir los gérmenes del cólera. Había pogromos contra los médicos, los estudiantes, la intelectualidad radical, y los judíos, como venganza por difundir el cólera. Era la medida de la reacción para rechazar su responsabilidad por las condiciones sanitarias y para responsabilizar a los elementos radicales. Yo le agradezco mucho la pregunta porque me parece una analogía muy importante. Se los aseguro, bajo el zarismo tuvimos veinticinco años de actividad revolucionaria, y yo nunca deseé el cólera. (Risas). Lo mismo con la guerra. Si la guerra llega, a pesar nuestro, usaremos todos los medios para hacer responsable a las clases dominantes y para acelerar la revolución. Pero desear una guerra, esto es absurdo desde todo punto de vista. ¿Por qué necesitaríamos medios artificiales para la revolución? Tenemos una revolución en España sin guerra, pero todavía no somos capaces de lograr la victoria. Tuvimos dos y hasta tres revoluciones en Alemania. Hubo una en 1918, y en 1923 durante la ocupación del Ruhr[307], una situación totalmente revolucionaria. Antes de la victoria de Hitler, teníamos una situación totalmente revolucionaria. No faltaron situaciones objetivamente revolucionarias, sino partidos revolucionarios que tuvieran la confianza necesaria de las masas y una dirección adecuada. Ahora, necesitamos crear partidos así y una dirección acorde. Para eso necesitamos tiempo, y no provocar situaciones revolucionarias artificiales con el propósito de desperdiciarlas, y así permitir que millones de obreros, centenares de miles, perezcan en la derrota.
GOLDMAN: ¿Puedo preguntarle si en sus escritos usted siempre ha agitado contra la guerra?
TROTSKY: Sí. Yo creo que cuanto más revolucionario es un partido, un partido obrero, menor es el peligro de guerra, porque la única desventaja para los imperialistas al comienzo de una nueva guerra es el temor a una nueva revolución. Si el peligro es real, si la clase obrera está imbuida de un espíritu revolucionario, podemos posponer la guerra, y la revolución podría avanzar, no sólo haciendo imposible la guerra, sino que la revolución podría reemplazar a la guerra.
GOLDMAN: ¿No es una de sus teorías que una guerra podría destruir la civilización sin más?
TROTSKY: Sí. Si se da ahora en Europa una guerra sin partidos revolucionarios, hay un peligro muy grande de que la guerra acabe en la decadencia de la civilización europea. Escribí muchas veces que, en tal caso, la civilización hallará su nueva patria en el Nuevo Mundo. Europa se transformará en una provincia atrasada durante un largo período.
GOLDMAN: ¿Cuál ha sido su actitud hacia el fascismo alemán tanto antes como después de que tomara el poder?
TROTSKY: Yo traté, cité, creo, el primer o el segundo día de las sesiones, cité muchos artículos y folletos escritos por mí acerca de la cuestión: por qué podemos impedir que Hitler tome el poder[308].
INTÉRPRETE: Usted quiere decir cómo.
TROTSKY: Sí, «cómo podemos». Tengo muchos folletos, compilaciones y artículos que comienzan en 1930. Traté de llamar la atención de la Comintern hacia este tremendo peligro, y ellos me acusaron de que tenía pánico, que sobreestimaba a los nazis en Alemania, y que el enemigo más inmediato eran los socialfascistas.
STOLBERG: ¿Usted quiere decir los llamados socialfascistas?
TROTSKY: Los socialdemócratas.
STOLBERG: ¿Usted no está de acuerdo con esta caracterización?
TROTSKY: No, yo también era un socialfascista de izquierda, no un fascista genuino, sino un socialfascista de izquierda. La razón era que yo insistía en la necesidad de un frente único entre el Partido Comunista y el Partido Socialdemócrata, el frente único contra Hitler. Pero ustedes saben que en Alemania el Partido Comunista realizó un frente único con Hitler en Prusia contra el gobierno socialdemócrata el 9 de agosto de 1931. Fue el famoso plebiscito prusiano iniciado por Hitler[309] y apoyado por los comunistas. Durante todo este tiempo, yo escribí todos esos folletos, y están nombrados en la lista que presenté a la Comisión.
GOLDMAN: ¿Usted escribió en esa época el famoso folleto, Alemania, la clave de la situación internacional?
TROTSKY: Éste fue publicado en parte por Von Ossietzky18. Ahora ganó el Premio Nobel, y estuvo en un campo de concentración en Alemania. Él publicó mi primer folleto en su revista, con una introducción favorable. Trataba de interesar al Partido Comunista y al Partido Socialdemócrata en esta cuestión.
GOLDMAN: ¿Usted también escribió ¿Y ahora? Problemas vitales del proletariado alemán?
TROTSKY: Sí; es un folleto de 150 páginas, donde acuso a la burocracia soviética de preparar la victoria de Hitler con su política.
GOLDMAN: Ahora bien, después de que Hitler…
TROTSKY: Discúlpeme; yo llamé a Hitler en esa época «el futuro super-Wrangel». Wrangel[310] era el comandante en jefe de las Guardias Blancas en Rusia. Fue un gran peligro para nosotros. Yo dije: «Con vuestra política, ustedes preparan un nuevo Wrangel, un super Wrangel a escala mundial. Éste será Hitler».
GOLDMAN: Después de que Hitler tomó el poder, ¿cuál fue su actitud hacia la relación entre Hitler y la Unión Soviética?
TROTSKY: Yo no traté de provocar una guerra. Pero demostré en mis escritos cómo la burocracia soviética estaba completamente equivocada en sus esperanzas de permanecer en buenas relaciones con Hitler. Después escribí en la prensa francesa en 1933 o 1934, escribí una serie de artículos en la prensa burguesa denunciando los verdaderos planes de Hitler. Como usted sabe, Sr. Secretario, yo tengo un estilo muy particular de servir a mis aliados, Hitler y el Mikado.
GOLDMAN: Usted quiere decir sus supuestos aliados.
TROTSKY: Sí, mis supuestos aliados. (Risas).
GOLDMAN: Presento como evidencia un folleto de León Trotsky titulado Lo que Hitler busca120, uno de los folletos de John Day, que es una traducción de los artículos escritos por Trotsky en la prensa francesa en 1933.
TROTSKY: Permítame mostrar una cita relacionada con esto; es el periódico oficial de la Unión Soviética. Es de alrededor del 15 de marzo de 1933. No tengo la fecha exacta, pero la voy a encontrar. Es una cita, que no indica la fecha exacta, de alrededor del 15 de marzo de 1933. Cito: «La URSS es el único Estado que no alimenta sentimientos hostiles hacia Alemania y eso, independientemente de la forma y la composición del gobierno del Reich» [Izvestia, 4 de marzo de 1933-NdE]. Esa era la línea oficial.
GOLDMAN: En ese momento, justo inmediatamente después de que Hitler tomara el poder, los gobernantes de la Unión Soviética trataron de continuar sus relaciones con Alemania como antes, ¿correcto?
TROTSKY: Sí; Stalin declaró, y fue repetido en la prensa, que «nunca nos opusimos al movimiento en Alemania».
GOLDMAN: ¿Dónde señaló usted por primera vez en su serie de artículos el peligro para la Unión Soviética luego de que Hitler llegara al poder?
TROTSKY: Yo escribí un artículo sobre el Ejército Rojo. Fue publicado en marzo de 1934 en diez idiomas. También lo escribí especialmente para los Estados Unidos. Fue publicado en el Saturday Noon Post, un gran semanario.
FRANKEL: Evening Post.
TROTSKY: Sí, el Saturday Evening Post; creo que es uno de los semanarios conservadores más importantes del país. Un largo artículo sobre el Ejército Rojo con el propósito… Todo el mundo sabe que yo estoy exiliado. Por un lado, ellos pueden suponer que soy más crítico que los funcionarios. Por otro lado, yo participé en la organización del Ejército Rojo, y estoy familiarizado con la cuestión. Con mi artículo, trataba de darle al Ejército Rojo más autoridad ante los ojos de la opinión pública mundial. Repito, mi artículo fue impreso en diez idiomas. Allí dice: «Para apreciar la fortaleza del Ejército Rojo, no hay necesidad de idealizarlo». Este es el párrafo final.
Hablar de la prosperidad del pueblo de la Unión Soviética es, como mínimo, prematuro. Todavía hay demasiada miseria, sufrimiento, injusticia y, en consecuencia, descontento. Pero la idea de que las masas soviéticas esperan ayuda de los ejércitos del Mikado o de Hitler es delirante. Pese a todas las dificultades del régimen transicional, los lazos políticos y morales que unen a los pueblos de la Unión Soviética son suficientemente fuertes; de cualquier manera, son más fuertes que los que unen a sus probables enemigos. Todo lo que hemos dicho no significa que una guerra —aunque se gane— favorezca los intereses de la Unión Soviética. Por el contrario, la haría retroceder mucho. Pero la preservación de la paz depende, por lo menos, de dos elementos. Hay que tomar los hechos como son: no sólo no está excluida la perspectiva de una guerra sino que es casi inevitable. Cualquiera que sea capaz de leer el libro de la historia comprenderá que si la Revolución Rusa, cuya marea avanza desde hace casi treinta años —desde 1905—, se ve obligada a dirigir su poderosa corriente hacia el canal de la guerra se convertirá en una fuerza terrible y sorprendente[311].
GOLDMAN: ¿Dónde fue escrito ese artículo en los Estados Unidos?
TROTSKY: ¿Cómo?
GOLDMAN: ¿En qué revista apareció en los Estados Unidos?
TROTSKY: Fue publicado en el Saturday Evening Post.
GOLDMAN: ¿Podría brindarle la fecha a la Comisión?
TROTSKY: Les daré una copia. Fue publicada en mi Boletín el 13 de marzo de 1934. Fue durante mi alianza con el Mikado y Alemania; mi supuesta alianza. (Risas). Fue publicado en el periódico francés L’Intransigeant. En alemán, fue publicado en Checoslovaquia. Fue publicado en diez idiomas.
GOLDMAN: Ahora, me olvidé el número de esta prueba que presenté hace sólo un momento. El folleto Lo que Hitler busca lo presento como Prueba N° 28.
(El folleto de León Trotsky, Lo que Hitler busca, fue presentado como Prueba N° 28).
GOLDMAN: Ahora bien, ¿escribió usted algún artículo?
RUEHLE (La Follette traduce del alemán): Me gustaría saber su opinión sobre la política del Partido Comunista alemán, y por qué éste no luchó en el momento en que Hitler tomó el poder, por qué no luchó oponiéndose a Hitler.
