E. F. Benson

LA OTRA CAMA

EDWARD Frederic Benson (1867-1940), nacido en Wokingham y educado en Cambridge, perteneció a una distinguida y llamativa familia. Su padre, Edward White Benson, llegó a ser Arzobispo de Canterbury, y su madre, Mary Sidgwick, fue considerada por el estadista Gladstone «la mujer más lista de Europa». Hermano de otros dos escritores, Arthur Christopher Benson (1862-1925) y Robert Hugh Benson (1871-1914), Edward Frederic fue más longevo y tuvo más éxito que ellos. Así como Arthur Christopher vivió como un inválido por culpa de sus delicados nervios y sus prolongados ataques de melancolía (en 1917 sufrió uno que le duró cinco años) y a Robert Hugh, más que por sus escritos, se lo recuerda por haber sido íntimo amigo y acompañante de Frederick Rolfe, Baron Corvo (1860-1913), y luego —tras su conversión al catolicismo— chambelán privado del Papa Pío X, Edward Frederic fue autor de unos cien libros y gozó de enorme popularidad (renovada ahora en parte con reediciones a cargo de The Hogarth Press) con sus flojas novelas sobre la alta sociedad, sus ficciones sentimentales, sus edulcoradas come dietas universitarias y sus interesantes volúmenes autobiográficos As We Were (1930) y Final Edition (1940). Entre sus novelas, tuvieron especial éxito dos series en las que se repetía el protagonista, iniciadas respectivamente con Dodo (1893) y Queen Lucia (1920). Gran atleta en su juventud, su verdadera pasión era la arqueología, que practicó en Grecia a final de siglo.

Benson siguió escribiendo hasta el último día en Rye, ciudad de la que llegó a ser alcalde. Allí vivió durante largos años en una casa que había pertenecido a Henry James, sin duda un buen lugar para la frecuentación de fantasmas. Con su muerte se extinguió la estirpe de los Benson: ninguno de los hermanos se casó ni tuvo descendencia, lo cual hace pensar en ellos como en hombres de firmes principios, ya que al parecer todos eran homosexuales y abiertamente misóginos.

Quizá el carácter único del cuento de Benson aquí traducido sea el más inexacto, pues escribió varios volúmenes de relatos fantásticos o de horror, llenos de obras notables. Los mejores son Spook Stories (1928) y More Spook Stories (1934), aunque en modo alguno son desdeñables The Room in the Tower (1912) y Visible and Invisible (1923). Un verdadero maestro semiolvidado del género, el presente cuento, «The Other Bed», es el más perfecto e irónico de cuantos de él he leído.