Thomas Burke

EL HOMBRE HUECO

THOMAS Burke (1886-1945), nacido y muerto en Londres, se quedó huérfano en la niñez, pero ése no es el único dato que lo aproxima al mundo de Dickens, ya que fue uno de los mejores conocedores y guías que esa ciudad ha tenido, sobre todo sus bajos fondos. Desde la publicación de su libro de relatos Limehouse Nights (1916), que popularizó el área de Londres conocida como Chinatown, su fama fue considerable, y sus extraños personajes chinos, con el filósofo Quong Lee a la cabeza, volvieron a aparecer en títulos como Whispering Windows (1920), East of Mansion House (1926) y The Pleasantries of Old Quong (1931). Pero en su investigación y descripción de Londres Burke no se limitó a la colonia china, y obras como London in My Time (1934), Will Someone Lead Me to a Pub? (1936), Living in Bloomsbury (1939), The Streets of London (1940), English Night-Life (1941) y Son of London (1945) son ensayos indispensables para saber de la vida —tabernaria y nocturna principalmente— de la capital. En uno de sus cuentos chinos, «The Chink and the Child», se basó la famosa película de Griffith Broken Blossoms (1919), con Lillian Gish.

Burke pensaba en la cama y aspiraba «a contar una historia tan habilidosamente como Ambrose Bierce y a ver y escribir tan claramente como Stephen Crane». Cultivador de un horror que podríamos llamar cotidiano, dejó una lista con sus doce cuentos favoritos, «cuentos, que empiezan al principio y avanzan hacia un inevitable final». Entre ellos estaban «The Monkey’s Paw» de W. W. Jacobs, «The Broken Shutter» de Ambrose Bierce, «What Was It?» de Fitz-James O’Brien y «The Man Who Liked Dickens» de Evelyn Waugh. Puede que el relato de Burke aquí traducido, «The Hollow Man», no sea superior a esos cuatro, pero seguramente lo es a los otros ocho que un día eligió como sus favoritos.