TROTSKY: Es una pregunta muy importante. El Partido Comunista entregó todas las posiciones a Hitler sin un golpe. Yo declaré —éste fue mi crimen según la IC— que era una de las más grandes traiciones de un partido revolucionario en toda la historia. Con el más terrible de los enemigos tomando el poder, los dirigentes tenían sus pasaportes para irse al exterior, y se acabó la historia. Fue una actitud miserable, y yo acusé a la Comintern abiertamente de traicionar a la clase obrera alemana. No es nuestra posición provocar una revolución artificial; pero es una situación en la que estoy en mi casa, en un hogar obrero, el enemigo irrumpe violentamente, y me quedo sentado o me voy al exterior. Fue una de las más miserables traiciones de la historia, y yo los acusé abiertamente por ella. Puedo decir que ellos fueron objetivamente los aliados de Hitler en esa situación, y no yo.
RUEHLE (La Follette traduce del alemán): Una pregunta más. ¿Cuál fue la posición oficial de la Comintern ante la toma del poder por parte de Hitler, y cuál fue su reacción?
TROTSKY: El Partido Comunista y la Comintern, para justificar su posición, declararon: «Es muy bueno que Hitler haya llegado al poder ahora. Durará dos o tres semanas o dos o tres meses, y después nosotros seremos los jefes de la casa». Esta fue la fórmula usada. La mencioné ayer en mis escritos presentados ante la Comisión. Afirmé «Es la derrota más grande, y las consecuencias se harán cada vez más profundas durante años, y quizás por una década».
GOLDMAN: ¿Ha escrito usted alguna vez un artículo que trate de la situación de Japón y la posibilidad de guerra entre Japón y la Unión Soviética?
TROTSKY: Sí; escribí un artículo también en 1934. Fue escrito a comienzos de 1934 y publicado, fue escrito en julio de 1933, y publicado en el Boletín de febrero de 1934, con estas dos fechas, 12 de julio de 1933 y febrero de 1934. Fue publicado en varios idiomas extranjeros. Fue publicado en los Estados Unidos, en Francia, y creo que también en Checoslovaquia y en Dinamarca, en diferentes países. El título del artículo es «Japón se encamina al desastre». Les daré una cita. Comienza así:
Las clases dominantes del Japón se encuentran en una situación tal que indudablemente los éxitos se les han subido a la cabeza… Japón es más débil económicamente que cualquiera de sus posibles adversarios en una gran guerra. La industria japonesa no estará en condiciones hasta dentro de varios años, de proveer de armas y pertrechos a un ejército de millones de efectivos. El sistema bancario japonés, incapaz de sostener el peso del militarismo en tiempos de paz, se derrumbaría al comienzo mismo de una gran guerra. El soldado japonés no está a la altura de las necesidades de la tecnología y la guerra modernas. La población es profundamente hostil al régimen. Los objetivos de conquista no bastan para unificar a una nación dividida. Con el llamado a filas, cientos de miles de revolucionarios, actuales o potenciales, ingresarían al ejército. Corea, Manchuria, y tras éstas China, demostrarían en la acción el odio mortal que sienten por el yugo japonés. La constitución social del país se ha desgastado; las grampas se abren. Encorsetado en la dictadura militar, el Japón oficial tiene un aspecto imponente, pero la guerra no tardaría en barrer implacablemente esos mitos e ilusiones. No hemos hecho la comparación entre el ejército japonés y el Ejército Rojo: eso sería tema de otra discusión. Pero, aunque se distorsionen los hechos en favor de Japón y se postule una supuesta igualdad de recursos materiales, subsistirá una profunda diferencia en el terreno de la moral militar. La historia nos demuestra que las derrotas militares dan lugar a revoluciones; pero también nos enseña que las revoluciones victoriosas, que despiertan al pueblo y templan su espíritu, le imparten un dinamismo y una energía enormes en el campo de batalla.
En bien de ambos pueblos, y de la civilización en su conjunto, esperemos que los militaristas japoneses no jueguen con su suerte[312].
Entiendo muy bien que la historia no está hecha de artículos. Pero en la medida en que un artículo puede tener influencia, traté de hacerle entender al alto mando japonés que no está enfrentando al ejército zarista. Todo el artículo está elaborado alrededor de la idea de que el ejército japonés, tal como es ahora, comparado con el ejército soviético, es lo mismo que el viejo ejército zarista comparado con el ejército japonés, y que Japón puede encontrar en los campos de Siberia el mismo destino que el ejército zarista en los campos de Manchuria. Esa era la idea general del artículo.
GOLDMAN: ¿Conoce usted a un hombre llamado Hess?
TROTSKY: Sí; supe de ese nombre por los periódicos y por el Informe Textual.
GOLDMAN: Está relacionado con los fascistas en Alemania.
TROTSKY: Rudolf Hess es uno de los ministros de Hitler.
GOLDMAN: ¿Alguna vez lo vio?
TROTSKY: Sólo en fotos.
GOLDMAN: ¿Tuvo contacto con él?
TROTSKY: No; sólo escuché su voz en la radio.
GOLDMAN: ¿Alguna vez se comunicó con algún funcionario del régimen fascista de Hitler?
TROTSKY: Nunca.
GOLDMAN: ¿Alguna vez llegó a algún acuerdo con ellos para entregar territorio soviético?
TROTSKY: No.
GOLDMAN: Le hago las mismas preguntas sobre los militaristas japoneses.
TROTSKY: Le doy las mismas respuestas.
GOLDMAN: La sección siguiente es sobre la situación internacional. El señor Glotzer está muy ansioso por descansar su mano ahora.
DEWEY: Haremos un breve receso.
* * *
GOLDMAN: Hay varias preguntas que quiero hacerle, Sr. Trotsky, antes de que prosigamos con la sección siguiente. Cuando usted jugaba un rol dirigente en la Unión Soviética, ¿se expresó de alguna manera en contra de hacer una alianza entre la Unión Soviética y los países capitalistas?
TROTSKY: Nunca.
GOLDMAN: ¿Cuál es su actitud general hacia las alianzas con propósitos de guerra u otros propósitos entre la Unión Soviética y un país capitalista?
TROTSKY: En la medida en que pueda servir para preservar la Unión Soviética, una alianza se vuelve necesaria. Es sólo cuestión de no obstaculizar con esta alianza al movimiento obrero en el exterior. Pero en principio admito la necesidad de una alianza para preservar la Unión Soviética.
GOLDMAN: En otras palabras, en principio, ¿usted admite que bajo ciertas circunstancias es necesario hacer una alianza con un país capitalista?
TROTSKY: Con la condición de que el Partido Comunista del país aliado no esté obligado a apoyar a su gobierno, y que el Partido Comunista tenga libertad de oponerse al gobierno.
GOLDMAN: Hablando en concreto, ¿usted no tiene ninguna objeción a que la Unión Soviética haga una alianza con Francia, una alianza militar, pero al mismo tiempo objeta que el Partido Comunista vote a favor del presupuesto de guerra de los militaristas franceses?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: Ahora bien, sobre este punto se ha formulado varias veces una misma pregunta. Me gustaría que lo aclare. Lenin aceptó ayuda del Kaiser[313] alemán en el sentido que aceptó el permiso del Kaiser para atravesar Alemania y llegar a Rusia. ¿Aceptaría esa ayuda?
TROTSKY: ¿Para ir a Rusia? Hitler estaría feliz de ayudarme en ese sentido, el de ir a Rusia.
GOLDMAN: ¿Para deshacerse de usted?
TROTSKY: Sí; entendí su pregunta.
GOLDMAN: Otra pregunta planteada en la prensa y por algunas personas que no tienen intenciones ofensivas es la siguiente: que para lograr sus objetivos, estaría dispuesto a hacer una alianza hasta con Hitler. Creo que ya la contestó antes.
TROTSKY: La contestaré una vez más. Este es un argumento que, con frecuencia, plantean los intelectuales que simpatizan con la Unión Soviética. La acusación contra mí les parece tan absurda incluso cuando son mis adversarios. Las acusaciones son política y psicológicamente inexplicables, e intentan encontrar algún precedente. Dicen: «Lenin usó un tren alemán durante la guerra, entonces, ¿por qué Pyatakov no puede usar un avión alemán?». ¡Casi se reduce a una cuestión de transportes y nada más! Pero me parece que hay una diferencia importante entre ambos casos. Lenin estaba en Suiza durante la guerra. Intentó ir a Rusia a través de Inglaterra, pero Inglaterra no se lo permitió. La única forma de ir a Rusia era a través de Alemania. Lenin lo proclamó clara y abiertamente ante todos. En Suiza, convocó a una conferencia de los internacionalistas alemanes y franceses, entre otros, y dijo: «Ludendorff[314] espera que Rusia se desintegre en luchas intestinas. Espera que lo ayuden los elementos radicales y revolucionarios para lograrlo. Eso es lo que espera. Yo espero otra cosa, pero usaré su ayuda. ¿Están de acuerdo conmigo?». Lo discutieron y dijeron: «Sí, es totalmente admisible para estos fines». Y firmaron una declaración, todos ellos, los alemanes y los franceses, como una especie de comisión internacional. Luego, se subió al vagón y cerró la puerta. Había veinte personas en el vagón. Nadie podía entrar al vagón en su viaje a través de Alemania. Llegó a Rusia con la declaración firmada por la conferencia, y les explicó abiertamente a los trabajadores, al primer Soviet de Petrogrado: «Mi situación era tal y tal. La única posibilidad era la de atravesar Alemania. La esperanza de Ludendorff es la suya, y la mía es totalmente distinta. Veremos quién triunfará». Explicó todo. No ocultó nada. Lo dijo ante todo el mundo. Era un revolucionario honesto. Naturalmente, los chovinistas y patriotas lo acusaron de ser un espía alemán, pero en su relación con la clase obrera era absolutamente impecable.
Pregunto, ¿dónde está la relación, la analogía? Escribo artículos y cartas absolutamente hostiles a Hitler, al fascismo y a los militaristas japoneses. Pero, en secreto, entro en relaciones con Hess. Mi trabajo, sin embargo, según esa opinión, significa que el noventa y nueve por ciento o más, casi la totalidad de mi tiempo está dedicado al camuflaje. Toda mi vida es un camuflaje, pero mi trabajo y mis acciones reales sólo ocupan una o dos horas. Me encuentro con Hess, o más bien, se alega que me encontré con Hess y discutí con él la forma de desmembrar la Unión Soviética. Luego de la discusión, escribo un nuevo artículo, de hecho, contrario a mi supuesto trabajo real. ¿Ve aquí alguna similitud con el viaje de Lenin a través de Alemania? «Similar». Esa es la palabra, ¿verdad?
GOLDMAN: Sí.
TROTSKY: Era lo contrario. La actitud de Lenin fue honesta. La actitud que me atribuyen indica que esta gente es gente absolutamente desmoralizada, desmoralizada por la irresponsabilidad y por un régimen arbitrario; es decir, un régimen totalitario que obliga a todos a mentir con la aprobación de la burocracia.
BEALS: ¿Puedo hacerle una pregunta, Sr. Trotsky? Cuando estaba al mando del Ejército Rojo, el Ejército soviético durante la guerra,
TROTSKY: ¿Sí?
BEALS: Durante la guerra con Polonia, ¿no pensó que al ingresar a Polonia, el proletariado polaco se alzaría en su apoyo, se alzaría para derrocar al régimen militar polaco?
TROTSKY: Repita la pregunta.
BEALS: ¿Creyó que el proletariado polaco se alzaría para derrocar al régimen militar polaco?
TROTSKY: Ya le expliqué a la Comisión que entre Lenin y yo había algunas diferencias con respecto a esta cuestión. Lenin la consideró simplemente por estar bajo la influencia de las opiniones y las informaciones aportadas por los emigrados polacos. Los emigrados polacos, como todos los emigrados, eran muy optimistas con respecto a la posibilidad de la revolución en su país. Hicieron observaciones muy optimistas. Yo estaba en el tren militar. No tenía tiempo para hablar con los emigrados polacos, y analizaba la situación más bien desde el punto de vista militar y la situación del ejército. Yo me oponía a la guerra.
La guerra fue impuesta por Pilsudski[315]. Nosotros no la comenzamos. Pilsudski comenzó la guerra. Hicimos lo que pudimos por defendernos. Luego, se trató de prolongar la guerra, la guerra defensiva. Comenzaron nuestras discusiones. Yo era escéptico con respecto a la posibilidad de un alzamiento del proletariado polaco. Pero reconocí la superioridad de Lenin en este aspecto, que estaba mejor informado. Luché contra ello, y Rykov luchó junto a mí. Creo que hubo dos o tres votos en contra, quizás cuatro.
BEALS: ¿Los comunistas lo acusan ahora de ser responsable de aquella incursión?
TROTSKY: ¿Perdón?
BEALS: ¿Los comunistas no lo responsabilizan por aquella incursión?
TROTSKY: No. Si lo hacen, es absolutamente falso. Todos lo saben en Rusia, conocen nuestras discusiones. Lenin dijo en un Congreso que había cometido un gran error. Lenin era un adversario muy honesto.
BEALS: ¿Y la idea de imponer el bolchevismo en Polonia?
TROTSKY: En ese caso, me opuse personalmente a la idea. Repito, no fue una guerra que iniciamos con el propósito de imponer la revolución. Era únicamente una cuestión de hasta qué límites debía continuar la defensa. Era una guerra de defensa que, por la lógica de la lucha, se transformó en una guerra de agresión contra Varsovia. La pregunta era si nos apoyaría o no el proletariado polaco. En ese caso, yo estaba en contra. El asunto es conocido y hay artículos publicados sobre ello. Además de las discusiones que tuvimos al respecto en nuestros Congresos.
BEALS: ¿Puedo hacerle una pregunta más en el mismo sentido? Creo que luego de la Guerra Mundial, las fuerzas norteamericanas ocuparon una parte del territorio soviético en varias regiones. Hubo una acusación de que estas fuerzas apoyaban, directa o indirectamente, al Ejército Blanco. Que fue evidentemente para difundir la democracia norteamericana en la Unión Soviética. Ahora, ¿cómo difundiría sus ideas en los Estados Unidos?
TROTSKY: En este momento, no tengo a mi disposición ninguna fuerza armada, ni puedo utilizarla. (Risas). Creo que de mi parte, la amenaza a los Estados Unidos no será demasiado tremenda durante un largo período. Pero traté de explicar que es una idea absolutamente absurda intentar imponer sobre otro país una revolución contra su propia voluntad, porque sabemos que Napoleón[316] intentó hacerlo en España. España era un país débil. Pero Napoleón tuvo una gran derrota en España. Sólo tenía que luchar contra guerrillas con su ejército bien organizado, pero fue derrotado. Hasta Robespierre[317] dijo que la gente no quería misioneros con bayonetas. Robespierre tenía razón al respecto.
GOLDMAN: ¿Los miembros de la Comisión tienen alguna pregunta más?
FINERTY: No.
GOLDMAN: La próxima sección es la sección general que trata el tema de la lucha entre la Oposición de Izquierda y la mayoría estalinista en el Partido Comunista de la Unión Soviética: los métodos de esa lucha y el desarrollo de la misma. Para darnos una idea de esa situación política general.
FINERTY: ¿Podrá leerlo, Sr. Secretario? (El secretario lee el último comentario).
GOLDMAN: Describa brevemente la lucha entre la Oposición de Izquierda y los estalinistas.
TROTSKY: Ya di testimonio en parte sobre este tema. Debido a los dos ataques de la enfermedad de Lenin… Lenin temía por el desarrollo de la burocracia. Fue una impresión correcta que tuvo durante algunos meses, mientras duró la interrupción de su trabajo. Propuso, como lo describí en Mi Vida… propuso que yo creara una subcomisión con el fin de luchar contra la burocracia, contra el burocratismo en el aparato estatal. Le respondí: «No es suficiente, porque el origen… porque está relacionado con el Partido». Él me respondió: «¿Quiere decir el Orgburó* y la Comisión Central de Control?». Era su forma de precisarlo. El Orgburó era una fortaleza de Stalin. El Buró Político era el organismo —Lenin, Zinoviev y yo estábamos allí, entre otros— en donde se decidía sobre todos los asuntos importantes. El Orgburó era un organismo subordinado. Stalin era el secretario general del Buró de Organización. Luego de la enfermedad de Lenin y mi enfermedad, y bajo la troika, el Orgburó se convirtió en el auténtico centro. El aparato estaba en manos del Orgburó. Cuando le contesté a Lenin que la lucha contra el burocratismo del Estado era imposible sin una lucha contra la burocracia del Partido, dijo: «Quiere decir: el Orgburó y la Comisión Central de Control». Es el Buró de Organización del Comité Central. Él dijo: «Le propongo un bloque». Le respondí: «Un buen bloque con un buen hombre es algo bueno». Él dijo: «En unos días haremos planes para la lucha». Fue nuestra última discusión[318].
Más tarde, después de su enfermedad, se volvieron más audaces. Sería muy interesante analizar ese comportamiento desde un punto de vista psicológico. Stalin nunca se atrevió a creer que le sería posible avanzar de tal manera, pero cuando comenzó a hablar contra la revolución internacional y la revolución permanente, encontró inmediatamente simpatía y apoyo en todas partes[319]. Luego, la burocracia dijo: «Estamos en el gobierno, estamos resolviendo nuestras cuestiones sociales. Ellos, los aventureros, quieren una revolución permanente y la revolución internacional». Stalin encontró inmediatamente un eco tremendo. Luego, empezó a sentir que era el hombre que detentaba el poder. Y después, la burocracia comenzó a elaborar sus nuevas ideas. Comenzó la transformación de las fórmulas revolucionarias de la revolución proletaria. Para la burocracia conservadora, las fórmulas sólo se trataban de eso. Es interesante desde un punto de vista teórico, político y psicológico. No se trata de la falsificación personal de un solo hombre, sino de la falsificación de toda una casta de arribistas. Se convirtieron en gente totalmente satisfecha, y debían enseñarle al pueblo que ellos también debían estar satisfechos. Esa era la mentalidad de la burocracia. Se abocó a lograrlo dentro de un lapso breve. Era necesario ser más rápidos que con los planes de la colectivización y la industrialización, y elaborar nuevas fórmulas para reemplazar las viejas; todas las viejas fórmulas del bolchevismo se tildaron de «trotskistas». Ése fue el truco. Lo genuino del bolchevismo se oponía a todos los privilegios, a la opresión de la mayoría por la minoría. Se lo llamó «el programa del trotskismo». Ese fue el comienzo del fraude.
Cuando sólo se tiene el Informe Textual y uno lo lee, me parece increíble que un hombre, o dos hombres, Stalin y Vyshinsky, pudieran elaborar semejante diálogo como el que escuchamos ayer, el diálogo entre Drobnis y Vyshinsky. Esa fue sólo una pequeña parte. En su conjunto, es un libreto, un libreto de dos, tres o cuatro personas. Es absolutamente imposible entender cómo se atrevieron a hacerlo. Quiero que lo consideren, no como un elemento independiente, sino como parte de algo que fue preparado desde hace mucho, comenzando con el enmascaramiento de los privilegios de la burocracia30. Entonces, es algo absolutamente natural. Se podrá ver el coeficiente de la mentira, el coeficiente de la calumnia, el coeficiente de la injuria y el coeficiente de la falsificación. Cuando se establece este movimiento y los elementos de su coeficiente, se podrá predecir cómo será la próxima vez, el próximo año. Lo predijimos, sin tener el don de la profecía, sino únicamente mediante la observación y el análisis.
GOLDMAN: La lucha entre usted y la mayoría estalinista comenzó con la lucha que dio contra las tendencias burocráticas de esa mayoría, ¿es así?
TROTSKY: Sí, comenzó primero como una diferencia práctica. Les pedimos una preparación más leal de los congresos del Partido, para dar más posibilidades a los militantes para que expresen sus opiniones no hay que olvidar que el funcionario está relacionado con el secretario del Partido, y que es necesario ser más severo con la burocracia.
Yo mismo, por ejemplo, sentí miedo a fines de 1924, cuando empezaron a pagarles a los dirigentes del movimiento obrero de Gran Bretaña. No daré los nombres aquí. Más tarde, voy a informar los nombres. Les dieron a las esposas de los dirigentes, no se atrevieron a darles dinero, les dieron joyas a las esposas que visitaban Rusia, para ganar su simpatía. El autor anglo-irlandés, O’Flaherty[320], lo describe en su libro de manera muy cínica. Él mismo aceptó mil rublos. Dijo: «En todo país es costumbre comprar a algunos escritores, pero en ningún lado se hace tan cínicamente como en la Unión Soviética». Eso fue en 1925 o 1926.
GOLDMAN: ¿La Oposición de Izquierda luchó por más democracia?
TROTSKY: Sí, más democracia y más honestidad también.
GOLDMAN: ¿Nos puede dar una idea del desarrollo de la lucha y los debates que surgieron hasta el momento de la expulsión?
TROTSKY: Intentamos no perder nuestro Partido. Pensábamos que podíamos refundar el Partido con un programa marxista, sin escisiones y sin amenazas para el Estado soviético. En 1926, la lucha era muy aguda. Intentamos lograr una conciliación entre nosotros y el aparato, para dar la lucha por canales más estatutarios. Pero entonces ocurrió la Revolución China. La actitud de los estalinistas en la Revolución China fue tan peligrosa como la que tienen ahora en España. Fue en 1927, en octubre, cuando el Comité Central, a nuestras espaldas, envió un telegrama —también está publicado— al Comité Central chino con indicaciones de detener el movimiento agrario porque era el momento de hacer una alianza entre Stalin y Chiang Kai-Shek.
GOLDMAN: ¿Se refiere al Comité Central del Partido Comunista chino?
TROTSKY: Al Comité Central del Partido Comunista chino, para que detuvieran el movimiento agrario, porque los generales y los oficiales de los ejércitos nacionales eran, en su mayoría, terratenientes y campesinos ricos. El movimiento agrario de los campesinos pobres, que era el movimiento revolucionario genuino de China, representaba una amenaza para el alto mando de oficiales. Stalin tenía miedo de perder su alianza, como ahora con Francia. Envió un telegrama. Le ha asegurado a la burguesía francesa que no tema por una política revolucionaria en España. Es el reflejo de la burguesía francesa. Fue lo mismo en China. Luego, sobre la base de nuestras diferencias con respecto a la Revolución China, la lucha se tornó muy aguda durante varios meses.
GOLDMAN: En las sesiones previas, durante el interrogatorio directo, mencionó entre las diferencias la cuestión de la democracia: la democracia soviética, la democracia sindical y la democracia partidaria. También mencionó la cuestión de la industrialización como una de las diferencias entre Stalin y usted.
TROTSKY: Fue la primera diferencia. Comenzó con el tema de la industrialización, y en aquel momento, no se trataba de dos principios distintos. Comenzamos a elaborar nuevas orientaciones económicas. Todos éramos alumnos de la historia. La cuestión de la industrialización era nueva. Buscábamos el buen camino. Yo propuse una política más audaz en este sentido. Stalin era muy tímido, pero al principio, esta cuestión adquirió un carácter venenoso y se conectó plenamente con la democracia y el soborno de nuestros funcionarios. Luego, tuvimos la sensación de que no se trataba de diferencias secundarias, sino que había dos formas de pensar, dos métodos, dos espíritus y dos morales, si se quiere. Luego, se convirtió en lucha fraccional.
GOLDMAN: ¿Y la teoría fundamental en torno a la que giraba toda la lucha era la teoría del «socialismo en un solo país»?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Que fue adoptada por Stalin?
TROTSKY: Que fue adoptada por Stalin. En la primavera de 1924, rechazaba la teoría[321].
GOLDMAN: ¿En la primavera de 1924 rechazaba esta teoría?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Cuándo la adoptó?
TROTSKY: En el otoño la adoptó por primera vez[322]. Todas las fechas están establecidas. Mire, todo aquel que se encuentre en Rusia con una copia de esta cita de Stalin pronunciada en 1924… Si la GPU encuentra un estudiante con esta cita y el testamento de Lenin, es una señal de que es un oposicionista. Entonces, se lo acusa de tener literatura conspirativa contrarrevolucionaria; es decir, el testamento de Lenin y la declaración de Stalin en la primavera de 1924. No es una exageración. Me hago plenamente responsable de esta afirmación.
GOLDMAN: Algunas de estas preguntas.
TROTSKY: ¿Por qué la adoptó? Porque la burocracia sintió que habíamos cumplido con nuestro deber de hacer la revolución, y que ahora debíamos gozar de los frutos de este trabajo. La teoría de que nuestra revolución estaba ligada a las revoluciones en el exterior representaba una amenaza para una situación de calma. Era necesario asegurarle a la burocracia que la revolución había terminado, había sido nuestra revolución nacional, y ya estábamos en paz. Es por eso que Stalin, para satisfacer a su propio aparato, debía adoptar la teoría que había rechazado seis meses atrás.
GOLDMAN: Y todos estos debates culminaron en la expulsión de la Oposición de Izquierda en el XV Congreso, ¿verdad?
TROTSKY: El comienzo de la discusión fue en el XIII Congreso, antes del XIII Congreso.
GOLDMAN: ¿Cuándo fue el XIII Congreso?
TROTSKY: El XIII Congreso fue en 1925.
GOLDMAN: ¿Y el XIV Congreso?
TROTSKY: En 1926. Fue el Congreso en el que Zinoviev y Kamenev aparecieron como oposicionistas por primera vez[323].
GOLDMAN: En el XIV Congreso, ¿usted ya había formado un bloque con Zinoviev y Kamenev?
TROTSKY: No. Mire, el estallido fue absolutamente inesperado para mí, yo estaba en el Politburó. Allí, ellos tenían.
GOLDMAN: ¿Una camarilla?
TROTSKY: Una camarilla, pero era secreta, impenetrable para mí. La expectativa de una lucha entre Stalin y Zinoviev y Kamenev era insospechada en el Congreso. Durante el Congreso, esperé con incertidumbre, porque toda la situación había cambiado. Me pareció absolutamente indescifrable. Fue una señal de cómo el aparato se había divorciado de las masas, cuando yo, un miembro del Politburó, era absolutamente ignorante de lo que ocurría en su camarilla. En el Congreso dije sólo dos palabras, una apreciación sobre el discurso de Zinoviev. Dijo que Stalin lo había acusado, a Zinoviev, de ser demasiado severo conmigo. Zinoviev respondió: «Después de todas las acusaciones que se lanzaron contra Trotsky, me pareció imposible que siga estando en el Politburó». Yo grité: «¡Totalmente correcto!».
Pero fue sólo después del Congreso que Zinoviev y Kamenev buscaron una nueva orientación por su desprestigio ante los trabajadores de Leningrado y Moscú[324]. Eran los presidentes de los dos soviets. Entonces, no encontraron otro camino que el del programa de la Oposición de Izquierda. Zinoviev declaró tres meses después del Congreso partidario que Trotsky tenía razón en sus acusaciones.
GOLDMAN: Y luego del Congreso, el XIV Congreso, ¿hizo un bloque con Zinoviev y Kamenev?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Hasta cuándo duró ese bloque?
TROTSKY: Hasta el otoño de 1927.
GOLDMAN: ¿Y cuándo fue expulsada la Oposición de Izquierda?
TROTSKY: Fue en diciembre de 1927.
GOLDMAN: En el XV Congreso. Ahora bien, usted ya contestó esta pregunta, pero quisiera que la vuelva a contestar. ¿Cuál fue la actitud de la Oposición de Izquierda hacia el Partido y la Internacional Comunista luego de que los expulsaran?
TROTSKY: Nos considerábamos, a pesar de nuestra expulsión, como parte del Partido y parte de la Internacional Comunista. Entre los dirigentes, puedo declarar que Zinoviev formuló su capitulación de la siguiente manera: «Entrar al Partido». Pero debía mantenerse callado. En cambio, nosotros fuimos expulsados, pero podíamos proclamar abiertamente nuestras opiniones, y de esa forma, discutir con el Partido. De hecho, éramos miembros del Partido.
GOLDMAN: Creo que ya nos contó que su actitud con respecto a este tema cambió cuando Hitler tomó el poder.
TROTSKY: Luego, declaramos que la derrota del proletariado alemán era un acontecimiento histórico. Dijimos: «La actitud del Politburó de Stalin y la IC representa un obstáculo para la comprensión de las lecciones de esta derrota. No podemos esperar milagros históricos por mucho tiempo. La Comintern como organización revolucionaria ha muerto. Debemos crear una nueva organización».
GOLDMAN: ¿Nos puede contar brevemente si surgieron cuestiones nuevas luego de su expulsión del Partido, en las que había diferencias de opinión entre la Oposición de Izquierda y la mayoría estalinista?
TROTSKY: ¿Nuevos incidentes en el Partido?
GOLDMAN: Entre 1927 y 1933, ¿surgieron cuestiones nuevas en las que tuvieron diferencias con Stalin?
TROTSKY: Sí, estaba la cuestión del Plan Quinquenal, de la colectivización y la industrialización, y luego también estaba la cuestión con respecto a la fracción de derecha. Este asunto era muy importante. Durante el XIV Congreso, Zinoviev acusó a Bujarin y Rykov de incurrir en una desviación de derecha. Y Stalin los defendió. Proclamó: «Usted pide la sangre de Bujarin». Le gritó: «Zinoviev, usted quiere la sangre de Bujarin. No le daremos la sangre de Bujarin». Zinoviev contestó: «No se trata de sangre sino de una tendencia política. Condenaremos algunas ideas de Bujarin en este Congreso, y seguiremos siendo buenos amigos».
GOLDMAN: ¿Dónde está Bujarin?
TROTSKY: Bujarin está esperando el momento en que Stalin tome su sangre.
GOLDMAN: ¿Hubo cuestiones relacionadas con Alemania que generaban diferencias de opinión? TROTSKY: Sí, en 1923. En 1924, o fines de 1923.
GOLDMAN: Me refiero al período entre 1927 y 1933.
TROTSKY: Fue el comienzo de la lucha contra el fascismo.
GOLDMAN: ¿Sobre el frente único?
TROTSKY: El frente único con la socialdemocracia.
GOLDMAN: ¿Stalin estaba en contra del frente único con la socialdemocracia?
TROTSKY: En aquel momento, pronunció la famosa consigna de que la socialdemocracia y el fascismo no eran opuestos, sino… ¿cuál es la palabra?
STOLBERG: ¿Gemelos?
TROTSKY: Gemelos, y no opuestos. Es por eso que cuando pedí o exigí una fórmula exacta —exigí un frente único— declaró que yo era socialfascista.
GOLDMAN: Ahora bien, describa brevemente los métodos de la lucha.
TROTSKY: Debo decir que es una situación trágica que en el Politburó no haya nadie —y ellos dirigen no sólo la política rusa, sino también la política de la Comintern— nadie que sepa un idioma extranjero. No es un reproche; no es el deber de todos saber un idioma extranjero. ¿Cómo pueden guiar de manera tan despótica a sesenta secciones de la Comintern sin saber un idioma extranjero?
GOLDMAN: ¿Es decir que Stalin no sabe ningún otro idioma aparte del ruso?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Sabe georgiano? (Risas).
TROTSKY: Sí, es un idioma muy importante para el pueblo georgiano.
GOLDMAN: Ahora, cuéntenos brevemente cuáles eran los métodos que empleó la Oposición de Izquierda, desde 1923 o 1922, para convencer a la mayoría del Partido de que adopte sus ideas, ¿cuáles fueron los métodos empleados por la Oposición de Izquierda?
TROTSKY: Los métodos eran los métodos comunes de la vida partidaria, hacíamos discursos y escribíamos artículos.
GOLDMAN: ¿Estos artículos se publicaron?
TROTSKY: En 1923 y 1924, se publicaron algunos artículos de vez en cuando. Pero, en todo caso, cuando el artículo era muy persuasivo e importante, había una decisión especial del Comité Central de no publicarlo. Era… por ejemplo, en el Comité Central había un taquígrafo para nuestras discusiones.
GOLDMAN: ¿Las discusiones las anotaba un taquígrafo?
TROTSKY: Sí, pero luego de la derrota de la Revolución China, teníamos todos los documentos necesarios para responder… todos los documentos sobre el telegrama de Stalin que ordenaba interrumpir la revolución agraria, y después, la información sobre el sometimiento del Partido Comunista a los dictados de la burguesía china, la decisión fue que esta cuestión era demasiado peligrosa desde el punto de vista internacional, y por eso la discusión se debía hacer sin taquígrafo y a puertas cerradas. Era el procedimiento habitual. Luego, directamente, se negaron a publicar nuestros artículos.
GOLDMAN: ¿Y qué hicieron ustedes cuando se negaron?
TROTSKY: Los escribimos a máquina y se los dimos a nuestros amigos. Ellos los volvían a escribir a máquina, y así teníamos un método primitivo de publicación.
GOLDMAN: ¿Eso se hacía?
TROTSKY: Los camaradas jóvenes eran más impacientes. Consiguieron un mimeógrafo. Los descubrieron. Fue el caso en el que el agente de la GPU, el ex oficial de Wrangel, les propuso darles contactos para conseguir papel y demás. La GPU los acusó de estar en una alianza con un oficial de la Guardia Blanca[325].
GOLDMAN: ¿Cuándo fue la primera vez que se empleó la violencia contra la Oposición de Izquierda?
TROTSKY: En 1927 fueron los primeros arrestos oficiales.
GOLDMAN: ¿A quién arrestaron?
TROTSKY: Creo que a Mrachkovsky. Se trataba de una «conspiración». Estaba involucrado otro agente de la GPU, Tverskoi[326]. Tengo todos los documentos, y me gustaría que la Comisión organice una subcomisión para estudiarlos. Revelan el embrión de la maquinación actual. Había un joven llamado Shtsherbakov. En su habitación, tenía una «imprenta», es decir, un hectógrafo[327]. Otro era Stroilov[328] de la GPU, un ex oficial de Wrangel. El mismo Stroilov supuestamente descubrió una conspiración militar de los Oficiales Blancos en Siberia a través de un hombre llamado Tverskoi. Estaba el ex oficial de Wrangel, el agente de la GPU que le había propuesto conseguir papel al joven oposicionista. Este mismo oficial de Wrangel estaba en contacto con Tverskoi. No tenía nada que ver con la Oposición. Ambos eran agentes de la GPU. Luego, la GPU y Stalin afirmaron que esta imprenta, a través del oficial de Wrangel y Mrachkovsky, estaba relacionada con un complot militar en Siberia. En la sesión del Comité Central, Menzhinsky[329], el jefe de la GPU, leyó algunos papeles y documentos sobre el «complot». Eso fue en 1927. La abrumadora mayoría del Comité Central estaba absolutamente perpleja. Allí estaba Komensky. Era miembro del Comité Central y ahora es Ministro de Salud. Estaba cerca de Stalin, un amigo de su grupo. Se puso pálido como la pared. Todos estaban tan atónitos por la falacia que el presidente tuvo que interrumpir la sesión. Stalin estaba demasiado impaciente con este tema. No lo había preparado bien. Era necesario implicar a todos y desmoralizarlos con métodos específicos. Había comenzado demasiado temprano. El embrión de la maquinación fue completamente abandonado, como un pintor abandona un boceto que no es bueno. Comenzaron otro, un boceto más grande. Aquí está el mapa de los bocetos para las maquinaciones en Moscú (Trotsky señala varios archivos). Era necesario educar no sólo al fiscal, por ejemplo, porque Vyshinsky no nació siendo lo que es hoy, era necesario que Stalin se educara a sí mismo como también a todos los demás. A Ulrich[330], el presidente del Tribunal Militar, lo nombré yo. Lo conozco desde que era un niño de diez años.
STOLBERG: ¿Fue designado?
TROTSKY: Lo designé yo como juez militar. Era un muchacho honesto. Conocí a su padre en Siberia. Era de origen alemán del Báltico, pero totalmente rusificado. A su padre y su madre los conocí en Siberia. Cuando los visité, Ulrich era un niño de diez años. Tenía un agujero en los pantalones. Ahora recuerdo bien que se tapó el agujero con la mano. En ese momento tenía diez años. Yo tenía simpatía por este niño. Luego, se convirtió en jurista y me lo recomendó uno de mis colaboradores cercanos como un buen muchacho. Me produjo la mejor impresión, y lo nombré juez militar. Stalin lo habrá educado durante diez años para que sea lo que es ahora. Con los demás, es la misma historia. Es un sistema para desmoralizar a la gente buena. Stalin tampoco nació siendo un maestro de las maquinaciones. Era un buen alumno. Si hubiera tenido más imaginación, imaginación histórica durante esos diez años, nunca habría empezado sus conspiraciones. Fue sólo su falta de imaginación histórica y su visión miope; su vista es muy penetrante, pero es muy corta y es mejor para las cuestiones empíricas. Cada vez más, él mismo se convirtió en instrumento de la burocracia, en su dirigente sólo porque la seguía. Él mismo se desmoralizó. Esta es la lógica fundamental del sistema burocrático.
GOLDMAN: En 1927, el 7 de noviembre, durante la celebración de la Revolución de Octubre, ¿hubo algún incidente entre la Oposición de Izquierda y la mayoría estalinista en aquel momento?
TROTSKY: Sí. Fue el incidente que presentan ahora los historiadores oficiales y el Sr. Louis Fischer[331], por ejemplo, en el último ejemplar de The Nation[332]. Pero es imposible leer este artículo, porque es mejor leer los documentos oficiales. Sólo ofrece una interpretación mecánica de los últimos documentos oficiales de la Unión Soviética. Prefiero el original a la copia embellecida. Es una copia semioficial, novelesca. Afirma que se trató de una insurrección, no del comienzo de una insurrección. Participamos en la manifestación del aniversario oficial con nuestras consignas. En el pasado, toda sección del Partido tenía derecho a levantar sus consignas, algunas consignas específicas, etc. Nuestras consignas eran «Lucha contra el kulak y el Nepman —el Nepman era el nuevo especulador— y contra los burócratas, y así lograremos el testamento de Lenin».
GOLDMAN: ¿Cumpliremos?
TROTSKY: Cumpliremos el testamento de Lenin… algo por el estilo. Usted sabe que era bastante difícil acusarlos oficialmente por el testamento de Lenin en la Unión Soviética en aquel entonces. A pesar de ello, las bandas de la GPU se llevaron los manifiestos y aniquilaron.
GOLDMAN: ¿Destruyeron?
TROTSKY: Destruyeron, mejor dicho, las pancartas, y arrestaron a algunas personas. Luego, visité a mi amigo, Smilga, en su habitación. Creo que Zinoviev estaba en Leningrado. Leo una carta de Zinoviev desde Leningrado, de aquel momento. La carta termina así: «Admito plenamente que mañana Stalin hará circular las ‘versiones’ más venenosas. Estamos tratando informar al público. Hagan lo mismo. Saludos fraternales, un abrazo, Zinoviev». En Leningrado, tuvieron las mismas experiencias que nosotros en Moscú.
FINERTY: ¿Es decir que hubo manifestaciones callejeras en Leningrado?
TROTSKY: Oficialmente, se llamó a una manifestación callejera. Antes de ésta, Radek y Zinoviev fueron encerrados en una habitación y detenidos durante horas por la GPU, y acusados de preparar una insurrección. Fue nuestra primera insurrección.
GOLDMAN: Supuesta.
TROTSKY: Sí, supuesta.
FINERTY: Sr. Goldman, el Sr. Trotsky se refirió a un archivo con bocetos de las maquinaciones. ¿Lo presentará como evidencia?
GOLDMAN: Sí, es una carpeta que preparamos para presentar.
TROTSKY: Todavía no está lista del todo. Si esta tarde la Comisión no trabaja con nosotros, podré prepararla mejor.
DEWEY: ¿Puedo hacer una última pregunta? ¿Hubo alguna respuesta o reacción popular al ataque contra la manifestación?
TROTSKY: La hubo. La manifestación oficial, Sr. Presidente, había sido preparada aquella vez de forma absolutamente militar y al estilo de la GPU. Había, a la cabeza de cada columna… había un grupo de la GPU, vestido de civil. Los elementos burocráticos, como núcleo, estaban incorporados en la manifestación. Toda la preparación fue minuciosa. Estaban el director de la fábrica, el secretario de la fábrica y una sección de la fábrica. Ellos conocían a todos, y todos los seguían, bajo el control de sus superiores. Estaba en juego la existencia de su familia, porque en manos de los gobernantes están los medios que se pueden emplear para echarlo de la fábrica. Si esto ocurría, sólo le quedaba morirse, porque todos los medios de producción están concentrados en las mismas manos. En 1936 —pediré presentar este documento como evidencia—, en 1936, antes del juicio a Zinoviev-Kamenev, durante la purga del Partido… «purga», ¿verdad?
GOLDMAN: Sí.
TROTSKY: Hubo una orden en Pravda que decía: «Cuando se trata de un hombre que no es políticamente peligroso, sino sólo corrupto» —estaba expresado en otras palabras— «lo podremos usar para otra tarea. Sólo si es un adversario político, si es un oposicionista, en ese caso, nadie tiene derecho a darle trabajo». ¿Qué significa en la Unión Soviética no tener trabajo? No puede ir a un capitalista privado. Se mantiene por medios materiales. La esposa de Joffe, el famoso diplomático soviético que se suicidó como oposicionista en 1927, su esposa está en Siberia, o estaba en Siberia, y la última noticia fue que ella también se suicidó[333]. La enviaron a Siberia debido a su actividad y su ayuda a la gente que estaba desprovista de todo medio de subsistencia.
DEWEY: Supongo que era una amenaza derivada de esta celebración. Debe de haber habido un gran número de personas.
TROTSKY: Sí, medio millón, o quizás hasta un millón.
DEWEY: Ahora bien, simplemente le preguntaba si hubo alguna reacción por parte de esta escuadra contra las consignas en las banderas o pancartas, y los espectadores… por parte de los espectadores.
TROTSKY: No había espectadores. Todo el mundo marchaba de manera militar. No había lugar para los espectadores.
DEWEY: Me refiero a la escuadra.
TROTSKY: La escuadra es una organización militar. La actitud de la guardia era simplemente la actitud de los miembros del Comité Central.
DEWEY: ¿No hubo reacción?
TROTSKY: Ninguna reacción activa.
DEWEY: Es todo lo que quería saber.
GOLDMAN: ¿Fue a partir de la expulsión que comenzaron las detenciones generalizadas en la Oposición de Izquierda, a partir de la expulsión en el XV Congreso?
TROTSKY: A partir de la expulsión, inmediatamente.
FINERTY: ¿Le puedo hacer una pregunta, Sr. Trotsky? ¿Cuántas personas de ese medio millón diría que simpatizaban con ustedes?
TROTSKY: Es muy difícil decirlo, porque había un cambio en la estructura del Partido[334]. No es la gente, es la organización del Partido la que decide hasta la actitud de la escuadra. En el comienzo —en 1924, el Partido cambió totalmente su composición—, el Partido estaba compuesto por los revolucionarios que participaron en la Revolución de Octubre. Pero en 1924, la mejor calificación de un nuevo miembro del Partido era la de ser un trabajador que había estado durante veinte o veinticinco años en la misma fábrica. En Rusia, ¿quién podía estar durante veinte o veinticinco años en la misma fábrica? En cada huelga, todos los trabajadores progresistas eran detenidos y enviados a Siberia, y sólo la gente devota, religiosa y dócil podía permanecer veinte o veinticinco años en la misma fábrica. Ahora bien, esta gente escuchando a las nuevas autoridades dice: «Ahora hay que tener la misma actitud, sin importar quiénes sean las nuevas autoridades». La nueva composición era una minoría del proletariado, la minoría del proletariado políticamente activo. Luego había un estrato intermedio, y formaron una base reaccionaria. Los elementos de esta base reaccionaria se convirtieron en los mejores seguidores de la mayoría una vez que entraban al Partido.
FINERTY: Lo que quiero decir es lo siguiente: se los acusa de haber organizado manifestaciones callejeras de grandes proporciones en Moscú. ¿Eso es lo que pasó, o colocaron en esta celebración general del Partido… colocaron banderas y consignas en ciertos puntos?
TROTSKY: Fue una manifestación silenciosa con pancartas. En la escuadra, en la escuadra organizada, fueron compañeros que pertenecían a una fábrica y que participaron con su propia fábrica. Esto es muy importante. Cuando salieron de la fábrica con sus propias consignas, los trabajadores no protestaron. Llegaron con los trabajadores de la fábrica en una columna general.
DEWEY: ¿Una marcha?
TROTSKY: Sí, una marcha. Luego, cuando los grupos de la GPU se los llevaron.
GOLDMAN: ¿Las masas conocían las diferencias que dividían a la Oposición de Izquierda de la mayoría estalinista?
TROTSKY: Depende. En las fábricas más progresivas, la mayor parte de los trabajadores las entendían, pero había muchos trabajadores más atrasados. Los viejos trabajadores, los viejos obreros reaccionarios, o más bien, los obreros conservadores…
FINERTY: Lo que quisiera saber es si su manifestación, como tal, se realizó con un puñado de sectores simpatizantes de distintas unidades en esta marcha, o si ustedes habían organizado a una gran masa del desfile.
TROTSKY: En Moscú, teníamos miembros activos de la Oposición. Creo que eran veinte mil o treinta mil obreros. Estaban con sus fábricas, en las fábricas, donde teníamos apoyo, y entraron a la manifestación con sus pancartas. Fueron tolerados y hasta apoyados, pasiva y activamente, por otros obreros. Creo… puedo decir que, aunque no de forma activa, la simpatía de los trabajadores estaba de nuestro lado. Pero no había ánimo de lucha. Las masas dijeron: «Veremos qué podemos hacer. Veremos». Fue una época en que la Oposición había sido prohibida dos o tres veces.
FINERTY: ¿Fue un intento de organizar un golpe de Estado?
TROTSKY: No; en absoluto. No sobreestimábamos nuestras fuerzas. Teníamos una idea absolutamente clara de nuestras fuerzas. Fue sólo para mostrarle al Partido que nos calumniaban en la prensa, y que nosotros decíamos que no había que disparar contra el obrero progresivo, sino contra el especulador, y cumplir el testamento de Lenin, etc. Fue nuestra defensa contra las calumnias, contra la intriga, contra la primera amalgama[335].
FINERTY: Le iba a preguntar: ¿usted opina que Stalin entendió en aquel momento que la procesión y las medidas que planteaban en las pancartas no se trataban de un golpe de Estado, y sin embargo aprobó que igualmente los expulsaran del Partido?
TROTSKY: Sí, creo que fue así. Lo que propusimos se lo propusimos al Partido por medios partidarios legales[336].
DEWEY: Sólo quisiera saber si hay pruebas documentales de lo que decían estas pancartas. ¿Hay un registro de sus contenidos?
TROTSKY: ¿Su texto?
DEWEY: Sí, su texto.
TROTSKY: Creo que había siete consignas. Creo que las podré encontrar en mis archivos.
DEWEY: Creo que debería estar en el acta a disposición de la Comisión.
GOLDMAN: Muy bien.
DEWEY: Ahora haremos un breve receso.
* * *
GOLDMAN: Ahora bien, Sr. Trotsky, nos dijo en las sesiones anteriores cuáles eran los métodos que usó la Oposición de Izquierda luego de su expulsión. ¿Podría repetir brevemente la respuesta para que conste en actas en este momento?
TROTSKY: Mientras estuve en Siberia, la Oposición de Izquierda tenía permiso de enviar y recibir correspondencia allí. Esto se dejó hacer para darle a la GPU la posibilidad de seguir nuestra vida interna, y para ver quiénes estaban inclinados a capitular, quiénes se oponían, etc. Durante los primeros ocho o nueve meses, nuestra actividad era escribir las principales tesis políticas y teóricas, etcétera.
GOLDMAN: ¿Tiene alguna idea aproximada de cuántos oposicionistas de izquierda fueron detenidos y deportados a Siberia en aquel momento?
TROTSKY: En aquel momento, valorábamos que éramos unos once mil.
INTÉRPRETE: Usted quiere decir estimar.
TROTSKY: Estimábamos unos once mil.
GOLDMAN: Más tarde, ¿recibió alguna información?
TROTSKY: Disculpe, fue inmediatamente después del XV Congreso.
GOLDMAN: ¿Detuvieron a 11 000 en un período tan corto luego del XV Congreso?
TROTSKY: Durante esas semanas.
GOLDMAN: ¿Solamente en Moscú, o en todo el país?
TROTSKY: En todo el país.
GOLDMAN: ¿Recibió alguna información que le podría permitir estimar cuántos oposicionistas fueron detenidos a partir de ese momento?
TROTSKY: Es difícil decirlo. Cité a Victor Serge, quien afirma en una apreciación muy seria y cautelosa que sólo en Leningrado en aquel momento, antes del juicio a Zinoviev-Kamenev, deportaron a Siberia entre 60 000 y 100 000 mujeres y niños, familiares de personas que estaban bajo sospecha. Los vio en la estación ferroviaria, estaban absolutamente indefensos, en vagones abarrotados.
GOLDMAN: Quiere decir trenes.
DEWEY: ¿En qué fecha?
TROTSKY: Eso fue en 1935 o 1936. Ciliga afirma lo mismo.
GOLDMAN: Desde 1927, fines de 1927, cuando usted fue expulsado y hasta la actualidad, ¿alguna vez la Oposición de Izquierda empleó otros métodos que no fueran la educación y la propaganda para ganarse a las masas?
TROTSKY: De ninguna manera. Advertimos en cartas y conversaciones que debíamos prepararnos para recibir provocaciones de algunos elementos para que usemos la violencia. Les advertí contra eso.
GOLDMAN: ¿Podría preparar para la Comisión una lista de estas cartas, estos artículos y documentos donde usted predijo que se emplearía la violencia contra la Oposición de Izquierda? ¿Podría preparar esa lista?
TROTSKY: Sí; sólo es una cuestión de traducción. Espero que lo podamos traducir todo; tengo todas las citas. Sólo es necesario traducirlas al inglés. Espero poder traducirlas antes de que la Comisión se vaya a Nueva York.
GOLDMAN: ¿Diría que anticipó el uso de la violencia, el uso de la intriga por parte de Stalin en su contra?
TROTSKY: No diría anticipación, porque fue una anticipación basada en algunas señales de la burocracia, y pude interpretar la dirección que estaba tomando la burocracia. Yo estaba seguro de que (en la sesión del Comité Central en el otoño de 1927[337], traté de esbozarlo). Estaba absolutamente seguro de que el próximo paso sería mejor preparado por Stalin. Ésa fue mi predicción. No sería el último intento. Sólo fue un fiasco, pero ese fiasco anticipaba un nuevo intento, que sería mejor preparado.
GOLDMAN: ¿Se refiere a la sesión del Comité Central en la que Stalin salió con la acusación sobre el oficial de Wrangel que imprimió el programa de la Oposición de Izquierda?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: Ahora bien, ¿podría enumerar brevemente los juicios que se han realizado en la Unión Soviética desde el asesinato de Kirov, en el que usted estuvo directa o indirectamente involucrado? Dénos una idea muy resumida de las acusaciones y los resultados.
TROTSKY: El primer juicio… antes del juicio, hubo ciento cuatro ejecuciones, según la prensa soviética; se supone que eran Guardias Blancos.
GOLDMAN: ¿Luego del asesinato de Kirov?
TROTSKY: Luego del asesinato de Kirov.
GOLDMAN: ¿Y antes del primer juicio?
TROTSKY: Durante los primeros dieciséis días de diciembre. Ellos mismos comunicaron que hubo ciento cuatro ejecuciones sin juicio; que habían llegado del exterior como agentes de potencias extranjeras, agentes de maniobras de distracción y terrorismo, etc. Sin apreciación.
GOLDMAN: ¿Sin qué?
TROTSKY: Sin apreciación (aquí Trotsky habló en francés).
FINERTY: ¿Sin definir los cargos?
TROTSKY: ¿Ustedes dicen precisar? No precisaron qué conexión había entre la gente ejecutada y el asesinato.
GOLDMAN: ¿No hubo ninguna acusación definida?
TROTSKY: Estaban relacionados con el asesinato de Kirov en una fórmula general. Luego, el primer juicio fue el juicio a Nikolayev, el verdadero asesino de Kirov, y de sus presuntos cómplices, del 28 al 29 de diciembre de 1934, con catorce personas condenadas a muerte.
GOLDMAN: ¿Usted se basa en informes de la prensa soviética?
TROTSKY: Exclusivamente de la prensa soviética. La acusación resultante del juicio a Nikolayev fue publicada, y en esta acusación apareció mi nombre por primera vez en el asunto; se decía que Nikolayev, luego de veinte días de detención, había confesado que un cónsul extranjero en Leningrado le había dado cinco mil rublos para perpetrar actos terroristas, y que el mismo cónsul le preguntó si no quería enviarle una carta a Trotsky, porque él, el cónsul, podía llevarle la carta. En la acusación, no hay ni una palabra sobre la respuesta de Nikolayev con respecto a la carta, sólo con respecto a la propuesta del cónsul, quien le dio cinco mil rublos y le pidió que me escribiera una carta. Me abstengo de todo comentario.
GOLDMAN: Usted va a hacer un comentario sobre esto en su alegato, ¿verdad?
TROTSKY: Sí. Aquí tengo la declaración oficial en la prensa.
GOLDMAN: El testigo se refiere a la edición de Pravda del 27 de noviembre de 1934. Si se puede hacer una traducción, se hará, y se agregará a las actas.
FINERTY: ¿Y van a registrar el original en las actas?
GOLDMAN: El original quedará registrado en las actas.
TROTSKY: Debo agregar que el cuerpo diplomático pidió el nombre del cónsul, porque todos estaban involucrados, todos los cónsules. Posteriormente, después de muchos días, el gobierno soviético declaró que era un cónsul letón, Bisseneks[338]. Se llamaba Bisseneks. Se fue de Rusia a Finlandia. Creo que recibió ayuda para su viaje a Finlandia por parte de las autoridades de Moscú. Él, el cónsul, le dijo a Nikolayev que podía establecer comunicación con Trotsky si Nikolayev le enviaba algunas cartas de su grupo a Trotsky.
GOLDMAN: ¿Cuándo fue el siguiente juicio?
FINERTY: ¿Podría demostrar, para que conste en actas, si fueron publicadas las actas del juicio por Kirov, o si fueron secretas?
GOLDMAN: ¿Fueron reportadas o publicadas las actas de este juicio?
TROTSKY: Nunca. En todos los juicios posteriores, nunca fue mencionado el nombre del cónsul.
GOLDMAN: ¿Cuál fue el veredicto de ese juicio? ¿Qué pasó con los acusados?
TROTSKY: Los catorce fueron ejecutados.
GOLDMAN: ¿Eso fue por el asesinato de Kirov?
FINERTY: ¿El juicio fue publicado?
TROTSKY: No; el verdadero juicio por Kirov fue secreto.
GOLDMAN: ¿Cuándo fue el juicio siguiente?
TROTSKY: El siguiente juicio fue el juicio a Zinoviev y Kamenev por el cargo de responsabilidad moral en el asesinato de Kirov, realizado el 15 y 16 de enero de 1935. Luego del asesinato de los catorce acusados, sólo después de eso, iniciaron un nuevo juicio contra Zinoviev y Kamenev.
GOLDMAN: ¿Cuántas personas estaban involucradas en ese juicio?
TROTSKY: En ese juicio, creo que eran diecinueve. No se menciona aquí[339].
GOLDMAN: ¿Y en el sumario se los acusó de ser moralmente responsables?
TROTSKY: El sumario fue ambiguo en este sentido: se suponía que lo que había era más que una responsabilidad moral, pero no tenían pruebas, y es por eso que se usó el argumento de responsabilidad moral.
GOLDMAN: ¿Cuál fue el resultado de ese juicio?
TROTSKY: Una condena de prisión de cinco a diez años para todos los acusados.
GOLDMAN: ¿Cuándo fue el siguiente juicio relacionado con el asesinato de Kirov?
TROTSKY: Fue el juicio al jefe de la sección de Leningrado de la GPU, Medved[340], y a sus colaboradores, bajo el cargo de que ellos «disponían de información sobre el complot contra Kirov», pero «no tomaron medidas para descubrir y detener» las actividades de la organización terrorista.
GOLDMAN: ¿De dónde está citando?
TROTSKY: Cité la declaración oficial del gobierno en la prensa soviética.
GOLDMAN: ¿En el Pravda?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Tiene una copia del Pravda que contiene esa información?
TROTSKY: No se menciona aquí.
GOLDMAN: ¿Le suministrará a la Comisión el original y la traducción?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Cuántos acusados hubo en ese juicio?
TROTSKY: Doce, todos condenados de uno a diez años de prisión.
GOLDMAN: ¿Y Medved?
TROTSKY: Y Medved, sí.
GOLDMAN: ¿Cómo dijo usted que fue el veredicto? ¿Condenados a prisión por qué?
TROTSKY: De dos a diez años[341]. Debo agregar que a pesar de que todos fueron acusados de saber sobre la preparación del asesinato de Kirov y de no tomar medidas al respecto, ninguno de ellos fue citado como testigo en los juicios siguientes. Oficialmente, se declara que ellos sabían, pero ninguno de ellos aportó testimonio en el juicio de Kamenev, Zinoviev y otros.
GOLDMAN: A propósito, ¿hubo informes oficiales sobre ese juicio?
TROTSKY: Creo que sí; no el procesamiento completo, pero sí un comunicado oficial.
GOLDMAN: ¿Incluyendo la evidencia?
TROTSKY: No, sólo la fórmula general que establecía que los acusados sabían sobre los preparativos.
GOLDMAN: ¿Pero no hubo informe oficial sobre las pruebas?
TROTSKY: No.
STOLBERG: ¿Confesaron todos?
TROTSKY: Naturalmente. (Risas). Nadie aparece en el juicio a menos que esté preparado para confesar.
FINERTY: En el juicio por Kirov, ¿confesaron todos?
TROTSKY: No sabemos nada. Creo —no se hizo público— que no fue así. Antes, no publicaron nada. Fue a puertas cerradas.
FINERTY: ¿Y el juicio a Zinoviev-Kamenev? ¿Todos ellos confesaron su responsabilidad moral?
TROTSKY: Hubo un juicio a Zinoviev y Kamenev en julio de 1935.
FINERTY: Me refería al de enero de 1935.
GOLDMAN: ¿Confesaron?
TROTSKY: Fue el primer esbozo de confesiones de este tipo. No fue perfecto. Zinoviev confesó que había criticado al gobierno, y que estas críticas habían generado descontento. Este descontento provocó actitudes terroristas. Kamenev confesó solamente que no había cortado sus relaciones con Zinoviev. Fue la confesión de Evdokimov53, Bakayev[342], y los demás acusados del juicio siguiente; ellos confesaron lo mismo.
GOLDMAN: Luego del juicio a Medved, ¿cuándo fue el juicio siguiente?
TROTSKY: El siguiente juicio fue el de Kamenev y otros, realizado en julio de 1935 bajo la acusación de preparar un complot contra Stalin. Kamenev recibió cinco años más de prisión. Ya tenía cinco. No hubo informe, ningún comunicado, con respecto a este juicio. Pude informarme al respecto sólo por el veredicto del juicio de agosto de 1936, donde se menciona, en la enumeración de los acusados, que Kamenev había sido condenado a cinco años más en julio de 1935.
GOLDMAN: ¿De dónde está leyendo ahora?
TROTSKY: Está en la página 174.
GOLDMAN: ¿Del informe oficial?
TROTSKY: Del informe oficial de los expedientes judiciales del caso del núcleo terrorista trotskista-zinovievista.
FINERTY: ¿Por qué se lo condenó?
TROTSKY: Sólo sabemos una cosa. Repito, es oficial que recibió cinco años más de prisión. Pero sabemos por Ciliga y por Victor Serge que el juicio estaba especialmente organizado para preparar a Kamenev para el juicio siguiente, y para quebrarlo moralmente, sobre todo cuando lo denunció su propio hermano, un artista desmoralizado.
GOLDMAN: ¿Quebrado?
TROTSKY: Quebrado y totalmente desmoralizado. Era el testigo más importante contra Kamenev, y Kamenev le dijo a Ciliga y a otros en prisión que conocía sólo a dos personas, a su propio hermano y a otra persona más. De los treinta acusados, sólo conocía a uno. Dos fueron ejecutados. Creo que un oficial del Ejército Rojo de la guarnición del Kremlin y otro… no sé quién es el otro.
FINERTY: ¿Como resultado de este juicio?
TROTSKY: No es oficial. Es lo que él sabía en privado, sobre la base de varias otras fuentes serias.
GOLDMAN: Luego de ese juicio, ¿cuándo fue el siguiente?
TROTSKY: El siguiente juicio fue el juicio a Zinoviev-Kamenev en agosto de 1936. Fueron ejecutados dieciséis acusados.
GOLDMAN: Y luego, el último juicio fue el que.
TROTSKY: El juicio de Novosibirsk, con la acusación de sabotaje y terrorismo, se realizó del 19 al 22 de noviembre de 1936. Seis de los nueve acusados fueron ejecutados. Es mi explicación, pero está basada en la situación, que el juicio de Novosibirsk estaba organizado especialmente para Pyatakov, de la misma manera que el juicio de julio de 1935 estaba organizado para Kamenev. En el juicio de Novosibirsk, Drobnis apareció por primera vez como testigo contra Pyatakov. Se presentó a los nueve acusados como instrumentos de Pyatakov. Seis de ellos fueron ejecutados. Me parece que Pyatakov confesó recién después de ese juicio. Creo que confesó recién en diciembre, y el juicio había sido en noviembre. Debo verificar mi afirmación, pero creo que es correcta.
GOLDMAN: ¿Y después de Novosibirsk?
TROTSKY: Fue el juicio a Pyatakov-Radek* en enero de 1937. Trece de los diecisiete acusados fueron ejecutados.
GOLDMAN: Ahora bien, desde entonces, ¿ha ocurrido algo en la Rusia soviética que les hayan atribuido a usted o a sus seguidores, que usted sepa que se haya publicado en la prensa?
TROTSKY: Sí; se publicó la noticia sobre nuestro hijo. Pero no fue concreta. Hubo un incendio en un colegio, y el colegio fue demolido. Fueron ejecutados tres trotskistas porque sabían de ello, y permitieron el incendio del colegio con el fin de asesinar a los niños, y provocar descontento entre la población.
GOLDMAN: Cuando dice tres trotskistas, ¿quiere decir tres presuntos trotskistas?
TROTSKY: Sí, sí.
GOLDMAN: ¿Ocurrió algo más desde entonces que se les haya atribuido a usted o a sus seguidores, o a sus presuntos seguidores?
TROTSKY: Sí, leí en un telegrama que el gobierno había emitido un manifiesto para la población en el que se enumeraban actos de sabotaje y otros crímenes. Se enumeran las fábricas donde los trotskistas, los presuntos trotskistas, eran saboteadores, y así sucesivamente. Parece que esto sólo puede tener el fin de preparar un nuevo juicio; no lo sé.
GOLDMAN: ¿Nos podría dar una opinión con respecto a algún juicio futuro contra Bujarin y otros?
TROTSKY: Me han dicho fuentes privadas que Rykov se negó a confesar, y que esa es la razón por la que el juicio previsto no se puede materializar. Vyshinsky sólo puede acusar a la gente que confiesa.
GOLDMAN: ¿Espera que a Bujarin y a Rykov los asocien con usted?
TROTSKY: Todo es posible. Es una caza de brujas, una caza terrible. Pero es una combinación de disparos con las necesidades de Stalin. Podría señalar que, por el momento, elimina a Molotov como héroe nacional, de la lista de víctimas. Podría explicarlo porque conozco el material. Ahora puedo decir de qué se trata.
Es la preparación de un nuevo juicio. Yo no conocía las circunstancias concretas. Sólo sé que Bujarin fue enviado al exterior en 1936, comienzos de 1936, en representación de las fábricas. Él era su representante. Estaba en Praga como turista. Ahora, me pregunto si no habrá sido con el fin de preparar una nueva combinación que lo involucrara. Dio una conferencia en Praga, en clave totalmente oficial. Pero es posible que lo hayan enviado para tener la posibilidad de afirmar que mientras estaba en el exterior entró en contacto con trotskistas y agentes alemanes. No lo sé, pero es muy posible. Lo mismo vale para Rakovsky. De inmediato, fue enviado a Japón. Yo estaba un poco asombrado. ¿Cuál era el motivo? Fue a fines de 1934, y los Amigos británicos de la Unión Soviética —los Amigos de la Unión Soviética están en todas partes— están dirigidos por los agentes de la GPU, sin que lo sepan; la dirección verdadera está, en todas partes, en manos de la GPU. Los Amigos, en Londres, declararon: «Como ven, el arrepentimiento de Rakovsky es totalmente sincero. El gobierno lo envió al exterior». Pero su familia permaneció en Moscú, la familia de Rakovsky. En aquel momento, yo opinaba que lo habían enviado para demostrar al mundo que era libre, que su arrepentimiento era sincero. Ahora, me pregunto si todo esto no habrá tenido una segunda intención, para poder incriminarlo más tarde, diciendo que había estado en contacto con los jefes militares japoneses en el gobierno, etcétera.
GOLDMAN: ¿Le robaron sus archivos en Francia?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Cuándo?
TROTSKY: En el aniversario de la Revolución de Octubre, el 7 de noviembre de 1936[343].
GOLDMAN: ¿Tiene algún documento o informe que le quiera dar a la Comisión con respecto a los posibles autores del crimen?
TROTSKY: Sí, tengo el informe de la policía francesa, el testimonio de mi hijo ante el juez de instrucción, y mi propio testimonio.
GOLDMAN: Lo agregaré a la evidencia.
TROTSKY: Me lo envió mi abogado francés.
GOLDMAN: ¿Cuál es su opinión con respecto a los posibles autores del crimen?
TROTSKY: No es una opinión, es una certeza. Es obra de la GPU. Como usted sabe, en este instituto —es un instituto científico— tienen miles de manuscritos, y tenían ochenta y cinco kilos de archivos míos, pero la mayor parte se trataba de recortes de diarios de interés científico para mí, de ningún interés para los autores de la incriminación. Otra parte eran cartas. La gente entró en el lugar quemando la puerta.
INTÉRPRETE: ¿Quiere decir volándola?
TROTSKY: Quemando la puerta con una técnica tan magnífica que la policía declaró: «Nuestros delincuentes franceses no están tan educados». Fue la técnica más elaborada del mundo. Luego, se llevaron sólo los ochenta y cinco kilos de mis archivos. Había dinero; el gerente se había olvidado cien francos. No los tocaron. Además, había manuscritos muy interesantes. Pero sólo se llevaron mis ochenta y cinco kilos.
GOLDMAN: ¿Sólo había dos partes interesadas en sus documentos, usted y la GPU?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿No robó sus propios documentos?
TROTSKY: No. Hubo tres personas… Los nazis lo intentaron en Noruega en el verano de 1936. Fue absolutamente paralelo, pero la GPU fue más hábil y más exitosa.
GOLDMAN: Agregaré a las actas el informe de la policía francesa con respecto al robo de los documentos. Está en francés. Y espero que sea traducido. También agrego a las actas.
TROTSKY: Mi testimonio ante el juez de instrucción.
GOLDMAN: El testimonio del Sr. Trotsky ante el juez de instrucción. Marcaré estas dos pruebas como N° 29 y 30, respectivamente.
(El informe de la policía francesa con respecto al robo de los archivos de Trotsky, y el testimonio de Trotsky ante el juez de instrucción sobre este asunto se presentaron como pruebas N° 29 y 30, respectivamente).
TROTSKY: Si me lo permite, voy a agregar que en este testimonio yo declaré que como el asunto involucra tanto a la Unión Soviética como a Francia, y a mi supuesta conspiración con Hitler, estoy dispuesto a comparecer ante un juez de instrucción francés o cualquier otra autoridad para responder y contestar a todas las preguntas ante un tribunal.
GOLDMAN: ¿Y esta es una copia del informe que envió?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿El informe de la policía es el original que recibió de la policía?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Cuándo lo recibió?
TROTSKY: Hace dos o tres semanas.
GOLDMAN: ¿Cuándo le envió al juez la copia original del informe?
TROTSKY: La fecha está incluida. Recibí una carta de mi abogado —yo estaba en México—, que me pedía que también enviara mi testimonio.
GOLDMAN: Tiene fecha del 10 de marzo de 1937. Aún no ha sido acusado de otros crímenes en la Unión Soviética, más allá de…
TROTSKY: ¿Qué otros? ¿Dónde comienzan los otros?
GOLDMAN: Por ejemplo, crucificar a Jesucristo.
TROTSKY: Hasta ahora no lo han hecho.
GOLDMAN: Ahora, quisiera presentar como evidencia una lista de los acusados en los dos últimos juicios, especificando las fechas de sus capitulaciones, su detención, cuándo fueron detenidos y cuándo fueron liberados. Le permitirá a la Comisión determinar la posibilidad de que estos acusados hayan participado en una conspiración, especialmente algunos de los acusados. Marcaré esto como Prueba N° 31.
(La lista de los acusados en los dos últimos juicios de Moscú se presentó como Prueba N° 31).
TROTSKY: Zinoviev y Kamenev fueron arrestados un año o medio año antes del asesinato, y Smirnov, más de dos años antes del asesinato de Kirov. Todos fueron acusados de asesinar a Kirov. Vyshinsky dice. Estoy seguro de que usted lo sabe.
GOLDMAN: Hay algunos asuntos que quiero aclarar antes de terminar la sesión. Había un hombre llamado Bujartsev, el hombre mencionado en la evidencia; el hombre que se supone había hecho los arreglos para el viaje de Pyatakov. ¿Me puede dar una idea de quién es?
TROTSKY: Declaro exactamente lo mismo que en el caso de Vladimir Romm: lo lamento mucho, pero no conozco al segundo corresponsal en Berlín, Bujartsev. No lo conozco, como tampoco conocía a Vladimir Romm en Washington. Nunca lo vi ni le hablé, ni tuve contactos con él.
GOLDMAN: Declaró en un momento que Muralov era un buen amigo suyo, y un hombre muy honesto.
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: Cuando Muralov declaró en el juicio que había recibido una carta de Sedov con instrucciones terroristas, ¿fue honesto en aquel momento?
TROTSKY: Su testimonio era falso, pero estoy absolutamente seguro de que fue el testimonio falso de un simple soldado, a quien le dijeron luego del asesinato de todos los demás: «Usted es amigo de Trotsky. Ahora, entiende que no puede tenerlo aquí a Trotsky. Está en el exilio». Lo estaban amenazando: «Stalin es el jefe del Estado. Tenemos a Japón de un lado y a Alemania del otro. La actividad de Trotsky es peligrosa. Trotsky reconoce plenamente a Zinoviev y Kamenev. Debe confesar. Será ejecutado». Él, como soldado, confesó.
GOLDMAN: Ahora bien, Pyatakov testificó que a pedido de su hijo León Sedov, dio órdenes, órdenes gubernamentales a diferentes firmas en Alemania, y el acuerdo era que él se quedaría con una buena parte de las ganancias, las que a su vez debería entregarle a usted para fines contrarrevolucionarios. ¿Podría usted aportarle a la Comisión un balance sobre el dinero que recibió desde que se fue de Rusia, y de cómo gastó ese dinero?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: Sólo para que conste en actas, enumeraré.
TROTSKY: Tengo el privilegio de que el manejo de mis finanzas esté organizado en forma más o menos colectiva. Nunca manejo el dinero por mí mismo, pero puedo presentarles testigos para declarar sobre las cuentas con mucha exactitud.
GOLDMAN: Ha leído todos los cargos imputados contra usted en ambas acusaciones, la acusación que involucra a Zinoviev y Kamenev, y la acusación de Pyatakov y Radek, ¿verdad?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Conoce todos los cargos presentados contra usted en estas acusaciones?
TROTSKY: Sí.
GOLDMAN: ¿Qué tiene para decir sobre cada uno de los cargos de estas acusaciones?
TROTSKY: Son falsos, son completamente falsos de principio a fin.
GOLDMAN: En representación de León Trotsky, cerramos el caso, con el permiso de la Comisión para presentar ante ella cualquier otra prueba que pudiera surgir entre hoy y el cierre del caso.
FINERTY: Antes de levantar la sesión, Sr. Presidente, me gustaría saber si está presente el corresponsal de El Nacional. (No hubo respuesta del periodista de El Nacional).
FINERTY: Me gustaría corregir una afirmación que se hizo en ese diario, de que soy abogado defensor y amigo de Trotsky: no soy abogado defensor ni amigo de Trotsky. Mi única relación pasada con un asunto ruso, si es que fue un asunto ruso, fue la de representar al Sr. Browder[344] ante la Corte Suprema de los Estados Unidos justo antes de la última elección presidencial, para que se pueda presentar en los comicios de Illinois. Mi defensa de Browder y mi participación en la Comisión en esta instancia las hice completamente en defensa de las libertades civiles. Representaré a Browder o a cualquier otra persona. Quiero que quede claro. No tenía ninguna relación previa con el Sr. Trotsky, ni otra relación con la cuestión rusa anteriormente.
DEWEY: Un momento, quisiera anunciar que esta tarde no habrá sesión. La próxima sesión será mañana a las diez de la mañana. (Beals tradujo los comentarios del Presidente al español).
Fin de la sesión novena a la una de la tarde.